Lucho_Pistolas escribió:No se puede hacer justicia.... "los derechos humanos y los caviares" no lo permiten....
sigamos en la lucha (con un brazo atado a la espalda).
No seria la primera vez... Eso hac grande a nuestras FFAA.
Player007 escribió:Igualmente. mi pesar y respeto por los caidos
http://www.youtube.com/watch?v=_pq_XcS0Mmw
“En la base de Pichari, sede del Comando Especial del VRAE, se montó una operación para la extracción de cuatro patrullas que habían sido sembradas unos días antes. Dos helicópteros de la FAP sacarían dos patrullas, otros dos helicópteros harían lo mismo con otras dos patrullas. Yo iba como copiloto en la tercera aeronave”, relata el capitán Matallana: “Salimos de Pichari aproximadamente a las 4 y 40 de la tarde. El objetivo era desplazarnos hasta una zona conocida como ‘Flora’, a unos veinte minutos de vuelo desde Pichari. Cada helicóptero estaba encargado de sacar 13 hombres. Una vez que llegamos al lugar nos comunicamos con las patrullas para saber si la zona estaba asegurada, es decir, libre del enemigo, y nos dijeron que sí. El primer helicóptero ingresó a ‘Flora’ y no tuvo ningún problema en salir. Lo mismo pasó con el segundo. Entonces nos tocó el turno”.
“Entramos al helipuerto que habían improvisado las patrullas que íbamos a sacar. Bajamos y esperamos a que subieran. Subieron 12 y el último fue el capitán Jenner Vidarte. Un efectivo de la tripulación me avisó que los 13 ya estaban adentro. Entonces le digo al comandante Vásquez (el piloto): ‘Mi comandante, ya está la gente lista’. Y me contestó: “Muy bien. Número tres ¡saliendo!”. Entonces llegó el fuego. El sonido de la guerra
“El helicóptero se despegó de la tierra y se elevó hasta tres metros del piso y es allí cuando siento la ráfaga de una ametralladora que entraba en la cabina del piloto. A veces uno no se da cuenta de los disparos debido ruido del helicóptero y los audífonos que tenemos puestos. Por eso recién cuando me cayeron las esquirlas en la cara es cuando me doy cuenta del ataque”, continúa el capitán Matallana: “Entonces volteó hacia mi lado izquierdo para decirle a mi comandante que nos estaban disparando y debíamos salir rápido. Pero me encuentro su rostro lleno de dolor. Empieza a perder fuerzas y suelta lentamente los comandos. Me doy cuenta de que le habían impactado y que no podía pilotar”.
Los disparos continuaban. Los terroristas buscaban derribar la aeronave y acabar con la vida de todos los efectivos. Tenían en mente una carnicería, como lo hicieron en Anapati y en Sinaycocha. Precisamente las potentes ametralladoras que robaron de los helicópteros que destruyeron fueron usadas en el ataque de San Martín de Pangoa.
Eran segundos decisivos para el copiloto, el capitán Matallana.
El experimentado oficial se llenó de valor al ver a su comando muerto y resolvió continuar con la operación.
“A ver que el helicóptero se empezó a desestabilizar le dije al comandante, sin saber que ya estaba muerto: ‘Ya lo tengo, mi comandante. Y actúo desde mi comando. Agarro el control de la aeronave con la finalidad de salir del lugar, sin embargo, se encendió la grabadora del helicóptero y nos dicta las fallas que se registraban debido al impacto de las balas: ‘ falla en el generador número uno’, ‘falla en el generador número dos’, ‘falta combustible’. ¡Nos habían impactado 14 balas! Nosotros no pudimos responder el fuego desde el helicóptero porque en ese momento la reacción principal fue controlar la aeronave. Se me pasó por la cabeza regresar y atacar, pero al ver que la nave estaba en emergencia, resolví salir de la zona para salvar a la patrulla”, narra desde su lecho de herido el capitán Matallana.
“Le pregunto al ingeniero de vuelo (del helicóptero) cómo estaba la máquina, para decidir si debía aterrizar de emergencia y me responde: ‘No, jefe, sáquenos de aquí, no hay problema. ¡Sáquemos! Yo alcé vuelo y salí. Ya en el aire pregunto: ‘¿Y mi comandante cómo está?’ Y me contestan: ‘Ha fallecido’. Volteo hacia su lado y observo que su cuerpo se había ido hacia delante, hacia el tablero. Estaba sin vida”, señala el capitán, sin ocultar su pesadumbre. El comandante Esneider Vásquez y el capitán Matallana habían cumplido numerosas misiones juntos en la zona de guerra del VRAE.
“Era muy buena persona y piloto”, recuerda Matallana del comandante Esneider Vásquez: “Le decíamos ‘Gallo Claudio’ por el parecido con el dibujo animado. Le encanta su ‘chapa’, y él mismo se reportaba así cuando salía en vuelo y nos rectificaba cuando solo le decíamos ‘Gallo’ y no ‘Gallo Claudio’. Con él conformamos la tripulación para toda la temporada de 15 días en el VRAE. Nos dio recomendaciones antes del vuelo. Nos dijo que el comando nunca muere, que el jefe cae y asume el que le sigue y así sucesivamente. Me dijo que debía estar en condiciones de tomar la aeronave si algo pasaba y que me apoyara en la tripulación. Me decía: ‘Tienes que estar atento si me pasa algo. Tú ya estás en condiciones’. Entonces cuando lo vi herido automáticamente tomé los comandos de la nave y pude controlarla. No pensé que llegaría el día. Cumplí con sus instrucciones”.
Matallana tuvo que volver la mirada hacia el frente y continuar con el vuelo, porque en sus manos estaba la vida de toda una patrulla y del resto de la tripulación.
comando_pachacutec escribió:Honor y Gloria a los caidos en este nuevo ataque terrorista.
Una pena que no este en estos momentos por ahi.
Comandante Vasquez!
Capitan Vidarte!
Descansen en PAZ, Dios los tenga en su gloria compañeros, y esperenme!
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