Bombas BEAC

Equipos y sistemas de armas de las FAS españolas. Desde el tanque Leopard-2 hasta el caza Eurofighter y las fragatas F-100.
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Coronas
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Mensaje por Coronas »

¿Hay algo de cierto en el rumor que circuló sobre la investigación de este tipo de armas tras la trágedia del camping "Los Alfaques"?

El 11 de julio de 1978 un camión cisterna cargado con 25 t de propileno licuado salió desde Tarragona de la refinería Enpetrol, y se dirigió hacia el sur por la actual N-340. La cisterna tenía una capacidad aproximada de 45 m³ y la cantidad cargada era de 25 t cuando la máxima cantidad permitida era de 19,35 t a una presión de 8 bar y a 4 ºC. Además, la cisterna, fabricada en acero al carbono, no disponía de ningún sistema de alivio de presión.

Tras recorrer unos 100 km, a la altura de Sant Carles de la Ràpita, el camión explotó mientras pasaba por delante del camping de los Alfaques. En ese momento, el camping tenia registradas unas 800 personas, y se calcula que entre 300 y 400 se encontraban dentro del radio de explosión. Se ha calculado que el radio de explosión fue entre 100 y 200 m, y que mató instantáneamente a un centenar de personas.

El análisis del accidente ha determinado tres posibles causas:

el sobrellenado del tanque causó la ruptura hidráulica de la cisterna, con la consecuente evaporación y expansión del gas licuado, dando lugar a una explosión de tipo BLEVE. Ésta fue la causa oficial según el tribunal de Tarragona.
Una fuga en la cisterna produjo una nube inflamable de propileno que se incendió al encontrar un punto de ignición. El calor del incendio produjo el calentamiento del interior del tanque, provocando un aumento de la presión interna al evaporarse el propileno que produjo igualmente una BLEVE.
El camión sufrió un accidente de tráfico con fuga de propileno que se incendió, dando lugar a una súbita bola de fuego y posteriores incendios.


Hubo 217 muertos, innumerables héridos y arrasó un camping de 10.000 m2.



Saludos


"Todo plan es perfecto hasta que se lleva a la práctica"-Helmut Von Moltke Imagen
tayun
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Mensaje por tayun »

Queridos Montejurra, Coronas e Ismael, un saludo para vosotros y el resto de participantes del foro.


Los datos sobre el desastre del camping Los Alfaques son absolutamente ciertos y demuestran el daño causado por una explosión tipo BLEVE. En su momento, dicho accidente significó un punto y aparte en el transporte de mercancias peligrosas por carretera. Pese a la enorme tragedia producida, hay que tener en cuenta que se trató de un hecho fortuito tocado por la mala suerte y la negligencia en el trato y transporte de materiales peligrosos, no fue provocada por un arma destructiva utilizada como tal, es decir, no se hizo estallar a una altura determinada ni se mezclaron componentes encaminados a la mayor destrucción posible del área afectada. Este tipo de explosiones "civiles" producen terribles daños basados en el principio de funcionamiento de las bombas BEAC, es decir, las bombas aire-combustible. Eso sin ser pensadas como arma.





En las últimas décadas se ha prestado poca atención al desarrollo de ciertos tipos de armas que por sus características especiales podrían convertirse en un eslabón intermedio entre las armas convencionales y las armas de destrucción masiva. Como armas de destrucción masiva los organismos internacionales incluyen: las armas atómicas, las armas compuestas por material radioactivo y las armas letales químicas o biológicas. A estas últimas se han sumado las armas radiológicas y su variante más simple, las "bombas sucias" elaboradas con explosivos convencionales y materiales radioactivos.

Pero vallamos a ese eslabón intermedio. Se trata de sistemas de alta potencia letal basados en tecnologías convencionales que quedan fuera de la tipología antes mencionada. No entran dentro de los parámetros de las armas de destrucción masiva, pero tampoco son realmente armas convencionales clásicas. La importancia de este tipo de armamento que se situa a medio camino entre ambas clasificaciones, se refleja en la preocupación de determinados gobiernos por evitar su difusión incontrolada y, más aún, que lleguen un día a ser accesibles a determinados estados, o lo que es más peligroso, a entidades no estatales. En algunos estudios gubernamentales sobre posibles amenazas militares se añade este tipo de armamento a la lista de armas de destrucción masiva cuya proliferación debe evitarse, incluso evocando el empleo del arma nuclear frente a ellas como instrumento de disuasión.

Por su grado de desarrollo actual pueden citarse dos ejemplos de este tipo de armas, las BEAC y las "bombas de munición masiva" (otro artefacto interesante). En ambos casos se trata de armas que exceden la potencia explosiva de un arma convencional, aunque sin llegar a la capacidad de un arma de destrucción masiva. Poco conocidas y producidas por muy pocos países, estas armas quedan fuera del marco jurídico internacional de la no proliferación y de los tratados de control de armamento. Es preciso señalar la escasez de fuentes documentales públicas sobre esta materia, cuya información detallada sigue siendo confidencial. Si embargo, esta limitación es lógica desde el punto de vista de la seguridad y contribuye a reducir el riesgo de una difusión incontrolada de conocimientos técnicos. La dificultad de acceder a fuentes fiables públicas con un conocimiento directo sobre este tipo de armas hace que la información técnica disponible sea imprecisa e incompleta. No son, ni mucho menos, tan fáciles de construir como "abrir una bombona de butano y encender un fósforo". Aunque a simple vista pueda parecer lo mismo, no lo es. El propio Gobierno español siempre ha sido todo evasivas respecto a este tema, así como por supuesto, el Ministerio de Defensa. No hay problemas, sin embargo, para certificar la compra de misles crucero Tomahawk o Taurus, o la de bombas de alto poder explosivo HE (con capacidad antibúnquer) GBU-24 o BLG 2000. No obstante, se pueden considerar suficientes los datos disponibles para extraer algunas conclusiones en un enfoque técnico y político de esta cuestión.

Ya sabemos que la BEAC se basa en un dispositivo que dispersa en el aire una nube pulverizada de combustible mediante un aerosol, cuya ignición se activa posteriormente con un detonador. En una primera fase, un misil o una bomba de caída libre compuesto por un contenedor de combustible líquido y dos cargas explosivas se lanza desde un avión. La primera carga explosiva abre el contenedor a una DETERMINADA ALTURA (este dato es fundamental) y el combustible se dispersa en forma de aerosol formando una nube que se mezcla con el aire. Posteriormente, una segunda carga explosiva actúa como detonador y produce la deflagración. La explosión produce una fuerte onda expansiva que causa graves daños en torno a su epicentro. Dicha onda expansiva tiene una DURACION MAS LARGA (otro factor fundamental) que la de un explosivo de alta potencia HE como el TNT, a la que se suma en el caso del explosivo aire-combustible una IGNICION (tercer factor a tener en cuenta) que puede alcanzar una temperatura de 3.000 ºC y la consiguiente propagación del fuego. El daño se extiende en un radio de centenares de metros. En ningún caso la BEAC desarrolla una energía similar a una bomba convencional, sino muy superior, aunque sí es cierto, Ismael, que utiliza esa energía con formas y efectos muy diferentes.

Los combustibles usados con mayor frecuencia para fabricar este tipo de armas son el óxido de etileno y el óxido de propileno, AMBAS SUSTANCIAS SON TOXICAS Y RESULTAN LETALES incluso si no se produce la deflagración (eso es un hecho facilmente constatable en cualquier manual de materias peligrosas). Una nube no detonada actuaría, por tanto, como un arma química.

El peso de las bombas BEAC conocidas públicamente oscila entre los 250 y los 1000 Kg. Podrás comprobar, Ismael, que sí tengo en cuenta el concepto del tamaño, y desde luego no son unas bombas demasiado "gordas" ni su capacidad de destrucción es proporcional a su tamaño. En otro momento hablaremos de las bombas "cortamargaritas" y sus diferencias y parecidos con el tema que estamos tratando.

La bomba aire-combustible, más potente que un explosivo convencional de alta potencia (más adelante podemos centrarnos si quereis en el aburrido tema de los picos de potencia y tal) no sólo destruye completamente la vegetación de la zona, sino también el equipo de combate, campos de minas, centros de comunicación, fortificaciones militares y personal. Al producir fuertes variaciones de presión de las que resulta imposible escapar, en áreas urbanas es muy difícil limitar a los combatientes el efecto letal, ya que este actúa igualmente sobre civiles que buscan refugio en el interior de edificios, sótanos y búnkers. Estas estimaciones están confirmadas por fuentes militares y esa es la razón de que los explosivos aire-combustible hayan sido denunciados por Human Rights Watch y otras organizaciones de derechos humanos que obtuvieron los informes directamente de la Defense Intelligence Agency norteamericana en virtud de la aplicación de la US Freedom of Information Act.

Dado el efecto de incineración que produce en el área de la explosión, el explosivo aire-combustible también se estima adecuado para atacar depósitos de armas biológicas reduciendo el riesgo de propagación de agentes nocivos. Por otra parte, este arma puede facilitar el aterrizaje posterior de helicópteros al ser empleada en una superficie con vegetación, dada su elevada capacidad destructiva en el epicentro de la deflagración, pero sin dejar cráter (¿tendrá esto último algo que ver con las cortamargaritas?).

Este tipo de armas ya ha sido probado en diversas modalidades en el pasado, aunque nunca a gran escala. Primero fueron ensayadas por algunos países de forma experimental, y posteriormente fueron empleadas por el ejército iraquí contra Irán en los años 80. Aunque las armas utilizadas por Iraq no eran de grandes dimensiones (de 250 a 500 Kg) su efecto fue devastador entre las unidades iraníes. La tecnología utilizada por Iraq no era autóctona, como ya sabemos. La Federación Rusa y los Estados unidos han desarrollado armas termobáricas para penetrar en túneles subterráneos protegidos, utilizándolas en Chechenia y Afganistán.

El principal problema que presenta el uso de explosivos aire-combustible contra objetivos de superficie es la imposibilidad de evaluar con precisión cuál será su efecto sobre las estructuras y objetivos que se pretende destruir, ya que influyen en él diversas variables difíciles de predecir, como la intensidad y la dirección del viento. Según la información disponible, actualmente no parece viable todavía hacer una bomba BEAC de más de 1.000 Kg, porque sería muy difícil mantener una mezcla proporcionada de agente explosivo y aire en un área de dispersión muy extensa. Sin embargo, su empleo masivo simultáneo en un teatro de operaciones puede tener efectos muy destructivos, que han llegado a ser comparados en medios militares a los de un arma nuclear de poca potencia, y constituir una amenaza importante contra la infantería. Es significativo que la Federación Rusa haya sustituido el misil nuclear SS-23, eliminado en virtud del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio de 1987, por el SS-26. Este misil, también denominado "Iskander", tiene distintas variantes dotadas de cabezas de guerra no nucleares, una de ellas de explosivo aire-combustible.



BUENO, ESPERO NO HABER RESULTADO DEMASIADO CANSADO Y QUE HAYA SIDO DE VUESTRO INTERES. UN ABRAZO A TODOS.


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Ismael
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Mensaje por Ismael »

Bueno, creo que empezamos a repetir las mismas cosas una y otra vez: sólo algunos "puntualizamientos", como diría maximo, sobre los números:

tayun escribió:En ningún caso la BEAC desarrolla una energía similar a una bomba convencional, sino muy superior,


Al contrario: una bomba BEAC desarrolla la misma energía que una bomba convencional del mismo tamaño (*), es decir, del orden de kilocalorías por centímetro cúbico: los mismos centímetros cúbicos (el mismo tamaño) desarrollan más o menos las mismas calorías (la misma energía). Es dífícil calcular cuál va a salir más energética (en la BEAC no necesitas llevar comburente: el aire va a a hacer ese papel, pero a cambio, como en el aire también hay nitrógeno, es muy poco eficiente: la eficiencia energética de la explosión de una BEAC es del orden del 40% .... más de la mitad de la energía se pierde en calentar ese nitrógeno que se "cuela" en la nube), pero siempre será del mismo orden.

Dicha onda expansiva tiene una DURACION MAS LARGA (otro factor fundamental) que la de un explosivo de alta potencia HE como el TNT,


Efectivamente, es un dato fundamental: la misma energía, repartida en una duración considerablemente más larga, supone una potencia (energía/tiempo) inferior a la de un explosivo convencional del mismo tamaño. En otra palabras, una bomba BEAC es considerablemente menos potente que una bomba convencional del mismo tamaño :wink:

a la que se suma en el caso del explosivo aire-combustible una IGNICION (tercer factor a tener en cuenta) que puede alcanzar una temperatura de 3.000 ºC y la consiguiente propagación del fuego.


Un punto interesante: el calor generado por el etileno es de 5 megajulios por kilogramo (*), prácticamente igual que los 4,2 megajulios por kilogramo que calienta el TNT .... pero, una vez más, el 60% se pierde en el primer caso. Si hablamos de temperatura generada, gana también el explosivo convencional :wink:

Finalmente:

Según la información disponible, actualmente no parece viable todavía hacer una bomba BEAC de más de 1.000 Kg, porque sería muy difícil mantener una mezcla proporcionada de agente explosivo y aire en un área de dispersión muy extensa.


No es tan complicado: como indicaba más arriba, el truco está en dividir el explosivo en varias submuniciones: es difícil mantener una mezcla en un área muy extensa, pues hagamos varias mezclas diferentes y tengamos, no un área extensa, sino varias más pequeñas (la ODS-OD rusa, por ejemplo, "dispensa" ocho submuniciones, las cuales se suponen equivalentes a las CBU americanas, es decir, otras tres sub-submuniciones cada una: un total de 24 "nubes" diferentes).

Un saludo.

(*) Ojo, volviendo al tema del tamaño, una cosa es tamaño y otra peso (que creo que estás confundiendo, como cuando hablas de las "dimensiones" en kilos de las bombas iraquíes :conf: ). Una BEAC pesa relativamente poco, para lo gorda que es (etileno y propileno son menos densos que cualquier explosivo sólido). Mira, por ejemplo, el "peazo bicho" de la animación de aquí (se ven bastante bien las dos detonaciones, y también el tamaño de la zona afectada: grande, por supuesto, pero tampoco como una bomba nuclear, ni mucho menos).

http://www.nawcwpns.navy.mil/clmf/faeseq.html


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tayun
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Mensaje por tayun »

UN SALUDO PARA TODOS. Creo que para los que esten interesados en el tema que tratamos, al final se llegará a tener una visión clara del asunto. Por mi parte es un placer contribuir y seguir aprendiendo de vosotros. Veamos si conseguimos profundizar un poco más.





Los explosivos aire-combustible representan la aplicación militar a los accidentes provocados por las explosiones de nubes de vapor y polvo que desde siempre han afectado a variedad de industrias. Los accidentes casuales por explosiones de nubes de vapor no solo significan una gran preocupación para las empresas refineras y químicas.

Cada año, un gran número de fuegos y explosiones se producen en las plantas industriales de todo el mundo como consecuencia del polvo de partículas. Infinidad de materiales forman nubes de polvo que pueden, de una forma bastante fácil, entrar en ignición y explotar. Este es un fenómeno muy bien conocido en las minas de carbón, almacenes de cereal en grano, serrerías e industrias del papel. Por ejemplo, de las 129 explosiones provocadas por el polvo de cereal entre los años 87 y 97 en los Estados Unidos, cerca de la mitad incluyeron al maiz; 11 fueron causadas por el polvo de trigo y 10 provocadas por el polvo de semillas de soja. Billones de pequeñas partículas altamente combustibles se producen por el rozamiento entre el grano, mientras las semillas son transportadas por cintas mecánicas entre los diferentes depósitos. Dentro de los contenedores cerrados, las partículas de polvo se elevan formando una nube. Cuando esa nube se mezcla en unas proporciones adecuadas con el oxígeno y entra en contacto con una chispa, o un simple cojinete recalentado de una de las cintas, el drama está servido.

Practicamente toda sustancia orgánica en forma de nube de polvo entrará en ignición a temperaturas inferiores a los 500 ºC, algunas a la temperatura de un fósforo recién apagado. El algodón, el plástico, el azúcar, la harina o el cacao pueden, bajo unas concretas condiciones, actuar como explosivos. Para que ocurra una explosión de polvo las partículas deben tener un cierto tamaño, y la cantidad de material fino por unidad de volumen deben mezclarse en valores que resulten críticos. Normalmente existe una relación directa entre el tamaño de la partícula y la explosión casual; cuanto menores son las partículas, más reactivo es el polvo resultante. Cuanto más pequeñas, con mayor facilidad se dispersan y quedan suspendidas en el aire, incrementando el potencial de ignición y propagación de la reacción. Las medidas de prevención aplicadas por la industria incluyen, cuando es posible, el aporte de nitrógeno purificador que asegure que la concentración de oxígeno se mantenga por debajo de la requerida para la combustión.

Para las explosiones de nubes de vapor existe un ratio mínimo, una mínima cantidad de vapor de combustible en el aire, por debajo del cual la ignición es imposible. Asimismo existe un ratio máximo, una máxima cantidad de combustible en el aire, por encima de la cual la ignición tampoco se produce. Estos ratios constituyen los límites inferior y superior de la explosión. Por ejemplo, para el vapor de gasolina estos límites se encuentran entre 1´3% y 6% de vapor en aire, mientras que para el metano es de entre 5% y 15% de vapor en aire. Infinidad de parámetros influyen en el potencial daño causado por la explosión de una nube de vapor, incluyendo la masa y tipo del material expandido, la fuerza de la fuente de ignición, y la naturaleza y forma en que el gas se propaga (si se trata de una capa de gas estable y laminar, o si por el contrario se inducen turbulencias en la nube, como las provocadas por los obstáculos naturales).

El TNT genera una sobrepresión de 4.000 psi en las proximidades de la fuente de la explosión, además de un significante calor radiado por la bola de fuego provocada. Las municiones convencionales de alto explosivo (HE) también producen fragmentos de metralla provenientes de la propia carcasa del ingenio, así como de los materiales situados en el área del objetivo y que resulten destruidos y lanzados por la sobrepresión causada en la explosión.

Los picos de presión creados dentro de la nube de aire-combustible detonada, alcanzan los 300 psi. Pero las municiones FAE afectan y provocan una carga de sobrepresión a una mayor superficie de una estructura afectada, que las causadas por una carga localizada provocada por un explosivo HE. Sus altas temperaturas de combustión también influyen en grado sumo sobre todo tipo de materiales. Todos recordamos los atentados del 11-S contra las Torres Gemelas: excepto si colocásemos las cargas de demolición pertinentes, no tenemos otra forma de hacer colapsar DOS edificaciones de esas características de la forma en que lo hicieron. Pese a los enormes impactos, lo que provocó esa forma de desmoronamiento fue la manera en que las altas temperaturas afectaron a ambas estructuras de acero y hormigón. Y es que no solamente los picos de potencia influyen en el grado de destrucción provocado, también la temperatura resultante producida. Al fin y al cabo el calor también es energía.

Existen enormes diferencias entre las explosiones de aire-combustible y las de alto explosivo (HE). Para la misma cantidad de energía, el HE produce una sobrepresión muchísimo mayor, pero un impulso de la onda de choque mucho más bajo que las FAE. La onda de choque del HE es de relativamente corta duración, mientras que la producida por la FAE es relativamente más larga. La duración de la fase positiva de una onda de choque es uno de los parámetros fundamentales para saber la respuesta de una estructura hacia una explosión.

Es importante concretar la distinción entre DETONACION y DEFLAGRACION. La detonación es el proceso de iniciar una explosión, mientras que la deflagración consiste en que la sustancia arde súbitamente con llama y sin explosión. Aunque la detonación producida en la combustión produce los daños más severos, la rápida deflagración de la nube de gas provoca una veloz propagación de la llama que influye significativamente en los parámetros de la explosión.

Los efectos de la explosión FAE vienen determinados no sólo por la cantidad de combustible, sino de forma más significativa por el proceso de combustión de la nube. Se pueden generar presiones significativas tanto mediante detonaciones como mediante deflagraciones, de hecho muchas de las explosiones FAE son deflagraciones, no detonaciones. La velocidad de la llama en una deflagración es subsónica, aumentando en áreas restringidas y disminuyendo en áreas abiertas. Una detonación, sin embargo, es supersónica y se desplazará en este régimen a lo largo de toda la nube de gas. Esto crea unos picos de sobrepresión mucho mayores y una mayor cantidad de energía en la explosión. La velocidad a la que se mueve el frente de llamas es directamente proporcional a la cantidad de sobrepresión creada. Se ha comprobado que se obtienen altas velocidades del frente de llamas y sus consecuentes sobrepresiones cuando ha existido un confinamiento que limitaba la expansión del fuego e incrementaba la turbulencia de las llamas. Estas condiciones son evidentemente más difíciles de conseguir cuando hablamos de espacios abiertos.

Historicamente, el modelo seguido por las explosiones aire-combustible se ha visto sujeto a numerosas incertidumbres consecuencia de un inadecuado entendimiento de los efectos de deflagración. De acuerdo con los actuales modelos, las relaciones explosión/daños/bajas son representados mediante diagramas de Presión-Impulso (P-I) que incluyen los efectos de la sobrepresión, presión dinámica, y duración de los pulsos e impulsos de la onda. Los picos de sobrepresión y la duración de los mismos son utilizados para calcular el impulso de la onda de choque. Algunos modelos avanzados de explosiones ignoran los efectos de la reflexión de las ondas explosivas en las estructuras y edificaciones, pero eso puede producir resultados erróneos (tanto por exceso como por defecto) en la estimación de vulnerabilidad de dichas edificaciones. Un software altamente sofisticado es usado para construir modelos tridimensionales de los efectos de las explosiones aire-combustible, lo que permite una evaluación de los daños provocados en una estructura como resultado de una primera explosión acompañada de las explosiones secundarias producidas por la nube de vapor.


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Ismael
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Mensaje por Ismael »

Si me permites otro comentario (esta vez no es para llevar la contraria :wink:) :

tayun escribió:Algunos modelos avanzados de explosiones ignoran los efectos de la reflexión de las ondas explosivas en las estructuras y edificaciones,


Ya que lo mencionas, la reflexión de la onda expansiva es un fenómeno fundamental. La altura a la que se produce esa explosión se calcula precisamente para que la interferencia (constructiva) entre la señal procedente directamente de la nube y la reflejada en el suelo dé lugar a una onda superficial u "onda de Mach" ("Mach Stem" en inglés). Esta onda forma un frente casi vertical y, al propagarse superficialmente, aumenta prácticamente al doble el área cubierta por la onda expansiva de la explosión (*).

Imagen
(Esto es del manual de la marina de los EEUU :wink: )

Una onda parecida se puede ver en los puertos cuando las olas inciden oblicuamente sobre el malecón, es un efecto bastante curioso; también pueden producirla los aviones supersónicos a baja altura. Supongo que, efectivamente, la presencia de edificios puede alterar la formación de esa onda.

Este efecto también se puede aprovechar con las bombas nucleares, donde, como se sabe, también se elije la altura a la que se produce la explosión, precisamente para aprovechar el efecto Mach. En cierto sentido, una explosión de una BEAC se parece bastante a una copia a escala de una nuclear (hasta puede observarse el famoso hongo en ocasiones: no sé quién nos contó que en la guerra del Golfo un comando observó un hongo de éstos, y rompió el silencio radio para preguntar si se estaban usando armas nucleares), tal vez eso sea lo que ha llevado en ocasiones a confusión sobre su magnitud.

Un saludo

(*) Recordemos que, como se ha mencionado, la idea es precisamente ésa: incrementar la superficie cubierta por la onda expansiva todo lo que se pueda, aunque suponga una reducción de la intensidad de la misma (si no es necesario, se usaría un explosivo convencional).


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Mensaje por tayun »

Por cierto, olvidaba contestar a Ismael su último post.


Vamos a ver, el peso sigue siendo una dimensión de medida. Creo que todos teníamos en mente lo que quería decir y quedó lo suficientemente claro a no ser que quieras buscarle las tres patas al gato. Supone un gran esfuerzo a veces el contar lo que se quiere decir en un espacio y tiempo lo más resumido posible. Sobre dimensiones (pesos, medidas y demás) te remito a Internet para que busques información sobre las BLU-73/95/96 o las CBU 55/72 u otras de otros orígenes y procedencias.

Sobre el tema de la dificultad de fabricación de BEACs superiores a los 1.000 Kg, tu propuesta pasa por dividir el explosivo en varias submuniciones. Es decir, si cogemos una bomba de caída libre de HE de 907 Kg, y dividimos su carga explosiva en varias submuniciones (o sea consiguiendo una CBU de racimo de grandes dimensiones), obtendremos el mismo resultado lanzando ambas sobre un objetivo. No, ni con una de HE, ni con una BEAC. Las bombas de racimo se utilizan con unos fines y las de entidad unitaria con otro.


Sobre el tema de las temperaturas generadas, la energía, el 40% de calor que se pierde calentando el nitrógeno y tal, prefiero no contestar. El personal tiene los datos y la capacidad para sacar sus propias conclusiones. Es pura física y química que se puede encontrar en cualquier sitio.


Tratando el tema de las BEAC, no creo que lo fundamental sea si son mejores o peores que las de HE, o si son más o menos necesarias que las otras. Cada una es la que es y punto. Estamos tratando la BEAC y es lo que hacemos. Cuando hablemos de las de HE entonces llegará su turno.


Es indiscutible que las bombas de aire-combustible son especiales, y como tal son consideradas por el personal especializado. No son mejores ni peores, son diferentes.


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Mensaje por tayun »

Bien, veo que Ismael, además de tirarme de las orejas cada vez que me acerco al teclado, esta intentando sabotear mis mensajes. La respuesta de mi anterior post es a su OTRO ANTERIOR post.



Un abrazo Ismael. Lo mismo para todos.


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Montejurra
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Mensaje por Montejurra »

Muchas Gracias a tayun e Ismael,espero que tengais mas de estas, me lo he pasado muy bien!!


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Ismael
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Mensaje por Ismael »

tayun escribió:Bien, veo que Ismael, además de tirarme de las orejas cada vez que me acerco al teclado, esta intentando sabotear mis mensajes. La respuesta de mi anterior post es a su OTRO ANTERIOR post.


Bueno, lo primero, lo siento si es lo que parece: uno tiende a comentar aquello de lo que discrepa, más que lo otros. Con lo segundo, supongo que te refieres a enviarlos casi a la vez, y que el mío aparezca en medio ... cosas que pasan. Un consejo: cuando quieras enviar dos mensajes tan seguidos (cuando no haya respuesta todavía al primero cuando te acuerdas del segundo), puedes usar la opción de editar el primero, añadiendo lo que te falta; así consumes menos espacio (que el administrador te lo agradecerá, te lo digo por experiencia :wink: ) y también se evitan estos líos cuando otros también envían sus mensajes y se cuelan por en medio. También vale para corregir errores.

Sólo dos cosas:

Una, lo de las dimensiones y el peso, lo siento, de verdad, pero por lo menos a mí no me había quedado claro lo que querías decir, ni me parece que sea buscarle cinco pies al gato. Son magnitudes diferentes, que miden cosas diferentes, y dan resultados diferentes (lo que usando una parece igual, usando la otra puede ser el doble de grande o de pequeño), y usar ambos datos indistintamente acaba llevando a equívocos, como acabamos de comprobar.

Y la otra:

Sobre el tema de la dificultad de fabricación de BEACs superiores a los 1.000 Kg, tu propuesta pasa por dividir el explosivo en varias submuniciones.


Tal vez no quedó claro, pero no es mi propuesta: es lo que hacen las que están operativas, y sin necesidad de llegar ese peso (te mencioné una rusa que pesará alrededor de los 2000kg, pero ya que me remitías a datos sobre las BLU y las CBU, fíjate que las primeras son las submuniciones de las segundas Imagen).

Venga, un saludo.


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Mensaje por tayun »

La bomba de aire combustible no es asimilable a las armas convencionales clásicas conocidas hasta ahora, aunque tampoco está incluida entre las armas químicas. La búsqueda de una solución técnica a sus limitaciones podría abrir el camino a una generación mucho más potente de armas de este tipo. Por otro lado, la bomba de munición masiva, a la que he hecho referencia en algún post anterior es, desde un punto de vista técnico, un arma convencional, pero de tales proporciones que su capacidad destructiva supera a todas las armas de su género. Se trata, por tanto, de dos tipos de armas totalmente distintos entre si, aunque con un rasgo común: ambas exceden la potencia letal de las armas convencionales sin llegar a clasificarse en la tipología actual de las armas de destrucción masiva.

Ambos tipos de armas tienen un extenso radio letal, ampliado por la onda expansiva o las variaciones bruscas de presión que han llevado a algunos analistas a considerarlas como un sucedáneo de armas nucleares de reducidas dimensiones (se estima que un arma nuclear de 1 kilotón tiene un radio letal de unos 800 metros por efectos de la explosión y de la radiación, al que se añade una zona adicional de un radio de 1.200 metros con un elevado número de heridos).

También comparten otra característica común, y es que quedan fuera de los tratados vigentes en materia de control de armamentos convencionales y no están reguladas por tratados de no proliferación o de carácter humanitario, como ocurre con las minas, las armas nucleares, las armas químicas y las biológicas, por lo que su desarrollo cualitativo y cuantitativo queda a merced de la voluntad de los gobiernos que desean dotarse de ellas.

En un primer análisis, esta zona gris del Derecho Internacional en materia de control de armamentos y de la no proliferación, podría ser vista como una válvula de escape para estados que deseen dotarse de medios militares más potentes que los clásicos habituales, verdaderos multiplicadores de fuerza con empleo táctico, sin necesidad de emprender un programa de armas de destrucción masiva. Hay que recordar que las armas a las que me refiero tienen menor capacidad destructiva y menos efectos colaterales que un arma nuclear, química o bacteriológica. Sin embargo, en la práctica no se han convertido en una alternativa a estas últimas, sino en un instrumento más de algunos ejércitos que también se han dotado de armas de destrucción masiva. En los años 80 Iraq utilizó bombas aire-combustible, aunque sin renunciar a un programa militar nuclear y químico.

Es todavía prematuro pronunciarse sobre el papel que este tipo de armas pueden desempeñar en el futuro, dadas las dificultades técnicas que entrañan su desarrollo y mantenimiento, el control de sus efectos o incluso su empleo eficaz. Aunque algunas organizaciones de derechos humanos han denunciado los efectos indiscriminados que producen en la población civil las armas termobáricas, sin embargo, su uso todavía restringido las ha hecho pasar de forma casi desapercibida ante la opinión pública durante muchos años.

El despliegue de bombas de munición masiva en Iraq en 2003 y la incorporación de explosivos aire-combustible a misiles de alcance superior a los 400 Km, como el SS-26 ruso, hacen pensar en la posibilidad de una nueva etapa en la que el empleo táctico de este tipo de armas pueda generalizarse. El eventual acceso de un número creciente de estados a este tipo de tecnología militar, plantearía también nuevos desafíos a la seguridad internacional.


tayun
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Mensaje por tayun »

En España, el desarrollo de la BEAC comenzó en 1983 como "Programa 00037" de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), que en 1984 recibió una asignación de 43 millones de pesetas. Para el diseño de la espoleta se destinaron, entre 1983 y 1985, la cantidad de 51 millones de pesetas. En 1989, el Ejército del Aire desveló que se estaban llevando a cabo ensayos finales.

Sin embargo, en 1991 trascendió que el programa había sido abandonado a causa del "alto porcentaje de fallos y por la dificultad que entrañaba el que las bombas no pudieran almacenarse, sino que tenían que ser montadas para su utilización". Un año después, varios importantes diarios nacionales manifestaban que el Ejército del Aire tenía planes para armar a los F-18 Hornet con este tipo de ingenios.

Como puede verse, toda una cortina de humo e informaciones a medias sobre una arma que causa una verdadera polémica.

La verdad es que EXPAL desarrolló y entregó la BEAC al Ejército del Aire, concretamente al Ala 12 de Torrejón de Ardoz.


Txechu
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Mensaje por Txechu »

Una preguntilla, ¿los lanzagranadas con cabezas termobáricas tienen un funcionamiento más o menos parecido a estas bombas? ¿Y eran estas bombas las que usaban los americanos en Vietnam para crear pistas de aterrizaje para helicópteros en segundos en medio de la espesura?


tayun
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Mensaje por tayun »

Txechu escribió:Una preguntilla, ¿los lanzagranadas con cabezas termobáricas tienen un funcionamiento más o menos parecido a estas bombas? ¿Y eran estas bombas las que usaban los americanos en Vietnam para crear pistas de aterrizaje para helicópteros en segundos en medio de la espesura?



Respecto a tu primera pregunta, no, no se trata de los mismos fundamentos. Los proyectiles a los que te refieres son los denominados de "carga hueca" o HEAT, y están especialmente diseñados para la lucha contracarro. Su funcionamiento se basa en el llamado "Efecto Munroe" que consiste en añadir metal a un explosivo con el objeto de conseguir una carga dirigida de alto poder destructivo. Su diseño consiste en un bloque de cobre moldeado con una forma cónica, con su vértice apuntando hacia la parte trasera del proyectil, y rodeado de explosivo químico. Detrás de dicho vértice de cobre se coloca la ojiva hueca del proyectil, mientras que en la punta de éste se instala la espoleta o fusible de activación (ésta debe colocarse a una distancia adecuada que permita el máximo efecto destructivo.

Como consecuencia del Efecto Munroe, al impactar la espoleta con el blindaje del carro a la distancia designada, se produce la detonación del explosivo que produce que el bloque cónico de cobre blando se funda desde el vértice orientado hacia atrás, hacia la base orientada al frente, formando la combinación de cobre-gases un chorro de plasma semisólido de elevadísima temperatura y velocidad, que funde de forma instantánea el blindaje, creando un pequeño orificio en el mismo a través del cual penetra dicho plasma al interior, acompañado de metralla, que termina con la tripulación del vehículo.

Respecto a las cortamargaritas, éstas son enormes bombas convencionales de alto poder explosivo, que al detonar antes de hacer contacto con el terreno, limpian la zona de vegetación, o de lo que se ponga por delante. Las BEAC pueden ser asimilables a esa función, ya que también destruyen la vegetación y no provocan cráter en la superficie. Sin embargo estamos hablando de dos bombas diferentes con principios básicos diferentes.

ESPERO HABERTE SIDO DE AYUDA. UN SALUDO.


tayun
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Mensaje por tayun »

Txechu escribió:Una preguntilla, ¿los lanzagranadas con cabezas termobáricas tienen un funcionamiento más o menos parecido a estas bombas? ¿Y eran estas bombas las que usaban los americanos en Vietnam para crear pistas de aterrizaje para helicópteros en segundos en medio de la espesura?





También existe una versión del misil Hellfire con cabeza termobárica que utiliza una carga combinada de explosivo y metal, utilizado fundamentalmente para la guerra urbana, contra bunkers y otras edificaciones protegidas. La nueva cabeza de guerra contiene una mezcla explosiva de fluoruro de aluminio que se encuentra distribuía en capas alrededor de la carcasa que contiene la carga de explosivo PBXN-112. Cuando el explosivo detona, la mezcla de aluminio se dispersa y quema a gran velocidad, creando una sobrepresión extremadamente efectiva contra el personal y las estructuras enemigas.


Txechu
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Mensaje por Txechu »

Gracias tayun por tus respuestas, creo que me refería al explosivo del segundo mensaje. Ví una prueba de un RPG con cabeza termobárica contra una casa y literalmente la reventaba.


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