La aproximación con Francia favorece el acuerdo sobre la repartición de los intereses recíprocos de ambos países en Marruecos.
Con Inglaterra, los informes diplomáticos también son mejorados en respuesta al matrimonio de Alphonse XIII con la sobrina de la reina de Inglaterra: la princesa de Battenberg.
Las relaciones diplomáticas durante este período se desarrollan en toda la Europea. L'España en respuesta a sus desventuras coloniales, quiere extender sus amistades europeas.
Este dinamismo diplomático no basta con garantizar una paz social dentro del país, el baile de los ministerios continúa.
En este clima malsano, las fuerzas de la oposición, republicanos, sindicatos y socialistas van a encontrar la ocasión de mostrar sus fuerzas y de reagrupar sus tropas, en respuesta a un incidente Africano.
En 1909, golpes violentos oponen a obreros marroquíes de los aspectos de Melilla, a los trabajadores de la península y a tropas españolas. El asunto toma proporciones nacionales, Melilla es investido por los Rifeños. El 23 de julio, el ejército sufre una derrota severa a Barranco del Lobo, el general en puesto, sobrepasado por los acontecimientos pide refuerzos a Madrid. Cuidadoso de no vaciar la Península de tropas regulares, el gobierno decide movilizar a 20 000 reservistas La reacción popular es inmediata y violenta, reuniones y manifestaciones populares se cogen en todas las grandes ciudades de España.
La huelga general se transforma en motín y la semana del 28 al 31 de julio, quedará en la historia de España como la semana trágica, el verdadero prólogo de los dramas que ensangrentarán el país, veinticinco años más tarde. Improvisada y súbita, esta rebelión no tiene jefe, pero los líderes de los partidos de la izquierda del partido republicano cuentan, a corto plazo la caída del régimen, animada por el radical republicano: Alejandro Lerroux.
Alejandro Lerroux Andaluz, emigrado a Cataluña, Lerroux ya había organizado motines a principios de este siglo. Tiene la imagen de un opositor cuya reputación esla de un opositor virulento que no tiene pelos en la lengua y que insite las clases desfavorecidas a la rebelión y sus intenciones son a menudo más que revolucionarias:
" ¡ Jóvenes bárbaros de hoy! Venga para pillar la civilización decadente de este pobre país, le propone en 1905 en Barcelona, al proletariado. ¡ Destruya los templos! ¡ Mate a sus dioses! ¡ Arranque el velo de sus novicias y que sean madres! ¡ Peléesen, maten y mueran! " En el curso de esta semana trágica vende por las calles una violencia al mes iguala y lanza nuevos llamamientos al homicidio.
" Quemen los registros de propiedad. Maten.. "Los anarquistas que controlan Cataluña tienen tropas numerosas que soplan sobre el incendio.
Los conventos son atacados y pillados, algunos de sus ocupantes son asesinados, cadáveres son exhumados y expuestos en las calles de Barcelona. Va a hacerle falta más de un mes al ejército para reducir el movimiento que se extendió en otras provincias, el estado de sede es proclamado en todo el país.
Consejos de guerra condenan a varios detenidos, algunos de ellos serán hasta fusilados. Uno de ellos,
Francisco Ferrer, militante anarquista, director de la escuela moderna, pedagogo revolucionario conocido más allá de las fronteras, será condenado y fusilado. Su ejecución provocará remolinos más allá de los Pyrénéos, varias capitales europeas reaccionarán, particularmente en París dónde Jaurès, Anatole France, Valiente prostestaran contra los métodos de represión utilizados por el gobierno de la Monarquía Española.
Los militares españoles, ellos no se preocupan apenas de consecuencias interiores de sus equivocaciones marroquíes, que provocaron todos estos disturbios. Una fuerza de 40.000 hombres en Marruecos les da esperanza de reconquistar en África del Norte una tierra colonial limpia que redora su escudo empaña por sus fracasos recientes y sus peripecias en América.
Francia también, en la misma época es comprometida, en África del Norte, particularmente en Marruecos y debe reaccionar a los ataques de tribus guerreras Ella no piensa ceder del terreno por eso, en España cuyas ambiciones no son escondidas, al día siguiente del asunto de Melilla.
Al término de un tratado de protectorado, después de negociaciones difíciles, el 27 de noviembre de 1912, la correa en España una zona de influencia.
Los territorios de la zona española colocados bajo la autoridad del Sultán, Larache, Arzila, y Ksar el-Kébir, ocupados últimamente en respuesta al asunto de Mélilla y Tánger que será objeto de un régimen especial.
Esta implantación marroquí va a darle al ejército español el ocassion de organizarse, a establecer nuevas bases, para intervenir pronto mejor en el tablero político de España del que ha sido apartada desde hace algunos años.
Pero las fuerzas nuevas con las cuales el gobierno de Alphonse XIII deberá pronto contar no se organizan únicamente en África del Norte.
En la península, las fuerzas populares se encargan por los sindicatos, el más antiguo la UGT (unión general de los trabajadores) creado en 1888, la UGT de tendencia socialista se hará pronto una organización poderosa que reagrupará a sus militantes numerosos sobre el conjunto del país.
Sus líderes Largo Caballero, madrileño, futuro ministro del Trabajo de la segunda República e Indalecio Prieto, socialista liberal de Bilbao, comprometidos los dos en la misma vía, pero tomarán direcciones diferentes con arreglo a la continuación de los acontecimientos de la política española.
Hasta tal punto que en los momentos cruciales para España, durante las crisis que vendran, su antagonismo a menudo comprometerá el éxito de la izquierda que encarnan los dos, pero con planos políticos diferentes.
Nacido tarde, en 1911, de la reagrupación de numerosos sindicatos anarquistas y autónomos, la CNT (confederación nacional del trabajo), de dominancia anarquista, se caracterizará durante las luchas sociales y las crisis proletarias por la dominante más dura de los partidos de izquierda de parte sus militantes anarquistas.
Este anarcho-sindicalismo deberá dar origen en otro lugar al temible FAI (federación anarquista ibérica), formado por grupos anarquistas clandestinos más aptos a hacer acciones revolucionarias, las más violentas hacia el gobierno del monarca y el empresariado.

Las filosofías y los métodos de ambos sindicatos con matices muy diferentes, de los que sus efectivos todos se desarrollan considerablemente el país más o menos de modo similar, van a cobrar una importancia superior entre 1920 y 1936 para sensibilizar a la nación y reaccionar para defender la futura República.
En las zonas de su implantación recíproca, van a dirigir y a controlar el movimiento nacional de los obreros españoles, la UGT le cuenta bases sólidas a Cordue, Sevilla, Málaga y toda la región de Andalucía, pero pronto la CNT más combativa aventajará .
Quien organiza el movimiento obrero en Cataluña del sector de la industria, es la CNT que organiza ' braceros " de Andalucía. La UGT domina siempre en casa de los menores de Asturias y los obreros metalúrgicos de Bilbao y de la capital Madrid. Pero pronto, la CNT va a conseguir asentarse en la capital, dónde va a controlar la mayoría de los obreros de la construccion , una de las corporaciones la más combativa.
Así como en Asturias, los obreros metalúrgicos de La Felguera y de Gijon que son una importante competencia para la influencia de los minores de Mières o Sama de Langreo. En el país vasco, si la UGT es mayoritaria seriamente es competida por los sindicatos nacionalistas y por la CNT que recluta en las capas de maniobras estrangeros en el país.
En Valencia, los anarquistas controlan a los trabajadores portuarios, la UGT es poderosa en las fábricas.
El acto de esta situación política de España al lindero de la guerra civil, es la puesta en evidencia de la influencia profunda que ejercen los sindicatos sobre el proletariado urbano y campesino, mientras que del lado del gobierno, ningún líder y ninguna doctrina gubernamental llegue a movilizar a estos millones de trabajadores.
En cambio estas masas populares serán tanto más sensibles a adherirse a los diferentes sindicatos de oposición que su posición social no dejará de deteriorarse. A la evolución de la crisis en España, los comunistas stalinistas y más tarde los disidentes trotskistas del POUM,también intentará de tomar el paso con el fin de animar a fines políticas revolucionarias, para trastocar el régimen monárquico.
Es al día siguiente de la guerra de 1914 que las fuerzas vivas del país darán a sus acciones reivindicadoras amplitud.
Por su parte el gobierno monárquico, es sobre un ejército no muy relacionado con el régimen, que hasta va a criticar y a acusar la política del gobierno al que reprocha su incapacidad por promover las reformas sociales necesarias y su falta de autoridad que mantiene el orden social.
Es sin embargo al ejército, animado del virus político que los dirigen al poder deben confiar para yugular las reivindicaciones populares y mantener el orden social tanto trastornado.
Las juntas militares toman partido de la monarquía, la rebelión popular es atropellada, pero el rey debe pagar caro el precio de este éxito relativo, designando un gobierno que debe tener el aval de los militares.
El ejército hace así su entrada al palenque político español.Las crisis ministeriales se sólo suceden, al lindero de la primera guerra mundial, en España, la inestabilidad es total, en este clima eléctrico la oposición queda desunida, las alianzas entre republicanos y sindicatos son tan frágiles como aquellas a las que concluyen los poseedores de la mayoría dirigente.
Toda tentativa de insurrección es comprometida por la actitud del ejército quedada fiel al régimen.
Como una paradoja, es un fracaso lamentable y militar a Marruecos que va a darles a los oficiales la ocasión de tomar el poder en Madrid, reanudando con en el sucesivo pronunciamiento.
Dos años antes, una derrota militar española sobre el suelo marroquí, recordará la del general Marina a Barranco del Lobo, cerca de Melilla.
Abd-el-Krim, cabeza de distrito de la resistencia rifeña a la penetración de las tropas Franco-Españolas, en Marruecos le infligió a las tropas del general Silvestre una derrota espantosa a Anual. Balance; 1.200 muertos de las que están el general, 1.500 presos; y la desbandada de millares de combatientes. Melillia es investido, hay que acudir a refuerzos peninsulares para desempeñar las guarniciones.
En España la indignación está en su cumbre, la imprevisión y la torpeza de los jefes militares suscita la cólera popular. Los responsables paisanos y militares son puestos en acusación a la tribuna de Cortès, pero las sanciones no caen.
Durante dos años consecutivos, los gobiernos sucesivos no serán capaz de tomar decisiones que se imponen en contra del ejército. Es correr peligro tanto de oponerse a las fuerzas militares que éstas arriesgan de este hecho de reunirse con la oposición. El rey, también carece del coraje necesario para tomar las medidas que haría falta, y es en el clima de incertidumbre y de confusiones sociales que el ejército va el 13 de septiembre de 1923, tomar el poder.
El general Miguel Primo de Rivera, el marqués de Estillas, capitán general de Barcelona, anunciándolo en Barcelona, lo que va así a abrir una era de siete años de dictadura.
"
Tenemos la razón para nosotros "
proclama, pues fuerza, que hasta este día hayamos hecho uso de la fuerza sólo con comedimiento. Si algunas tentativas son hechas para comprometernos en un compromiso que consideramos en conciencia como como la que déshonnorant, exigimos sanciones más graves y las aplicaremos con una gran severidad. Ni yo, ni las guarniciones de Aragón cuyo apoyo acabo de recibir por telegrama, aceptaremos otra cosa que una dictadura. Si los políticos tratan de defenderse, hacemos lo mismo, contando con pueblo cuyas reservas de energía son grandes. Hoy somos resueltos a la moderación, pero no retrocederemos delante de un derramamiento de sangre. "
La hora todavía no sonó para una finalidad tan dramática, Miguel Primo de Rivera podrá ejercer su dictadura, el tiempo de un septenio en un ambiente relativamente tranquilo.
Miguel Primo de Rivera Se decidieron a bien conservar el poder, por lo menos hasta que un mínimo de orden social sea restablece. Un directorio compuesto de huits generales y de un almirante toma la dirección de las operaciones. Un procedimiento clásico en la tradición de las dictaduras clásicas es procedido, disolución del parlamento y la institución de un partido único; la Unión patriótica.
Sacando fruto acontecimientos que le abrieron la vía del poder, se esfuerza primeramente por ajustar el asunto marroquí.
Se pone a la cabeza de tropas que se enfrentan con Abd-el-Krim, conduce hábilmente la campaña en curso del cual la cooperación de las tropas Franco-Españolas acaban, no sin dificultades, en la rendición, en mayo de 1926, del jefe rifeño. La pacificación de Marruecos, que para cual tantos sinsabores en España desde este principio del siglo, contribuye mucho sentando el prestigio personal de Primo de Rivera.
Habiendo zanjado este primer problema que colocó en el primer plano, el general completa su ministerio abriéndoles las puertas a paisanos, confirma así poco gusto que prueba hacia una dictadura exclusivamente militar y su eslogan será:
" patria, religión, monarquía ", que emana de una tradición de la más conservadora.
Así es como anima la política económica y financiera de su joven ministro, Calvo Sotelo, antiguo gobernador de Valencia. Éste pone en ejecución grandes reformas con el fin de renovar la economía nacional y de sanear la situación del Estado que emprende el financiamiento de grandes empresas públicas.
En la misma orden de ideas, para luchar contra el paro y mejorar la condición obrera, el general practica una política de grandes trabajos y de estímulo a la expansión industrial. Intenta colocar un sistema corporativo liberal con el fin de tratar de poner término a la lucha de las clases. Tiene ciertas reuniones a su proyecto, particularmente Largo Caballero que acepta hacerse consejero del Estado, lo que le da a pensar que está sobre la buena vía para tener éxito a largo plazo.
España queda la misma, la estabilidad no parece convenirle.
El dictador siente que el control del país le escapa, más bien que de sufrir un fracaso a la ocasión de una ""revolución cualquiera de palacio"", pide muy candidamente a sus capitanes generales, que incitan su stabilidad al poder, en caso contrario se retira.
Las respuestas son en su mayoría desfavorables. Primo de Rivera según su compromiso, dimite y comienta su salida sin amargura:
" ¡
Y ahora un poco de descanso, después de 1 326 días de preocupación, de responsabilidad y de trabajo! "
Alphonse XIII que se había felicitado sin embargo por el pronunciamiento de 1923, no le será de ningún sostén.
Pero el general no gozará mucho tiempo del descanso que evoca.
Abandonado por ésos hasta los que le deben más, deja España para París, dónde muere, súbitamente, algunas semanas más tarde en un hotel modesto de la calle du Bac, en la capital francesa.