25 Años de "IWIAS"
‘Cuando una hoja cae en la selva el águila la ve, la culebra la siente y el tigre la olfatea. El soldado Iwia, la ve, la siente y la olfatea’.
Entre las variadas anécdotas que surgieron a raíz de la Guerra del Cenepa, la más espectacular, fue captada por la interferencia “Comint” o sea por medio del espionaje de las comunicaciones a los peruanos.
El diálogo entre la patrulla y su base se produjo así: ¡matador!,
¡matador! monos atacan a patrulla “Roosevelt”, necesitan ayuda
urgente!.
La respuesta del mando peruano fue terminante:
¡Abandonen la zona que está cubierta por los “Iwias” !.
Hasta 1995, los soldados del Batallón Escuela de Operaciones Especiales (BEOES) 23 IWIAS, casi habían pasado desapercibidos por los mandos militares peruanos.
Los guerreros shuaras, legendarios por sus guerras, pertenecen a una étnia que tiene lazos familiares con los Achuar, Huaoranis, más conocidos como “Aucas” y con los temibles Tagaeris y Taromenane, que se aislaron de la civilización por la llegada de los españoles.
Esta comunidad, de más de 100.000 indígenas, se encuentran en las provincias de Morona, Napo, Pastaza y Zamora.
Desde 1981,bajo el mando militar del Crnl. Gonzalo Barragán, pasaron a convertirse en la fuerza indígena más letal que posee el Ejército Ecuatoriano.
Hasta la fecha se han graduado más de 18 promociones, las que llegarán a formar Brigadas de Operaciones Especiales, bajo el mando de la IV División de Selva”Amazonas”.
Pero, todo cambió desde el momento en que intervinieron en los combates contra las tropas peruanas, desde diciembre de 1994,hasta julio de 1995.
En las oportunidades que tuvieron de demostrar sus magníficas cualidades guerreras,en el sector de la “Y”, Cueva de los Tayos, Base Sur, Coangos y junto a las riberas del Cenepa, dejaron una estela de soldados peruanos muertos y desaparecidos, entre los que se cuentan más de 1.000 bajas de las tropas sureñas.
Quienes más padecieron en los enfrentamientos mortíferos con los “Iwias”, fueron los comandos paracaidistas de la DIFE y del FOES,o sea la élite de la élite, del ejército y la marina peruana!.
En las postrimerías de la guerra, los”Iwias” desbordaron los escalones de seguridad del destacamento peruano “Sldo.Pastor”, provocando una escalada de pánico en el mando peruano, que no atinaba a resolver sus problemas logísticos y tácticos
!Las mejores promociones de “Iwias”, como la de los guerreros Uyuncar y Tanquila, fueron asignados como instructores de la Escuela de Selva “Cap.Geovanny Calle”, para enseñar cómo se combate en la montaña, a oficiales paracaidistas llegados de Inglaterra, Francia, EE.UU, Brasil, Chile, Venezuela y las Guyanas!. En los cursos a oficiales extranjeros, los “Iwias”, dan cátedra del más alto nivel a la élite castrense del planeta!.
¿Cómo la ven desde ahí?
Pero, estos guerreros del Siglo XXI, no han abandonado sus costumbres milenarias como llamarse Muraya Shuar (gente de la montaña), Untsuri Shuar (gente numerosa) y Pakanmaya Shuar (gente de Transkutukú).
Tampoco han olvidado sus fiestas: de la Chonta, de Ayahuasca y del Wanto.
Existe,una concepción filosófica de los Shuaras,sobre la guerra, que es totalmente desconocida e incomprendida por Occidente,porque ellos identifican a la guerra, como “un mecanismo de justicia para restablecer el equilibrio de la naturaleza”.
Es por efecto de esta conceptualización que el guerrero Shuara o “Iwia” ,más conocidos como los “Diablos o Demonios de la Selva”, elimina. a sus enemigos a través de un acto profundamente religioso-místico!.
Hoy, cuando se cumplen los 25 años de su organización castrense, hago extensivo mi agradecimiento, a la étnia shuara, a la Fuerza Terrestre, por reivindicar el valor y las características telúricas del guerrero ecuatoriano autóctono, como ejemplo del soldado universal!.
Los Iwias reconocen el sonido que produce el caminar y las huellas dejadas por personas y animales. Pueden sentir y analizar hasta la rotura de una hoja silvestre. En el Cenepa, el uso de armas ancestrales incidió en los resultados de la guerra a favor de Ecuador. Los Iwias emplearon la temible pucuna (cerbatana).
La pucuna está elaborada con chonta, una de las maderas más duras de la selva. La longitud de esta arma fluctúa entre 2,5 y 3 metros. La pucuna lanza dardos de veneno proveniente de la hungurahua, al cuerpo del enemigo. Son delgados como un palillo dental y miden 30 centímetros.
Un extremo del dardo está impregnado de veneno mortal. El líquido de color negro es elaborado sobre la base de un bejuco selvático. Esta planta la cocinan durante un día. Los iwias tienen la destreza de lanzar los dardos desde 30 metros en zonas boscosas y 100 metros a cielo abierto.
Fuente:
http://www.diariocorreo.com.ec/archivo/ ... s-de-iwias