Campañas de Marco Aurelio
- tercioidiaquez
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Campañas de Marco Aurelio
Estoy buscando información sobre esta época, sobre la campaña realizada en Germania por Marco Aurelio, si, , el de Gladiator, pero algo mas histórico claro.
He encontrado muy poca información sobre las batallas, tan solo una que se desarolló sobre el Danubio helado contra los Lazigos. Se agradecería enlaces o información, gracias por adelantado.
He encontrado muy poca información sobre las batallas, tan solo una que se desarolló sobre el Danubio helado contra los Lazigos. Se agradecería enlaces o información, gracias por adelantado.
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Hola a todos:
Aqui tienes una estupenda web sobre el tema:
http://www.satrapa1.com/articulos/antig ... urelio.htm
Aqui tienes una estupenda web sobre el tema:
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- tercioidiaquez
- Mariscal de Campo
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- tercioidiaquez
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Pués la página es maravillosa y muy recomendable, pero lamentablemente está sin terminar, justo en el momento en que estaba mas interesado, que es en la ofensiva romana contra los bárbaros. Veré lo que se puede aprovechar.
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
- El Templario
- Alférez
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- Coronel
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Fueron contra los sármatas yáciges o yácigos en Dacia, pero ese era un frente secundario.
El más preocupante fue el frente contra la coalición germánica que se unieron a los marcomanos y cuados (una tribu sueva), en esa coalición particparon otros sármatas. El proyecto de Marco Aurelio tras la victoria era transformar en provincias romanas a Marcomania y a Sarmacia.
En mi hilo " los pueblos bárbaros" hay una descripción resumida y unos mapas sobre esas incursiones bárbaras que llegaron hasta Aquileia o Aquileya, para después retirarse los bárbaros hacia la Rética y la Nórica y las legiones que movilizó Marco Aurelio contra ellos, obvio no quise entrar en extender mucho el tema, pero capaz le sirvan de ayuda.
Saludos estimado Tercioidiaquez.
PD: el Emperador de Gladiator era Cómodo.
El más preocupante fue el frente contra la coalición germánica que se unieron a los marcomanos y cuados (una tribu sueva), en esa coalición particparon otros sármatas. El proyecto de Marco Aurelio tras la victoria era transformar en provincias romanas a Marcomania y a Sarmacia.
En mi hilo " los pueblos bárbaros" hay una descripción resumida y unos mapas sobre esas incursiones bárbaras que llegaron hasta Aquileia o Aquileya, para después retirarse los bárbaros hacia la Rética y la Nórica y las legiones que movilizó Marco Aurelio contra ellos, obvio no quise entrar en extender mucho el tema, pero capaz le sirvan de ayuda.
Saludos estimado Tercioidiaquez.
PD: el Emperador de Gladiator era Cómodo.
- Alonso de Contreras
- Capitán
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Mientras el combatía en el este, entre 177 y 180, los bereberes no romanizados superaron la linea de defensa del desierto, atravesaron el estrecho y saquearon la indefensa bética...Nunca había oido hablar de esta incursión, pero me he comprado el tomo del imperio romano de Larousse que la cita.
" Madrid perece victima de la perfidia extranjera, ¡ Españoles, acudid a salvarla!".
- El Templario
- Alférez
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De manera muy rápida intentaré resumir, sin entrar en detalles, las campañas y conflictos en los que Marco Aurelio se vio obligado a intervenir.
Estas campañas militares tienen un bagaje histórico de significante importancia. En primer lugar ocurrieron en un tiempo en que el Imperio Romano estaba en su pleno apogeo. Su fortaleza militar era indiscutible y hasta se puede decir que para el ciudadano Romano medio, era inimaginable la idea de que el Imperio pudiera llegar a peligrar o ser amenazado. Sin embargo, para esa sociedad demasiado segura de sí misma, la aparición de tantos conflictos supuso un verdadero shock. Roma, tras siglos de mantener su territorio limpio de invasores, se vería invadida en su propio patio trasero. No solo eso, sino que era tal la sorpresa y conmoción de la invasión que Roma se encontró con que no tenía un ejército lo suficientemente grande como para enfrentar a los invasores. Sería Marco Aurelio, el emperador filósofo, quien se encargara de organizar de nuevo un potente ejército para repeler a las hordas, y no solo sería repelerlas, sino que también llevaría la guerra al territorio enemigo.
Antecedentes
Tras el cambio de emperador, en el que Marco Aurelio y Lucio Vero subieron al trono de Roma, una serie de conflictos nefastos sucedieron en tan rápida sucesión que el Imperio quedó prácticamente conmocionado. Primeramente debieron enfrentarse a una revitalizada Partia, al mando del Rey Vologeses III. Este conflicto requirió de una gran cantidad de hombres, y si bien resultó exitoso para Roma, hizo que el Imperio Romano debiera extraer varias tropas de la frontera septentrional -es decir la frontera con el Danubio- para poder cumplir con los requerimientos de hombres que necesitaban los ejércitos de Oriente. Esta guerra llevaría del 161 al 166, pero sus consecuencias causarían aun más muertes que el enemigo mismo. Al volver las tropas de Oriente trajeron consigo una peste, de tal magnitud y calibre que azotaría no solo a los ejércitos sino a toda la población de Roma y sus provincias.
En conjunto a ésta crisis, los Godos y algunas otras hordas bárbaras comenzaban a reclamar nuevos territorios desde el Este, originando un efecto domino de pueblos que se desplazaban mutuamente. Ante ésta crisis y ligereza en la frontera Romana, combinada con la necesidad de nuevos territorios de los pueblos germanos, llevaría a que dichas tribus no lo pensaran dos veces en poner pie en el territorio de Roma.
La guerra con Partia
La primera guerra importante a la que debió enfrentarse ocurrió contra los Partos. Tras reunificar el reino y consolidar el poder, el Rey Vologeses III, tendría a su disposición una Partia revitalizada y reanimada. Aprovechando el período de confusión y de desorganización que una sucesión imperial supone, Vologeses III invade Siria y Armenia -regiones que siempre significaron un elemento de tensión con Roma- casi instantáneamente después de enterarse de la muerte de Antonio Pío. Los Partos comenzaron una campaña exitosa arrasando con los primeros intentos de resistencia y oposición romana con gran facilidad.
En demostración de la importancia que le daba el Imperio a ésta guerra, y para evitar el nacimiento de un general carismático y de gran poder que pusiera en peligro su posición, Marco Aurelio envía a su hermano y co-Emperador Lucio Vero a comandar las legiones y el curso de la guerra. Si bien Vero carecía de experiencia militar y su severidad con las tropas no traía buenos ojos a sus acciones -por parte del mismo ejército romano-, Marco se encargaría de dotarlo con los mejores generales y estrategas a disposición del Imperio. Decisión que se mostraría fructífera rapidamente, dando como resultado que en el 162 la marea de la guerra se torne en favor de Roma, la cual comenzaría a reclamar las primeras victorias sonoras del conflicto. La campaña romana sería de tal éxito que se conquistan Armenia - instalando un Rey favorable a Roma-, el Norte de la Mesopotamia y Ctesifonte -que es totalmente arrasada y destruida-. Para el año 166 los Partos se encontraban con pocas o ninguna posibilidad estratégica de defensa, debiendo capitular y viéndose obligados a aceptar la paz bajo los términos impuestos por los romanos.
La gran epidemia del 166
En el año 166 tras la capitulación de Partia, ambos emperadores celebran el Triunfo en Roma. Los Emperadores fueron honrados con los agnomen -nombre honorario- de Armeniacus y Parthicus -Armenico y Partico-. Por petición de Lucio Vero los hijos de Marco Aurelio, Comodo y Annio Vero, son declarados Césares. Todo parecía marchar gloriosamente, los triunfos en Partia recordaban los avances del mismo Alejandro el Grande y sin duda alguna eran las victorias militares más significantes desde los tiempos de Trajano. Pero una sombra oscura arremetería contra Roma. Junto con las legiones que volvían de Oriente venía una peste que terminaría diezmando a cientos de miles de personas, aunque resulta imposible saber exactamente cuál fue el saldo de mortalidad de dicha tragedia. En los ejércitos, los legionarios comenzaron a caer como moscas, mermando y flaqueando sus números y formaciones. Si se sabe que durante los siguientes años el gobierno trató de ayudar a los enfermos que rondaban no solo por Italia sino por las provincias vecinas. Se calcula que para el año 189, más de veintitrés años después de haberse introducido la plaga en Europa, aun morían varios cientos de personas al día sólo en la ciudad de Roma.
La guerra contra los bárbaros Germanos
La guerra contra los Partos requirió de una gran cantidad de hombres, razón por la que se desacantonaron una considerable cantidad de legiones que estaban destinadas a proteger la frontera septentrional -es decir con el Danubio-. Esta debilidad en la guarnición Romana, y una fuerte presión en el Este por el avance de las hordas de Godos, le dio los motivos necesarios a los Germanos como para iniciar un avance directo hacia el territorio romano. Los romanos sabían que una guerra contra los Germanos era inevitable, pero debieron de posponerla debido a los recursos y esfuerzos que les había llevado vencer a los Partos.
Históricamente ésta serie de conflictos contra los pueblos bárbaros es conocida como Las Guerras Marcomanas, ya que fueron los Marcomanos quienes presentaron la mayor amenaza. No obstante, en ellas además participaron varios otros pueblos y tribus germánicas. Los primeros ataques tienen lugar en el año 166 cuando Hermunduros, Marcomanos y Cuados, cruzan el Danubio. Eran ataques al azar y sin una logística o meta bien establecida. Fue la legión I Adiutrix, emplazada en la provincia Romana de Pannonia, la primera fuerza en chocar contra los invasores. Aunque saliendo victoriosos los romanos en primera instancia, ahora los germanos sabían por propia experiencia lo debilitadas y pobres que eran las defensas fronterizas de las legiones.
Formando una alianza con los Victuales, los Marcomanos decidirían atacar en septiembre, con una horda de dimensiones masivas. Este ataque aplastaría las guarniciones del lugar, numerii, y una importante línea de fortificaciones fronterizas. El avance por parte de las hordas bárbaras consiguió algo sin igual, entrando a la Cisalpina por el paso de Nauportus, las hordas logran ingresar a Italia.
El problema fue de tal magnitud que el terror azotó a los habitantes de toda la península itálica. Temor que no era injustificado ya que no se contaba con ninguna legión lo suficientemente fuerte en la zona como para plantear una resistencia sería a los ataques. Por primera vez, desde el saqueo de Roma cometido por los Galos hacía más de 500 años, o las invasiones teutónicas hacía 250 años, la existencia de Roma misma se veía en serios apuros. Marco Aurelio, quien debió pensar rápidamente en una solución al problema que acontecía, se vio en la necesidad de formar un ejército especial que contenía a gran parte de la Guardia Pretoriana, más las cohortes urbanas y los vigiles -esto de por si muestra lo desesperada de la situación Romana. Aunque en origen pertenecían a la Guardia Pretoriana, los vigiles eran ya por entonces el equivalente a la policía de nuestros días-. Junto a la infantería, también se debió armar un ejército con los hombres de marinería de varias flotas -que fueron puestos al mando de T. Furio Victorino-. Algo que se debe destacar es que conjuntamente al ataque general de los Marcomanos y sus aliados, los romanos también se debían enfrentar a los ataques independientes de otras tribus bárbaras como los Cuados y Sármatas.
La estrategia romana para plantear la contraofensiva era encerrar a los invasores. De frente lucharían contra el ejército de Marco Aurelio y por la retaguardia contra las legiones adicionales emplazadas en Pannonia. Aunque la suerte para Roma en ese año 167 no parecía mejorar. Como si no bastara el asedio de la Campìña Italiana, un fuerte revés es sufrido cuando T. Furio Victorino es asesinado junto con el grueso de sus hombres por los Marcomanos. Poco después de esto los invasores sitian la ciudad de Aquileya, algo que es hoy considerado como un gran error, ya que le dio tiempo a Marco Aurelio de recibir refuerzos y organizarse.
Tras recibir un refuerzo de tropas gracias a la llegada del legado de la Legio XIV Gemina, Vetio Sabiniano, Marco Aurelio y el co-Emperador Lucio Vero marchan al Norte con un ejército compuesto no sólo por las unidades anteriormente mencionadas sino que también con contingentes enormes de esclavos y gladiadores. Los emperadores tenían la intención de encerrar a sus enemigos, con la ayuda de 4 legiones provenientes del ejército de Pannonia. La movilización de fuerzas fue de semejante calibre que no solo logró intimidar a sus enemigos, de los cuales muchos se replegaron, como Marcomanos y Victuales, sino que incluso los Cuados solicitaron que fuera Roma quien seleccionara su nuevo Rey. De todas maneras Marco Aurelio, pero no así Vero, no confiaba en las intenciones de los Germanos y sabía el peligro que representaban a la larga. A causa del invierno, las tropas romanas se mantuvieron acantonadas en la región de Aquileya, mientras que Marco Aurelio se dedicaba a organizar la campaña que tendría lugar en 168 y a definir los detalles de la solución al problema Germano. Dentro de las decisiones tácticas se decretó la creación de dos nuevas legiones: Las II y III Italicas -legiones llamativas ya que se transforma en legionarios a muchos de los esclavos y prisioneros de la campaña inicial- instalándolas estratégicamente en provincias claves del conflicto; mientras que designa a Helvio Pertinax como legado de la Legio I Adiutix -su tarea consistiría en expulsar de Raetia y Norcium a los Marcomanos y sus aliados. Las sospechas de Marco Aurelio no estaban infundadas, ya que se encontraba en Pannonia, región que se convertiría en la puerta del conflicto, cuando llegan las noticias de un levantamiento masivo de Dacios libres en la provincia Romana de Dacia. Estos Dacios no estaban solos, y junto a éstos también se debía enfrentar a otras tribus locales apoyadas por incursores bárbaros. Si bien Dacia se vio fuertemente amenazada durante los siguientes meses, con un gran revés tras la muerte del gobernador M. Claudio Fronto, fue gracias al reaccionar de S. Calpurnio Fronto, quien comandara las legiones de Mesia Superior y de Dacia, que se logró derrotar a los invasores y rebeldes.
En el año 169 Vero muere en el Norte, mientras iba camino a Roma con Marco Aurelio, de forma que este último decide volver con su cuerpo a Roma y le rinde honores. No está clara la causa de su muerte, pero en los escritos de Dion Casio se menciona que Vero fue envenenado tras ser descubierto conspirando contra el propio Marco Aurelio. Mientras el emperador se encontraba en la zona de Roma, una nueva gran invasión ocurre por el movimiento de los Obios y Longobardos, quienes tras cruzar el Danubio se enfrentan contra los hombres de Vindex y Candidus siendo aniquilados. Simultáneamente una nueva invasión en tierra Italiana estaba ocurriendo producto de la incursión de varias tribus germanas. Este acontecimiento no representaría un gran problema y los atacantes serían derrotados con prontitud. Es para el año 170 que la marea de la guerra se torna visiblemente en favor del avance Romano y Marco Aurelio logra llevar la guerra al Norte del Danubio, consciente del peligro bárbaro y de la necesidad de depejar los limes imperiales de tribus enemigas. No obstante no todas serían buenas noticias. Casi a mediados de año Roma sufre un duro golpe cuando, a través de Macedonia, otro grupo de invasores bárbaros, compuesto por costobocos y bastarnos, llega a Atenas -la Legio V Macedonia había sido utilizada para la defensa de Dacia y la zona se encontraba un tanto desprotegida-. Finalmente se consigue contener ese avance, y en el 171 se cruza el Danubio y se obtiene una resonante victoria, aunque no sin antes lamentar otro molesto contratiempo cuando son derrotados Siseuma y Vindex.
Marco Aurelio se encontraba en plenos preparativos para acabar con la amenaza bárbara de una vez por todas y quizás, aunque es imposible saberlo pero es entendible por los movimientos estratégicos romanos, anexionar los territorios al Norte del Danubio como provincias romanas. Para éste cometido Marco Aurelio organizará uno de los mayores ejércitos de la historia romana. Utilizará un sistema de refuerzos puntales moviendo no legiones sino simples cohortes de una legión a otra y se valera de varios numerii. Primeramente se debían separar los territorios enemigos para así aislar a quienes estuvieran aliados -principalmente la alianza entre Marcomanos y Sármatas- por lo que el primer lugar en el que caería la incursión romana sería en territorio Cuado. Los bárbaros conscientes de lo que se les avecinaba comenzaron a tratar de lavarse las manos -principalmente echándole la culpa de todo a los Marcomanos, tachándolos como totalitarios que obligaban mediante las armas a los demás pueblos a levantarse-; los Cuados incluso devuelven fortificaciones y territorios a los Romanos.
La leyenda "Germania Svbacta" en una serie de monedas nos indica que ya para el año 172 la guerra estaba totalmente a favor de Roma. Esta leyenda se refiere al sometimiento de los Marcomanos en ese año. En el 173 se produce una monumental batalla contra los bárbaros con la que se logra despejar de tribus hostiles todo el área comprendida entre Bohemia, Moravia y Hungría. Posteriormente los Cuados son vencidos en el 174, mientras que los Sármatas lo son a su vez en el 175, año en el que se firmaría una paz general. Con dicha paz la posición de Roma se fortalecería en la frontera septentrional, gracias a la ocupación de una franja de seguridad al Norte del Danubio. Gradualmente, para desinflar la gran presión demográfica de éstos pueblos, se comenzaron a admitir bárbaros como colonos y soldados, medida que fue prontamente abandonada tras una revuelta al Norte de Italia, donde los bárbaros que abandonaron su asentamiento comenzaron un pillaje que afectó a la ciudad de Rávena.
El levantamiento de Avido Casio
Mientras se estaba luchando la guerra contra los bárbaros germanos, Marco Aurelio debió responder a un peligro en Oriente. Avido Casio, uno de los mejores generales de Roma -cuya practicidad y experiencia fueron fundamentales en la guerra contra Partia- y "virrey" de los territorios de Oriente, tras un rumor de la muerte de Marco, provoca una revuelta en Egipto y proclama ser el nuevo Emperador del Imperio -muchos dicen que muy posiblemente en confabulación con la esposa de Marco Aurelio-. Dejando de lado su reorganización de la frontera Septentrional y dirigiéndose a Oriente para enfrentar al general renegado, Marco Aurelio, parte rápidamente. Pero esto mostraría no haber sido una amenaza tan grande como se creía en un principio cuando Avido Casio es asesinado por un oficial leal al emperador y, de ésta manera, terminada la sublevación. Marco Aurelio no desaprovecharía su visita y se dedicaría a organizar defensivamente los territorios, principalmente Macedonia y Grecia .
Nuevos conflictos con los germanos y muerte de Marco Aurelio
El año 177 se inicia debiendo enfrentar un nuevo conflicto con los Germanos, producto del quebrantamiento de la paz firmada en el 175, de modo que Marco Aurelio debe abandonar su viaje por Oriente y dedicarse a proteger la frontera Norte. En el año 178 estalla una rebelión de los cristianos en Lyon, lo que significa un nuevo foco de conflicto que, aunque breve, supone un nuevo contratiempo para los planes imperiales. Tal es el enfado de Marco Aurelio que al someter a los cabecillas, se los castiga con la pena de muerte por dicha insurrección. Con su salud debilitada decide llamar a su hijo Cómodo a su lado, quien estaba declarado como su futuro sucesor. En un principio la guerra marchaba, dentro de todo, bien. Tan bien que el fin de la amenaza bárbara estaba por alcanzarse. Marco Aurelio los tenía literalmente sometidos y arrinconados. Pero fue, según se cree, la misma peste que trajo el ejército romano de la guerra contra Partia en el 166, la que acabó con la vida de Marco Aurelio un 17 de Marzo del 180 en la ciudad Viena. Los restos del emperador fueron llevados al impresionante Castillo De San Angelo. Más allá de los resultados iniciales, la guerra ésta estaba lejos de finalizar. Según se estima, era necesario más de un año de guerra para concretar las intenciones de Marco Aurelio. Cómodo, de 16 años, sin experiencia y deseoso de lujos y pompa, llegaría a un acuerdo de compromiso con los Germanos. Un grave error que daría una oportunidad única de revitalizarse y rearmarse a las tribus.
Estas campañas militares tienen un bagaje histórico de significante importancia. En primer lugar ocurrieron en un tiempo en que el Imperio Romano estaba en su pleno apogeo. Su fortaleza militar era indiscutible y hasta se puede decir que para el ciudadano Romano medio, era inimaginable la idea de que el Imperio pudiera llegar a peligrar o ser amenazado. Sin embargo, para esa sociedad demasiado segura de sí misma, la aparición de tantos conflictos supuso un verdadero shock. Roma, tras siglos de mantener su territorio limpio de invasores, se vería invadida en su propio patio trasero. No solo eso, sino que era tal la sorpresa y conmoción de la invasión que Roma se encontró con que no tenía un ejército lo suficientemente grande como para enfrentar a los invasores. Sería Marco Aurelio, el emperador filósofo, quien se encargara de organizar de nuevo un potente ejército para repeler a las hordas, y no solo sería repelerlas, sino que también llevaría la guerra al territorio enemigo.
Antecedentes
Tras el cambio de emperador, en el que Marco Aurelio y Lucio Vero subieron al trono de Roma, una serie de conflictos nefastos sucedieron en tan rápida sucesión que el Imperio quedó prácticamente conmocionado. Primeramente debieron enfrentarse a una revitalizada Partia, al mando del Rey Vologeses III. Este conflicto requirió de una gran cantidad de hombres, y si bien resultó exitoso para Roma, hizo que el Imperio Romano debiera extraer varias tropas de la frontera septentrional -es decir la frontera con el Danubio- para poder cumplir con los requerimientos de hombres que necesitaban los ejércitos de Oriente. Esta guerra llevaría del 161 al 166, pero sus consecuencias causarían aun más muertes que el enemigo mismo. Al volver las tropas de Oriente trajeron consigo una peste, de tal magnitud y calibre que azotaría no solo a los ejércitos sino a toda la población de Roma y sus provincias.
En conjunto a ésta crisis, los Godos y algunas otras hordas bárbaras comenzaban a reclamar nuevos territorios desde el Este, originando un efecto domino de pueblos que se desplazaban mutuamente. Ante ésta crisis y ligereza en la frontera Romana, combinada con la necesidad de nuevos territorios de los pueblos germanos, llevaría a que dichas tribus no lo pensaran dos veces en poner pie en el territorio de Roma.
La guerra con Partia
La primera guerra importante a la que debió enfrentarse ocurrió contra los Partos. Tras reunificar el reino y consolidar el poder, el Rey Vologeses III, tendría a su disposición una Partia revitalizada y reanimada. Aprovechando el período de confusión y de desorganización que una sucesión imperial supone, Vologeses III invade Siria y Armenia -regiones que siempre significaron un elemento de tensión con Roma- casi instantáneamente después de enterarse de la muerte de Antonio Pío. Los Partos comenzaron una campaña exitosa arrasando con los primeros intentos de resistencia y oposición romana con gran facilidad.
En demostración de la importancia que le daba el Imperio a ésta guerra, y para evitar el nacimiento de un general carismático y de gran poder que pusiera en peligro su posición, Marco Aurelio envía a su hermano y co-Emperador Lucio Vero a comandar las legiones y el curso de la guerra. Si bien Vero carecía de experiencia militar y su severidad con las tropas no traía buenos ojos a sus acciones -por parte del mismo ejército romano-, Marco se encargaría de dotarlo con los mejores generales y estrategas a disposición del Imperio. Decisión que se mostraría fructífera rapidamente, dando como resultado que en el 162 la marea de la guerra se torne en favor de Roma, la cual comenzaría a reclamar las primeras victorias sonoras del conflicto. La campaña romana sería de tal éxito que se conquistan Armenia - instalando un Rey favorable a Roma-, el Norte de la Mesopotamia y Ctesifonte -que es totalmente arrasada y destruida-. Para el año 166 los Partos se encontraban con pocas o ninguna posibilidad estratégica de defensa, debiendo capitular y viéndose obligados a aceptar la paz bajo los términos impuestos por los romanos.
La gran epidemia del 166
En el año 166 tras la capitulación de Partia, ambos emperadores celebran el Triunfo en Roma. Los Emperadores fueron honrados con los agnomen -nombre honorario- de Armeniacus y Parthicus -Armenico y Partico-. Por petición de Lucio Vero los hijos de Marco Aurelio, Comodo y Annio Vero, son declarados Césares. Todo parecía marchar gloriosamente, los triunfos en Partia recordaban los avances del mismo Alejandro el Grande y sin duda alguna eran las victorias militares más significantes desde los tiempos de Trajano. Pero una sombra oscura arremetería contra Roma. Junto con las legiones que volvían de Oriente venía una peste que terminaría diezmando a cientos de miles de personas, aunque resulta imposible saber exactamente cuál fue el saldo de mortalidad de dicha tragedia. En los ejércitos, los legionarios comenzaron a caer como moscas, mermando y flaqueando sus números y formaciones. Si se sabe que durante los siguientes años el gobierno trató de ayudar a los enfermos que rondaban no solo por Italia sino por las provincias vecinas. Se calcula que para el año 189, más de veintitrés años después de haberse introducido la plaga en Europa, aun morían varios cientos de personas al día sólo en la ciudad de Roma.
La guerra contra los bárbaros Germanos
La guerra contra los Partos requirió de una gran cantidad de hombres, razón por la que se desacantonaron una considerable cantidad de legiones que estaban destinadas a proteger la frontera septentrional -es decir con el Danubio-. Esta debilidad en la guarnición Romana, y una fuerte presión en el Este por el avance de las hordas de Godos, le dio los motivos necesarios a los Germanos como para iniciar un avance directo hacia el territorio romano. Los romanos sabían que una guerra contra los Germanos era inevitable, pero debieron de posponerla debido a los recursos y esfuerzos que les había llevado vencer a los Partos.
Históricamente ésta serie de conflictos contra los pueblos bárbaros es conocida como Las Guerras Marcomanas, ya que fueron los Marcomanos quienes presentaron la mayor amenaza. No obstante, en ellas además participaron varios otros pueblos y tribus germánicas. Los primeros ataques tienen lugar en el año 166 cuando Hermunduros, Marcomanos y Cuados, cruzan el Danubio. Eran ataques al azar y sin una logística o meta bien establecida. Fue la legión I Adiutrix, emplazada en la provincia Romana de Pannonia, la primera fuerza en chocar contra los invasores. Aunque saliendo victoriosos los romanos en primera instancia, ahora los germanos sabían por propia experiencia lo debilitadas y pobres que eran las defensas fronterizas de las legiones.
Formando una alianza con los Victuales, los Marcomanos decidirían atacar en septiembre, con una horda de dimensiones masivas. Este ataque aplastaría las guarniciones del lugar, numerii, y una importante línea de fortificaciones fronterizas. El avance por parte de las hordas bárbaras consiguió algo sin igual, entrando a la Cisalpina por el paso de Nauportus, las hordas logran ingresar a Italia.
El problema fue de tal magnitud que el terror azotó a los habitantes de toda la península itálica. Temor que no era injustificado ya que no se contaba con ninguna legión lo suficientemente fuerte en la zona como para plantear una resistencia sería a los ataques. Por primera vez, desde el saqueo de Roma cometido por los Galos hacía más de 500 años, o las invasiones teutónicas hacía 250 años, la existencia de Roma misma se veía en serios apuros. Marco Aurelio, quien debió pensar rápidamente en una solución al problema que acontecía, se vio en la necesidad de formar un ejército especial que contenía a gran parte de la Guardia Pretoriana, más las cohortes urbanas y los vigiles -esto de por si muestra lo desesperada de la situación Romana. Aunque en origen pertenecían a la Guardia Pretoriana, los vigiles eran ya por entonces el equivalente a la policía de nuestros días-. Junto a la infantería, también se debió armar un ejército con los hombres de marinería de varias flotas -que fueron puestos al mando de T. Furio Victorino-. Algo que se debe destacar es que conjuntamente al ataque general de los Marcomanos y sus aliados, los romanos también se debían enfrentar a los ataques independientes de otras tribus bárbaras como los Cuados y Sármatas.
La estrategia romana para plantear la contraofensiva era encerrar a los invasores. De frente lucharían contra el ejército de Marco Aurelio y por la retaguardia contra las legiones adicionales emplazadas en Pannonia. Aunque la suerte para Roma en ese año 167 no parecía mejorar. Como si no bastara el asedio de la Campìña Italiana, un fuerte revés es sufrido cuando T. Furio Victorino es asesinado junto con el grueso de sus hombres por los Marcomanos. Poco después de esto los invasores sitian la ciudad de Aquileya, algo que es hoy considerado como un gran error, ya que le dio tiempo a Marco Aurelio de recibir refuerzos y organizarse.
Tras recibir un refuerzo de tropas gracias a la llegada del legado de la Legio XIV Gemina, Vetio Sabiniano, Marco Aurelio y el co-Emperador Lucio Vero marchan al Norte con un ejército compuesto no sólo por las unidades anteriormente mencionadas sino que también con contingentes enormes de esclavos y gladiadores. Los emperadores tenían la intención de encerrar a sus enemigos, con la ayuda de 4 legiones provenientes del ejército de Pannonia. La movilización de fuerzas fue de semejante calibre que no solo logró intimidar a sus enemigos, de los cuales muchos se replegaron, como Marcomanos y Victuales, sino que incluso los Cuados solicitaron que fuera Roma quien seleccionara su nuevo Rey. De todas maneras Marco Aurelio, pero no así Vero, no confiaba en las intenciones de los Germanos y sabía el peligro que representaban a la larga. A causa del invierno, las tropas romanas se mantuvieron acantonadas en la región de Aquileya, mientras que Marco Aurelio se dedicaba a organizar la campaña que tendría lugar en 168 y a definir los detalles de la solución al problema Germano. Dentro de las decisiones tácticas se decretó la creación de dos nuevas legiones: Las II y III Italicas -legiones llamativas ya que se transforma en legionarios a muchos de los esclavos y prisioneros de la campaña inicial- instalándolas estratégicamente en provincias claves del conflicto; mientras que designa a Helvio Pertinax como legado de la Legio I Adiutix -su tarea consistiría en expulsar de Raetia y Norcium a los Marcomanos y sus aliados. Las sospechas de Marco Aurelio no estaban infundadas, ya que se encontraba en Pannonia, región que se convertiría en la puerta del conflicto, cuando llegan las noticias de un levantamiento masivo de Dacios libres en la provincia Romana de Dacia. Estos Dacios no estaban solos, y junto a éstos también se debía enfrentar a otras tribus locales apoyadas por incursores bárbaros. Si bien Dacia se vio fuertemente amenazada durante los siguientes meses, con un gran revés tras la muerte del gobernador M. Claudio Fronto, fue gracias al reaccionar de S. Calpurnio Fronto, quien comandara las legiones de Mesia Superior y de Dacia, que se logró derrotar a los invasores y rebeldes.
En el año 169 Vero muere en el Norte, mientras iba camino a Roma con Marco Aurelio, de forma que este último decide volver con su cuerpo a Roma y le rinde honores. No está clara la causa de su muerte, pero en los escritos de Dion Casio se menciona que Vero fue envenenado tras ser descubierto conspirando contra el propio Marco Aurelio. Mientras el emperador se encontraba en la zona de Roma, una nueva gran invasión ocurre por el movimiento de los Obios y Longobardos, quienes tras cruzar el Danubio se enfrentan contra los hombres de Vindex y Candidus siendo aniquilados. Simultáneamente una nueva invasión en tierra Italiana estaba ocurriendo producto de la incursión de varias tribus germanas. Este acontecimiento no representaría un gran problema y los atacantes serían derrotados con prontitud. Es para el año 170 que la marea de la guerra se torna visiblemente en favor del avance Romano y Marco Aurelio logra llevar la guerra al Norte del Danubio, consciente del peligro bárbaro y de la necesidad de depejar los limes imperiales de tribus enemigas. No obstante no todas serían buenas noticias. Casi a mediados de año Roma sufre un duro golpe cuando, a través de Macedonia, otro grupo de invasores bárbaros, compuesto por costobocos y bastarnos, llega a Atenas -la Legio V Macedonia había sido utilizada para la defensa de Dacia y la zona se encontraba un tanto desprotegida-. Finalmente se consigue contener ese avance, y en el 171 se cruza el Danubio y se obtiene una resonante victoria, aunque no sin antes lamentar otro molesto contratiempo cuando son derrotados Siseuma y Vindex.
Marco Aurelio se encontraba en plenos preparativos para acabar con la amenaza bárbara de una vez por todas y quizás, aunque es imposible saberlo pero es entendible por los movimientos estratégicos romanos, anexionar los territorios al Norte del Danubio como provincias romanas. Para éste cometido Marco Aurelio organizará uno de los mayores ejércitos de la historia romana. Utilizará un sistema de refuerzos puntales moviendo no legiones sino simples cohortes de una legión a otra y se valera de varios numerii. Primeramente se debían separar los territorios enemigos para así aislar a quienes estuvieran aliados -principalmente la alianza entre Marcomanos y Sármatas- por lo que el primer lugar en el que caería la incursión romana sería en territorio Cuado. Los bárbaros conscientes de lo que se les avecinaba comenzaron a tratar de lavarse las manos -principalmente echándole la culpa de todo a los Marcomanos, tachándolos como totalitarios que obligaban mediante las armas a los demás pueblos a levantarse-; los Cuados incluso devuelven fortificaciones y territorios a los Romanos.
La leyenda "Germania Svbacta" en una serie de monedas nos indica que ya para el año 172 la guerra estaba totalmente a favor de Roma. Esta leyenda se refiere al sometimiento de los Marcomanos en ese año. En el 173 se produce una monumental batalla contra los bárbaros con la que se logra despejar de tribus hostiles todo el área comprendida entre Bohemia, Moravia y Hungría. Posteriormente los Cuados son vencidos en el 174, mientras que los Sármatas lo son a su vez en el 175, año en el que se firmaría una paz general. Con dicha paz la posición de Roma se fortalecería en la frontera septentrional, gracias a la ocupación de una franja de seguridad al Norte del Danubio. Gradualmente, para desinflar la gran presión demográfica de éstos pueblos, se comenzaron a admitir bárbaros como colonos y soldados, medida que fue prontamente abandonada tras una revuelta al Norte de Italia, donde los bárbaros que abandonaron su asentamiento comenzaron un pillaje que afectó a la ciudad de Rávena.
El levantamiento de Avido Casio
Mientras se estaba luchando la guerra contra los bárbaros germanos, Marco Aurelio debió responder a un peligro en Oriente. Avido Casio, uno de los mejores generales de Roma -cuya practicidad y experiencia fueron fundamentales en la guerra contra Partia- y "virrey" de los territorios de Oriente, tras un rumor de la muerte de Marco, provoca una revuelta en Egipto y proclama ser el nuevo Emperador del Imperio -muchos dicen que muy posiblemente en confabulación con la esposa de Marco Aurelio-. Dejando de lado su reorganización de la frontera Septentrional y dirigiéndose a Oriente para enfrentar al general renegado, Marco Aurelio, parte rápidamente. Pero esto mostraría no haber sido una amenaza tan grande como se creía en un principio cuando Avido Casio es asesinado por un oficial leal al emperador y, de ésta manera, terminada la sublevación. Marco Aurelio no desaprovecharía su visita y se dedicaría a organizar defensivamente los territorios, principalmente Macedonia y Grecia .
Nuevos conflictos con los germanos y muerte de Marco Aurelio
El año 177 se inicia debiendo enfrentar un nuevo conflicto con los Germanos, producto del quebrantamiento de la paz firmada en el 175, de modo que Marco Aurelio debe abandonar su viaje por Oriente y dedicarse a proteger la frontera Norte. En el año 178 estalla una rebelión de los cristianos en Lyon, lo que significa un nuevo foco de conflicto que, aunque breve, supone un nuevo contratiempo para los planes imperiales. Tal es el enfado de Marco Aurelio que al someter a los cabecillas, se los castiga con la pena de muerte por dicha insurrección. Con su salud debilitada decide llamar a su hijo Cómodo a su lado, quien estaba declarado como su futuro sucesor. En un principio la guerra marchaba, dentro de todo, bien. Tan bien que el fin de la amenaza bárbara estaba por alcanzarse. Marco Aurelio los tenía literalmente sometidos y arrinconados. Pero fue, según se cree, la misma peste que trajo el ejército romano de la guerra contra Partia en el 166, la que acabó con la vida de Marco Aurelio un 17 de Marzo del 180 en la ciudad Viena. Los restos del emperador fueron llevados al impresionante Castillo De San Angelo. Más allá de los resultados iniciales, la guerra ésta estaba lejos de finalizar. Según se estima, era necesario más de un año de guerra para concretar las intenciones de Marco Aurelio. Cómodo, de 16 años, sin experiencia y deseoso de lujos y pompa, llegaría a un acuerdo de compromiso con los Germanos. Un grave error que daría una oportunidad única de revitalizarse y rearmarse a las tribus.
"IN HOC SIGNO TUETUR PIUS, IN HOC SIGNO VINCITUR INIMICUS"
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Alonso de Contreras escribió:Mientras el combatía en el este, entre 177 y 180, los bereberes no romanizados superaron la linea de defensa del desierto, atravesaron el estrecho y saquearon la indefensa bética...Nunca había oido hablar de esta incursión, pero me he comprado el tomo del imperio romano de Larousse que la cita.
Efectivamente, durante el reinado de Marco Aurelio en el siglo II de nuestra era (en la década de los setenta) hubo un par de invasiones de pueblos "mauri" (nombre dado a los habitantes de Tingitania y término del que procede el actual "moro").
Se trataba de un conjunto de pueblos de raíz bereber, que habrían aprovechado la debilidad de Roma -y la proximidad de una zona tan rica como el valle del Guadalquivir- para emprender acciones de rapiña.
Los mauri se establecían en este momento en las montañas del Rif, cercanas al Estrecho de Gibraltar, lo que les permitió fácilmente invadir la provincia romana de la Bética en el sur de la Península.
Los mauri fueron altamente apreciados por los romanos como soldados, especialmente como caballería ligera. La influencia romana estaba confinada sobre todo a la costa, y Roma gobernó el interior a través de caudillos mauri locales. La escasa y tardía romanización y su caracter nómada, unido a los problemas del imperio, hicieron posible estas incursiones.
Es cierto que Roma no se encontraba en su mejor momento en la provincia tingitana, sin embargo, no hay documentación concreta que permita hablar de que en la época se produjera una sublevación. Por otra parte, no parece verosímil que los autores de los ataques contra la Bética fueran poblaciones del interior, de unas tierras alejadas del
mar. Por el contrario, parece que los atacantes de la Bética debieron ser poblaciones de la zona costera, así pues, parece más lógico que los ataques contra Hispania se atribuyan a las poblaciones rifeñas. Los estudios que se han hecho de las circunstancias indican que este ataque de los moros se efectuó entre el 169 y el 172, e incluso podría precisarse más en torno al año 171.
La primera invasión afectó a la Bética, y fue frenada echando mano de la VII legión acantonada en Hispania al mando del legado Aufinius Victorinus. No obstante, parece que los atacantes regresaron al otro lado del estrecho con abundante botín. Sólo así se explicaría la existencia de una segunda incursión muy pocos años más tarde. Pero para este momento también se contaba con la III legión acantonada en el norte africano. De esta segunda incursión tenemos contancia por dos inscripciones en Itálica y en Singilia Barba (Antequera).
El hecho de que la represión de los acontecimientos se encargara a C. Vallio Maximiano, que era el procurator de la Tingitana, indica que los moros procedían de ese territorio. En este caso el ataque pareció extenderse a la Bética, Lusitania e incluso la Tarraconense. La inscripción de Singilia Barba ubica cronológicamente el acontecimiento entre el 176 y el 180.
La inscripción de Itálica es una dedicatoria para agradecer a Caio Vallio Maximiano, que era procurator Mauretaniae Tingitanae, el haber restituido la paz en la Bética y acabado con los enemigos: provinciam Baeticam caesis hostibus paci pristinae restituerit. El epígrafe de Singilia Barba es mucho más expresivo. Menciona quienes eran los atacantes, bello Maurorum, y afirma que Singilia Barba fue asediada por ellos, cerco del que fue liberada por Vallio Maximiano: municipium diutina obsidione et bello maurorum liberatum.
Aparentemente, la actuación de Vallio Maximiano permitió que los moros tuvieran que levantar el cerco de Singilia Barba. El hecho parece lógico si tenemos en cuenta que los moros eran unas simples bandas de saqueadores, que no disponían de medios para el asalto de una ciudad minimamente amurallada. La fecha de esta incursión parece clara en el año 177, a partir de la procuratela de Vallio Maximiano.
Es muy posible que, precisamente debido a los acontecimientos, la administración romana realizara un esfuerzo diplomático. Así, entre 173 y 175 el procurador imperial negociaba, conlocut(us) cum Ucmetio, principe gentium Macennitum et Baquatium. Y en el mismo año 177 la administración romana se hallaba en buenas relaciones con el pueblo de los Zegrenses. La diplomacia en estos casos trataba de aislar el movimiento de las poblaciones septentrionales que habían atacado las Hispanias, en especial la Bética.
Con carácter excepcional, esta parece ser la primera vez en la que se anexiona la provincia a la península a efectos de control militar. Una inscripción menciona para este periodo la denominación Nova Hispania Ulterior Tingitana. Pasada la crisis militar, la provincia dejó de estar vinculada a la península hasta la creación de la diócesis de Hispania. Con la reforma diocleciana, lo que quedaba de la provincia (abandonado el sur de ella más allá de Lixus, cerca de la actual Larache, y perdida la contigüidad territorial con la Cesariense) se convirtió en el limes de la diócesis, con dos fines: controlar el estrecho e impedir las incursiones bereberes en las ricas provincias de Hispania.
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No es estrictamente sobre las campañas de mi maestro, pero es imposible intentar llegar al personaje obviando su faceta personal. Marco Aurelio fue un filosofo, el ultimo importante de Roma pues los que le siguieron ya podrian inscribirse en las variantes "cristianizadas". Es un magnifico exponente de la corriente estoica.
No puedo olvidar las palabras que me "dedico"
Para todos los que quieran introducirse en los pensamientos y en esta epoca es imprescindible la lectura de sus "meditaciones". Acompaño un enlace. Leedlo, a pesar de los años transcurridos son plenamente vigentes.
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No puedo olvidar las palabras que me "dedico"
15. De Máximo: el dominio de sí mismo y no dejarse arrastrar por nada; el buen ánimo en todas las circunstancias y especialmente en las enfermedades; la moderación de carácter, dulce y a la vez grave; la ejecución sin refunfuñar de las tareas propuestas; la confianza de todos en él, porque sus palabras respondían a sus pensamientos y en sus actuaciones procedía sin mala fe; el no sorprenderse ni arredrarse; en ningún caso precipitación o lentitud, ni impotencia, ni abatimiento, ni risa a carcajadas, seguidas de accesos de ira o de recelo. La beneficencia, el perdón y la sinceridad; el dar la impresión de hombre recto e inflexible más bien que corregido; que nadie se creyera menospreciado por él ni sospechara que se consideraba superior a él;
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Marco Porcellino.
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maximo escribió:
Para todos los que quieran introducirse en los pensamientos y en esta epoca es imprescindible la lectura de sus "meditaciones". Acompaño un enlace. Leedlo, a pesar de los años transcurridos son plenamente vigentes.
http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/marco-aurelio_meditaciones.html
Estimado Máximo, totalmente de acuerdo con tu apreciación. Las "meditaciones" son sin duda uno de los mejores "libros de cabecera" que alguien puede tener.
Saludos
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- Alonso de Contreras
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El Templario escribió:Aparentemente, la actuación de Vallio Maximiano permitió que los moros tuvieran que levantar el cerco de Singilia Barba. El hecho parece lógico si tenemos en cuenta que los moros eran unas simples bandas de saqueadores, que no disponían de medios para el asalto de una ciudad minimamente amurallada. La fecha de esta incursión parece clara en el año 177, a partir de la procuratela de Vallio Maximiano.
Fantastico, me has aclarado una duda que me llevaba un tiempo reconcomiendo, por que no encontraba nada en los libros que tenía al alcance.
" Madrid perece victima de la perfidia extranjera, ¡ Españoles, acudid a salvarla!".
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