Wolverine escribió:De hecho está espectacular el modelo!!!, quién no tuviera una de esas!
Disculpen la banalidad
Claro! Para irse a Margarita el viernes en la tarde y regresar el domingo!
salu2
cortisona escribió:
Pues se ve bien!!, cualquier cosa es mejor que esto
LAS FUERZAS ARMADAS DEL FUTURO
Precisamente, para hacer de la Política de Seguridad Democrática una política de Estado que no esté sujeta a las veleidades de los gobiernos de turno, y para sentar las bases de las Fuerzas Armadas del futuro, presentaremos este semestre al Congreso de la República el proyecto de Ley de Seguridad y Defensa, que esperamos sea una realidad este mismo año.
Este proyecto lo hemos discutido y analizado, artículo por artículo, con el Comando General de las Fuerzas Militares y cada una de las fuerzas.
Tenemos que partir del entendimiento de que el trabajo de las Fuerzas Armadas en las últimas décadas ha ayudado a construir una Colombia con confianza inversionista, responsabilidad social y una seguridad democrática que es base del desarrollo.
La primera gran responsabilidad de las Fuerzas Armadas del futuro, entonces, será ser garantes de aquello que ellas mismas le están dando al país.
Habrá que tener en cuenta, además, que los grupos terroristas, en la medida en que sean debilitados por el Estado, pueden derivar, en muy pocos años, en múltiples bandas delincuenciales, generando un escenario de multicriminalidad.
En dicho escenario, las Fuerzas Armadas deberán seguir siendo garantes de la consolidación, mientras la Policía y otras agencias del Estado deberán aplicarse a combatir este nuevo fenómeno.
¿Cómo deben ser, entonces, las Fuerzas Militares del futuro? Primero veamos el contexto:
Colombia tiene en el 56% del territorio el 95% de la población, y en el 44% restante apenas el 5% de la población.
Esa área inmensa, del tamaño de España o de Texas, con gran riqueza natural y ecológica, es la que le hemos ido arrebatando a los narcoterroristas para devolverla al país.
Esta zona ha sufrido por mucho tiempo la ausencia del Estado, y, una vez recuperada por la Fuerza Pública, seguirá siendo una zona crítica de riesgo, donde el crimen, en sus diferentes modalidades, buscará persistir.
No podemos olvidar, por otra parte, los cambios que ha sufrido el escenario regional, que nos obliga a tener unas Fuerzas Armadas con una capacidad de disuasión creíble.
Dentro de este contexto general, las Fuerzas Militares van a tener que desarrollar una nueva infraestructura en las zonas alejadas, con una lógica de centros de despliegue –algo así como los fuertes militares–, con pistas aéreas y movilidad fluvial, que se conviertan en motores de desarrollo y ejes de soberanía.
Las Fuerzas Militares deben continuar avanzando, también, en sus conceptos conjuntos. Una organización fundamental en este aspecto será el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas, que contará con las tropas más calificadas, que podrán movilizarse en muy corto tiempo a cualquier punto de la geografía nacional. Este comando lo activaremos en los próximos meses.
Las Fuerzas Militares del futuro deberán contribuir al desarrollo social y económico de las zonas consolidadas.
Para ello es esencial el fortalecimiento de la capacidad de ingenieros militares para que puedan llevar el desarrollo hacia las zonas donde no lleguen los contratistas privados.
De hecho, ya lo estamos haciendo: Activamos 2 batallones y 4 compañías móviles de ingenieros que están construyendo progreso en zonas de antigua influencia de grupos terroristas.
Entre 2009 y 2010, ejecutarán más de 70 mil millones de pesos haciendo vías tan importantes como la Transversal de los Montes de María o la pavimentación en La Uribe, antigua zona de distensión, un hecho simbólico de la mayor importancia.
Las Fuerzas Militares del futuro deberán ser también unas fuerzas con gran desarrollo tecnológico y mucha movilidad. Por eso venimos desarrollando importantes inversiones en este campo y con la política de offsets o compensación industrial esperamos incrementar la capacidad aeronáutica del país.
Colombia, al terminar este año, tendrá cerca de 80 helicópteros Black Hawk, convirtiéndose en la fuerza de Black Hawk más importante en el hemisferio, después de Estados Unidos, y una de las cinco más grandes del mundo.
Con semejante fuerza aeromóvil, el secreto está en poder tener adecuado entrenamiento para los pilotos y mantenimiento, lo cual estamos potenciando a través de los acuerdos de compensación industrial que favorecen la transferencia de tecnología al país.
Las Fuerzas Militares también deben prepararse, como las de los países más desarrollados, para temas como la prevención y atención de desastres, donde sus capacidades y entrenamiento pueden hacer la diferencia.
Igualmente, nuestras Fuerzas Militares jugarán un papel como herramienta de política exterior, y, por su experiencia, serán muy requeridas en operaciones de paz y alianzas, como ya lo están siendo.
A mediados del año pasado, el mismo comandante de la OTAN, el general Bantz Craddock, vino a Colombia, motivado por el reconocimiento que tienen nuestras Fuerzas Armadas en todo el mundo, para invitarnos a participar en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de Afganistán.
Allí están presentes más de cuarenta de las democracias más importantes del mundo, y Colombia será el primer país latinoamericano en participar, primero de una forma limitada, ofreciendo nuestra experiencia en temas como el desminado, como una contribución a la paz mundial que a la vez representará un importante aprendizaje para nuestros hombres.
La experiencia acumulada también nos puede convertir en un centro de entrenamiento regional.
Estamos trabajando en crear una escuela de combate en la selva, una escuela de entrenamiento conjunto de helicópteros, la Escuela de Derechos Humanos en Tolemaida y un Centro Marítimo Internacional de Análisis del Narcotráfico y Entrenamiento de Interdicción, con sede en Cartagena.
De esta forma nuestras Fuerzas Armadas se proyectarán a nivel internacional con la capacidad y el profesionalismo que hemos adquirido.
Por último, como ya lo dije, tendremos que mantener una capacidad militar que proporcione un poder de disuasión creíble frente a eventuales agresiones externas.
Como ministro, tuve la oportunidad de gestionar ante el Congreso los recursos más importantes para las Fuerzas Armadas en las últimas décadas, a través del impuesto al patrimonio.
Debo reconocer y agradecer, en este punto, el compromiso que demostró el Congreso Nacional con la Fuerza Pública y la Política de Seguridad Democrática.
Soy consciente de que dejaremos unas Fuerzas Armadas con mucho más capacidad que hace tres años pero soy también consciente de que serán necesarias inversiones adicionales.
Por ello, he instruido a mi equipo de trabajo y a las Fuerzas Militares para que estudien y preparen un documento en el que queden claros, desde ya, esos requerimientos, para que sean cumplidos en el futuro, cuando el momento económico y político lo permita.
La Policía Nacional, por su parte, tiene en los próximos años los más grandes retos para la seguridad ciudadana.
Cada vez más, en la medida en que las Fuerzas Militares consolidan el territorio, damos paso hacia la normalidad en antiguas zonas de conflicto, y es la Policía la que se encargará de asegurar dicha normalidad.
Tendrá que ser una Policía con mayor pie de fuerza, pues nuestra tasa de policías por habitante es todavía inferior al estándar internacional.
Será una Policía que, sin perder su carácter nacional, recupere su vocación local, de forma que sean muchas veces los mandatarios regionales los que agencien los recursos para crecer el pie de fuerza en sus municipios y dotarlo de mejores equipos.
Un reto importante para la Policía será elevar su capacidad de investigación técnica y judicial, con alta tecnología científica y de análisis para reducir la impunidad, algo en lo que ya estamos avanzando.
Igualmente, deberá utilizar la tecnología –por ejemplo, aviones no tripulados y cámaras de vigilancia– para optimizar el control de carreteras y ciudades, con centros de comando y control.
Y reforzar la figura del policía comunitario. Cada vez más tendremos que ver policías sin fusiles –incluso otra vez con bolillos– que sean parte del paisaje de cualquier comunidad; que no sólo jueguen un papel activo contra el crimen, sino también preventivo y educativo de la ciudadanía.
Será el policía amigo y sembrador de convivencia que recorra las calles de los municipios en ese ambiente de normalidad que al fin estamos recuperando en Colombia.
cortisona escribió:pambo escribió:Por último, como ya lo dije, tendremos que mantener una capacidad militar que proporcione un poder de disuasión creíble frente a eventuales agresiones externas.
Soy consciente de que dejaremos unas Fuerzas Armadas con mucho más capacidad que hace tres años pero soy también consciente de que serán necesarias inversiones adicionales.
Por ello, he instruido a mi equipo de trabajo y a las Fuerzas Militares para que estudien y preparen un documento en el que queden claros, desde ya, esos requerimientos, para que sean cumplidos en el futuro, cuando el momento económico y político lo permita.
Hay ta..... ¿quieren aviones, awacs, tanques, AA, fragatas, etc, etc? elijan a Santos presidente.
A través de la implementación del Sistema Educativo de las Fuerzas Armadas –SEFA– estamos generando una revolución educativa que comienza ahora y tendrá su efecto en las nuevas generaciones de militares y policías.
La reforma está en marcha: Oficiales de todos los grados están logrando un nivel más alto de educación –845 cursan especializaciones, 117 maestrías y 5 doctorados–, y 15 viajaron como becarios de Colfuturo a estudiar postgrados en el exterior.
1.435 suboficiales se han nivelado con título tecnológico y 121 están cursando especializaciones tecnológicas.
En los últimos dos años cerca de 4 mil soldados profesionales y unos 5 mil soldados regulares y campesinos recibieron su título de bachiller.
60 mil miembros de las Fuerzas Armadas están estudiando inglés, y se han formado más de 20 mil multiplicadores para el tema de principios y valores.
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