Estimado Giancarlo:
“…De ese número (35 cazas), y de esos cazas, jamás debimos salir en las últimas décadas…”
Exacto. Desde el segundo gobierno de F. Belaunde la FAP no ha tenido una proyección a largo plazo. Tengo entendido que las modernizaciones de los Mirge 5 a P3 y P4 fueron propuestas a raíz de la inferioridad de los “cazadores” frente a los Mirage F1 ecuatorianos, y F-5E chilenos, los cuales eran cazas dedicados. Por eso, en la segunda mitad de 1981 se decidió ir a por el Mirage 2000, en diciembre de ese mismo año se concreta la venta de 10 Mirage 5 a la FAA a ser entregados en un año, pero por la guerra en el Atlántico Sur, la entrega se adelantó a Junio de 1982. La compra del Mirage 2000 fue por 26 aparatos, con 10 opciones adicionales, lo que nos hubiese dado un margen de opertividad bastante aceptable.
Sin embargo, ya sabemos lo que pasó de 1985 a 1990 (los indicadores económicos del Perú después de Alan García, fueron tan desastrosos como los del Perú después de la GdP) y la brutal contracción de la economía en esos 5 años. A partir de ahí, la FAP ha ido a lomos de la improvisación y las adquisiciones poco transparentes (los rusos llamaron al compra de los MiG-29 bielorrusos “contrato de alas rotas” por el nulo soporte post-venta, por eso es que la FAP se vio en la obligación de adquirir 3 aparatos de stocks rusos).
“…¿y que paso con los Mirage 2000?...”
Ejemplo típico de desidia. Se dejó de atender al avión que debía ser la punta de lanza de la FAP dejar que languideciese para ahora ser un avión vintage. En otras palabras, un avión de 4ta generación como el M2000P en combate evolucionante o BVR está en inferioridad de condiciones a aviones de la generación anterior, como el Kfir FAC o Tiger III FACh, gracias al Python IV o V, visor de casco DASH y Derby… Y así hay gente que propugna “el avión más caro”, para que no necesite ser modernizado

. ¡Dios santo, Dios santo!
“…la gestión del material de guerra de la FAP fue y es un completo desastre…”
Es que la
Fuerza Aérea de un país, no es un ente aislado del país, es más bien, reflejo del mismo. No podemos exigirle a la FAP una planificación coherente, cuando la coherencia es lo que falta en las políticas del estado (ojo, digo del estado, no del gobierno).
“… ese desarrollo no nace sólo de una necesidad de defensa, sino de una visión de poder nacional, de la búsqueda de influencia global o regional. En otras palabras, esas potencias no se propusieron “ser independientes militarmente”, sino construir poder integral: económico, científico, industrial, cultural y militar. El desarrollo de su industria de defensa fue la consecuencia natural de ese proceso…”
Exactamente. No se puede tener un país militarmente fuerte, cuando no tienes instituciones sólidas, una economía saneada, una población mínimamente educada, necesidades básicas de las mayorías razonablemente cubiertas y una base industrial estable. Mientras seamos
el país chicha que somos (y la “viveza criolla” es responsable importantísima de esto: hasta que no nos demos cuenta que ese ventajismo innoble e inmoral, es el germen de la corrupción, de la informalidad y del atraso consuetudinario del Perú), poco podremos avanzar. Mientras la inestabilidad sea el signo más notorio de la política interna del Perú, poco podremos consolidadar en cuestiones de sociedad, ni que decir de un proyecto de país a largo plazo. En este panorama, dentro de nuestra juventud más capaz, pocos adolescentes buscarán ser empresarios/emprendedores exitosos y muchos preferirán la alternativa más fácil de ser diputados corruptos.
No es posible querer hacer tanques (¡diablos!, y escogen un modelo complicado como el K2, no se han detenido a pensar si el mantenimiento de la suspensión hidroneumática es viable, no porque no se pueda hacer, sino porque nos come todo el presupuesto) sin una base industrial mínima. En ese aspecto, la MGP ha obrado con mucho más sensatez: primero se ha afirmado en el negocio naval (reparaciones, y construcciones modestas como remolcadores; algo necesario para sobrevivir el periodo de sequía que duró todo el fujimorismo y buena parte de los gobiernos posteriores), para luego, paso a paso, ir por proyectos cada vez más ambiciosos. Creo que aunque la modernización de los submarinos es definitivamente muy tardía, al menos va a dejar una generación de trabajadores del SIMA entrenados en el corte y soldadura de los anillos de un submarino (y por lo tanto, el ensamblaje de los mismos se convierte en un horizonte alcanzable).
“.. En América Latina, con flotas aéreas reducidas y muy bajos niveles de operatividad, un conflicto duraría semanas. En ese breve lapso se define todo —en el aire, el mar y la tierra— pero especialmente en el aire, solo la preparación previa marca la diferencia...”
Esa estimación es correcta. 1 mes en un conflicto localizado como máximo, con 1 semana de alta intensidad antes de que se depleten los stocks. Y ahí viene el drama del Perú: aguantamos esa semana? NO. Y es un no rotundo. ¿Cuántas horas vuelan ahora nuestros pilotos cazadores? Lo ignoro, pero podría apostar que mucho menos que las 120 horas que se volaban a fines de los 70s.
“… -Tenga un stock suficiente de armamento y repuestos…”
No los hay.
“…Haya trabajado líneas de suministro alternas y capacidad de producción o reacondicionamiento local…”
No las hay… y alternativas locales ni en nuestro sueños más húmedos.
“…Relaciones diplomáticas sólidas con países que puedan brindar apoyo, incluso de manera discreta…”
No las tenemos.
“…Y una planificación de defensa coherente, no dependiente del gobierno de turno ni de coyunturas políticas algo que en el Perú no conocemos aún…”
¿Coherencia? ¿Qué es eso?. El cortoplacismo miope es la norma.
“…Tenemos que trabajar no solo comprando cazas, también con infraestructura, doctrina, alianzas, conocimiento y visión estratégica a largo plazo… En cambio, un país como el nuestro que no ha resuelto sus bases estructurales —educación, industria, energía, investigación— y decide “crear una industria militar nacional” está construyendo un castillo sobre arena movediza estimado…”
Desgraciadamente, esa es una voz en el desierto. Desgraciadamente, por lo que he podido leer, la demagogia, desinformación, conocimiento a medias, mediocridad y estulticia, campean en el mass media peruano. Todavía hay muchos en el Perú que confunden el concepto de subsuelo rico, con país rico. El Perú es un país pobre, no porque su subsuelo sea pobre, sino porque su población piensa como pobre (incluso las clases más privilegiadas) y se comporta como tal. A las pruebas me remito.
“…la tan repetida independencia armamentista es un mito…”
Absolutamente, pero ¿qué bien vende, no? Agitas el capote de la demagogia (“vamos a hacer tanques/submarinos para la Argentina/cofabricar el Borromae –podría ser la Estrella de la Muerte y cuela igual-/somos socios privilegiados” y demás barbaridades semejantes) y todo solucionado.
“…No se trata de “elegir bando”, sino de entender dónde estamos parados y qué podemos ganar en el proceso… Durante décadas nos hemos mantenido atrapados en visiones ideológicas que nos condenaron al estancamiento y al retraso, mirando a EE.UU. como el “cuco del barrio” y a China o Rusia como los “libertadores” del sistema…”
Eso también es correcto. Como lo dije,
no es necesario ser grande para saber jugar. Hay países pequeños que son expertos en el juego. El problema es que en el Perú (y yo diría que en América Latina) la izquierda es de lo más cavernaria, dogmatizada y destructiva. De hecho, es tan perniciosa y virulenta que hasta ha contagiado sus formas a España. Y la vocación de Sísifo del Perú es proverbial: luego de 4 décadas de subir la cuesta con un peso encima, a la quinta en lugar de elegir bien, elegimos con el hígado (el anti-voto), y no votamos “por-algo”, sino “contra-algo”, y así se elige a un caudillo salvador, que nos conducirá nuevamente cuesta abajo, hasta nuestro nadir. Ah, y la derecha tampoco se libra: egoísta hasta la mezquindad, miope y más preocupada por conservar sus pergaminos -inutiles- de clase, que de dirigir al país.
“…Si actuamos con madurez estratégica, podemos llegar a ser un punto de anclaje de poder en Sudamérica, no un simple espectador más. Pero para eso debemos abandonar el complejo de país víctima y pensar como nación adulta…”
Dios te oiga, aunque lo dudo (no que Dios te oiga, sino que sigamos la senda adecuada). "Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio"

Saludos cordiales.
PS: Arrastraba el error del Sujoi 22 del segundo lote desde 1981 (y estaba a punto de comenzar a dibujar para Shipbucket un ejemplar con la configuración M4

, menos mal que aún no lo había hecho). ¡Muchas gracias, hombre!
