Si hay que hacer cambios electorales, a mi me gusta el sistema de circunscripción única al estilo británico. La ventaja de tal sistema, en mi opinión, es que obliga a los cargos electos a estar pendientes de su distrito (no siempre, luego lo digo) y, por tanto, quita poder al partido.capricornio escribió: ↑06 Ago 2025, 10:01 Creo que si hubiese cambios debiera ser para sobreponderar al partido ganador y no hacerlo rehén de minorías. Un sistema más parecido al inglés. Pero posiblemente eso implicaría cambios en la circunscripción para encaminarnos a una única y vuelvo a decir lo de hecha la ley hecha la trampa, pues iríamos a coaliciones nacionales donde, visto lo visto, podrían agruparse partidos de ultraizquierda con otros de derecha independentista.
En los países anglosajones con ese sistema hay distritos que siempre votarán conservador o laborista aunque se presente el capitán Garfio. En esos distritos se suelen poner a los escogidos por el partido, al «núcleo duro» en el que confiar (Ávalos y demás).
Sin embargo, hay distritos disputados, que son los que deciden las elecciones, en los que cuenta mucho quién se presenta (igual que ocurre en las municipales). Postergar a un diputado que gana en uno de esos distritos, o que en el suyo tiene apoyo abrumador, es garantía de que en las siguientes elecciones ganen los otros, y acabar perdiendo. Fue el caso del incomodísimo Winston Churchill.
Además, para poder vencer en los distritos hay que estar presente y preocuparse por lo que ahí ocurre. Sobre todo, en distritos disputados. De ahí las visitas puerta a puerta, la implicación en problemas locales, etcétera. Es cuando el parlamentario tiene sentido: si son figurones del partido, daría lo mismo un sistema de voto electrónico donde Perico tuviera ciento quince y Juanito treinta y seis (y saldría más barato).
Esos parlamentarios que se han ganado el escaño a pulso, que tienen apoyo popular, con los que el partido no puede meterse, son los que pueden actuar con cierta libertad e incluso llevar a la caída de gobiernos que supuestamente tienen mayoría.
Pero no se hará. Los partidos son los primeros en no querer dar libertad. Si hasta se mantiene algo tan inconstitucional como la disciplina de voto con sanciones económicas.
Fuera de eso, el sistema francés de doble vuelta tampoco está mal, pero el problema estaría no solo en la desaparición de los pequeños partidos, sino que los periféricos perderían cualquier poder, con las consecuencias que dije. Guste o no, los catalanes indepes son también ciudadanos y no se les puede silenciar.
Con todo, la peor idea me parece la circunscripción única. Solo serviría para dar aun más poder a los partidos. Eso no impediría que surgieran rarezas como los del tiratartas, de Tío Gilito o los siesteros, pero dejaría fuera a los regionales (salvo que se aliaran, que me parece peligrosillo), la periferia no contaría nada, y todo se decidiría en Ferraz o en Génova.
Saludos