Edwin.B escribió: ↑29 Sep 2023, 01:55
Un cohete sí, un misil es mucho más costoso.
Pues no.
El coste unitario de un proyectil de artillería tampoco es pequeño, especialmente los de artillería pesada; de hecho, los Iowa, durante su reactivación, empleaban proyectiles almacenados, ya que fabricarlos nuevos resulta demasiado caros. Aun así, aceptemos que sean baratos.
Lo malo es que si no nos fijamos en el coste unitario, sino en su eficiencia, la relación resulta un poco peor. Se debe a que la tasa de impactos de la artillería naval de la SGM era ridícula. Por muchas causas, como puedan ser la dispersión de los proyectiles (que a su vez tiene muchas causas) o los métodos de disparo. Era muy infrecuente conseguir más de un impacto con una salva: quiere decir que, cuando un acorazado norteamericano disparaba, podía esperar, a lo sumo, conseguir un impacto de cada nueve. En el combate del Estrecho de Dinamarca, librado a distancias relativamente pequeñas (unos 15.000 m), el Hood recibió dos o tres impactos (no hay evidencia segura), el Prince of Wales, siete (tres de 380 mm y cuatro de 203 mm), y el Bismarck, otros tres de 381 mm. Para conseguir esos tres impactos, el Prince of Wales disparó dieciocho salvas (no todas completas): al menos, ciento cincuenta disparos. Un acierto de cada cincuenta, a distancias entre 14.000 y 17.000 m. Olé.
En el segundo combate de Guadalcanal, el Washington y el South Dakota dispararon contra cruceros japoneses varias salvas sin conseguir ni un impacto. Luego, el South Dakota fue cañoneado a corta distancia por el Kirishima (unos 7.000 m): disparó veintidós proyectiles de 356 mm y consiguió entre uno y tres impactos (según el reporte original) y seis (un estudio reciente que puede revisarse en NavWeaps.com).
Después, el Washington tomó el relevo y hundió al Kirishima a cañonazos, consiguiendo la mayor tasa de impactos de todo el conflicto, eso sí, a corta distancia y con trayectorias tan rasas que casi era como disparar con un fusil. No se sabe con seguridad cuántas veces fue alcanzado; según los norteamericanos, tres veces en las primeras cinco salvas, pero los oficiales japoneses de control de daños contaron veinte impactos de cañones pesados. Varios, de proyectiles que habían caído cortos pero que siguieron una trayectoria submarina en plan torpedos. Sin embargo, fue excepcional: poco después, durante la operación Torch, el Massachusetts alcanzó al Jean Bart (que estaba amarrado) con la quinta salva: un impacto de cuarenta y cinco.
En el combate de Surigao, el West Virginia consiguió el increíble acierto de alcanzar al Yanashiro con la primera salva (a 22.000 m y de noche). Aun así, ese acorazado disparó noventa y tres proyectiles esa noche, y solo una fracción alcanzaron a sus enemigos. Por ahí tengo el gasto de municiones en ese combate (no a mano) pero creo recordar que rondaba los trescientos proyectiles de 356 mm y 406 mm.
Por el contrario, un único proyectil guiado (sea un misil, sea de 155 mm) consigue el mismo efecto que varias salvas de artillería pesada. Obviamente, pueden volverse a fabricar proyectiles de 406 mm y equiparlos con un sistema de guiado; mejor no imaginar lo que pueda costar poner en marcha la producción. Entonces, queda lo de montar el cañón en algún sitio: los últimos monitores (la clase Roberts) se iba a las nueve mil toneladas.
Lo dicho, hay ocasiones en las que lo supuestamente barato, el proyectil de artillería, sale carísimo.
Saludos