Edwin Freyner Moreno Fies escribió:Saludos a todos los foristas españoles desde Colombia.
Les cuento que los estoy leyendo con detenimiento desde que ley la noticia de que Cataluña estaba dando pasos para independizarse de España (una semana aproximadamente), y les cuento que estoy mas confundido que cuando empece a leer el topico
Primero se querian dar en la torre como decimos aqui, despues se invitaban a tomar unas cervesas, luego que fusionar las regiones etc, etc, etc.
Comparo su situación con mi pais, aqui hay regiones y subregiones pero la división administrativa son los departamentos y estos se dividen en municipios, las regiones son la caribe, cundiboyacense, los santanderes, los llanos, la región pacifico, la region vallecaucana, la region andina, etc. Menciono estas porque tienen componentes culturales, economicos muy diferentes (inclusive el español que se habla en cada una de estas regiones tiene caracteristicas especiales en cada región)
Aqui a pesar de nuestras diferencias cada dia hacemos patria como colombianos y solo tenemos 200 años

y no entiendo como ustedes teniendo una historia mas larga que la nuestra se tratan de esa manera tan poco amable entre ustedes
Si estan disconformes con la clase politica que los a llevado a esta situación porque no cambian la constitución y a los politicos en ves de tratarse tan mal entre españoles.
Estimado amigo, tiene razón el forero Carlos Pérez Llera cuando dice que si no discutiésemos, no seríamos españoles... en realidad ha sido así desde tiempo inmemorial... desde la edad del bronce las tribus que habitaban la Península Ibérica ya estaban a la greña unas contra otras, que si yo te robo caballos, que si tu me quemas un poblado... celtas contra íberos, que luego se mezclaban en celtíberos... y así a bofetadas todo el día... luego llegaban los fenicios, los griegos, los cartagineses... nos pegábamos un rato con ellos, pero al poco tiempo ya eran uno más en el circo peninsular. Con los romanos nos lo tomamos peor, a esos les dimos bastantes palos, pero al final tampoco pudimos evitar seguir con nuestro deporte favorito de mentarnos a la madre entre nosotros y al final Roma se quedó. Claro que en cuanto el imperio se vino abajo y llegaron los visigodos, tan rubios ellos, nos faltó tiempo para contagiarles de nuestro deporte favorito y vivimos el bonito espectáculo de unos nobles matando a otros para obtener la corona. Fueron unos años tan divertidos que cuando llegaron los musulmanes, la mitad de la nobleza les recibió con aplausos para hacer la puñeta al rey y a la otra mitad. Pobres moros, se montaron un califato que pretendía hacer la competencia a Bagdad sin saber que ya les habíamos inoculado el virus peninsular, y al cabo de un tiempo también andaban a bofetadas entre ellos. ¿Y el resto de pueblos hispanos? pues los asturianos por su lado rompiendo turbantes, los navarros y aragoneses por el suyo, y los condados catalanes mandando a hacer puñetas a Carlomagno y juntándose con el nuevo deporte de zurrar a los seguidores del profeta. Y así 700 años dando caña al moro, y en los ratos libres, como no, partiéndonos la cara entre nosotros para no perder la forma física. Eso sí, de vez en cuando, como en la batalla de las Navas de Tolosa, nos juntábamos todos para pegar a algún mohamed recién llegado que soñaba con unificar todo este embrollo. Después con los Reyes Católicos y la unión de los reinos de Castilla y Aragón parece que nos calmamos un poco, pero eso sucedió porque salimos a conquistar América, a patear franceses en Italia, a acuchillarnos con los Holandeses, a jugar a los barcos contra los ingleses y a liarla parda por media Alemania. Y mientras aún tuvimos tiempo de darnos de bofetadas con los portugueses. Luego se nos murió el último rey de la dinastía Habsburgo ynos volvimos a partir la cara buscando un heredero. Esa fue buena, y los últimos que se quedaron apoyando al candidato perdedor fueron los catalanes, que antes apoyaban al ganador, pero en el último momento decidieron apostar fuerte y la fastidiaron. El nuevo rey, que era franchute y acostumbrado a una mayor seriedad y menos cachondeo ibérico, se tomó a mal el asunto y se cepilló leyes locales de los antiguos reinos, lo que a los catalanes nunca terminó de gustarles. Luego pasaron 100 años en los que estuvimos más tranquilos, pero en cuanto al pobre viejo Napoleón se le ocurrió asomar sus imperiales narices por aquí, le recibimos con los brazos abiertos y las navajas en la mano. Y después, otros 100 años de bofetadas... primero con ustedes, al otro lado del charco, y luego entre nosotros otra vez, que si queremos de Rey a Fernando VII, que si no, que si libertad, que si absolutismo, que si ahora hereda Isabel o hereda Carlos, que si ninguno de los dos y ahora somos republicanos, que ahora queremos otro rey... que si otra vez caña al moro... así poco a poco hasta deslizarnos pendiente abajo y terminar en esa traca final que fue la II República y la Guerra Civil, en las que de nuevo nos escabechinamos unos a otros con esa mala leche que nos caracteriza. Ganó Franco y aparentemente parecía que la dictadura nos metía en vereda, pero en realidad estábamos descansando para coger fuerzas y volver a la greña... y es triste, pero así funcionamos... siempre a bofetadas entre nosotros, pero eso sí, si viene uno de fuera e insulta a un catalán, a un gallego o a un murciano, vamos todos a partirle la cara al extranjero, que para eso somos muy nuestros, y para insultar a otro vecino del patio ibérico ya estamos el resto, que no venga ningún extraño a tocarnos las narices.
No se si ahora nos entiende un poco mejor, o definitivamente pensará que estamos rematadamente locos.
Saludos