El Ejército del Aire español, al igual que el Ejército de Tierra, ha decidido adquirir mini aviones no tripulados para mejorar la seguridad de sus tropas desplegadas en el exterior y ha adjudicado su suministro por 1,96 millones de euros a la empresa Alfa Bravo Servicios Aeronáuticos S.L.
La Jefatura de la Unidad de Contratación y Gestión Económica del Ejército del Aire adjudicó provisionalmente el pasado 20 de noviembre a la empresa Alfa Bravo el suministro de un sistema de vigilancia aérea de corto alcance para protección de sus fuerzas en operaciones en el exterior, probablemente Afganistán. La contratación se llevó a cabo a través de una negociación sin publicidad (Expediente 402829400100).
El anuncio de la adjudicación, publicada en el portal de contratos del estado, no incluye el pliego de condiciones ni específica el modelo adquirido por el Ejército del Aire pero otras fuentes, como el portal el Confidencial Digital, aseguraron que el mismo que el elegido por el Ejército de Tierra, tipo Raven modelo RQ-11Ba, suministrado por la empresa estadounidense AeroVironment.
Cambio de contratista principal
En 2008, el Ministerio de Defensa español adquirió un primer lote de nueve sistemas (27 aparatos) mini UAV Raven a través de la empresa española Aerlyper por 3,09 millones de euros, es decir a una media de 114.000 euros por aparato.
Sin embargo, en el caso del Ejército del Aire el contratista es la empresa Alfa Bravo Servicios Aeronáuticos S.L.. En este caso y siguiendo el precio medio del Raven adquirido a Aerlyper, Aire habría adquirido unos seis sistemas (18 aparatos).
Con sede en Madrid, Alfa Bravo es una pequeña sociedad limitada cuyo objeto social es "la adquisición, disposición, venta y apoyo por cualquier titulo y causa de material relacionado con la aeronáutica, náutica y el espacio". Su página de Internet está en construcción (http://www.alfabravo.es/).
Características de los Raven
Los mini-UAV son similares a los aparatos de aeromodelismo (miden 1,5 metros y pesan 2,5 kilos) con un alcance de unos 10 kilómetros y van dotados de cámaras de vídeo, tanto ópticas como infrarrojas, de alta resolución que les permiten operar de día y de noche.
Con una autonomía aproximada de hora y media de vuelo, una velocidad media de 30 kilómetros por hora y una altura de entre 30 y 170 metros sobre el suelo, su función consiste en explorar rutas peligrosas y adelantarse al paso de convoyes o patrullas, para evitar ataques por sorpresa.
El lanzamiento se realiza a mano (en vez de necesitar una especie de catapulta, como modelos anteriores), el aparato se rompe al aterrizar (aunque puede rearmarse), y puede volar con ruta programada o dirigirse por control remoto. El operador dispone de un ordenador portátil, que recibe imágenes de alta resolución en tiempo real.
Desde su adquisición, han sido usados profusamente por las tropas españolas en Herat y Qala-i-Naw especialmente antes de salir de patrulla o escoltar convoyes de alimentos para información estratégica. Hace unas semanas, uno de los aparatos fue noticia después de que los insurgentes afganos lo capturasen tras perderse después de una emboscada a tropas españolas. Al parecer, los talibanes han pedido un rescate de 6.000 euros para devolverlo. Defensa no ha confirmado su pérdida y cuando fue preguntado entonces por Infodefensa.com un portavoz afirmó que el aparato "se había perdido" pero mostró la convicción de que podría ser recuperado.
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