
Se nota que lee muy bien.
En ningún lado he escrito tal cosa.
Vuelvo y repito, para que le quede claro. Los gobiernos en Colombia viven de algo llamado el "qué dirán de mí", es por eso que se paralizan o no se atreven a llevar a cabo procesos de adquisiciones militares, jamás se les ha visto dando la adecuada pedagogía de por qué hay que adquirir las vainas, además de que todo lo meten en un manto de secretismo absurdo.
Y ese comportamiento tiene una razón de ser: Oposición/izquierda.
Esos personajes no necesitan tener mayorías en el Congreso, como quedó demostrado en los paros de 2019/2020/2021, ellos sólo necesitan tener las tremendas bodegas e influencers en cuanta red social pulula en el planeta para regar su retórica y cuentos, además de mentiras y fake news. Gracias a Semana, con los petrovideos quedó al descubierto la manera como ellos manipulan la información, crean contenido falso, y difaman de las personas e instituciones, y para amplificar el mensaje usan masivamente las redes sociales e influencers de misma ideología que los hacen posar de "independientes". Y lo hacen por ahí porque la mayoría de personas que las usan no son capaces de discernir qué es verdad y qué es falso, además, tienen poco conocimiento técnico o básico de las cosas, así que se pueden manipular fácilmente para que le cojan odio, rabia o tirria a cualquier cosa que ellos le muestren como "malo". Es decir, con eso, la izquierda, que no tiene mayorías en el Congreso, sí logra conseguir las mayorías en la población, en la opinión pública, y esta comienza a hacer presión por lo que sea contra las instituciones. Y ahí es donde sale a relucir, más que nunca, "el qué dirán de mí".
Así fue cómo tumbaron la reforma de Carrasquilla, y el gobierno, para evitarse más problemas, pues prefiere que nada más se sepa o ralentizar vainas esperando mejores momentos, o menos conflictivos. Y como la izquierda tiene bien montado su argumento: "Con esa plata se pueden construir chorrocientas escuelas, tropocientos miles hospitales, se le puede dar de comer a milmillonadas de hambrientos..." Lo gracioso es que cuando Petro estuvo de gobernante en Bogotá, tuvo a su disposición todo el presupuesto de la ciudad para hacer lo que quisiera, hacer realidad la utopía de todo progresista, y el resultado: ni vimos más escuelas, ni más colegios, menos hospitales, y dejó bastante gente con hambre. Y la plata... bien gracias... por ahí...
¿Así más claro o dibujitos?
"En momentos de crisis, el pueblo clama a Dios y pide ayuda al soldado. En tiempos de paz, Dios es olvidado y el soldado despreciado».