Después de Cannas
Uno de los aspectos más discutidos de la Segunda Guerra Púnica es si Aníbal debió ir a Roma después de la batalla de Cannas o si por el contrario siguió la estrategia correcta. Para tratar de dar respuesta a esta pregunta, lo primero es saber que le quedaba a Roma con lo que poder oponerse al ejército cartaginés, que posibilidades de éxito podían tener esos efectivos en caso de proseguir la lucha, que capacidad de aumentar sus fuerzas a corto plazo, en qué estado había quedado el ejército cartaginés tras la cruenta batalla en las tierras de Apulia y que opciones militares tenía el general cartaginés.
El ejército púnico antes de la batalla es estimado en unos 51.000 hombres, de los que 10.000 serían jinetes y 41.000 infantes. Tras el enfrentamiento, pierde a 6.000 hombres en su mayoría peones de origen galo. Esto deja a Aníbal con una fuerza de 35.000 infantes y 10.000 jinetes.
¿Qué le queda a Roma? En primer lugar los supervivientes del combate, estimados en unos 10.000 hombres. Dada la proporción paritaria que se supone al ejército de la república, cabe suponer que de estos la mitad sean romanos y la mitad aliados itálicos, por lo que hablaríamos de una legión y un alae sociorum. Además de esto sabemos que existe un ejército de dos legiones reforzadas y sus alae sociorum en Hispania (unos 30.000 hombres). En Sicilia hay igualmente otro ejército de 2 legiones al que se supone el correspondiente contingente de itálicos (unos 20.000 soldados). En Cerdeña los efectivos son una legión y previsiblemente igual número de tropas aliadas (unos 11.000 soldados). Adicionalmente hay un ejército en la Galia bajo mando del pretor Postumio Albino que contaba con 2 legiones romanas y al que se le supone igual cuota de itálicos (a comienzos del año siguiente asciende a 25.000 hombres).
Finalmente, en Ostia se encuentra la flota bajo mando del pretor en Sicilia, Marco Claudio Marcelo, que cuenta con una legión embarcada (5.000 soldados) y 1.500 tropas adicionales. En la ciudad de Roma existen dos legiones urbanas reclutadas a principio de año por los cónsules (10.000 legionarios más). Estas últimas y la embarcada, es muy probable que no contasen con contingentes aliados. En el mapa se puede ver su distribución geográfica.
Un total de 112.500 hombres. Visto de este modo, Roma contaba aún con efectivos suficientes, pero mirando al mapa, salta a la vista que los contingentes más potentes no estaban disponibles, ni lo hubieran estado antes de uno o dos meses en su mayor parte. Traer el ejército de Hispania, aparte de lo más lento, significaba dejar abierta la posibilidad de traer refuerzos a Asdrúbal por la misma ruta que Aníbal. Dejar sola Sicilia tampoco parece una buena opción por dejarla a merced de una invasión desde Cartago. En Cerdeña sabemos que había una revolución en marcha que estalla mediado el siguiente año, aparte de su cercanía a África. En la Galia la situación tampoco era buena con los boyos en rebeldía, aunque visto lo ocurrido a principios del año siguiente, aparenta ser el contingente que más fácilmente podía haber dejado su demarcación y acercarse a Roma.
Las legiones urbanas por otra parte eran de entidad suficiente para desde lo alto de la murallas haber rechazado un asalto del ejército de Aníbal, pero ¿Y un sitio? ¿Podía Roma ser auxiliada en caso de ser sitiada? ¿Qué repercusión podría tener, dejar a los mandos políticos de la República no muertos en Cannas, alejados de los contingentes militares restantes? ¿Podían dichos contingentes militares romper el cerco? ¿Qué capacidad de reclutamiento quedaría en una ciudad hambrienta? ¿Y fuera de ella?
En primer lugar hay que tener presente que lo más cercano que podían exhibir los romanos ante el ejército de Aníbal eran los supervivientes de Cannas, más las legiones urbanas y la legión marina. Suponiendo que hubiesen podido llegar a unirse totalizaban 25.000 hombres. Si Aníbal se dirige a Roma con el grueso de su ejército, esta fuerza no era rival para él si le hubiese salido al paso. El ejército de la Galia podría haberse presentado relativamente rápido, lo que habría permitido elevar a 50.000 el total de efectivos. Y si bien podría haber cercado la ciudad con sus 45.000 hombres antes de que llegase el ejército de la Galia, difícilmente hubiese podido evitar que el cerco fuese roto en algún punto del extenso perímetro e introducido avituallamiento. Los romanos no le hubiesen enfrentado en batalla campal después de lo ocurrido, aunque vista la impulsividad de Marcelo, nunca se sabe. Lo previsible es que se hubiese dejado a las legiones urbanas dentro para protegerla de un asalto y con el resto se hubiese tratado de marcar a Aníbal mientras se alistan nuevos ejércitos. Del relato de Livio sabemos que los romanos e itálicos fueron capaces de hacer una leva que enroló aproximadamente 25.000 hombres, de los que 15.000 se unieron a las legiones urbanas existentes para constituir el ejército de Pera, que se encontró operativo en unos 3 meses de ocurrida la batalla de Cannas. Los otros 10.000 integraron dos nuevas legiones urbanas adicionales para servir en la ciudad de Roma y sustituir a las que se llevó Pera. Igualmente a comienzos del mandato consular iniciado en marzo de 215 (otros 4 meses después), los romanos había formado un ejército adicional de 8.000 esclavos y 25.000 aliados. Esto da un panorama de reclutamiento de 58.000 hombres adicionales en poco más de medio año de sucedida la batalla.
Suponiendo que Aníbal hubiese podido establecer un cerco en torno a la ciudad , ¿cuánto tiempo podía esta aguantar? ¿Daría tiempo a que se formasen nuevos ejércitos que pudiesen romperlo o darle una batalla definitiva a las puertas de Roma? Este escenario implicaría que los romanos tendrían unos 10.000 hombres dentro del cerco y 15.000 fuera. Si traen el ejército de la Galia podría haberse incrementado a 40.000 el número de los que hubiese fuera. En unos tres meses habría unos 25.000 hombres más (aunque de ellos una parte se hubiese reclutado en la misma ciudad, imaginemos que 10.000). Esto supondría que en apenas 3 meses de ocurrido Cannas, podría haber cerca de 20.000 hombres dentro de Roma y hasta 55.000 fuera (si hubiesen venido los 25.000 del ejército de la Galia). Y cuatro meses después otros 33.000 soldados adicionales del ejército de esclavos y aliados. Esto elevaría a 88.000 el contracerco exterior y a 20.000 los hombres de dentro de la ciudad. ¿Qué posibilidades de abastecimiento hubiese tenido Aníbal estando aferrado al cerco de Roma? Pues básicamente lo que hubiese podido rapiñar de camino a la ciudad, que no tenía por que ser poco. Porque una vez allí, con un ejército de efectivos crecientes marcándole, hubiese tenido muy complicado el forrajeo. ¿Hubiese aguantado más él abasteciendo a sus 45.000 hombres que la ciudad cercada?
Este dibujo deja también un panorama en el resto de escenarios apenas inalterado excepto en la Galia. Pero si los romanos van a eludir el enfrentamiento, podrían haber dejado allí ese ejército o haberlo relevado cuando se incorporasen los primeros refuerzos. En 3 meses ya tendrían un ejército en el contracerco de 30.000 hombres y en 7 meses uno de 63.000. Ambos con capacidad de sobra de atacar a los forrajeadores púnicos. Sería una situación parecida a la 2ª batalla de Capua con la diferencia de que allí había tres ejércitos romanos cercando (unos 75.000 hombres), unos 3.000 defensores dentro de la ciudad y el ejército de Aníbal que probablemente rondaba los 25 a 30.000 hombres.
¿Se hubiese rebelado algún pueblo itálico de no presentarse Aníbal con su ejército en sus ciudades? Posiblemente no. De hecho después de Cannas el general púnico divide su ejército y envía a su hermano Magón con un contingente a tomar posesión de localidades en el Samnio e Hirpinos, dejar guarniciones y más tarde llegar al Brucio a repetir la operación mientras él se dirige a Campania. ¿Dónde estuvo su fallo? A mi juicio, después de asegurarse el cambio de bando de Capua, en enzarzarse en una guerra por el control de las localidades campanas. En ese momento (alrededor de principios de octubre de 216), debía haberse encaminado al Lacio y a Roma. Esto hubiese cambiado el escenario de la guerra de los territorios de sus aliados campanos al mismísimo Lacio. En el peor de los casos hubiese arrasado el territorio de su enemigo dejándole exhausto y hambriento y acarreando un desgaste político de la dirigencia del país. Algo que quizás hubiese forzado un nuevo enfrentamiento ante los aún escasamente reforzados ejércitos romanos. Sus aliados campanos hubiesen podido formar un ejército sin tropas romanas que les estorbasen (como ocurrió al estar la guerra en su propio terreno), al tiempo que la ausencia de guerra y tropas romanas probablemente hubiera animado a más pueblos a rebelarse contra Roma.
Igual que se marcó el farol en marzo de 211 a.C., en mi opinión en octubre de 216 debiera haber actuado de la misma manera. En resumen, Roma era muy complicada de ser tomada o sitiada, pero podría haber conseguido dañarla mucho arrasando sus alrededores y obligando a movimientos de contingentes destinados en las provincias. A medio plazo eso habría contribuido a una hambruna y a más impopularidad de la guerra. Actuando como lo hizo, favoreció igualmente que se formase muy rápido el ejército del Dictador Pera, al poder los romanos liberar las legiones urbanas para tal fin, siendo relevadas por un escaso contingente inicial de 1.500 hombres de la flota. Cosa que de haberse acercado a Roma probablemente no habría pasado, al tener que dejar más efectivos para defensa de la ciudad. Permanecer en Campania llevó la guerra al territorio de sus recién adquiridos aliados, con lo que de agotamiento de las tierras, descontento y penuria que supuso. E indirectamente permitió que los romanos tuviesen territorios que asolar y con los que avituallarse.
Un saludo