EL IMPERIO OTOMANO ENTRA EN LIZADurante buena parte del siglo XIX, el otrora poderoso imperio otomano fue considerado el enfermo de Europa, una nación en decadencia incapaz de defender su territorio ante los avances rusos, y la independencia de Grecia. La llegada al poder de los Jóvenes Turcos con sus ideas democráticas en 1909 pudo haber supuesto un cambio de tendencia, pero coincidió con el estallido de las guerras balcánicas y la independencia de Bulgaria, Salónica, Creta y buena parte de las islas del Egeo, que acudieron presurosas a Grecia. En esa situación y pese al entusiasmo provocado por la deposición del sultán en 1909, el ímpetu reformista de los Jóvenes Turcos pronto se agotó por los 5 años de guerras.
En esa situación de precariedad los Jóvenes Turcos volvieron sus ojos hacia Europa en busca de aliados. Frente a ellos pronto se perfilaron dos grandes posibilidades, Alemania, quien deseaba la alianza, y Gran Bretaña, un país que controlaba los mares y que había sido el gran valedor del Imperio Otomano desde la guerra de Crimea. En esas circunstancias la preferencia del gobierno turco caía claramente del lado británico, país que había impedido la anexión de grandes porciones del Imperio por los rusos o la desintegración tras las guerras balcánicas. Además, la mayor parte de las inversiones extranjeras estaban en manos de compañías británicas y francesas a excepción del ferrocarril, que estaba en manos alemanas.
Enver Pasha, ministro de la guerra, y uno de los pocos Jóvenes Turcos que apoyaban decididamente a los alemanes, a los que admiraba desde su etapa de agregado militar en Berlin años atrás.Seria en 1913 cuando la influencia alemana dio un salto cualitativo, pues el gobierno turco acudió a ellos en busca de un aliado que liderase una reforma militar del ejército turco. Pronto llegaría una misión militar alemana liderada por el general Liman Von Sanders, misión que tenía su antecedente en la misión naval británica del almirante Limpus. Una vez más los Jóvenes Turcos jugaban con la ambivalencia y mantenían relaciones con las dos grandes potencias europeas.
Aun así los gobiernos de la ENTENTE tuvieron no una, sino tres grandes oportunidades de colocar al Imperio Otomano de su lado, cuando los embajadores turcos buscaron la alianza de Francia o la propia Gran Bretaña en fechas tan tardías como julio de 1914. Sin embargo, todo fue inútil, en cada ocasión los embajadores fueron ninguneados y la alianza rechazada. Todo cambio con el estallido de la guerra en Europa, para finales de agosto los gobiernos ruso, británico, y francés, empezaron a cortejar a Turquia para que se mantuviese neutral.
Esta era una maniobra que realizada antes de la guerra posiblemente hubiese tenido éxito, pero ahora las cosas habían cambiado. El 3 de agosto a instancias de Churchill la Royal Navy se incautó de los dos acorazados Dreadnouht que sus astilleros estaban construyendo para Turquia. Uno de ellos el mismo día en el que su nueva tripulación turca debía embarcar
(1). Aun peor, los incautaron sin pagar compensación alguna cuando esos buques habían sido financiados por subscripción popular. La ola de indignación en Turquía fue por lo tanto épica.
Fue entonces cuando la situación empezó a decantarse de forma decisiva hacia Alemania. Aprovechando el insulto británico a los turcos al incautarse de los buques turcos, Alemania envió hacia el Mar Negro a sus dos buques de la escuadra del Mediterráneo, el crucero de batalla Goeben y el ligero Breslau. Estos buques tras dar esquinazo a sus perseguidores franco-británicos entraron en el Mar Negro donde fueron regalados al Imperio Otomano. Aún más decisivo sería que la presencia de esos buques alemanes con su tripulación alemana original
(2), pues los marinos turcos entrenados por la misión naval británica estaban ahora en Reino Unido sin poder abordar sus nuevos buques, provoco la retirada de la misión naval británica del almirante Limpus. Con ello la situación estaba ya abonada para los intereses germanos, quienes pese a todo preferían que el Imperio Otomano se mantuviese neutral.
Todo cambiaría a mediados de octubre, cuando empezó a hacerse evidente el estancamiento de la guerra en Flandes. Incapaces de decidir la guerra en Francia como contemplaban los planes del estado mayor alemán, estos acudieron al Imperio Otomano para romper la situación. Sin embargo para los turcos el acuerdo de alianza defensiva firmado con los alemanes el 2 de agosto era simplemente eso. Un acuerdo de defensa contra los rusos, y no contemplaba la entrada en la guerra si la agresora había sido Alemania.
Alemania tenía sin embargo un As en la manga. Durante dos meses el Goeben y el Breslau habían permanecido en el mar negro inmersos en un plan de adiestramiento intensivo al mando del almirante Souchon, además continuaban con sus tripulaciones alemanas. El día 29 de octubre estos buques acompañados por varios escoltas, también con tripulación alemana, al menos parcialmente, partieron para adentrarse en el mar negro. Esa misma tarde la escuadra bombardeo los puertos de Odesa, Sebastopol, y Novorossik, destruyendo los tanques de petróleo y hundiendo todos los mercantes que encontraron.
Turquía había entrado en la guerra.
- HMS Agincourt, ex Sultán Osman I, ex Río de Janeiro, y HMS Erin, ex Reshdadije
- Para mantener la ficción se les había nacionalizado como turcos, al menos oficiosamente.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.