EL COMBATE EN GALERAS
España, en el siglo XVI, tenía dos tipos de marina : la marina de galeras en el Mediterráneo y la marina de galeones en el Atlántico. Eran dos marinas totalmente diferentes entre si, tanto en la jerga marinera que empleaban, en la forma de navegar y en las cualidades del personal que exigían para el manejo de los barcos y para el combate. “
En la marina de galeras todo era más austero, funcional... y poco higiénico. Dícese que las galeras de noche, se detectaban por el olor, mal olor, a más de 4.000 metros” (General de IM Alaez)
La galera, en aguas calmas, y cuando la artillería no se había desarrollado presentaba ventajas para el combate. Era rápida, con baja silueta y podía maniobrar con facilidad con los remeros (chusma). Los cañones, fijos a proa, podían lanzar una andanada que hacía el efecto del espolón de las antiguas y magníficas trirremes griegas pero, la verdadera potencia de combate (fuego y choque) era proporcionado por los arcabuces y el asalto de la infantería embarcada. La potencia de combate de la galera, sin infantería, era prácticamente nula.
En la galera había un jefe de guarnición - capitán si embarcaba una compañía - que, teóricamente, estaba subordinado al capitán de la galera pero, la realidad, es que se generaban continuas situaciones conflictivas entre los dos mandos. Los arcabuceros, en la práctica, eran una “artillería ligera” que actuaba por el fuego desde las falcas entre los remos y, después, realizaba el abordaje desde una pequeña plataforma de la arrumbada. En general una mitad de la fuerza realizaba el asalto que era apoyada por el fuego de la otra mitad. La fuerza de asalto a su vez se dividía en dos mitades : la fuerza de choque, que tomaba como “base de partida” la arrumbada de la galera enemiga y desde allí proteger el “avance” de la reserva. La fuerza de guarnición, para la defensa de la nave, se dividía en
vanguardia (que defendía el tercio delantero de la nave, cubriendo la arrumbada, la crujía y los corredores laterales),
batalla ( cubría el centro de la nave; allí combatió Cervantes en la galera “Marquesa”),
retaguardia (defendía el tercio de popa) y
socorro (reserva que se mantenía bajo cubierta).
El combate
· El soldado de galeras intervenía en los dos cometidos del combate : abordaje y defensa de la nave. Al avistarse la galera, o escuadra enemiga, se daba la alarma, todos los infantes acudían a tomar las armas y ocupaban los lugares asignados en el plan de combate rápidamente, en silencio y con disciplina, ya que se trataba de un movimiento repetidamente ensayado en prácticas y ejercicios.
· Se distribuía la munición, la pólvora y la mecha; se establecían depósitos de munición, en lugares protegidos y cubiertos por lonas embreadas, y se cubrían los puestos de contraincendios con cubos y baldes de agua. El capellán incitaba a la reconciliación con Dios y al deber de defender las armas del rey y, después, se retiraba a su puesto; el médico hacía lo propio en espera de que les llevasen los heridos y moribundos. Tras la arenga del capitán de la galera, y de su jefe natural, unos infantes permanecían guardando sus puestos y otros colaboraban con la marinería en el gran esfuerzo de maniobra para obtener una posición favorable para el abordaje. Todos ayudaban al cómitre para sacar el máximo rendimiento de los forzados.
· Los infantes, iniciado el fuego artillero, actúan como sirvientes de las piezas, retiran a los heridos, apagan fuegos y remedian daños. Conforme se aproximan a las naves enemigas vuelven a sus puestos de combate, preferentemente, en las arrumbadas, corredores, fogón y esquife, todos lugares de cierta altura. La galera bien enviste a otra de proa o, a veces, se abarloa amura contra amura y, mientras, la artillería y los arcabuces actúan a corta distancia. El trozo de abordaje toma sus elementos de protección (petos, capacetes y rodelas) y las armas de combate (espadas, partesanas y medias picas) y se sitúan a proa. El ataque se cubre por el fuego mientras la galera se traba, con la enemiga, con cadenas destinadas a ese fin. El grupo de abordaje toma la arrumbada y la crujía enemiga y luego sigue adelante en un combata cuerpo a cuerpo, hasta la derrota del oponente.

¡¡Valientes eran, caramba, nuestros infantes, porque el combate era terrible y las bajas enormes!!

. Por ejemplo en la batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571):
· <<<<
Flota de la Liga : Intervinieron.- 208 galeras y otro buques con 12.920 marineros,42.500 remeros, 28.000 infantes (Bajas :7.656 muertos y cerca de 8.000 heridos) .
· <<<<
Flota Turca : Intervinieron.- cerca de 260 galeras con 13.000 marineros, 41.000 remeros, 34.000 soldados( Bajas :20.000/30.000 muertos y heridos)
· En los grandes combates de escuadras, con frecuencia, las naves capitanas entablaban un combate singular, recibiendo continuamente refuerzos de las demás galeras. Los españoles – que lucharon, en muchas ocasiones, contra turcos y berberiscos - estaban mejor dotados de armas de fuego, pero tenían que soportar verdaderas nubes de saetas.
El inmortal Cervantes que fue soldado de marina, en su curioso
“Discurso de las armas y de las letras”, después de expresar los grandes peligros a que se expone el que sigue la profesión de las armas, con respecto al combate en galeras, dice :
“ y si este parece pequeño peligro, veamos si le iguala o hace ventaja el de envestirse dos galeras por la proa en mitad del mar espacioso, las cuales enclavijadas y trabadas no le queda al soldado más espacio del que conceden dos pies de tabla de espolón, y con todo eso, viendo que tiene delante de si tantos ministros de la muerte que le amenazan, cuantos cañones de artillería se asestan de la parte contraria, que no distan de su cuerpo una lanza, y viendo que al primer descuido de los pies, iría a visitar los profundos senos de Neptuno, y con todo esto, con intrépida razón, llevado de la honra que le incita, se pone a ser blanco de tanta arcabucería, y procura pasar por tan estrecho paso al bajel contrario; y lo que es más de admirar que apenas uno ha caído donde no se podrá levantar hasta el fin del mundo, cuando otro ocupa su mesmo lugar; y si éste también cae al mar, que como a enemigo le aguarda, otro y otro le suceden, sin dar tiempo al tiempo de sus muertes; valentía y atrevimiento el mayor que se puede hallar en todos los trances de la guerra”
Referencias :
(1) .- Historia de la Infantería de Marina española (Generales de IM Rivas Fabal y Aláez). (2).- La Infantería de marina Española. Historia y Fuentes( Hugo O’Donnell y Duque de Estrada) y (3).- Historia de la Infantería de Marina. (R. Rodríguez Delgado).
SALUDOS