Más que plantear mi postura, prefiero plantear interrogantes que puedan guiar la discusión.
1. ¿Quienes son nuestros proceres más importantes en las guerras de la independencia?
2. ¿Que acciones concretas realizadas por ellos, hacen que podamos valorarlos como tales?
3. En base a esto último, ¿a quien consideramos como padre de la patria chilena?
4. ¿Que procesos historico - políticos explican el lugar que ocupan estas figuras en nuestra historia?
A modo de introducción, cito pequeñas reseñas historicas de los que yo personalmente considero nuestros proceres más importantes en las guerras de independecia. Estás por supuesto, tienen el sesgo particular del autor, el cual no necesariamente comparto.
Todas ellas corresponden al portal: http://www.memoriachilena.cl
José Miguel Carrera Verdugo (1786-1821)

Intrépido, ambicioso y rebelde, José Miguel Carrera es uno de los personajes más controvertidos de la historia chilena y hasta hoy día sigue despertando intensos sentimientos de adhesión o rechazo.
Nieto de un oidor de la Real Audiencia -Juan Verdugo Castillo- hijo de un vocal de la primera Junta Nacional de Gobierno -Ignacio de la Carrera Cuevas- y vinculado con las familias más aristócráticas de Santiago, su vida conjuga el poder y la riqueza junto con un prestigio constantemente amenazado por sus osados actos polìticos. Fue justamente su carácter individualista y trasgresor, el que muchas veces lo hizo caminar al margen de las normas políticas y enfrentarse con otros líderes patriotas, especialmente con O'Higgins.
Empeñado en liberar a Chile de la dominación española, viajó a Estados Unidos buscando apoyo y consiguiendo aportes económicos para la realización de su plan estratégico. Su espíritu progresista lo llevó a ser uno de los pocos criollos abiertamente independentista, en una época en la cual la mayoría de los habitantes de Chile aún permanecían fieles al rey del España, y a decretar -una vez en el poder- la manumisión de los esclavos negros. A su iniciativa se debió también la proclamación del primer Reglamento Constitucional chileno del año 1812.
Su vida estuvo llena de peripecias y tal vez por ello, escribió tempranamente su testamento. Acusado por sus contemporáneos de tirano e irreligioso, fue depuesto del mando del ejército tanto por las sucesivas derrotas sufridas frente a los realistas como por su obstinado afán de poder.
La historiografía posterior, en general, ha juzgado a José Miguel Carrera duramente, al igual que sus contemporáneos. El diario militar, que presenta su perspectiva frente a las batallas libradas, muestra también sus afanes y motivaciones, y permite comprender mejor su figura humana e histórica. Asimismo, otros documentos como las proclamas, con que arengaba a los ciudadanos, los manifiestos a través de los cuales se defendió de las acusaciones de rivales como O’Higgins y la libreta, que llevaba consigo durante sus últimos días, son valiosas fuentes para la comprensión del carismático y personalista caudillo.
Escondido y desamparado después del desastre de Rancagua, traicionado y fusilado en Mendoza, su vida y obra han sido exaltadas en la literatura y la poesía. Del mismo modo, muchos historiadores le atribuyen un papel preponderante en el proceso de independencia nacional, considerándolo "el primer jefe de la Patria libre" y un personaje cuya figura se encuentra fuertemente unida a la conciencia colectiva nacional en la forma de uno de sus héroes más apreciados.
Bernardo O'Higgins Riquelme (1778-1842)

Bernardo O'Higgins Riquelme es considerado el padre de la patria. Su presencia, como militar y gobernante, fue crucial en todo el proceso de emancipación chilena del dominio español, ya fuera luchando en las batallas de la Independencia o ejerciendo como primer Director Supremo de la nueva nación.
Hijo natural del que fuera gobernador de Chile y virrey del Perú, Ambrosio O'Higgins, nació el 20 de agosto de 1778, en Chillán Viejo. Realizó sus estudios en Lima y luego en Inglaterra, donde conoció a Francisco Miranda, quien lo inició en las ideas independentistas. Muerto su padre en 1801, regresó a Chile a tomar posesión de la hacienda de Las Canteras cercana a la ciudad de Los Ángeles.
En 1810, fue elegido diputado de la recién formada Junta de Gobierno y nombrado coronel de ejército en 1811. En 1813, se enfrentó por primera vez a los realistas en la batalla de El Roble. Su rivalidad con José Miguel Carrera, el otro líder de la Independencia, la llevó a enfrentarse, en 1814, en el combate de Tres Acequias. No obstante su espíritu patriota primó y O'Higgins se unió a Carrera para enfrentar la invasión de las fuerzas realistas dirigidas por Mariano Osorio.
Durante el período de la Reconquista, organizó en Mendoza, junto a José de San Martín, el Ejército Libertador de Los Andes y dirigió la ofensiva chilena. Derrotadas las fuerzas realistas, asumió como Director Supremo y firmó, el 12 de febrero de 1818, la Proclamación de la Independencia de Chile. En algunas de las proclamas dirigidas por O'Higgins a los soldados enemigos que aún resistían, dejó claramente establecida su posición antimonárquica. Sin embargo, su afán por incrementar el desarrollo económico del país, lo impulsó a establecer relaciones comerciales con las principales monarquías europeas; las cartas enviadas a los reyes, escritas en un lenguaje equilibrado y cauteloso, quedaron para la posteridad como un testimonio de su carácter eminentemente pragmático.
Entre las obras de su gobierno, tuvo especial relevancia la construcción de escuelas primarias, la reapertura del Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional, además de la creación de la Escuela Militar. En su gestión como Director Supremo tomó medidas que le significaron ganarse la antipatía de la aristocracia criolla, como la abolición de los mayorazgos y los títulos de nobleza, la supresión de los escudos de armas y la creación de la legión al mérito. En estas disposiciones puede observarse la influencia de la logia masónica Lautarina -a la que O'Higgins pertenecía-, que se caracterizaba por su rechazo al orden nobiliario.
Su gloriosa vida pública -aunque no desprovista de episodios oscuros, como su participación en la muerte de José Miguel Carrera y Manuel Rodríguez- fue evaluada por él mismo en un manifiesto dirigido a su pueblo. Paradójicamente, su abdicación al cargo de Director Supremo de Chile el 28 de enero de 1823, uno de los episodios más tristes de su vida, fue la máxima expresión de su adhesión a la causa del país, ya que voluntariamente se despojó del poder para evitar una guerra civil, dejando como testimonio una emocionada despedida. Falleció en Lima el 24 de octubre del año 1842.
Manuel Rodríguez Erdoíza (1785-1818)

Manuel Xavier Rodríguez y Erdoíza es una figura legendaria en la historia chilena. Hombre acaudalado, abogado de profesión, diputado, secretario de guerra, capitán de Ejército y Director Supremo. Pero ninguno de todos sus cargos oficiales le dieron tanta fama como su trabajo en la clandestinidad, durante el periodo de la Reconquista. En múltiples ocasiones cruzó la cordillera de los Andes trayendo y llevando mensajes secretos de José de San Martín y preparando el terreno en Santiago para la ofensiva del Ejército Libertador. Llegó a ser el hombre más buscado del reino. Su biografía está llena de escenas de aventuras en las que aparece burlando a sus perseguidores una y otra vez, disfrazado de fraile o de huaso, o desnudo en la noche escabulléndose por entre decenas de soldados talaveras y cruzando a nado el río Mataquito.
No obstante lo anterior, su trabajo para la causa patriótica comenzó mucho antes de la Reconquista, luchando en las campañas del sur en 1813, exhortando al ejército y aplicando toda su locuacidad y persuasión en la prédica de los ideales independentistas entre las clases populares.
Su relación con otros caudillos de la Independencia osciló entre la alianza más estrecha y el más profundo de los odios. Trabajó codo a codo con José Miguel Carrera, de quien había sido compañero durante la enseñanza primaria en el colegio Carolino, lo cual no impidió que Carrera lo enviara a la cárcel varias veces. Con Bernardo O'Higgins, su vínculo fue aún más complejo; Manuel Rodríguez era para él un personaje muy incomodo y detestado, pero a la vez, necesario para la causa patriótica.
Manuel Rodríguez murió asesinado en Til-Til, cuando sólo contaba con treinta y tres años de edad. Su figura, romántica y popular, se convirtió en un mito que ha inspirado tanto a poetas y compositores chilenos, como a cineastas, constituyendo el tema de la primera película chilena El húsar de la muerte, de Pedro Sienna.
---------------
Espero que les interese este tema.
Un saludo a todos.
JARDO.