La comisión de artillería se había reunido como todos los años para debatir sobre los nuevos retos y las necesidades que estos creaban en el arma de artillería. Presidida por D Atanasio Torres Martín, contaba con la presencia de jefes enviados desde los ejércitos del noroeste, de Levante, y de la Reserva, además contarían como ponentes con distinguidos oficiales de artillería de infantería de marina o de tierra con el fin de analizar retos y desafíos a los que debían enfrentarse. Acababan de sentarse cuando inmediatamente y sin andarse con medias tintas el general Atanasio intervino.
-Caballeros, como artilleros que somos nos enfrentamos a varios desafíos. El primero de ellos viene dado por un nuevo requerimiento del ejército surgido a partir de la experiencia de la guerra. Durante el último año la artillería de campaña se ha demostrado incapaz de batir a la artillería enemiga en misiones de contrabatería por falta de alcance. Recordemos que gran parte de la culpa de esto es porque la artillería propia se sitúa de media a unos 4km a retaguardia de las primeras líneas, debiendo sumar esa distancia a la de la artillería enemiga. En vistas a esto debe estudiarse la forma de, bien aumentar el alcance de nuestras piezas o bien construir cañones más potentes parar disparar a distancias de 16 e incluso 18km. Con esto en mente ¿Alguien tiene alguna sugerencia?
-Mi general, con su permiso. –Intervino el coronel Rojo, para continuar en cuanto recibió el permiso preceptivo. –Como comandante de la artillería de la 22 división me he enfrentado a este problema en múltiples ocasiones. Evidentemente es de muy difícil solución, o al menos de una solución no sencilla. Y digo no sencilla no porque sea difícil, sino porque creo que será cara.
-Explíquese coronel. –Quiso saber el general Atanasio.

-Mi general, ninguna de nuestras piezas tiene ni de cerca el alcance requerido, por lo tanto modificar la composición o la cantidad de la carga propulsora no es una solución. Tendremos que ir a por un nuevo modelo de pieza.
-Desarrollar totalmente una nueva pieza puede ser sumamente complicado. –Dijo el general. –Eso por no hablar de balística y todos los estudios necesarios que sin duda elevaran el precio final. Creo que la armada esta teniendo problemas con los nuevos cañones para los acorazados.
-Precisamente por ello hable de que es una solución muy sencilla y complicada al mismo tiempo mi general. A mi entender la opción más evidente sería adaptar uno de los cañones navales de la armada a esta labor. Los cálculos están ya hechos y la boca de fuego en muchos casos construida. Tan solo necesitaríamos diseñar una cureña y sistemas de recuperación hidroneumáticos. Mi elección sería claramente el cañón de 152mm que debe equipar a los cruceros. Su alcance supera los 18.000 metros ampliamente.
-Buena idea, pero creo que el peso es desproporcionadamente alto. ¿Cuánto era? ¿8 ó 10 toneladas tal vez? Ninguna recua podría tirar de ese peso, y el armazón necesario sería desproporcionado.
-Cierto, mi general, tendremos que averiguar cuanto de ese peso corresponde en realidad a la boca de fuego, además podríamos utilizar automóviles para su remolque en lugar de caballos.
-Bien, al menos es un buen punto de partida. Solicitare a la Marina que nos cedan dos piezas para pruebas y veremos hasta donde llegamos, aunque añadiré la recomendación de recalibrarlo al 155 para que pueda utilizar la munición del nuevo obús.
Siguiente punto, la necesidad de un arma ligera para trinchera. En la última ofensiva logramos capturar numerosos morteros ligeros, un arma que los británicos llaman Stokes, diseñada por un inventor de tal nombre. Según los primeros informes el arma es insuperable, su capacidad de tiro curvo permiten su utilización, y su ligereza permite su movilidad desde las trincheras. ¿Sobre este punto alguien tiene algo en contra del mortero? –Dijo el general esperando unos segundos mientras los participantes negaban. –Vaya, en este caso parece que la decisión ha sido sumamente sencilla, aunque parece que la infantería exige que les sean asignados a ellos, solicitaremos al ministerio de armamento que haga una copia de este para iniciar la fabricación en cuanto sea posible y luego decidiremos.
Dicho esto. ¿Alguien tiene algo más que aportar? –Quiso saber el general.
-Mi general. –Intervino el famoso comandante Juan Costilla Arias, quien años atrás ya presentara un Predictor Corrector del fuego de artillería ahora en uso en el ejército, y que ahora servia en la división nº 31. –Con su permiso quisiera presentar un nuevo proyecto. Durante los últimos meses se ha desarrollado por medios artesanales una nueva arma para su utilización en tricheras. Se trata de un arma de cohetes.
-¿Similar al Congreve del siglo pasado?
http://es.wikipedia.org/wiki/Cohete_Congreve
-Así es mi general, o como los cohetes Prieur utilizados por la aviación enemiga. Fue de esta ultima de la que sacamos la idea y desarrollamos las armas con ayuda de pirotécnicos levantinos.
-¿Han tenido éxito?
-En mi opinión el suficiente como para prestarle atención. Sus ventajas son que no necesita grandes sistemas y el gasto será mínimo, su mayor desventaja es la falta de precisión.
-Y empleara como propulsor la pólvora negra, lo que no perjudica nuestro esfuerzo en otros aspectos… habrá que estudiar el alcance, pero podría ser prometedor. Hablare con el ministro Bustamante sobre este aspecto, gracias a todos, volveremos a reunirnos esta tarde a las cinco.