











Alguien quiere hacerle competencia a Maduro...
Adiós, justicia, adiós
Por corrupción la justicia perdió la confianza de la gente y sin eso es imposible que sea respetada.
Es oficial: el sistema judicial colombiano ha colapsado. Y no lo digo porque los despachos de fiscales, jueces y magistrados hayan cerrado sus puertas, sino porque las roscas, la compraventa de providencias, los fallos sesgados y los procesos politizados han llevado a la Rama a perder la confianza de los ciudadanos, un activo sin el cual la justicia no puede ser respetada ni acatada. Casi todas las decisiones judiciales de importancia están hoy bajo grave sospecha.
La garrotera entre dos bloques de magistrados de la Corte Constitucional que condujo al destape de supuestas coimas en busca de un determinado fallo –algo que revuelve el estómago– es apenas la gota que rebosa una copa que decenas de episodios anteriores habían llenado hasta el borde. Sin importar lo que ocurra con la investigación del caso en la desprestigiada Comisión de Acusación de la Cámara, lo sucedido enloda a la única corte que ofrecía alguna esperanza.
Roscas y sobornos en el Consejo de Estado son de vieja data: ese tribunal está perdido hace años.[b][b] La politización de la Corte Suprema llevó a su sala penal a descartar pruebas técnicas y documentales como el computador de ‘Raúl Reyes’, que guardaba las huellas de políticos funcionales a las Farc, mientras validó sin beneficio de inventario casi todos los testimonios verbales de los peores criminales del país para procesar políticos –muchos de ellos culpables, sin duda, pero otros inocentes– sin otro indicio que esas declaraciones. Así, la ‘parapolítica’ avanzó y la ‘Farcpolítica’ no.
En cuanto a la Fiscalía, arrastra dos pecados de gravedad. Primero, la famélica debilidad de su aparato investigativo, que la hace depender de inciertos testimonios de procesados que cantan cualquier tonada a cambio de rebajar su pena, a tal punto que operan con eficacia varios carteles de falsos testigos. Y segundo, la torpe intervención del organismo en la campaña presidencial pasada, con los ojos vendados ante las maniobras de la ‘mermelada’ corrupta del Gobierno, pero bien abiertos para indagar en los pecados del candidato opositor.
Sobre esto, aterra el más reciente episodio del supuesto hacker de la campaña de Óscar Iván Zuluaga. La Fiscalía le acaba de otorgar un principio de oportunidad porque este oscuro personaje reconoció que les mintió a las autoridades cuando dijo que había sido amenazado para que no divulgara lo que supuestamente sabía sobre las interceptaciones a la mesa de La Habana. Confirmado con ello que el señor es un mentiroso profesional, aun así la Fiscalía le otorga beneficios para que siga colaborando como testigo de la justicia. ¡A un mentiroso confeso!
El Gallup Poll revelado el jueves resulta diciente: la Corte Suprema va para dos años con mucha más imagen desfavorable que favorable entre los colombianos, y la Fiscalía completa ya ocho meses en la misma situación, después de década y media de amplia favorabilidad. La Corte Constitucional todavía divide opiniones, pero después de lo sucedido –que la encuesta no alcanzó a registrar– de seguro caerá en picada. Todo esto mientras el presupuesto del sector judicial crece de modo acelerado, lo mismo que su burocracia, y los magistrados se quedan con las pensiones más altas. Más puestos y más plata para casi nada de justicia.
Hay cientos de fiscales y jueces que hacen su trabajo con honestidad y disciplina. Pero al no estar en las roscas –y para estar, tendrían que comprometer su decencia–, son los que menos ascienden a los altos cargos. Triste por ellos y triste por el país, que se ha quedado sin un aparato judicial confiable y respetable justo en momentos en que, si es verdad que se acaba la guerra, por falta de justicia la paz seguirá lejana.
* * * *
Alerta. Confirmado: el riesgo de ‘mermelada’ llegó a Ecopetrol. A vigilar.
Historias salvajes
[b]Los 'lobistas de la justicia', gratuitos, no existen en la historia. Siempre esperan algo a cambio[/b]
A este escándalo de la exdirectora del DAS, politizado hasta los extremos de concluir que el gobierno Uribe quería “capar” al Poder Judicial para impedir los juicios de la ‘parapolítica’, le hace falta contar las historias salvajes que lo antecedieron. Es decir, revelar la verdad.
Se dice que, sintiéndose acorralado, el gobierno Uribe cayó en la tentación de convertirse en un Estado policía. (Ojalá que a este gobierno no le pase lo mismo, porque, con la complicidad de la Fiscalía, va por los mismos pasos). Y actuando como tal, vulneró a un órgano constitucional, la Corte Suprema de Justicia. Al que no solo espió y le grabó las sesiones de su Sala Penal, sino que se entrometió en la vida privada de sus magistrados, al punto de averiguar por sus finanzas. Abominable. ¿Qué pasaba en el entretanto, que provocara tan malsanas sospechas?
Descaradamente, se sucedían los atropellos políticamente inspirados del magistrado auxiliar Iván Velásquez, ‘el héroe de la parapolítica’, quien, además de emborrachar a sus testigos para cuadrar sus testimonios y meter anónimos en los expedientes, se llevaba estos para su casa dizque para trabajar más, aunque casualmente aparecían todos publicados en El Espectador. A eso sobrevino la historia salvaje, imperdonable (hubiera hecho lo que hizo) que montaron para embadurnarlo.
También cabalgaba sobre la Corte Suprema el ‘lobista de la justicia’, Ascencio Reyes. Colmaba a los magistrados de gratuitas invitaciones a almuerzos, homenajes para ellos y sus familias, incluyendo alojamiento y transporte pagos a otras ciudades del país. Semejante ‘mecenas de la justicia’ tenía dudosas conductas comerciales. Uno de sus socios terminó extraditado por narcotráfico. Pero qué carambas, si atendía tan bien...
Los ‘lobistas de la justicia’ gratuitos no existen. Siempre están esperando algo a cambio: un favor, una información, un documento, e incluso llaves para la complicidad con equipos de abogados. Como el que, a propósito, según El Espectador, se descubrió en el World Trade Center de Bogotá, aparentemente vinculado con Ascencio Reyes. Pero dicho periódico solo recibe filtraciones de la Fiscalía que publica, pero que no investiga...
A unos magistrados les dieron regalos como relojes Rolex. Y, según el mismo diario, existen videos de magistrados chapuceando familiarmente en una piscina del condominio El Peñón con los defraudadores de Cajanal (un millonario ‘tumbe’ al Estado). ¿Coincidencia o complicidad? Por favor: El Espectador solo recepciona.
Pero, según el mismo diario, el gobierno Uribe investigaba también si era cierto que magistrados mantenían relaciones secretas con guerrilleros como ‘Raúl Reyes’, o con la tenebrosa pareja de los esposos alemanes Werner y Michaela Mauss, negociadores de los secuestros y de los sobornos de la Mannessman al Eln.
Fue tan de malas la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia que cuando, de manera ignominiosa, el gobierno Uribe se dice que infiltró a “la señora de los tintos” con una grabadora ilegal, se vino a descubrir que en lugar de andar resolviendo los problemas jurídicos de los colombianos, muchos de sus magistrados se la pasaban horas, horas, conspirando contra Álvaro Uribe, el presidente de la República. No querían que se reeligiera. Pero, desde luego, conspirar no era su función.
La raya de las excepciones al Estado de derecho en materia de privacidad pública y privada solo ha sido corrida por motivos del terrorismo en Europa y EE. UU., y eso que aún está bajo una feroz discusión sobre el derecho a la intimidad. Aquí, esa raya no se ha borrado, y por lo tanto impera la Constitución. Que respeten a las cortes y a sus magistrados.
Pero también hay que denunciar la historia salvaje de que los más altos representantes de nuestra justicia están muy, pero muy corrompidos.
Entre tanto... Estamos tan agradecidos con las Farc, porque ahora solo se llevarán a los de 17 pa’ arriba.
ALEXANDERMAGNO escribió:Una interesante columna de Mauricio Vargas que refleja la realidad de la paupérrima y mafiosa justicia que dicta en Colombia.Adiós, justicia, adiós
Por corrupción la justicia perdió la confianza de la gente y sin eso es imposible que sea respetada.
Es oficial: el sistema judicial colombiano ha colapsado. Y no lo digo porque los despachos de fiscales, jueces y magistrados hayan cerrado sus puertas, sino porque las roscas, la compraventa de providencias, los fallos sesgados y los procesos politizados han llevado a la Rama a perder la confianza de los ciudadanos, un activo sin el cual la justicia no puede ser respetada ni acatada. Casi todas las decisiones judiciales de importancia están hoy bajo grave sospecha.
La garrotera entre dos bloques de magistrados de la Corte Constitucional que condujo al destape de supuestas coimas en busca de un determinado fallo –algo que revuelve el estómago– es apenas la gota que rebosa una copa que decenas de episodios anteriores habían llenado hasta el borde. Sin importar lo que ocurra con la investigación del caso en la desprestigiada Comisión de Acusación de la Cámara, lo sucedido enloda a la única corte que ofrecía alguna esperanza.
Roscas y sobornos en el Consejo de Estado son de vieja data: ese tribunal está perdido hace años.[b][b] La politización de la Corte Suprema llevó a su sala penal a descartar pruebas técnicas y documentales como el computador de ‘Raúl Reyes’, que guardaba las huellas de políticos funcionales a las Farc, mientras validó sin beneficio de inventario casi todos los testimonios verbales de los peores criminales del país para procesar políticos –muchos de ellos culpables, sin duda, pero otros inocentes– sin otro indicio que esas declaraciones. Así, la ‘parapolítica’ avanzó y la ‘Farcpolítica’ no.
En cuanto a la Fiscalía, arrastra dos pecados de gravedad. Primero, la famélica debilidad de su aparato investigativo, que la hace depender de inciertos testimonios de procesados que cantan cualquier tonada a cambio de rebajar su pena, a tal punto que operan con eficacia varios carteles de falsos testigos. Y segundo, la torpe intervención del organismo en la campaña presidencial pasada, con los ojos vendados ante las maniobras de la ‘mermelada’ corrupta del Gobierno, pero bien abiertos para indagar en los pecados del candidato opositor.
Sobre esto, aterra el más reciente episodio del supuesto hacker de la campaña de Óscar Iván Zuluaga. La Fiscalía le acaba de otorgar un principio de oportunidad porque este oscuro personaje reconoció que les mintió a las autoridades cuando dijo que había sido amenazado para que no divulgara lo que supuestamente sabía sobre las interceptaciones a la mesa de La Habana. Confirmado con ello que el señor es un mentiroso profesional, aun así la Fiscalía le otorga beneficios para que siga colaborando como testigo de la justicia. ¡A un mentiroso confeso!
El Gallup Poll revelado el jueves resulta diciente: la Corte Suprema va para dos años con mucha más imagen desfavorable que favorable entre los colombianos, y la Fiscalía completa ya ocho meses en la misma situación, después de década y media de amplia favorabilidad. La Corte Constitucional todavía divide opiniones, pero después de lo sucedido –que la encuesta no alcanzó a registrar– de seguro caerá en picada. Todo esto mientras el presupuesto del sector judicial crece de modo acelerado, lo mismo que su burocracia, y los magistrados se quedan con las pensiones más altas. Más puestos y más plata para casi nada de justicia.
Hay cientos de fiscales y jueces que hacen su trabajo con honestidad y disciplina. Pero al no estar en las roscas –y para estar, tendrían que comprometer su decencia–, son los que menos ascienden a los altos cargos. Triste por ellos y triste por el país, que se ha quedado sin un aparato judicial confiable y respetable justo en momentos en que, si es verdad que se acaba la guerra, por falta de justicia la paz seguirá lejana.
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Alerta. Confirmado: el riesgo de ‘mermelada’ llegó a Ecopetrol. A vigilar.
Otra columna de Salud Hernández...triste que una extrajera vea mas clara la situación de la seudojusticia colombiana que los mismo colombianos.
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/los-torcidos-de-siempre-salud-hernandez-mora-columnistas-el-tiempo/15357776
No se porque muchos se rasgan las vestiduras por el hecho de que el antiguo DAS tuviera a muchos de estos mafiosos "chuzados" a causa de sus andanzas y seguro esas chuzadas no fueron exclusivas del gobierno ANTERIOR, la señora María del Pilar Hurtado que pertenecía al gobierno de Uribe hay que condenarla, 20 años pero si acusa a el ex presidente tiene rebaja, y resulta que los narcoterroristas de las farc que han matado, secuestrado, reclutado menores, extorsionado quedan limpios y pueden ser honorables senadores, sin acusar a sus compinches sin ni siquiera reconocer sus miles de crímenes y menos pagar por ellos... No han comprobado la primera chuzada pero 20 anos de cárcel y LAS MADRES ADORATRIZES narcoterroristas de las "farc" nada de cárcel que bonita justicia ¡.
ALEXANDERMAGNO escribió:Historias salvajes
[b]Los 'lobistas de la justicia', gratuitos, no existen en la historia. Siempre esperan algo a cambio[/b]
A este escándalo de la exdirectora del DAS, politizado hasta los extremos de concluir que el gobierno Uribe quería “capar” al Poder Judicial para impedir los juicios de la ‘parapolítica’, le hace falta contar las historias salvajes que lo antecedieron. Es decir, revelar la verdad.
Se dice que, sintiéndose acorralado, el gobierno Uribe cayó en la tentación de convertirse en un Estado policía. (Ojalá que a este gobierno no le pase lo mismo, porque, con la complicidad de la Fiscalía, va por los mismos pasos). Y actuando como tal, vulneró a un órgano constitucional, la Corte Suprema de Justicia. Al que no solo espió y le grabó las sesiones de su Sala Penal, sino que se entrometió en la vida privada de sus magistrados, al punto de averiguar por sus finanzas. Abominable. ¿Qué pasaba en el entretanto, que provocara tan malsanas sospechas?
Descaradamente, se sucedían los atropellos políticamente inspirados del magistrado auxiliar Iván Velásquez, ‘el héroe de la parapolítica’, quien, además de emborrachar a sus testigos para cuadrar sus testimonios y meter anónimos en los expedientes, se llevaba estos para su casa dizque para trabajar más, aunque casualmente aparecían todos publicados en El Espectador. A eso sobrevino la historia salvaje, imperdonable (hubiera hecho lo que hizo) que montaron para embadurnarlo.
También cabalgaba sobre la Corte Suprema el ‘lobista de la justicia’, Ascencio Reyes. Colmaba a los magistrados de gratuitas invitaciones a almuerzos, homenajes para ellos y sus familias, incluyendo alojamiento y transporte pagos a otras ciudades del país. Semejante ‘mecenas de la justicia’ tenía dudosas conductas comerciales. Uno de sus socios terminó extraditado por narcotráfico. Pero qué carambas, si atendía tan bien...
Los ‘lobistas de la justicia’ gratuitos no existen. Siempre están esperando algo a cambio: un favor, una información, un documento, e incluso llaves para la complicidad con equipos de abogados. Como el que, a propósito, según El Espectador, se descubrió en el World Trade Center de Bogotá, aparentemente vinculado con Ascencio Reyes. Pero dicho periódico solo recibe filtraciones de la Fiscalía que publica, pero que no investiga...
A unos magistrados les dieron regalos como relojes Rolex. Y, según el mismo diario, existen videos de magistrados chapuceando familiarmente en una piscina del condominio El Peñón con los defraudadores de Cajanal (un millonario ‘tumbe’ al Estado). ¿Coincidencia o complicidad? Por favor: El Espectador solo recepciona.
Pero, según el mismo diario, el gobierno Uribe investigaba también si era cierto que magistrados mantenían relaciones secretas con guerrilleros como ‘Raúl Reyes’, o con la tenebrosa pareja de los esposos alemanes Werner y Michaela Mauss, negociadores de los secuestros y de los sobornos de la Mannessman al Eln.
Fue tan de malas la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia que cuando, de manera ignominiosa, el gobierno Uribe se dice que infiltró a “la señora de los tintos” con una grabadora ilegal, se vino a descubrir que en lugar de andar resolviendo los problemas jurídicos de los colombianos, muchos de sus magistrados se la pasaban horas, horas, conspirando contra Álvaro Uribe, el presidente de la República. No querían que se reeligiera. Pero, desde luego, conspirar no era su función.
La raya de las excepciones al Estado de derecho en materia de privacidad pública y privada solo ha sido corrida por motivos del terrorismo en Europa y EE. UU., y eso que aún está bajo una feroz discusión sobre el derecho a la intimidad. Aquí, esa raya no se ha borrado, y por lo tanto impera la Constitución. Que respeten a las cortes y a sus magistrados.
Pero también hay que denunciar la historia salvaje de que los más altos representantes de nuestra justicia están muy, pero muy corrompidos.
Entre tanto... Estamos tan agradecidos con las Farc, porque ahora solo se llevarán a los de 17 pa’ arriba.
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/historias-salvajes-maria-isabel-rueda-columnistas-el-tiempo/15249758
Se debe reconocer territorio no indígena que no sea propenso a la invasión: Paloma Valencia
En entrevista dada a Proclama del Cauca, la senadora afirmó que el Centro Democrático tiene previsto promover en el departamento un referendo para “decidir si partimos el departamento en dos. Uno indígena, para que ellos haga sus paros, sus manifestaciones y sus invasiones, y uno con vocación de desarrollo donde podamos tener vías, se promueva la inversión y donde haya empleos dignos para los caucanos”
camilo1ats escribió:Me encanta esta propuesta:Se debe reconocer territorio no indígena que no sea propenso a la invasión: Paloma ValenciaEn entrevista dada a Proclama del Cauca, la senadora afirmó que el Centro Democrático tiene previsto promover en el departamento un referendo para “decidir si partimos el departamento en dos. Uno indígena, para que ellos haga sus paros, sus manifestaciones y sus invasiones, y uno con vocación de desarrollo donde podamos tener vías, se promueva la inversión y donde haya empleos dignos para los caucanos”
http://www.elespectador.com/noticias/politica/se-debe-reconocer-territorio-no-indigena-no-sea-propens-articulo-549854
Sé que a los liberales y mamertos les parecerá un disparate, es más me imagino que el Delictivo Alvear estará presto a la demanda de Constitucionalidad, sin embargo a mi me parece genial, no me cuenten entre los amantes de los pueblos originarios, la cultura indígena, o las tradiciones prehispáncias. Esos indios del Cauca además de guerrileros son de un vago profundo, acostumbrados a ganar todo a punta de "fuete", y eso sí que nadie se atreva a meterse con ellos porque ahí arde troya con Cepeda y Teodora a la cabeza defendiendo los "derechos humanos" de estos humildes campesinos...
No me olvidaré jamás de esta imágen:
[ Imagen ]
Helboy escribió:
Estaría bien si lo hubiere dicho de una manera democrática, no racial y senofobica y tachándolos de invasoresdefinitivamente de Demócratas muy poco los del CD
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Que vestilialidad
Pretelt, no dimita
No se vaya, magistrado Pretelt. Si lo hace, sus colegas se frotarán las manos y nada cambiará
No, no se vaya, magistrado Pretelt. Si lo hace, sus colegas de las altas cortes se frotarán las manos felices y nada cambiará. Ellos y la Fiscalía General podrán seguir haciendo sus trapicheos con toda frescura. También reinará la felicidad en el Congreso y la Presidencia. Porque todos saben que en el concierto para delinquir y “politiquear” en que se ha convertido el sistema judicial de altos vuelos, son necesarias esas dos patas más. Y con su dimisión venderán al país la idea de que muerto el perro se acabó la rabia. Que con su salida y la desaparición del Consejo Superior renacerá la justicia. Y más hedionda no podrá quedar. Pestilente y bendecida la cloaca por un grueso manto de impunidad.
Prueba de que las tormentas no producen cambios fue la sesión del Congreso para negar la licencia a Pretelt. Que Horacio Serpa, quien fuera el escudero de Samper en ese mismo recinto, osara tirar la piedra más gorda para rechazar la solicitud es señal inequívoca de que todo sigue igual, de que los embadurnados pasan por una piscina milagrosa que limpia sus pecados y quedan listos para pontificar.
Por eso, es necesario que no dimita ahora Pretelt, que continúe ventilando el ‘roscograma’, los amaños entre magistrados, los contubernios con el Fiscal General y el gobierno de turno. No aspiro a que relate sobornos, cómo se compran y venden los procesos y la selección de tutelas, y cuáles son los despachos de abogados que ofrecen plata. Eso sería un sueño.
Insisto en mi tesis vieja: no hay reforma que valga sin voluntad de los magistrados y los políticos de adecentarse, de permitir que a las altas cortes solo lleguen los mejores con el único interés de impartir justicia. Que pertenecer a las instancias judiciales superiores sea suficiente premio.
Pero en este caso se ha profundizado tanto la cloaca, despide un tufo tan pestilente, que si quieren salvar la dignidad de todos no basta con la salida de Pretelt. Deben irse sus colegas de la Constitucional, pese a que hay dos o tres decentes; y los del Consejo de Estado y Corte Suprema. Por etapas, como sea, pero fuera, las togas están sucias y les quedan grandes.
En cuanto a la Fiscalía General, me pareció sospechoso que saliera el viernes a acusar a la esposa de Pretelt “de crímenes de guerra y lesa humanidad” por dos fincas pequeñas. Fue un despliegue pantallero y una denuncia excesiva. ¿Ahora la esposa va a resultar una criminal? La impresión que deja Montealegre es que como no puede agarrarlo a él, va por la familia. Le hace perder credibilidad si es que le resta alguna a esta Fiscalía abanderada de causas políticas, y alejada de las preocupaciones ciudadanas.
Prueba de ello es el anuncio de destinar seis fiscales a ese caso. Indigna que pierdan el tiempo con la señora, que con un investigador tendría, y no le haya dedicado un minuto, escuchen bien, un minuto de su tiempo a buscar a Paola Ortegón, ganadera de 36 años que unos milicianos desaparecieron el 22 de octubre pasado. Seguro que al lector le dará rabia conocer que en todos estos meses la Fiscalía no ha tenido tiempo para enviar ni a un funcionario a la zona a indagar. Para ella no hay disponible un solo fiscal; para un caso con ramificaciones políticas e intereses personales, seis. Bien pensado, hasta mejor. ‘Catatumbo’ prometió encontrarla y a estas alturas del paseo le creo más a él. A qué hueco hondo no habremos caído para tener que escribir yo esto.
P. D. Sostengo mi columna anterior sobre el Gobernador de Bolívar.
Una renuncia que volvieron imposible
Es hora de que el Gobierno deje de ponerle curitas al colapso de la justicia.
Al magistrado Jorge Pretelt (si es que alguna vez figuró entre sus planes) no lo dejaron renunciar en primer lugar sus colegas de la Corte. Al exigírselo, quisieron tapar con ello sus propias vergüenzas. Empezando por la presidenta, María Victoria Calle, quien, a sabiendas parcialmente de los rumores que había difundido el abogado Pacheco sobre Pretelt, votó por él para la presidencia, pero después de explotar el escándalo se cambió rápidamente de bando liderando la petición de renuncia que implicaba un fallo político anticipado contra Pretelt. Aparentando una dignidad que por allá pocos tienen, lo que querían era tapar los ‘roscogramas’, las otras visitas de Pacheco y las chuzadas ilegales de un magistrado. De ahí que Pretelt diga: “Si me voy yo, se tienen que ir todos”. Deberían.
Tampoco dejó renunciar a Pretelt el Congreso, a pesar de que este había ofrecido la salida. En una de las decisiones más torpes de la historia, le negaron su derecho a pedir una licencia no remunerada para asumir su defensa, que habría facilitado la transición institucional hacia su separación del cargo. Hoy, la Corte Constitucional se encuentra en la insólita situación de que aunque sus magistrados manifiestan que no sesionarán con Pretelt, tampoco pueden abandonar sus funciones constitucionales, lo que sería grave falta disciplinaria. Al negarle la licencia, el Congreso condenó también anticipadamente al magistrado, cerrándole la más mínima posibilidad de un juicio imparcial ante la Comisión de Acusación.
Otro que volvió imposible la renuncia de Pretelt fue el Gobierno. ¿A qué horas dos de sus ministros se sintieron con la atribución de pedirle a un magistrado retirarse de su cargo sin que él haya sido oído ni acusado formalmente? ¿Qué tal que a un magistrado le diera por hacer lo mismo, pero viceversa?
Pero, sobre todo, la renuncia de Pretelt la volvieron imposible desde la Fiscalía. Muy curioso (¿o muy torpe?) que la Comisión de Acusación de la Cámara, cuyo secretario, según se dice, supuestamente llegó allí de la mano del fiscal Montelegre, hubiera proferido su llamado a indagatoria el mismo día en el cual Pretelt se despachó contra el Fiscal. Ni siquiera esperaron hasta el martes, como para disimular.
El mismo viernes, el Fiscal cometió la torpeza de meterse con la esposa de Pretelt (ni la mafia se mete con las esposas), llamándola a interrogatorio acerca de unas tierras compradas hace 17, 13 y 12 años. ¿Cómo pudo pasar todo este tiempo sin que jamás se hubiera investigado a la señora por lo que hoy se aproximaría a gravísimos crímenes de guerra, usurpación y desplazamiento? ¿Por qué la Fiscalía aparenta haber abierto los ojos cuando tumbar a Pretelt se volvió el objetivo? ¿Algún hecho es nuevo?
Eso no es todo. La Fiscalía, como se ha vuelto usual, filtró a los medios, precisamente ahora, unas grabaciones a las que les pasaron por encima tres fiscales –Mendoza Diago, Vivianne Morales y el actual–, sin que antes de este escándalo ellas hubieran ameritado la menor curiosidad de su parte. Esas grabaciones, que para ser entendidas en contexto y calificar su nivel de gravedad ameritaban un análisis técnico de investigadores de la Fiscalía que brillaron por su ausencia, se hicieron públicas convenientemente para darle un pastorejo al tambaleante Pretelt.
Con esos antecedentes, el magistrado salió a decir el viernes en La W que no renunciará a su fuero porque asegura conocer las calidades de su persecutor. Que allá en esa Fiscalía solo proceden contra quienes manifiestan objeciones hacia el Fiscal, mientras los verdaderos culpables de las fechorías pasan de agache.
Más grave aún: según Pretelt, vaya uno a saber si es verdad, el Fiscal General de la Nación invita a magistrados a su casa para venderles la premisa de que hagamos la paz bajo la máxima impunidad.
Entre tanto... Es hora de que el Gobierno deje de ponerle curitas al colapso de la justicia. Con esta Corte Constitucional no se puede hacer la paz.
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