101 Batallas y combates en México

Las guerras y conflictos en la región latinoamericana, desde la Conquista hasta las Malvinas y el Cénepa. Personajes y sucesos históricos militares.
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Ricardo R. D.
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Mensaje por Ricardo R. D. »

Y puesto que el camarada Loïc a compartido material procedo a citar una de las batallas de las que procede uno de esos banderines.

Intervención Francesa ==> 033 Batalla de San Lorenzo (México) 8 de mayo de 1863.

La Batalla de San Lorenzo Almecatla fue el combate que se efectuó durante la Intervención Francesa, en el pueblo de San Lorenzo Almecatla, estado de Tlaxcala, México, el día 8 de mayo de 1863 entre el ejército invasor francés y La División del Centro.

La División del Centro unos 4000 hombres al mando del general Ignacio Comonfort, se conformaba por tres Brigadas. La primera de ellas al mando del general Echegaray, la segunda al mando del general Trías y la tercera la brigada Sinaloa al mando del general Plácido Vega Daza.

El general Comonfort se dirigia a Puebla que estaba bajo sitio con la intención de introducir municiones y alimentos que eran vitales para sostener la posición, el día 7 de mayo de 1863, camino de Tlaxcala a Puebla la Primera División pernoctó en el pueblo de San Lorenzo, la Segunda División hacía lo mismo en Panzacola y la última se encontraba en el pueblo de Santo Toribio. Los vigias franceses apoyados por espias del partido conservador ubicaron a las fuerzas de Comonfort, Forey lider del ejercito frances movilizo a cerca de 6,000 hombres para neutralizar ese auxilio a los sitiados de Puebla.

Por la mañana del día 8 el ejército francés se hizo presente en San Lorenzo y atacó a las divisiones primera y segunda, estas se divieron entre proteger el convoy de sumistros y afrontar el ataque. Ante esto, Ignacio Comonfort envió una orden urgente al general Vega para que moviera a sus hombres hacia el campo de batalla. La brigada Sinaloa debería cubrir el repliegue que efectuaban las dos primeras. Entonces la Tercera brigada avanzó hacia el pueblo de Santa Inés, luego por instrucciones de un comandante de ingenieros, se trasladó hasta el camino que llevaba hasta la ciudad de Tlaxcala. En ese punto los batallones de la tercera brigada cubrieron la retirada que efectuaban las dos primeras brigadas que a cuestas trataban de evitar que los pertrechos cayeran en manos del enemigo.

Tras los soldados mexicanos se hicieron presentes los soldados invasores, quienes se veian demorados por el inmenso desorden de materiales y por algunos grupos de soldados mexicanos que se habian quedado resagados, la brigada Sinaloa tras cubrir la retirada e intercambiar algunos disparon con los franceses recibio la orden de unirse al repliegue hacia la ciudad de Tlaxcala.

En la Batalla de San Lorenzo la brigada Sinaloa resultó ilesa, sin embargo la primera y segunda del Ejército del Centro tuvieron 1000 caídos, entre heridos y muertos, 1000 prisioneros, 56 de ellos oficiales; además se perdió entre otras cosas tres banderas, 400 mulas, siete piezas de artillería y otros materiales.

Al final las tropas remanentes se dirigieron a la ciudad de México. Y a los 10 dias la ciudad de Puebla capitulaba debido a la carencia de municiones y alimentos después de resistir por 2 meses.

Ante el avance de los franceses, el presidente Benito Juárez se vio obligado a abandonar la ciudad de México e iniciar su presidencia errante el 31 de mayo siguiente. Luego el propio ejército mexicano se vio obligado a abandonar la ciudad capital, siendo el general Plácido Vega y sus hombres quienes constituían la retaguardia y últimos soldados en abandonar esta ciudad a las 2:30 de la mañana del día 2 de junio siguiente.


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Ricardo R. D.
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Mensaje por Ricardo R. D. »

Saludos, en esta ocación pongo lo que encontre de la que puede ser conocida como Batalla de Tepeaca en la época de la guerra de conquista hispanica; aqui me parece oportuno señalar que en el año de 1520 los "estados" en conflicto eran por un lado la "Corona de Castilla o Hispanica" y por la otra el "Señorio de Tenochtitilan" estas denominaciones ateniendonos a los documentos historicos de la época, es decir que no eran ni la nación Española ni la nación Mexicana, ambos "estados" eran mas una confederación de reinos y señorios con una autoridad central. Asi las cosas el conflicto empezo con la invasión del terretorio continental en el año de 1519 y concluyo en 1530 aunque oficialmente se considera el 8 de marzo de 1535 como el fin y el inicio de la colonia Española en el Virreinato de la Nueva España.

Asi con ese antecedente pongo lo siguiente:

Guerra de Conquista Hispanica ==> 034 Batalla de Tepeaca 4 de septiembre de 1520

Tepeaca era una especie de fortaleza por su ubicación en la cima de un cerro, señorío tributario de los mexicas, de hecho era el centro de tributo de la Triple Alianza. Tepeaca había luchado desde hacía más de un siglo para contra la incorporación a la nación mexica, pero contaba con el inconveniente de estar asentada en la ruta principal de comercio entre Tenochtitlan y la costa del Golfo, posteriormente la Villa Rica de la Vera Cruz, detalle considerado de enorme importancia bélica para Cortés que intentaba que Tepeaca formara parte de la alianza castellano-tlaxcalteca contra los mexicas.
Otro antecedente era que, al revisar los registros de tributos que se pagaban a Tenochtitlan, se contaban: 4 mil cargas de cal, 4 mil de caña gruesa, 8 mil de cañas para fabricar flechas y doscientos ganchos para mecapal. Por lo tanto Cortés consideró que serían sus aliados incondicionales con solo ofrecerles alianza, situación que no fue tal por lo que planeó cruenta venganza.
Tepeaca, aunque tributaria, como Tlaxcala, era gobernada por cuatro señores locales de igual jerarquía.
Cortés deseaba una victoria impresionante sobre ésta, una de las dependencias más útiles de Tenochtitlan por varias razones: deseaba lograr impacto entre los aliados, afectar el ánimo tenochca al verse privados de los importantes insumos tributarios, conservar la alianza con Tlaxcala y por último, poner en activo a su dividido ejército ya que los hombres de Narváez se habían incorporado a sus fuerzas y se pensaba que tramarían algo en su contra con la gente de Diego de Velázquez (gobernador de Cuba y acérrimo enemigo).
Pero principalmente Tepeaca fue atacado para evitar una insurrección tlaxcalteca, estrategia sicológica que ya había funcionado con los aliados indígenas en el ataque a Cholula, campaña de terror. El pretexto del ataque fue la muerte, en zona muy cercana a Tepeaca, en Quechula, de 12 capitanes de Narváez (casi la totalidad del regimiento) que iban rumbo a Tenochtitlan. Con enredosas artimañas pues, Cortés se las ingenió para custionar a los tepeacas del por qué tantos mexicas habitaban ahí y en ciudades cercanas. (obviamente era por haber sido conquistadas 60 años antes por los mexicas).
A principios de Agosto alrededor de 500 hombres, 17 jinetes y 6 ballesteros dejaron Tlaxcala dirigiéndose a Tepeaca. Los tlaxcaltecas proporcionaron alrededor de 2000 guerreros más lidereados por uno de los señores de Tlaxcala, Tianquizlatoatzin y varios de los hijos de Xicotencatl, aunque no Xicotencatl el mozo, quien era de la idea de actuar contra Cortés.
Tepeaca estaba a 75 km al sudoeste de Tlaxcala, pero había que rodear el monte Matlalcueye (Malinche) buscando mejor ruta. El ejército pernoctó una noche en Tzompantzin, la segunda en Zacatepec y una tercera en Acatzingo, ciudad cercana a Tepeaca desde donde Cortés exigió una explicación a los tepeacas acerca del asesinato de los capitanes españoles de Narváez. Los tepeacas respondieron desafiantes exigiendo a su vez el retiro de las tropas españolas amenazando (según Cortés) con darse un "festín de carne castellana" como pieza de resistencia. Dos días más tarde, los españoles atacaron Tepeaca.

La batalla se libró en un campo de maíz y maguéyes a las afueras de la ciudad. El efecto causado por los caballos fue asombroso y la enérgica lucha de los tlaxcaltecas para convertirlos en esclavos (sentido bastante moderado considerando que el de los españoles era implacablemente la muerte).
Se considera que murieron alrededor de 400 tepeacas; Cortés se instaló en el centro de la ciudad forzando al tlatoani local a "ofrecer" lealtad formal y absoluta al emperador Carlos V. Así, el 4 de Septiembra de 1520, Cortés fundó, en el centro de la fortaleza de la cima del monte, la nueva villa de Segura de la Frontera; establecieron un regimiento de amigos de Cortés.
La proscripción después de la batalla fue muy dura para los tepeacas, Cortes esclavizó a las esposas e hijos de los muertos, tanto en el campo de batalla como después, marcando a los esclavos con hierro candente en la mejilla. Los vencieron a "10 pesos", y a partir de entonces la esclavitud tomó el sentido europeo o caribeño, quedaron convertidos en propiedad de los amos españoles y sus hijos seguirían siendo esclavos.
Todos estos hechos fueron usados en contra de Cortés en los juicios de Residencia dada la extrema crueldad y las artimañas de que hizo alarde en el ataque a Tepeaca


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Loïc
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Mensaje por Loïc »

Ricardo R. D. escribió: me llaman la atención 3 puntos, primero el que exista un banderin que incluya uno de mis apellidos :wink: ese es totalmente nuevo para mi y además que sea del cuerpo de zapadores, eso me recordo que durante mi servicio militar estuve encuadrado en un batallón de zapadores en la ciudad de México; segundo que 2 de los banderines llevan un ancla bordada, supongo que esas unidades eran de la marina :conf: y tercero, me parecen muy buenas las fotos ¿donde estan actualmente esos banderines, de donde consegusite tan buenas fotos? evidentemente eres un estudioso de la historia y te felicito por ello y por cierto ya que estamos con esa idea de las banderas incluire ese tema en este hilo del foro y te solicito algo ¿seria posible una foto o imagen de la bandera del batallón egipcio que vino a México en la época de la Intervención? ya que nos compartiste una imagen de sus uniformes estaria genial saber que bandera llevaban.

hola ex-Zapador Ricardo, qué doble-coincidencia :mrgreen:
la ancla no debe sorprenderte, nada que ver con la Marina, en el siglo XIX en varios ejércitos de Europa era tambien el simbolo de una rama de los Ingenieros : los Pontoneros, las unidades de Zapadores del Ejército Méxicano lo han adoptado como un simbolo comun y frecuente propio a los Cuerpos de Ingenieros (Zapadores-Minadores-Pontoneros) de esta epoca
aqui las insignias de nuestros 6° y 7° Regimientos de Ingenieros, ambos ex-regimientos de Pontoneros, puedes notar la ancla para recordar su pasado "Pontonero"
ImagenImagen
estas fotografias provienen de las banderas conservadas en el Museo del Ejército en Paris, hay otras pero mucho menos ricas graficamente o bien conservadas
http://www.europeana.eu/portal/search.h ... TYPE:IMAGE
se puede encontrar tambien el 2° Batallon Ligero de Guanajuato (San Lorenzo) o 3er Batallon de Milicia Nacional
para el Batallon Egipcio no sé si tenia una bandera, no he oido hablar de ella, quizas un guion pero dudo que esté en Francia o siempre conservado...


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Mensaje por El Voltigero »

Loïc escribió:Hola, y naturalmente, con anticipacion, a nuestros compañeros Méxicanos feliz Cinco de Mayo
y como hemos mencionado tambien las banderas en este hilo
para este 5 de Mayo algunos guiones originales y bien conservados de los Zapadores en 1863-1867 :

banderin de la Compania de Zapadores de Rojas perdido el 28 de enero de 1865
http://www.photo.rmn.fr/CorexDoc/RMN/Me ... 520167.jpg

guion del Batallon de Zapadores de Zacatecas Sanchez y Roman
http://www.photo.rmn.fr/CorexDoc/RMN/Me ... 522827.jpg
de la batalla de Cerro Borego junio de 1862

Banderin de Zapadores que proviene de la batalla de San Lorenzo
http://www.photo.rmn.fr/CorexDoc/RMN/Me ... 528390.jpg


Que hay Loïc, gracias por las felicitaciones, yo las celebré sin clases :lol:.

Excelentes imágenes, como siempre. Esas unidades de Zapadores de Rojas y el Batallón de Zapadores de Zacatecas Sánchez Román, ¿eran s de guardias nacionales? ¿no sabes si también lucharon en la Guerra de Reforma?

Saludos cordiales.


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Ricardo R. D.
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Mensaje por Ricardo R. D. »

:D Saludos camarada Loïc, gracias por aclararme el punto del ancla, habia olvidado la sección de pontoneros, ya estuve haciendo memoria y revisando datos, todo es tal y como nos ilustras; vi las imagenes en el link que nos compartes y me llamo especialmente la atención una pintura sobre la batalla de San Lorenzo.
Asi que muy probablemente el batallón egipcio no tenia bandera, hubiera sido una bandera intersante de haberla tenido :wink: supongo que al no ser unidad "regular" en el ejercito frances no requeria una bandera "oficial".

Sobre lo que comenta el camarada Voltigero encontre que las unidades de Zacatecas estuvieron en la batalla de Jalatlaco del 13 de agosto de 1861 durante la Guerra de Reforma del lado de las tropas liberales y Don Ignacio Sánchez Román era el comandante de un batallón y esta persona posteriormente en la epoca de la Guerra de Intervención Francesa fue la que organizo el batallón en el que se incluia una compañia de zapadores, se puede decir que era una unidad de "voluntarios" de Zacatecas por lo tanto era una unidad de la guardia nacional.
Última edición por Ricardo R. D. el 18 May 2011, 22:39, editado 1 vez en total.


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Ahora paso a comentar la batalla número 35.

Guerra de Intervención Francesa ==> 035 Batalla de Jonuta 15-17 de Abril de 1866

El la batalla y sitio de Jonuta, fueron las acciones militares emprendidas por las fuerzas republicanas tabasqueñas comandadas por el Coronel Gregorio Méndez, encontra de las fuerzas imperiales conformadas por soldados franceses, soldados conservadores mexicanos y voluntarios de Martinica (aqui quizas haya que investigar mas sobre como llegaron dichos voluntarios de la Martinica a estas regiones de Tabasco y como estaban conformados)

Desde el 21 de febrero de 1863 en que la villa de Jonuta cae en poder de las fuerzas imperialistas francesas, el ejército republicano tabasqueño sostuvo con los invasores, diversas batallas y combates con la finalidad de recuperar la plaza, la cual en algunos momentos fue recuperada por los republicanos.

Asi las cosas se habla de 4 combates o batallas previas
Primera Batalla
El 22 de diciembre de 1863, se registró en Jonuta un enfrentamiento armado entre soldados republicanos y simpatizantes del régimen franco traidor, pero no se logra recuperar la población que continúa en poder de los intervencionistas franceses.

Segunda Batalla
Tras ser desalojados de la capital del estado en la Toma de San Juan Bautista el 27 de febrero de 1864, los imperialistas franceses se refugiaron en la villa de Jonuta.

Es hasta el 17 de abril de 1864 cuando se libra en Jonuta otro fuerte y definitivo combate entre fuerzas republicanas tabasqueñas y tropas franco-imperiales, lográndo recuperar la ciudad expulsando a los invasores franceses de Jonuta y Palizada. Gregorio Méndez da instrucciones a coronel Lorenzo Prats para proteger la villa de Palizada que voluntariamente se había unido a Tabasco. Sin embargo el 10 de agosto tropas imperialistas ocupan de nuevo Palizada; provocando que los republicanos se repliegen a Jonuta.

Tercera Batalla
El 23 de febrero de 1865, las fuerzas republicanas tabasqueñas encomiendan la defensa de la plaza de la villa de Jonuta al teniente coronel Lorenzo Prats. El 1º de abril de 1865, la población de Jonuta es atacada por un cañonero imperialista francés, desarrollándose una nueva batalla en la que las tropas invasoras son rechazados por las fuerzas republicanas tabasqueñas.

El 1º de mayo de 1865, la villa de Palizada, Campeche, se une voluntariamente a Tabasco y El coronel Gregorio Méndez instruye al teniente coronel Lorenzo Prats con un destacamentado en la villa de Jonuta, para que preste auxilio militar y oportuno a los habitantes de Palizada.

Cuarta Batalla
El 5 de junio de 1865, tropas imperialistas derrotan a los republicanos Lorenzo Prats y Mateo Pimienta en Palizada; los vencidos se refugian en Tepetitán dejando sin defensa la villa de Jonuta, la cual cae de nuevo en manos de los imperialistas franceses el 6 de junio.

En Tepetitán es relevado el teniente coronel Lorenzo Prats por el coronel Narciso Sáenz.

Sitio de Jonuta
El 13 de abril de 1866 el coronel Gregorio Méndez se concentra en Tepetitán con el fin de preparar un ataque sorpresa a la villa de Jonuta en poder de los imperialistas, y el 15 de abril de ese año, inicia el ataque a la villa de Jonuta. Al día siguiente, las fuerzas de Gregorio Méndez son reforzadas por el ejército del coronel Celestino Brito.

Dos días después, el 17 de abril, se rinden los imperialistas dejando como botín de guerra 3 cañones, 14 cajas de parque, 150 fusiles y 1 bandera. Sin embargo, el 4 de mayo la villa de Jonuta es tomada nuevamente por los imperialistas franceses.

El 11 de agosto de 1866, Diego Oncay, comandante imperialista del ejército intervencionísta francés, y encargado de la guarnición de la villa de Jonuta, se subleva y se pone a disposición del gobierno del estado, su adhesión es aceptada. Esto provoca que a finales de agosto de ese año, los imperialistas franceses ataquen nuevamente la villa de Jonuta lográndo recuperarla. Sin embargo ante el ataqueconcentrado y continuo de las fuerzas republicanas, la abandonan a los cuatro días, después de saquearla completamente.

Consecuencias

Una vez recuperada Jonuta, las fuerzas republicanas al mando del coronel Filomeno López Aguado salen de la villa el 23 de abril de 1867 y toman Palizada y el puerto de El Carmen, Campeche, expulsando a los imperialistas de la región.

La retirada del ejército invasor francés de Jonuta, significa la expulsión total y definitiva de los intervencionistas franceses de Tabasco, lucha que había iniciado el 1 de noviembre de 1863 con la victoria del ejército republicano tabasqueño en la Batalla de El Jahuactal, culminaría tres años después con el sitio y toma de Jonuta en 1866.


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101 Batallas y combates en México

Mensaje por Ricardo R. D. »

Saludos después de casi un año de no atender esta afición tan positiva que es la historia, como a muchos les a de pasar, luego las circunstancias nos obligan a priorizar otros aspectos, pero hoy puedo retomar con buen animo esta área :D:

Debo agradecer a aquellos que han dado lectura a los datos puestos en este tema y muy particularmente a aquellos camaradas que me han escrito comentando sobre el tema y solicitando material, es muy alentador recibir esa retroalimentación.

Veo que todavia me queda un camino por recorrer :mrgreen: ya que para llegar a las 101 batallas el docuemntarse y validar datos a demostrado ser algo complicado, felizmente actualmente en México hay un buen impulso dado a la "busqueda" de material historico y poco a poco va saliendo material, aprovecho para recomendar muy ampliamente a todos los usuarios que consulten esta página:

http://www.inehrm.gob.mx/radio_inehrm/r ... ?cat_id=3#

Podran oir los podcast de un programa de radio sobre la historia de México durante el siglo XIX, muy interesante, accesible e ilustrativo que se transmite desde hace ya 2 años los domingos, asi que dispondran de un muy largo "menú" de programas.


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Una vez saludo a todos los camaradas, paso a entrar en materia:

Guerra de Intervención Francesa ==> 036 Campaña de Barlovento, Las Batallas de Tlapacoyan
del 6 de Agosto al 22 de Noviembre de 1865.
1ERA. Parte

Antecedentes

Desde fines de 1864, Napoleón III se da cuenta, cada vez con mayor claridad, que el Norte va a ganarle al Sur en la guerra de Secesión en los Estados Unidos, es por esto, y por tener cada vez más conflictos con los prusianos, que le pide al mariscal Aquiles Bazaine que inicie el regreso de tropas. En este momento el número de efectivos extranjeros que cubrían el territorio nacional era de 40,000. Bazaine cumple las órdenes recibidas pero, primero envía a Europa a los generales fieles al emperador Maximiliano. Ya para mediados de 1865 habían salido 12,000 soldados. Como de todos modos era necesario mantener un corredor tanto para recibir avituallamiento y municiones, como para la inminente salida del resto de los contingentes armados, el alto mando conservador, decidió desde principios de 1865, despejar el camino hacia el Golfo de México en un abanico que abarcara desde el puerto de Veracruz hasta Tuxpan, Es en este contexto en el que se libran las ocho batallas que culminan con la pérdida de Tlapacoyan para los ejércitos republicanos y que gracias a esto pudieron los invasores sentir que tenían el dominio de la "Tierra Caliente".

Es interesante saber que si bien barlovento significa: la parte de donde viene el viento, el gobernador en aquel entonces, coronel Francisco de Paula Milán, hombre muy ligado a la historia del pueblo de San Rafael y amigo de Rafael Martínez de la Torre, tenía la idea de que para procurar un mejor servicio militar en el estado, éste debería dividirse en tres líneas militares: Sotavento, Centro y Barlovento. La primera comprendería los cantones sureños de Minatitlán, Acayucan, Los Tuxtlas, Cosamaloapan, Veracruz, Zongolica y los pueblos de Orizaba y Córdoba. La del Centro correspondería a Xalapa, Coatepec, Misantla, Jalacingo, Huatusco y algunos pueblos de Córdoba y Orizaba; y la tercera correspondería a los cantones de Papantla, Tuxpan, Chicontepec, Tantoyuca y Tampico. De modo que para los imperialistas controlar estas zonas era algo vital.

Comenta el historiador Peredo Borboa que "el dos de agosto en la madrugada, cayó una columna austriaca que descendió de Teziutlán por Hueytamalco y cruzó la población a paso veloz, deteniéndose en la hacienda de El Jobo. Al amanecer, los vecinos sobresaltados acudieron a las autoridades municipales a inquirir sobre la presencia de esos extraños y que fue el alcalde quien les informó que se trataba de una fuerza austriaca y que ya habían enviado correos a Misantla y el Pital, donde existían fuerzas de la Guardia Nacional y de otros cuerpos; al mismo tiempo que invitaba a los habitantes a empuñar las armas para defender el suelo patrio".

Por parte de los republicanos, el jueves tres de agosto de 1865, llegaron a la plaza de Tlapacoyan el coronel Ferrer con 60 hombres del batallón Ligero Llave y algunos elementos de caballería; cuatro o cinco horas después hace su entrada el coronel Pérez con la Guardia Nacional de El Pital y Nautla que seguramente acudieron por el llamado que les había hecho el presidente municipal de Tlapacoyan, Manuel Mendoza Aguilar, quien por cierto era el primer presidente que tenía la villa. En ese momento, él ya había arengado al pueblo a tomar las armas en contra de los austriacos y a defender al gobierno de la república, por lo que se presenta a las órdenes de los coroneles con un puñado de valientes tlapacoyenses. Sin embargo, seguramente el destacamento invasor enviado cumplía labores de reconocimiento pues esperaron al anochecer para replegarse nuevamente hasta el pueblo de Hueytamalco.

PRIMER COMBATE.- Cerca de la media noche del domingo 6 de agosto se escucharon disparos en la trinchera de Texcal, paulatinamente el fuego fue avanzando hasta las trincheras de El Arenal e Itzapa, el ataque duró hasta cerca del amanecer, pero el enemigo fue rechazado con éxito por las fuerzas republicanas, retirándose cuando despuntaba el día, después de haber sufrido algunas bajas. Esta fue la primera prueba a que se sometieron los patriotas tlapacoyenses, arrojando un saldo favorable, ya que fueron muertos 8 y 6 heridos, en tanto que en el bando de los republicanos, tan sólo hubo 4 muertos y 5 heridos.

El lunes 7 de agosto, llegó a Tlapacoyan el general Ignacio R. Alatorre, que era el jefe de la línea defensiva de "Tlapacoyan a la fortaleza de San Carlos", y enterado de la reyerta dictó algunas disposiciones, para la defensa y atrincheramiento de la plaza. El enemigo, conocedor de los refuerzos que habían recibido y creyendo que sería atacado, se refugió nuevamente en Hueytamalco, donde se parapetó esperando la ofensiva.

SEGUNDO COMBATE.- Alatorre sólo estuvo en Tlapacoyan cuatro días, pues las necesidades de la línea que resguardaba lo obligaban a estar en constante movimiento; pero antes de salir, el jueves 10 de agosto, para poderse dar una idea del acomodo de las fuerzas invasoras, le ordenó a una columna que realizara algunas exploraciones sobre el camino a Teziutlán; ésta, después de recorrer unos cuantos kilómetros, se encontró con el enemigo y regresó perseguida por las tropas austriacas y finalmente se replegó a la trinchera de El Arenal; al percatarse de esto el comandante Vicente Acuña, ejecuta una maniobra envolvente, cruzando por las barrancas y sorprendiendo a los enemigos por la retaguardia, ocasionándoles una completa derrota en la que quedaron 12 muertos, 15 heridos, armamento, municiones y 21 prisioneros entre austriacos y mexicanos.

Al anochecer, Alatorre recibió una comunicación del jefe austriaco Gruber, informándole que fusilaría a los prisioneros mexicanos que tenía en su poder si él fusilaba a los que le había hecho en la mañana de ese día; a lo que éste le contestó que “pasada la acción, había mandado fusilar a todos los traidores y en cuanto a los prisioneros austriacos que estaban en su poder, correrían la misma suerte que los prisioneros mexicanos que se encontraban en aquel bando".

Alatorre pensó que el escarmiento recibido por el enemigo sería suficiente para que éste no volviera a intentar otro ataque y se retiró el viernes 11 de agosto. Quedó el coronel Ferrer como responsable de la plaza. Traía en mente sitiar y tomar Xalapa, ya que si la estrategia extranjera era mantener un cordón entre el mar y la capital para no perder los suministros, evidentemente haría más daño rompiendo el cordón que iba de Xalapa a Veracruz que el que comunicaba con Nautla; así que, después de dictar las providencias defensivas de la plaza, le ordena a Ferrer que se reúna con él para el domingo 20 de agosto en Tlacolulan, ciudad ubicada a menos de 20 kilómetros de Xalapa.

Sin embargo el mal tiempo ocasionó que Alatorre se encontrara en Naolinco hasta el día 21, bastante molido por el mal camino que es tan característico en la temporada de lluvias, y más entonces, pues en las malas brechas que comunicaban a tierra caliente, las constantes lluvias destrozaban completamente los caminos y los hacían de difícil acceso, sembrándolos de innumerables sartenejas que hacían tan difícil el paso.

La apreciación estratégica del coronel Ferrer era diferente, pues estando el enemigo tan cercano consideraba inminente un nuevo ataque y por eso retrasó su salida, dando tiempo a que llegaran las fuerzas de la Guardia Nacional de El Pital para así no dejar la plaza desguarecida. Este tipo de acciones características de la conducta previsora del coronel Ferrer inspiraba simpatías. Se le sumaron en el trayecto de Tlapacoyan a Tlacolulan aproximadamente 100 hombres que, si bien eran insuficientes para una empresa de la magnitud que se requería para tomar Xalapa, servirían para obligar al enemigo a concentrar las fuerzas de las ciudades cercanas en la capital del estado, como de hecho ocurrió, ya que al sentir el enemigo el movimiento de tropas cercanas, inmediatamente pidió refuerzos que le llegaron de Huatusco, Orizaba y Teziutlán.

El general Alatorre le pidió a Ferrer que fuese a Banderilla para hacer el cobro de las contribuciones que se adeudaban al estado, y al coronel Estrada le demandó que moviese los 150 efectivos con que contaba hasta la hacienda de la Concepción, con el objeto de ofrecerle cierto apoyo en caso de ser necesario en el movimiento de los dineros que iba a recaudar.

Desde que el coronel Ferrer llegó a Tlapacoyan, a principios de agosto, le había mandado a su amada algunos correos, pues quería saber en qué términos seguían sus relaciones; la respuesta lo alarmó, pues ella le contó que era acosada por el coronel francés Rafael Ferrater, que a ella sólo le merecía repulsión como enemigo que era de su patria, pero que sus padres, por temor, habían tenido que ceder a la solicitud del galán, quien frecuentaba su casa sin que ella le diera el menor motivo de alentar esperanzas. Sin embargo, como el cambio en las estrategias del general Alatorre lo habían acercado a Xalapa (sobre todo ahora que tenía la comisión de ir a Banderilla a cobrar algunas contribuciones del estado), concibió la idea de introducirse a la capiltal del estado burlando las avanzadas enemigas, para así poderle exigir cuentas a su rival en amores.

Aunque no se conoce el nombre de su amada, se sabe que el coronel le escribía poemas de amor y, a la usanza de la época, para hablar de ella, utilizaba un seudónimo que conocemos: Itumela. Ella vivía en la tercera calle de la Caridad (hoy de Juárez).

Así pues, embozado en las sombras de la noche llegó Ferrer, acompañado por unos amigos que decidieron tentar al destino y entrar a la ciudad que en ese momento era un bastión del enemigo para llegar hasta la casa de "Itumela". Cuando se acercaba, vio salir de allí a un militar que portaba el uniforme de coronel francés. Ferrer, que vestía de paisano, inmediatamente supuso que era su rival y se dirigió a él para exigirle una explicación. El extranjero, al comprender que, no obstante el traje civil, era un oficial republicano quien le interpelaba, en lugar de contestar, retrocedió unos pasos y desenfundó su pistola, pero Ferrer, que estaba atento a cualquier contingencia, hizo lo propio y se liaron a balazos. La suerte estuvo del lado del republicano y su rival cayó a tierra sin vida. Así sucumbió, en un duelo de amores, el coronel Rafael Ferrater, de las fuerzas francesas.

Los disparos fueron escuchados hasta el Palacio Municipal e hicieron acudir a la policía. Al ver que el muerto era un soldado imperialista, emprendieron la persecución de Ferrer y sus amigos, quienes conocedores del terreno, lograron escapar hasta su campamento.

Cabe la posibilidad que esta historia romántica no sea tan real como ha sido contada, ya que si vemos con detenimiento los últimos cuatro versos del poema “Itumela”, que le hiciera Ferrer a su amada, nos quedaría la idea de que ella se dejaba querer por el soldado extranjero.

“Mas ¿qué hallará que le parezca hermoso

el alma que conservo dolorida,

que halló feo, vacío y mentiroso

el corazón de una mujer querida?...”

Al retirarse Alatorre de Naolinco, le giró órdenes mediante correos al teniente coronel Estrada y al coronel Pérez, que comandaban las fuerzas de Zamora y El Pital para que, reforzando a las del coronel Andrade que se encontraban en Tlapacoyan, se apoderaran de Teziutlán. La operación fue efectuada el lunes 11 de septiembre. Suponían encontrarse con un enemigo débil o escaso, cuando en realidad estaban preparándose para despejar el camino de abastecimiento al Golfo de México, y se toparon con un enemigo bien pertrechado y numeroso que causó a los republicanos 162 bajas y 35 heridos que los obligó a replegarse hasta Tlapacoyan en completa derrota.

TERCER COMBATE.- Los soldados del imperio, envalentonados por la facilidad con que habían derrotado a los republicanos en su fallido ataque a Teziutlán, y pensando que el fruto estaba maduro y no tenía caso esperar más para despejar el camino, once días después, es decir el viernes 22 de septiembre, deciden atacar Tlapacoyan, pero se llevan un chasco, pues son rechazados vigorosamente por las fuerzas pertenecientes al Batallón Ligero Llave, que mandaban los coroneles Manuel Andrade y Estrada, dejando en el campo 12 austriacos y 6 republicanos muertos y 8 heridos.

Días después se supo que el Conde de Thun había concertado con el general Juan Francisco Lucas (cacique militar de la sierra de Puebla) un armisticio, mediante el cual este último se comprometía a replegar sus fuerzas hasta Zacapoaxtla y Tetela, por lo que el invasor quedaba sin la zozobra de ser atacado por la retaguardia, dueño de la plaza de Teziutlán y de otras de menor importancia, próximas al camino Xalapa-México. Sin embargo, parece no haber existido una plena toma de conciencia de que la plaza de Tlapacoyan en ese momento se había vuelto tácticamente importante para el gobierno imperial.


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Ricardo R. D.
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101 Batallas y combates en México

Mensaje por Ricardo R. D. »

Guerra de Intervención Francesa ==> 036 Campaña de Barlovento, Las Batallas de Tlapacoyan
del 6 de Agosto al 22 de Noviembre de 1865.
2DA. Parte

El general Alatorre dispuso que se reforzara el destacamento de la plaza de Tlapacoyan, que quedó a las órdenes de los coroneles Ferrer y Andrade, mientras él les enviaba algunos pertrechos; así fue como llegó a sumar la guarnición 500 hombres y además fueron pertrechados con dos obuses provenientes de Papantla.

Las siguientes semanas fueron de aparente inactividad por parte del enemigo, que se encontraba acantonado en Teziutlán al mando de los jefes austriacos Grubher y Zach. Contaban estos con cerca de 2,500 hombres de las tres armas (artillería, infantería y caballería) y con un servicio eficiente de intendencia. En realidad era la calma que precedía a la tormenta pues estaban haciendo los preparativos para tomar por asalto a Tlapacoyan.

CUARTO COMBATE.- El jueves 16 de Noviembre, a eso de las dos de la tarde, las columnas austriacas, que para ese momento habían aumentado considerablemente por los realistas mexicanos que se les habían unido en el rumbo de Perote y Jalacingo, descendieron acampando en Hueytamalco, Dos Cerros y Tomata; se acercaron a unos 12 kilómetros de la población que era su objetivo y empezaron a preparar el sitio. Para entonces, había transcurrido casi mes y medio sin que se registrara ninguna escaramuza y aunque la población vivía la zozobra natural de un estado de sitio, nadie sospechaba que se aproximaba una gran batalla, en la que se decidiría no sólo el dominio de la plaza de Tlapacoyan, sino el de toda la costa de Barlovento. Es interesante saber que si bien barlovento significa: la parte de donde viene el viento, el gobernador, coronel Francisco de Paula Milán, hombre muy ligado a la historia de San Rafael y amigo de Rafael Martínez de la Torre, tenía la idea de que para procurar un mejor servicio militar en el estado, éste debería dividirse en tres líneas militares: Sotavento, Centro y Barlovento. La primera comprendería los cantones sureños de Minatitlán, Acayucan, Los Tuxtlas, Cosamaloapan, Veracruz, Zongolica y los pueblos de Orizaba y Córdoba. La del Centro correspondería a Xalapa, Coatepec, Misantla, Jalacingo, Huatusco y algunos pueblos de Córdoba y Orizaba; y la tercera correspondería a los cantones de Papantla, Tuxpan, Chicontepec, Tantoyuca y Tampico.

QUINTO COMBATE.- Albeando el viernes 17 de noviembre, comenzó el descenso de los soldados imperialistas. Bajaron tres columnas que, desplegadas como abanico, sitiaron parcialmente la vill;, una de estas columnas descendió por el Cerro de Gentiles, otra por el camino del pequeño volcán de Dos Cerros y una tercera por el de Tomata, lanzándose al asalto a las 7 de la mañana y durante nueve horas. Austriacos y mexicanos combatieron con denuedo. Los primeros, con sus cañones de 8 pulgadas (como eran rayados les daban mayor precisión y tenían un alcance de unos dos kilómetros), hacían cimbrar el suelo y desmoronaban los parapetos de los defensores, quienes apostados en lugares estratégicos pudieron soportar la agresión e incluso repelerla, por lo que al caer la tarde, cuando los invasores se dieron cuenta de que no sería posible tomar la plaza, iniciaron la retirada dejando en el campo 36 muertos, 14 heridos y 24 prisioneros; en tanto que por el lado republicano quedaron 18 muertos y 11 heridos.

Para aprovechar la huida en su favor, Alatorre ordena al Coronel Andrade que persiga al enemigo, que se retiraba por el rumbo de Tomata y que en su huida iba incendiando casas y disparando sobre los vecinos que, curiosos, osaban asomarse. Andrade con 100 hombres del Batallón Ligero Llave y 40 de la Guardia Nacional de TIapacoyan, se dispuso a perseguirlos tal y como se lo habían ordenado. En tanto el general Alatorre, con otros 100 hombres de Zamora y El Pital, hizo un rodeo por las cañadas, pero llegó tarde para prestarle auxilio a las fuerzas de Andrade, que iba recibiendo el fuego de la artillería enemiga de frente, porque ésta, aunque iba de huida, siempre se encontraba emplazada en lo alto y a medida que se replegaban, alcanzaban mayores alturas, con lo que aumentaba el alcance de su artillería. La maniobra produjo resultados desastrosos en los republicanos, que tuvieron 44 muertos y 21 heridos, entre ellos 12 de TIapacoyan. Cuando Andrade retrocedía con la tropa diezmada, se les unió Alatorre, quien no había podido llegar a tiempo hasta el lugar donde se desarrolló con mayor intensidad el combate.

Aprovechando que una fuerza había salido a perseguir a los austriacos por el camino de Tomata, otro grupo de imperialistas, pretendiendo tomarlos desprevenidos descendieron por el cerro de Gentiles y atacaron las trincheras de El Zapote y El Arenal. No obstante la fuerza con que cargaron, con un contingente numeroso y artillería, fueron rechazados, dejando 12 muertos y llevándose 7 heridos.

Las lluvias, que normalmente están presentes por estas fechas, llegaron el sábado 18 y aprovechando su intermitencia, Alatorre mandó a recoger los despojos y sepultar a los muertos de ambos bandos, pues el enemigo en su huida, no había tenido tiempo ni para recoger sus cadáveres.

SEXTO COMBATE.- El lunes 20 de noviembre incursionaron los republicanos tiroteando los tres campamentos que tenían los imperialistas establecidos en las cercanías de Tlapacoyan. A las once de la mañana le tocó el turno a la contraofensiva imperialista y de Tomata se desprendió una columna con 400 hombres y una pieza de artillería con la que inició el asedio a la trinchera de Itzapa, apoyada por un batallón de tiradores que prolongaron el asedio durante dos horas y retirándose después, al ver la inutilidad del intento.

SÉPTIMO COMBATE.- Pensando que sería propicio el ataque, el martes 21 el enemigo descendió simultáneamente en grandes columnas por los cerros de Gentiles y El Chacal, pero fueron repelidos por las avanzadas, quienes estaban atentas a cualquier movimiento enemigo, obligándolos a detener su marcha.

La población se sumó a la defensa, impulsados por el alcalde Manuel Mendoza, quien en un discurso hizo enardecer los ánimos de los lugareños, haciéndoles ver lo importante que era que en esas horas difícile, se encontraran hombres capaces de defender su patria. Al caer la tarde, nuevamente intentaron los imperialistas el asalto y de Tomata salió una columna fuertemente armada que se detuvo a una distancia de tiro de cañón y después de amagar durante una hora, contramarchó.

Ese mismo día, pero ya de noche, un pelotón de soldados imperialistas que se hallaban situados en Eytepeques, probablemente envalentados por una ración de alcohol, atacó Texcal, que era defendida por Ferrer, Acuña, Ortega, López Limón y 120 hombres de tropa; después de media hora dejó de hostilizar al parapeto republicano y regresó al sitio donde estaban acantonados.

LA BATALLA DE TLAPACOYAN.- Aunque el ejército imperialista tenía sitiada la población desde hacía varios días y contaba con fuerzas de las tres armas que sumaban más de 2,500 soldados entre austriacos y simpatizantes de la causa del emperador, esa madrugada recibió de Teziutlán un refuerzo de 500 infantes, por lo que contaron con 3,000 soldados contra sólo 500 republicanos, lo que los indujo a pensar que era el momento de asaltar la plaza, pues no sería fácil que se presentara una mejor oportunidad. Así que una columna situó su artillería en las partes más altas e inició el fuego a las 6 de la mañana sobre la trinchera de Texcal, y otra sobre la de Itzapa, mientras dos más hacían lo propio sobre las de El Zapote y El Conejo.

Las trincheras fueron reforzadas con los voluntarios de Tlapacoyan, quedando los defensores distribuidos como sigue:

—La trinchera de Itzapa, con 60 hombres, estuvo a cargo del capitán Bernabé Valdez y 20 voluntarios de Tlapacoyan.

—La trinchera de El Peñascal, con 20 voluntarios y 50 hombres de la fuerza regular, a cargo del capitán Pascual Arriaga.

—En la trinchera de Texcal, el coronel Manuel Alberto Ferrer, y el comandante Cenobio Rojano, con 80 hombres de la fuerza regular y 40 voluntarios, con 2 obuses que estaban asistidos por el comandante Vicente Acuña, el capitán López Limón y los subtenientes Rodríguez, y Jiménez.

—La trinchera de El Arenal, a cargo del comandante Antonio Amaro, con 100 hombres y 30 voluntarios.

—La trinchera de Salto del Conejo, a cargo del coronel Manuel Andrade y del subteniente Antonio Oltela, con 30 voluntarios, 30 Regulares y el resto de la fuerza.

—La trinchera de El Zapote, a cargo del capitán Juan Mejía, con 50 hombres y 20 voluntarios.

—La trinchera de La Horqueta, (donde aún hoy existe una ermita), a cargo del general Ignacio R. Alatorre, con 130 hombres, y que era donde tenía establecido su puesto de mando, con el resto de la gente.

El enemigo cargó simultáneamente y con gran vigor contra todos los puestos, obligando a ceder ante su acometida primero a la trinchera del Peñascal, donde el enemigo se parapetó y emplazó la artillería para bombardear el puesto de Texcal, haciendo lo mismo después sobre la trinchera de Itzapa, mientras los soldados que habían descendido por Gentiles, arreciaban su ataque sobre los puestos de El Arenal y de El Zapote.

Como es sabido, la artillería obliga a replegarse y al suspender el bombardeo, la infantería va tomando los sitios que fueron desalojados, así, ocho piezas de artillería inician esa mañana su ataque sobre Texcal, con tan mala suerte, para las armas republicanas, que uno de sus dos obuses quedó destruido. El coronel Ferrer, junto con los hombres que estaban en la trinchera de Texcal soportaban el bombardeo que recibían de los austriacos, pero al caer la trinchera de El Peñascal, arreció y con más precisión el cañoneo a la trinchera de Texcal y de esta manera les fueron derribando las improvisadas barricadas que habían construido con trozos de madera y peñascos, por lo que envió a Rafael Ortiz como correo al puesto de mando de Alatorre, pidiéndole auxilio. Alatorre, al comprender que la batalla estaba perdida se había puesto en marcha hacia El Jobo, cuando fue interceptado por Rafael Ortiz, y envió al coronel Ferrer esta respuesta:

"dígale a Ferrer que se defienda como pueda, y que si muere en esta lucha, yo me encargaré de decirle al mundo que murió como un héroe”.

Ortiz ya no pudo regresar a dar tan angustiosa noticia, porque para entonces los parapetos de El Arenal y El Zapote habían caído y Ferrer era atacado por los cuatro costados, estaba casi al descubierto, porque la artillería enemiga emplazada en El Peñascal y la del camino de Teziutlán les habían derribado toda la defensa con que contaban.

Con desesperación vio Ferrer sucumbir a sus hombres uno por uno; Acuña, el valiente comandante cordobés, compañero de su infancia, el capitán de artillería López Limón y el subteniente Rodríguez del Batallón Llave, quienes hacían lo imposible, tratando de utilizar de la mejor manera el único obús que les quedaba.

El sitio de Tlapacoyan vivía sus últimos momentos, Ferrer y los pocos sobrevivientes que quedaban, algunos de ellos heridos, seguían batiéndose con gran brío, pero sin poder contener ya el avance del enemigo quien al llegar a una distancia de veinte metros cargó resueltamente sobre el parapeto al arma blanca. Ferrer, animando a sus hombres al grito de: "a ellos, ¡Viva México!", hizo que sus compañeros de armas, con bayoneta calada recibieran bravamente a los atacantes, en una lucha cuerpo a cuerpo y sin cuartel aunque perdida de antemano para el bando republicano. Pero, al iniciarse el asalto, en una descarga que hicieran los austriacos, Ferrer, que había brincado sobre los restos del parapeto y disparaba su pistola, recibió un tiro en la frente que segó su vida.

Según el informe rendido mucho tiempo después por Alatorre, el saldo de supervivientes en la trinchera de Texcal fue el siguiente: de los 120 hombres de la Guardia Nacional y voluntarios de Tlapacoyan que defendían la trinchera de Texcal sólo quedaron con vida once personas: el Comandante Vicente Acuña, con un brazo despedazado por la metralla; el Capitán López Limón, el subteniente Rodríguez y ocho elementos más.

Al ver Alatorre que la batalla estaba perdida, se retira de la trinchera de La Horqueta (cuya ubicación hoy en día sería cercana al colegio Ruiz Cortines); sin embargo, espera que lleguen los soldados que se batían en retirada, reúne unos 40 hombres y deja al capitán Aguirre con el mando de esa tropa. Él continúa hasta la hacienda de El Jobo, de allí se va a Ixcacoaco (que en aquel entonces, era la congregación más importante y poblada de las que pertenecían a Tlapacoyan), donde permaneció con la idea de llevar al cabo un contraataque, reuniendo a su gente y enviando correos a Papantla, a Tuxpan, así como a la Línea de Veracruz a Xalapa, que cubría el coronel Honorato Domínguez, para solicitar ayuda.

No obstante las fuerzas imperiales, se consolidaron en la posición y se aprestaron para continuar la campaña desalojando las posiciones republicanas sin darles tiempo de reorganizarse; asi las cosas la línea republicana debio retroceder.

Esta batalla perdida había aniquilado momentáneamente la velocidad de respuesta del ejército republicano y pasan 26 días sin que pueda aglutinar un contingente importante, pero para entonces la campaña concluye con el logro de sus objetivos por parte del mando austriaco.

Comentarios finales.

Cabe hacer notar que el triunfo de Tlapacoyan para los austriacos tuvo tal resonancia que se dio a conocer en el extranjero y que motivó que el 9 de diciembre de 1865, en cumplimiento al decreto del 6 del mismo mes, expedido por la Gran Cancillería de las Ordenes Imperiales, fuesen condecorados por orden de S.M. el emperador, los jefes y oficiales y algunos realistas que tomaron parte en el combate.

El último combate de Tlapacoyan arrojó un saldo de 86 austriacos muertos, entre ellos el teniente Read, 29 heridos, incluyendo a Rausther, además de otros 80 soldados pro-imperialistas mexicanos y por parte de los republicanos, entre muchos otros murieron el coronel Manuel A. Ferrer, el comandante Cenobio Rojano, el subteniente Jiménez, los capitanes Bernabé Valdez, Pascual Arriaga, Juan Mejía y Antonio Amaro. El total de muertos mexicanos fue de 268 y de 82 heridos, más 202 prisioneros.

Las fuerzas realistas, que disponían de un batallón de zapadores, terminada la batalla procedieron a cavar zanjas en los mismos sitios en que se registraron los hechos, inhumando en ellas a los mexicanos muertos, mientras los de ellos fueron conducidos al panteón de la ciudad, y clases y oficiales al atrio y patio del curato de la Iglesia.

En ambos bandos hubo interés por ocultar la magnitud de la batalla; los austriacos, porque querían ganarse la simpatía de la gente de esta región para fines ulteriores y Alatorre, para minimizar la magnitud de la derrota, también ocultó la verdad y sólo en su reseña histórica, publicada posteriormente, deja traslucir entre líneas que de 500 hombres con que defendió la plaza logró reunir 100 sobrevivientes.


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Mensaje por stalingrado1971 »

Ricardo R. D.:
Muchas gracias , excelente trabajo , he estado leyendo detenidamente todas tus reseñas , así mismo gracias a Loïc por complementar la información.
Saludos y gracias.
:thumbs:


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Mensaje por Ricardo R. D. »

Saludos stalingrado1971, siempre es grato saber de personas que aprovechan este acopio de material, sigue por aqui que ire subiendo mas material, por lo pronto te recomiendo este otro tema muy interesante sobre uniformes en la vispera de la guerra de independencia de México uniformes-de-nueva-espana-mexico-siglo-xix-t8606.html

Por lo pronto seguire con este tema, que todo te vaya muy bien :alegre:


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Mensaje por Ricardo R. D. »

Pues bien, saludo a todos lo foristas que han leido y pasado por aqui y también a aquellos que me han escrito, les deseo a todos lo mejor.

En esta oportunidad pondre datos de una batalla que creo es muy poco conocida y que involucro al afamado corsario ingles Francis Drake.

Guerra Anglo-Española de 1585 -1604 ==> 037 Incursión Corsaria, Batalla de San Juan de Ulua, Veracruz
del 23 de Septiembre de 1568.


La Batalla de San Juan de Ulúa (1568) significó el desastroso final de la campaña de una flotilla pirata inglesa compuesta por seis buques, que entre 1567 y 1568, violando sistemáticamente la tregua acordada por Felipe II de España e Isabel I de Inglaterra, se dedicó al asalto de pequeños puertos y buques mercantes españoles, la trata de esclavos negros y el comercio ilegal en las aguas de la América española.

La flota inglesa estaba compuesta por seis naves: el Jesus of Lubeck, de la Royal Navy, a cargo de John Hawkins, el Minion, con John Hampton, el William and John, con Thomas Bolton, y el Judith, capitaneado por Francis Drake; otras dos barcas pequeñas, el Angel y el Swallow, formaban parte de la expedición.1 Tras cerca de un año de pillajes a lo largo de las costas americanas, decidieron recalar en el puerto y fuerte de San Juan de Ulúa en México para acometer pequeñas reparaciones en sus embarcaciones, así como adquirir víveres para la travesía de vuelta a Inglaterra, en 1568.

El infortunio sobrevino a los ingleses cuando una flota de escolta de la Armada Española, al mando de Don Francisco Luján, recayó casualmente en ese mismo puerto mientras los ingleses estaban en pleno avituallamiento. Bloquedo el puerto por los galeones españoles, en un principio, los ingleses no temieron por su seguridad, ya que tras tomar varios rehenes españoles que habían confundido la flotilla inglesa con una esperada flota española, llegaron a un principio de acuerdo con el virrey Martín Enríquez de Almansa. A partir de ese momento pensaron que la tregua entre ambas coronas, tantas veces vulnerada por ellos durante el asalto a mercantes indefensos, sería en esta ocasión respetada por la flota de escolta española equipada con armamento pesado. Pero, desgraciadamente para Drake y Hawkins, Luján había sido informado de los desmanes cometidos por la flota inglesa por el caribe, si bien en un principio las autoridades del puerto presidieron varios intentos de acuerdo, el comandante español no se fia de Francis Drake y valorando una oportunidad propicia izo la bandera de guerra que era la señal convenida de antemano a los mandos de su flota para atacar los barcos corsarios, solo 3 de los barcos ingleses tenian tripulación y velamen en condiciones de intentar romper el bloqueo, ya que parte de las tripulaciones y de los mandos estaban en el puerto procurando provisiones; dejando dichas provisones en el muelle, a toda prisa procuraron volver a sus barcos, en el fuego cruzado y con la agitación y premura de romper amarras muchos botes se volcaron y sus ocupantes murieron ahogados y los que volvieron a tierra fueron molidos a palos por los lugareños que desquitaron su coraje y temor en los desafortunados; para fortuna de Francis Drake y Jhon Hawkis fueron los ultimos en zarpar y puesto que los 4 barcos que se habian anticipado primero atrajeron la atención y el fuego concentrado de los buques hispanos se abrio una brecha, Drake y Hawkins se dieron a la fuga inmediatamente dejando de lado a sus compañeros que se batían con la flota española, aunque sus barcos recibieron varias andanadas de cañones de grueso calibre, pusieron todo su empeño en escapar pues habian observado como la población linchaba a marinos ingleses en las playas; este acto de fuga fue interpretado por los marinos españoles como un flagrante acto de cobardía; asi esta manera desembocó finalmente en una fulminante victoria de los españoles sobre los piratas ingleses, resultando en 4 barcos ingleses hundidos y unos 500 marineros ingleses muertos, y la captura por los españoles de las abundantes ganancias fruto de un año de saqueos, que hubieran debido acabar en Inglaterra.

A pesar de conseguir la huida, los barcos estaban tan dañados que Drake y Hawkins no dudaron en abandonar a varios de sus hombres a su suerte en la costa sur de lo que hoy es Estados Unidos, para evitar problemas de sobrecarga y la carencia de proviciones durante la travesía del Océano Atlántico.

Drake llegó solo a Inglaterra en enero de 1569, e informó de la muerte de John Hawkins además de contar un fantasioso relato sobre el ataque español y el desastre de su flota. Para su sorpresa, un mes más tarde, John Hawkins llegaba a Inglaterra sano y salvo.

Consecuencias

A raíz de este incidente, Francis Drake cobró un odio visceral hacia los españoles, lo que lo precipitó a su legendaria carrera como pirata a sueldo de la reina de Inglaterra.

Por parte española, se produce la recuperación de las abundantes ganancias fruto de un año de saqueos, que hubieran debido acabar en Inglaterra y se consiguio asegurar la supremacia maritima en el caribe.

Este combate fue un claro antecedente de la guerra abierta que librarían Felipe II e Isabel I a partir de 1585, en la que finalmente España conseguiría un tratado de paz favorable a sus intereses, si bien ambos reinos finalizarían la contienda con graves problemas económicos.

Asi en las costa de lo que hoy es México los dos marinos mas renombrados de la época isabelina fueron derrotados y se fueron con las manos vacias :thumbs:


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Mensaje por Ricardo R. D. »

Y para concluir mi participación el dia de hoy les comparto a todos los camaradas este link:
http://www.grandesbatallas.es/batalla%2 ... ndias.html

Que encontre en mis busquedas e investigaciones sobre el tema que me ocupa, lo pongo de esta manera porque la batalla de Cartagena de Indias no se libro en México, pero es un hecho historico que me parecio interesante y del que no sabia mucho, en la pagina recomendada apreciaran mapas tacticos, fotos del lugar de los hechos, los ordenes de batalla de los ingleses y españoles y comentarios sobre los eventos, a mi parecer esta muy bien expuesto el tema y seguro que lo disfrutaran :militar6:

Asi que disfruten y nos veremos por aqui en otra oportunidad


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Mensaje por Ricardo R. D. »

Saludos a todos los que han leido y pasado por aqui y también a aquellos que me han escrito, les deseo a todos lo mejor. Como novedad vi que este tema tenia la particularidad de que todos los post publicados han sido leidos y eso significa que han sido leidos minimo 2 veces cada uno :alegre: asi que de acuerdo con esto han encontrado interesante este material.

Continuando con este proyecto y como hoy me entere de este otro hecho de armas de una vez lo coloco para su lectura.

Guerra de Independencia de México ==> 038 1era. Batalla del Valle de Maíz, San Luis Potosi, México
del 22 de Marzo de 1811.


Antecedentes.-
El lego juanino Luis Herrera se dirigió a San Luis después de haber estado con Hidalgo en Celaya. Fue detenido por sospechoso y encarcelado, pero en atención a su condición de religioso, fue trasladado al convento del Carmen.

Fray Juan de Villerías, lego de San Juan de Dios, convenció al capitán de lanceros de San Carlos, Joaquín Sevilla y Olmedo, de adueñarse de la ciudad de San Luis, lo que ocurrió el 10 de noviembre de 1810 por la noche. Indígenas procedentes de Mexquitic y de los alrededores de la ciudad apoyaron la rebelión. El saqueo y el desorden que siguieron afectaron principalmente los establecimientos de los comerciantes. Cuatro días después llegó a la ciudad el mariscal insurgente José Rafael de Iriarte y Leitón, conocido comúnmente como cabo Leitón pero que se hacía llamar coronel comisionado del Excelentísimo General de América, quien ordenó el saqueo de las cajas reales, las particulares, el estanco del tabaco y los productos de las haciendas. Al abandonar la ciudad rumbo a Guanajuato en auxilio de Allende, se llevó cerca de 100 rehenes europeos. La violencia del ataque de los insurgentes provocó que la opinión pública se inclinara en favor de Calleja y la causa realista. A la salida del lego Herrera y del cabo Leitón de la ciudad de San Luis, ésta quedó en manos del intendente Flores, quien hizo grandes esfuerzos por restablecer el orden.

En febrero de 1811 regresó Herrera con el brigadier Blancas a la hacienda del Jaral y a Santa María del Río. Los españoles fueron pasados por las armas "y los criollos severamente flagelados antes de recobrar su libertad.". De nuevo en San Luis Potosí, los españoles fueron encarcelados y condenados a muerte, pero no se llegó a ejecutarlos.

Al retorno de Calleja a la región en marzo de 1811, Herrera partió rumbo a Rioverde, llevándose algunos rehenes españoles. Calleja mandó perseguir a estos insurgentes al coronel Diego Garcia Conde; enterado de esto Herrera que fungia como el líder de los aproximadamente 1800 hombres tuvo que abandonar la población de Rioverde y dirigirse a Valle del Maíz.

Una vez en la población y al tanto de que las fuerzas realistas de 1500 hombres estaban muy cerca, Herrera decidio presentar batalla, y asi se preparo para enfrentar a las fuerzas virreinales a las afueras de la población, formo a sus fuerzas en un "arco" sobre el camino bloqueandolo, procuro aprovechar que el camino estaba flanqueado por colinas abruptas y como el camino era cuesta arriba para los realistas considero su posición adecuada. Ahi espero el combate.

El oficial realista al tanto por sus exploradores de la posición enemiga no ataco de inmediato sino que le dio descanso a sus tropas después de tan larga e intensa marcha y asi paso la noche del dia 21 a la vista unos de los otros, ambos esperaron el amanecer para el combate.

El combate.
La primera luz del día permitió a fray Luis Herrera, jefe de las fuerzas insurgentes, vislumbrar entre el tenue verdor de Valle del Maíz a las tropas realistas ante las cuales decidiría su suerte en la apacible loma flanqueada por los cerros de la Cruz y del Flechado, a cuya sombra se enfrentarían ese 22 de marzo de 1811, conforme el sol iluminaba mejor y se oian los clarines sus hombres se iban despertando y poniendo en posición; en cambio los realistas ya estaban en línea de marcha y avanzo primero las unidades de caballería y detras en línea las tropas de infanteria, los jinetes cargaron y arrollaron la primera línea insurgente, en un primer momento fueron desordenados por la respuesta de la artillería rebelde y retrocedieron, los infantes cargaron entonces sobre los cañones y a su vez fueron amagados por los jinetes insurgentes pero estos no acertaron a realizar un ataque organizado y fueron repelidos por la caballería realista que se se habia reagrupado en torno a sus banderas y cargaba de nuevo sobre toda la línea de batalla; los infantes realistas capturan los cañones y a su vez la artillería realista bombardea la posición donde Herrera y Blancas tratan de reagrupar sus fuerzas causando panico en ese grupo que se desbanda en dirección a la población y a las sierras, algunos grupos insurgentes resisten brevemente por aqui y por allá; la caballería realista les persigue por todos lados y se dipersa, mientras los soldados de infanteria marchan por el camino rumbo a la población arrastrando los cañones capturados y capturando prisioneros, esto hace que vayan muy despacio.

Aprovechando esta situación Herrera en el otro extremo de la población logra reunir a unos 400 hombres y con ellos huye rumbo al pueblo de Aguayo.

No obstante la victoria realista es total, capturan a unos 200 hombres, quedan en el campo cerca de 300 muertos insurgentes, el resto se dispersa por toda la región en pequeños grupos, muchos moriran en las cerranias; capturan 6 cañones, 3 vagones de suministros y varios cofres con monedas y materiales de plata, liberan a los prisioneros que tenian los insurgentes y entran en la población sin resistencia.

Con esto las fuerzas realistas tienen todo el control del norte del pais, ya que un dia antes en Acatita de Baján eran hechos prisioneros Hidalgo y Allende y con esto la primera etapa de la guerra de independencia llegaba a su fin.

En Herrera y sus 400 hombres en retirada, se encaminó a la villa de Aguayo (hoy Ciudad Victoria) en el Nuevo Santander(Hoy Tamaulipas), donde fue prendido por 800 hombres de las milicias de la región que un par de dias antes se habian declarado insurgentes, pero que enterados de las derrotas y la caida de Hidalgo en Acatita se organizaron para apoyar al gobierno realista. En esa población Herrera y 60 oficiales y lideres fueron fusilados dias después, sus soldados fueron enviados a trabajar en las obras del castillo de San Juan de Ulúa.

Asi termino este episodio belico que fue una notable victoria realista pero que paso desapercibida por ocurrir casi al mismo tiempo que la captura de los proceres del movimiento.


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Saludos a todos los que han leido y pasado por aqui, les deseo a todos lo mejor. Continuando con este proyecto de reseña historica en esta oportunidad les comparto la "novedad" :alegre: de este interesante material de una batalla acaecida en México entre las fuerzas apaches del jefe Victorio y una columna de la milicia del estado de Chihuahua.

Frontera Norte, Guerra Apache ==> 039 Batalla de Tres Castillos, Chihuahua, México;
14 y 15 de Octubre de 1880.


Antecedentes.-
El indio Victorio
La verdadera culminación del poderío apache se dio bajo el mando del jefe Victorio o Vitorio quien, siendo chiricahua, unificó a numerosos grupos apaches contra los blancos. De hecho, fue un líder invicto, cuya derrota fue la muerte, lo cual acarreó la decadencia de los grupos apaches.
Cuenta la leyenda que Victorio era mestizo, y a la edad de seis años, en 1849, fue raptado en la hacienda de Encinillas, Chihuahua, por una partida apache. Pronto se volvió apache, aprendió la lengua, dominó el caballo a la perfección y se adaptó a la áspera vida del grupo. Siempre perseguidos, siempre en guerra, siempre atacando o huyendo; arrancando cabelleras y sobreviviendo en duras y prolongadas jornadas con carne seca y pinole, el desierto fue su hogar y refugio.
Victorio, para vengar el asesinato de la mujer que sería su esposa, se convirtió en el más sanguinario de los jefes apaches y destacó entre ellos por su postura violenta y extremosa. Con su prestigio ganó el poder sobre Mangus, heredero del poder apache. Bajo su mando se agruparon otros jefes como Ju (también llamado "Loco", Zele, Chato, Jerónimo y Nana).

Entre 1872 y 1880 Victorio se convirtió en el terror a ambos lados de la frontera, donde sendos ejércitos buscaban capturar o matar al jefe apache y a sus guerreros.

El "azote de los indios"
Quien logró derrotar a Victorio fue el coronel Joaquín Terrazas, después de perseguirlo durante mucho tiempo por el desierto chihuahuense. Terrazas, al igual que Victorio, fue un hombre extraordinario. Fernando Jordán, en su "Crónica de un país bárbaro", dice sobre Terrazas: "Fue, en suma, un hombre singular y un personaje de leyenda. A su lado, Búfalo Bill no hubiera sido más que un boy-scout. La árida tierra chihuahuense no ha vuelto a producir un hombre semejante."

Don Joaquín era primo hermano del famoso Luis Terrazas, varias veces gobernador de Chihuahua, cacique y uno de los más grandes latifundistas y hacendados de la época. Sin embargo, don Joaquín era diferente a Luis, sencillo, humilde y discreto, entregado a la tarea de debilitar y acabar con los apaches, a la cual dedicó treinta años, hasta darles el golpe definitivo.

La lucha de Tres Castillos

En junio de 1880, Victorio, después de un tiempo de correrías en Arizona, volvió a Chihuahua para continuar con más vigor sus ataques en México. Depués de atacar algunas rancherias para aprovisionarse, Victorio se movilizo con todo su grupo a través de Chihuahua rumbo a la sierra donde colocar su campamento principal, esto implico que en su columna marcharan también las familias apaches (mujeres, niños, ancianos) y decenas de mulas de carga; esto implico que su desplazamiento fuera muy lento, este grupo de unas quizas 400 personas fue facilmente ubicado por Don Joaquín ya que estaba advertido por supervivientes de las rancherias que habian sido atacadas; reunió un cuerpo de 300 voluntarios armados, provenientes de distintos puntos del estado. En este contingente participó un grupo de rifleros tarahumaras, de la comunidad de Arisiachi. Los tarahumaras también habían sido víctimas de los apaches, como represalia por participar en anteriores persecuciones contra los chiricahuas.

Terrazas empezó a coparlo. Durante la persecución, Victorio decidió descansar en el paraje de Tres Castillos, donde lo alcanzó Terrazas; era el 14 de octubre. La batalla se inició por la tarde, cuando quedaron frente a frente la columna de Terrazas y dos grupos de apaches, unos 170 guerreros. Contra lo que solían hacer, guerra de guerrillas, los apaches se vieron forzados a una lucha frontal. Esto porque Victorio decidio cubrir a las familias apaches que procuraron huir del lugar. Las dos columnas avanzaron a toda velocidad; disparando sus armas. Dos corredores tarahumaras, Mauricio y Roque, se adelantaron, con sus pies ligeros, a la columna de Terrazas y, a escasos 20 m de los apaches, dispararon. Mauricio dio en el blanco e hirió mortalmente a Victorio. No obstante los guerreros enfrentaron a los hombres de Terrazas y una parte de estos se retiro ante el empuje de un grupo de apaches, otro grupo de apaches cubria a su líder caido y lo llevaban a un lugar donde habian cavado una trinchera, aqui solo pudieron acompañar en sus ultimos momentos a Victorio. La muerte del jefe propició la derrota apache, con este suceso hubo mucho desorden en ambos bandos y al caer la noche todo se volvio una serie de golpes de mano de pequeños grupos, asi la lucha continuó toda la noche y parte del día 15. Los últimos apaches resistieron desde una pequeña cueva. No aceptaban la rendición, y muchas horas después fueron aniquilados. Fue un esfuerzo supremo por parte de los apaches que de esta manera aseguraron el escape de sus familias, Terrazas y sus hombres tuvieron muchos heridos, varios muetos, se perdieron varios caballos y quedaron exahustos, no salieron de ahi hasta el dia siguiente. Unos 100 guerreros apaches murieron ahí, el resto logro huir durante los combates, de los hombres de terrazas unos 40 murieron en el lugar y otros 10 por las heridas durante el regreso a la ciudad de Chihuahua

Después de este golpe, la apachería ya no volvió a recuperarse, aunque continuaron sus incursiones esporádicas todavía hasta 1886. Ju sucedió a Victorio, y posteriormente Jerónimo sucedió a Ju.

Asi concluyo este encuentro.


"El respeto al derecho ajeno es la paz". Benito Juárez
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