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LA VERDAD: "RECORDAR PARA CONTINUAR"
Emitido el 4 de setiembre del 2003
Sendero Luminoso está bajo la lupa de la sociedad peruana gracias al informe de la Comisión de la Verdad y el debate nacional suscitado. Sucedió en el Perú quiere contribuir a este esclarecimiento, relatando la historia de Sendero Luminoso y entrevistando a distintos líderes de opinión que mantienen posturas contrapuestas al respecto.
Sendero se conforma como una de las diversas corrientes maoístas que surgieron del antiguo tronco comunista peruano, dividido a raíz de la ruptura entre Moscú y Pekín al comenzar los años sesenta. Luego de la ruptura fundamental, los maoístas tomaron rumbo propio y en el camino se volvieron a dividir en repetidas ocasiones. Pues bien, varias divisiones después apareció un pequeño núcleo cuyo eventual periódico fue bautizado como "Por el Luminoso Sendero", de donde proviene el nombre como ha sido conocido el autodenominado Partido Comunista del Perú. Las otras organizaciones maoístas fueron languideciendo y después de algunas mutaciones muchas agrupaciones terminaron desapareciendo. Por el contrario, de las organizaciones maoísta de los años sesenta ha sobrevivido hasta hoy el grupo conocido como Patria Roja, que se ha integrado a la democracia y tiene gran predicamento entre los maestros organizados en el Sutep.
aaa Senderistas
En el variado panorama de la izquierda peruana de los años sesenta y setenta, Sendero era un grupo muy particular porque era el único que tenía su dirección ubicada en una ciudad de provincia. Este aislamiento les permitió cohesionarse y conformar un equipo muy cerrado y exclusivo. Ese grupo de dirigentes luego sería crucial porque funcionó como una familia que se insurrecciona unida contra todo y todos los demás.
La característica de grupo cerrado también facilitó el temprano mesianismo de Abimael Guzmán, el principal líder de Sendero. Continuando la tradición estalinista, el líder del partido fue convertido en un ser especial dotado de plenos poderes internos. Pero, en el aislamiento de Ayacucho, la tradición estalinista llegó al paroxismo y Abimael Guzmán fue transformado en un semidios que se llegó a sentir la quinta espada del marxismo. Es decir, Abimael se asumió como un líder y pensador de la talla de Marx, Lenin y Mao.
Durante los años setenta, la mayor parte de los grupos de izquierda tenían un lenguaje revolucionario y una práctica sindicalista. Es decir, en la vida política de todos los días los izquierdistas defendían derechos gremiales y los feriados se lanzaban discursos incendiarios que servían para tranquilizar su conciencia ideológica.
Pero, Sendero era distinto. No participaba de los intensos debates doctrinarios que mantenían los izquierdistas; estaba aislado en Ayacucho preparándose en silencio. Sendero había abrazado la idea de la guerra popular del campo a la ciudad y querían calcarla de la experiencia china. Es decir, Sendero conocía poco al Perú real y no había registrado las profundas modificaciones sociales de las últimas décadas. Por ello, sus planes consistían en repetir lo que entendían había sido la práctica maoísta.
aaa Perros colgados en la ciudad
Asimismo, el pequeño núcleo ayacuchano era serio en sus planteamientos. Era un grupo desfasado del Perú real y carecía de originalidad, pero estaban decididos. Por ello, realizaron un congreso para decidir lanzarse a la lucha armada, cuando el gobierno militar de Morales Bermúdez convocó a elecciones para una asamblea constituyente que se reunió entre 1978 y 1979. En ese momento, la mayor parte del marxismo peruano participó de las elecciones y obtuvo un record histórico de un tercio de la asamblea constituyente, incluyendo a cuatro congresistas que provenían de Bandera Roja, el mismo grupo del cual se había escindido Abimael Guzmán pocos años antes.
Durante su evento partidario, Abimael expulsó a un pequeño grupo que internamente se oponía al inicio de la lucha armada y realizó sus primeros aprestos para la aventura sangrienta que estaba a punto de iniciar. Así, el 17 de mayo de 1980 algunos integrantes de Sendero Luminoso quemaron ánforas electorales en la localidad de Chuschi, Ayacucho, dando inicio a la escalada de acciones de violencia que estremeció al Perú. Pocos días después Sendero provocó un incendio en la Municipalidad de San Martín de Porres, repartiendo volantes que celebraban el inicio de las acciones armadas en el país. De este modo, desde el comienzo mismo, Sendero actuó casi simultáneamente en el campo y en la ciudad.
aaa joven Abimael Guzmán
Pero, el campo era fundamental para Sendero. Ellos aplicaron un principio maoísta denominado "batir el campo", que consiste en expulsar violentamente a todos los representantes del Estado en medios rurales. Estos representantes son funcionarios de base como maestros, policías, jueces de paz y otros. Unos cuantos asesinatos y acciones de amedrentamiento lograron que la mayor parte de estos agentes públicos abandonen la zona y Sendero logró su objetivo de controlar ciertas áreas rurales como territorios casi liberados de la tutela estatal.
Este proceso duró durante casi dos años y medio hasta fines de 1982 e involucró a la Policía Nacional como contrincante que prácticamente fue arrinconada. Ya para aquel entonces, Sendero había mostrado su metodología terrorista. Es decir, ellos usaron la violencia para imponerse a través del miedo y terror que provocaban sus acciones sobre la población. En este período destaca el asalto a la cárcel de Huamanga donde fugaron más de 300 presos entre ellos su lideresa Edith Lagos. Finalmente, el 29 de diciembre de 1982, ante la ola creciente de atentados, las Fuerzas Armadas asumieron el control interno del departamento de Ayacucho.
Pocas semanas después de produjo la tragedia de Uchuraccay, donde comuneros despistados y alistados por el ejército dieron muerte a ocho periodistas a quienes confundieron con senderistas o foráneos que debían ser eliminados. Los sucesos motivaron una gran cobertura de prensa e inclusive motivaron al gobierno a formar una comisión investigadora conducida por el novelista Mario Vargas Llosa.
aaa Reunión senderista
Luego, se produjeron algunos atentados masivos que se cuentan entre los hechos más cruentos de la guerra interna. Entre ellos destaca el crimen de Lucanamarca, donde senderistas dieron muerte a 69 campesinos incluyendo mujeres y niños, sembrando el terror entre las comunidades que decidían colaborar con el gobierno y se posicionaban contra Sendero. Ese mismo año 1983, durante el mes de julio, Sendero atentó contra el local de Acción Popular en Lima, asesinando a tres militantes del partido de gobierno. La situación política estaba envenenada y Sendero había sembrado una mala entraña que se estaba desatando propiciando la crueldad masiva.
Pero, durante 1983 también se registraron grandes abusos de las fuerzas del orden que, desconociendo la naturaleza del movimiento subversivo, actuaron con prepotencia y racismo provocando gran mortandad entre sectores de población civil que se veía, crecientemente, atrapada entre dos fuegos. Entre estos abusos se cuenta el asesinato de 32 campesinos en Socos, Ayacucho, cometido por personal de la policía.
En las primeras semanas de 1984 hizo su ingreso a la lucha armada el segundo grupo subversivo, conocido como el MRTA, cuya inspiración se hallaba en la guerrilla colombiana. El MRTA añadió una gran dosis de confusión y de violencia porque lejos de aliarse a Sendero se enfrentaron agriamente, llegando a producirse asesinatos cruzados entre estas dos organizaciones alzadas en armas.
aaa Abimael atrapado
En agosto de 1984 se produjeron asesinatos masivos en Pucayacu, donde fueron descubiertos los cadáveres de 49 personas que habían estado detenidas en el cuartel de la marina en Huanta. El racismo y el temor a lo desconocido se dieron de la mano para justificar una estrategia de tierra arrasada. En un clima de creciente pesadumbre culminó el gobierno de Fernando Belaunde, a quien la guerra se le había ido de las manos.
Alan García asumió la primera magistratura intentando contener la violencia a través de medidas más políticas y no centrada exclusivamente en lo militar. Pero, rápidamente se sucedieron nuevas masacres que estremecieron a la opinión pública, como Accomarca donde el Teniente EP Telmo Hurtado comandó una patrulla que asesinó 62 campesinos.
En medio de un clima de terror muy denso y casi insoportable se llegó a la matanza de los penales. El 18 de junio de 1986 se amotinaron los internos de las tres cárceles con presos senderistas en Lima. En ese momento se desarrollaba en Lima una conferencia internacional de los partidos socialdemócratas, a los cuales pertenece el APRA. Alan García era anfitrión de líderes mundiales y no supo qué hacer. Ordenó a las FFAA recuperar los penales a la brevedad y se produjo una atroz masacre.
aaa Subversivos de MRTA
A partir de ese momento, la violencia se había desatado y se extendió como un cáncer por toda la república. Si bien había comenzado en Ayacucho, la guerra interna se extendió por toda la sierra, abarcando con particular crueldad a las provincias quechua hablantes, donde se han producido los dos tercios del total de fallecidos en estos años de intensa crisis nacional. Un ejemplo muy doloroso de estos años de vesanía fue la matanza de Cayara, donde patrullas del ejército dieron muerte a 39 campesinos, en represalia por la emboscada de Eurusco, donde columnas senderistas habían causado varias bajas entre efectivos militares.
Hacia 1988, los señores de la guerra se estaban imponiendo sobre la clase política nacional. El gobierno del APRA había perdido consenso en todos los terrenos y el enfrentamiento político era evidente después del intento de nacionalizar la banca en julio de 1987. Para aquel entonces, acercándose el fin del gobierno aprista, los actores del conflicto definieron nuevos planes, porque era evidente el desgaste que produce todo enfrentamiento armado.
Las FFAA afinaron su estrategia. En primer lugar se halla la policía de investigaciones, que entendió el funcionamiento y la estructura orgánica de Sendero, habiendo montado un plan para golpear a la cabeza. La policía constituyó un núcleo de inteligencia que siguió exclusivamente a la cúpula senderista, estuvo varias veces muy cerca y finalmente capturó a Abimael en setiembre de 1992.
Por otro lado, el ejército entendió que debía ganar al campesinado y ponerlo del lado del Estado contra la subversión. Gracias a este ajuste estratégico, el ejército aisló a Sendero en el campo y recuperó posiciones con rapidez. El ejército distribuyó armas y manejo el conflicto protegiendo a comunidades que se volcaron en forma general a favor del Estado.
aaa Maria Elena Moyano
Sendero por su parte se equivocó clamorosamente. Los métodos terroristas se habían convertido en su razón de ser. Siempre habían sido bastante simplistas, pero ahora eran una máquina de terror. En el campo, los senderistas cometieron tantos abusos y perpetraron tantas masacres por cuenta propia, que el campesinado les volvió la espalda. En la ciudad, Sendero asesinó y dinamitó atacando a las instituciones populares para liquidar el liderazgo izquierdista. El ejemplo más odioso de esta estrategia criminal fue el asesinato de María Elena Moyano, teniente alcaldesa de Villa el Salvador, en febrero de 1992.
En el mes de julio, se produjo el atentado con coche bomba en la calle Tarata de Miraflores que sembró la destrucción en la clase media alta. Extenuada por el terror, la sociedad peruana sin embargo era unificada por el común rechazo a un grupo que había sembrado un genocido de la población civil. Así, mientras Sendero se sentía más envalentonado, la policía pudo capturar a Abimael, quien había permanecido escondido en Lima durante toda la cruenta guerra que había desatado.
aaa Cbezas senderistas en cárcel
Mao solía pensar la revolución con una figura literaria china; según la cual, el revolucionario es un pez que busca el agua del descontento social para navegar hacia el poder. Aplicando la precisa imagen del líder comunista chino, tenemos que Sendero fue un pez que envenenó su propia agua, porque ellos mismos cultivaron el rechazo de toda la sociedad, que fue conmovida hasta el espanto por su criminal carrera en busca del poder. Ellos mismos cavaron su tumba y el país entero suspiró aliviado cuando Guzmán fue detenido y la organización terrorista se derrumbó.
Liberal y Nacionalista reconstruyendo al Perú. Azote de Derechistas, Izquierdistas, Sindicalistas y Caviares.