POR QUÉ ECUADOR DEBE TENER UNA FUERZA DE SUPERFICIE OCEÁNICA
CALM MIGUEL CÓRDOVA CHEHAB
La estrategia naval considera tres elementos básicos para determinar el “qué hacer” de las marinas, estos son: la Fuerza, la Posición Estratégica y las Comunicaciones Marítimas.
La Posición, es una zona geográfica cuya ubicación gravita en el control de las comunicaciones marítimas; además, cuenta con autonomía logística y defensiva.
La Fuerza Organizada, es el conjunto balanceado y heterogéneo de medios estructurados para enfrentar a la Fuerza Organizada del adversario; esta Fuerza está constituida por todos sus medios (Unidades, personal, instalaciones y servicios).
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Y
las Comunicaciones Marítimas, que se encuentran materializadas con los buques de tráfico marítimo que transitan a través de las rutas en
el mar, mediante los que se realiza el comercio nacional e internacional y otras actividades económicas.
En cuanto a la posición, Ecuador es uno de los cuatro países que, con base de la normativa legal vigente y por derecho propio, se proyecta desde su litoral hacia el océano Pacífico, en el sur tenemos a Chile con la Isla de Pascua, en el norte tenemos a Estados Unidos con Hawái, en el centro tenemos a Costa Rica con la Isla de Cocos y Ecuador con las Islas Galápagos; existiendo una diferencia básica entre todos ellos, que nuestro país se proyecta con aguas jurisdiccionales 1050 millas en el Pacífico Central1 y la posición estratégica que le brindan las Islas Galápagos y la ubicación central en las costas americanas de sus puertos le permite, en el ámbito continental y regional en caso de ser necesario, convertirse en el eje para la protección del tráfico marítimo que cruza el Canal de Panamá, tráfico que es de carácter vital para la economía propia, para la de los países de la región y para el comercio mundial; así también, desde una perspectiva continental, Galápagos y Hawái se constituyen en puntos importantes para ejercer el control del Pacífico norte y central.
Control del mar significa aprovechar el mar en beneficio del estado para alcanzar el desarrollo de manera sustentable en tiempo de paz y para explotar su uso en la ejecución de las operaciones militares propias, a su vez de negarlo al adversario en tiempo de crisis y conflicto.
En cuanto a
las Comunicaciones Marítimas de interés nacional es importante observar que “El 85% de las exportaciones no petroleras de Ecuador salen del país a través de puertos marítimos” (El Comercio, 2020a, pág. 6), a lo que hay que sumar la importación de derivados y la exportación de petróleo, factor vital para la economía nacional. Del tráfico marítimo mencionado, más del 40% de la carga ecuatoriana no petrolera cruza a través del Canal Panamá (El Comercio, 2020b)
Dentro de los intereses marítimos nacionales; de acuerdo a la CONVEMAR, los estados ribereños definen muy claramente sus
espacios marítimos jurisdiccionales desde las líneas de base, a partir de las cuales se establecen hacia adentro sus aguas interiores, y hacia el océano el mar territorial con 12 millas náuticas, 188 millas náuticas de zona económica exclusiva (Z.E.E) y ,dentro de estas, 12 millas náuticas de zona contigua a continuación del mar territorial; así mismo, se consideran 200 millas de plataforma continental que, en caso de aplicarse el artículo 76, se pueden llegar a extender hasta 350 millas.
El Ecuador en la actualidad posee aproximadamente 1’092.000 km2 de espacios marítimos jurisdiccionales, con base de la medición efectuada de sus aguas interiores, mar territorial y zonas económicas exclusivas tanto continental como insular; y, a partir o posterior al año 2022, se podrían agregar alrededor de 270.000 km2 de plataforma continental, conforme está detallada en la carta náutica oficial del territorio marítimo nacional, lo que constituye al momento 4,3 veces más que el territorio terrestre, y una vez lograda la extensión de la plataforma podría
representar 5,2 veces este territorio.
Del análisis anterior, se determina que la Armada del Ecuador tiene, como instrumento del estado, la responsabilidad histórica de custodiar nuestras aguas jurisdiccionales, de proteger sus recursos vivos y no vivos, de continuar proyectando los interesesdel Ecuador en la Antártida, por sus derechos a futuro; y, con base de la decisión política, proyectar sus acciones en áreas marítimas de interés nacional más allá de la Z.E.E., dicho en otras palabras, hacer prevalecer los intereses nacionales en áreas marítimas que podrían ser fundamentales para la supervivencia futura y el desarrollo del país.
Esto nos lleva al último y más importante enfoque de este artículo que es la Fuerza como componente del Poder Naval; el mismo que está
constituido por la Escuadra Naval, el Escuadrón de Submarinos, la Aviación Naval, la Infantería de Marina, el Comando de
Guardacostas y las Bases Navales.
Un Poder Naval con la capacidad suficiente para aplicar su poder nacional, o, por lo menos disuadir a cualquier amenaza, lo que le permita
alcanzar una efectividad coercitiva que garantice el cumplimiento de lanormativa jurídica. En el mismo sentido, este Poder Naval con unidades multirol deberá estar en condiciones de contribuir a mitigar los efectos negativos de riesgos que se presenten tanto en aguas jurisdiccionales como en espacios marítimos de interés nacional más allá de la Z.E.E; e igualmente, en el cumplimiento de tareas relacionadas con el área asignada a nivel internacional para efectuar Búsqueda, Rescate y Salvamento en el mar (SAR).
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De este enfoque previo, al observar las necesidades de control del mar en tiempo de paz y en tiempo de guerra, se determina que los intereses nacionales a proteger son vastos y complejos incluyendo los derechos a futuro en la Antártida, lo cual genera la necesidad de disponer de buques de guerra modernos con gran autonomía y permanencia, buques que puedan llegar a proyectarse y permanecer más allá de 1.050 millas náuticas fuera del litoral continental, por periodos superiores a 30 días; unidades multirol que puedan enfrentarse a una amenaza convencional en protección de sus intereses nacionales y a la vez que puedan cumplir funciones de Autoridad de Policía Marítima, unidades que ante cualquier amenaza cuenten con una capacidad de disuasión efectiva y puedan cumplir los diversos roles que han sido asignados a las Armada, lo cual se requerirá que sus buques posean adecuadas capacidades antisuperficie, antisubmarinas y antiaéreas, portando un helicóptero mediano que le permita extender su brazo de acción para efectuar vigilancia, exploración y, de ser el caso, ataque a unidades de superficie o submarinas hostiles; y, que a su vez, estén en capacidad mediante el propio buque, su helicóptero y/o sus botes, de cumplir funciones de Autoridad de Policía Marítima y emplearse para abordajes cooperativos y no cooperativos o tareas complementarias.