El Orión se modernizó para navegar 
 
Un trazado de líneas blancas marca la cubierta del buque de investigaciones Orión. En el área de 105 metros cuadrados, el antiguo mástil que acompañó por 27 años a la embarcación ecuatoriana se reemplazó  por una moderna plataforma de vuelo. 
El barco fue hecho  en Japón y está a cargo del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar). En   una sala interior   conserva la imagen de una geisha, y frente a ella    la foto de la primera expedición a la Antártica (1988)  cubre la pared. Esta es  una de las áreas sin cambios. 
Otras, como la sala de máquinas, fueron totalmente renovadas. El capitán  Pablo  Pazmiño  explica que las máquinas principales  se  cambiaron por tecnología extranjera. “Con  los arreglos, el buque tendrá  25 años más de vida”.  Esto con una inversión de USD 5 millones y  tres años de trabajos. 
La sala de controles ahora luce despejada. Las  pesadas máquinas fueron sustituidas  por circuitos. La tecnología microchip  permitió el paso del sistema manual al control digital de los motores.  
Entre los equipos resalta el Simorec, un regulador de velocidad. El sistema automático, marca Siemens, permite navegar a 12 nudos (22 km/hora), sin emitir ruido; algo básico para operaciones silenciosas  en investigaciones de biología y oceanografía.  
Frente a una pantalla, el suboficial Gerardo Carvajal vigila los sistemas de propulsión de la nave. A diferencia de otros buques que funcionan con combustible, el Orión opera con electricidad. 
“Tres generadores de 590 kilovatios   mueven al buque”, comenta. Los ‘Caterpillar’ producen electricidad que mueve  las hélices  para darle impulso al barco. 
Fander Santillán, supervisor del proyecto, dice que su funcionamiento es similar al motor de una licuadora, pero 100 veces más grandes .   “Solo para los  motores se consumen unos 800 kilovatios”. 
Todo el manejo de los motores depende de un ‘software’ Siemens, pero el sistema de control auxiliar opera con un programa creado por  técnicos ecuatorianos. 
Santillán dice que el  ‘software’ nacional permite vigilar el funcionamiento de  bombas de presión, voltaje y ventiladores. “Todo  se hizo con manos ecuatorianas. La ingeniería naval dio  un gran paso”.   
  
Ya en la popa, la parte trasera del buque, un brazo mecánico se despliega. El nuevo  instrumento sirve para la instalación de boyas en altamar. 
La grúa   levanta ocho toneladas, lo que ayuda a medir las condiciones atmosféricas y oceanográficas en el Pacífico  ecuatorial.  
La cabina de gobierno  también se modernizó. En la consola de mando resaltan los ojos del buque. Son los dos nuevos radares.   
Un grupo de manchas rojas marca en las pantallas la división entre mar y  tierra. De esta forma, se  sondea el perímetro y se marca la ruta que tomará el barco. 
El desplegador de carta electrónica (Ecdis), fue otro  cambio. Este contiene la  información del perfil costanero. “Antes nos guiábamos por las cartas en papel,  ahora es electrónico”, cuenta Pazmiño. 
Cerca de ahí, está  el área de comunicaciones. Sobre un escritorio, se puede encontrar desde  un fax hasta conexiones para Internet. La radiotelefonía es una opción, pero hay otros equipos. 
El VHF sirve para enviar comunicaciones hasta  20 kilómetros de diámetro. Funciona a través de energía electromagnética. Y el sistema HF permitirá hasta 300 kilómetros de rango de alcance. 
En tanto que el Inmarsat (Internacional Maritime Satelital) permite enviar y recibir correos electrónicos en un rango de 70 grados de latitud  norte y  sur.
En sus tres viajes a la Antártica, el buque tuvo  sus hazañas.  En uno de ellos, llegó  hasta los 67 grados de la latitud sur, en el límite de los hielos eternos del casco  polar. La tripulación espera estrenar   al renovado Orión que    depende  del  Instituto Antártico Ecuatoriano.
Otras adecuaciones
Los colores rojo y blanco hueso del Orión   servirán para identificarlo en medio del  hielo de los casquetes. 
El GPS (sistema de posicionamiento global)   fue cambiado por uno de tipo portátil.  
La  planta  de  ósmosis inversa también  tuvo modificaciones. Esta sirve para cambiar  el agua salada en potable.
Se lo llama  buque ‘verde’    porque tiene   una  planta de tratamiento de desechos para evitar la contaminación. 
La nave    tiene  cuatro  laboratorios:   oceanografía, meteorología, hidrología  y  biología marina en el terreno    de la   investigación .Ahí podrá aterrizar un helicóptero tipo bell 206, de hasta 3 200 libras de peso, para operaciones logísticas en sitios inaccesibles en el mar. Esta   zona   fue una de las   innovaciones del  Orión, que se modernizó en  un 70%.