Rotax escribió:En cualquier caso, hemos soportado la manipulación recíproca durante cuarenta años, por lo que, por cierto sentido de la equidad, deberíamos soportar perfectamente bien este tipo de planteamientos ¿o es que sólo es malo cuando se manipula en un sentido?
Ahhhh, vamos, se trata de eso. Y yo que creía que tras la manipulación se trataba de sacar a relucir la verdad sin mordazas. Pero cuando la verdad duele y no coincide con el planteamiento subetivo, entonces se recurre a “la recíproca”. Muy objetivo y muy histórico.
Comprenderá que haya gente que no trague con esas ruedas de molino, por mucho que quiera aplicar “la recíproca”
Rotax escribió:Pues, de nuevo, le contradigo. Viene totalmente al caso. Ilustra con quién se codeaba el gobierno español de la inmediata posguerra. La foto es la del pequeño Heinrich en su visita a España en 1.940. Y estoy seguro que no cree que tal ejemplar fuera otra cosa que un mionstruo, sea en su condición de jefe de las SS o en su condición de ministro de Interior
No, no viene al caso porque se trata de manipular por medio de la imagen. El gobierno de esas fechas se “codeaba” con quien le había ayudado en la guerra civil recién terminada, independientemente de los actos coetáneos y posteriores que realizase el sujeto.
¿Por qué no ha posteado una foto de la visita del almirante Canaris?. Mire, era también alemán, jefe de los servicios de inteligencia militares, pero también miembro de la Resistencia contra el nazismo, por lo que fue ahorcado en Sachenhausen a finales de 1944. ¿Por qué no pone que también el gobierno de entonces también se “codeaba” con personales de la residencia interior alemana?.
No interesa, porque estropearía esa burda propaganda tan bonita.
Rotax escribió:El Gobierno Nacional no paseó a nadie, ni celebró juicios sumarísimos, ni aplastó toda disidencia política, ni utilizó a los prisioneros de guerra como mano de obra esclava. Los campos de refugiados en francia son producto de la imaginación de un gobierno iluso y mentiroso.
El Gobierno nacional no “paseó” a nadie. Celebró juicios sumarísimos, como era costumbre en la época, que era una época muy violenta a nivel mundial, ya que celebraron juicios sumarísimos alemanes, franceses, belgas, holandeses, italianos, ingleses, norteamericanos, japoneses, chinos, etc, etc. Y si, aplastó la disidencia política, porque hubo una guerra civil política, y en estos casos, no solo en España, el gana es el que se impone. Pero no debió aplastarla tanto, ya que los hijos y los nietos del régimen son los que conforman la izquierda actual.
Si quiere llamar a los campos de Francia “campos de refugiados”, allá Vd. Yo los llamo simplemente campos de concentración, porque mi abuelo materno estuvo en uno de ellos, donde sólo salía a trabajar haciendo carbón vegetal en unas condiciones de trabajo similares a lo que Vd. llama “mano de obra esclava”, con la diferencia de que esa “mano de obra esclava” se trataba de presos que redimían sus penas con el trabajo, como se hacía en todo el mundo, y en mejores condiciones que hicieron otros presos tras la SGM, porque, por poner un ejemplo, no se les obligó a desminar campos o desmontar artefactos explosivos como ocurrió en Francia, por poner un ejemplo
Rotax escribió:Y para que todo no sea disidencia, sí estoy de acuerdo con usted en que habría que dejar la "memoria" como tal, y si hay familias sufriendo desde entonces, confortarlas de una manera mucho mas discreta y mucho menos interesada políticamente.
La memoria es un invento falaz y orwelliano para tratar de reescribir la Historia. Desde 1970 se ha escrito de todo sobre la guerra civil, incluso sobre la represión en el bando nacional en vida de Franco (creo que es el Extra nº 5 o 6 de Historia y Vida, dedicado únicamente a este aspecto, y creo que apareción en el 74 o el 75, ya que aún lo tengo en casa de mis padres), y mire, mi abuelo, después de tres años en un campo de concentración francés, pudo volver a España, fue depurado y perdió su carrera (era maestro nacional), y no necesitó ninguna confortación para trasladarse a Barcelona, montar su negocio, y hacer dinero. Y tampoco le pusieron pegas en que su hija, mi madre, se casase con un militar del ejército franquista, a pesar de ser “un rojo peligroso” (según consta en su expediente de depuración).
Lo que hay ahora es un intento de reescribir la historia, de forma interesada políticamente, y precisamente animada por quienes mamaron de las ubres del régimen para hacerse perdonar sus “pecados de origen”.