
Además, el hecho de decir a estos tiempos, la guerra estaba perdida porque perdimos es muy fácil, pero lo cierto es que nosotros tenemos todos lo datos, pero en esos tiempos no es así, la guerra se pudo haber ganado y muchos mexicanos proponían que se siguiese luchando, es decir, una guerra de guerrillas funcionaría igual de bien en México que en España, una ocupación militar seria demasiado costosa para los yanquis, y el controlar efectivamente casi 5 millones de km cuadrados no es precisamente fácil, menos con los medios dados, además, todos se olvidan que la mayoría de los soldados yanquis, eran voluntarios de los que el mismo Taylor se quejo en su debido momento. La ocupación no era factible, los yanquis siempre velan por su economía y esa guerra ya era demasiado costosa, por eso aceptaron, con el tratado de Guadalupe-Hidalgo menos de lo que pretendían.
Si bien el Tratado de Adams-Onís aseguró la frontera de la Joya de la Corona Española, los yanquis insistieron en que Texas era parte integral de Luisiana y que lo perdieron sin querer en el tratado mencionado, además, existe desde tiempos del Conde de Aranda el deseo de comprar el territorio desde la desembocadura del Bravo y de ahí por el paralelo 32 hasta el Mar de Cortés, un delirio para toda gente sensata como comentó el conde. Pero no hay que olvidar que las instrucciones de Slidell en 1845 eran que la frontera fuese de la desembocadura del Bravo hasta el norte de El Paso por la margen derecha del río y de ahí una línea recta hasta el sur de San Diego, después, en las instrucciones que tenía Trist tenía la misma frontera hasta llegar río Colorado para así cederles la península de Baja California también, pero estos son los más sensatos proyectos, ya que la propuesta de Samuel Houston para el reconcimiento de la independencia de texas iba a acompañada de un ofrecimiento de compra de territorio mexicano en una hiperbola que iba del norte de Tampico y seguía hasta el sur de San Luis Potosí y después subía al norte de Mazatlán se insertaba en el Mar de Cortés.
Decir que se tenían que perder territorios es obvio, pero los representantes mexicanos quisieron ceder el territorio despoblado (con excepción de una zonas de la Alta California que mencionaré), ya que durante las negociaciones México se comprometía a dejar despoblada la nación entre el Bravo y el Nueces, y trazar la frontera desde el naacimiento del Nueces y de ahí en diagonal hasta llegar al noreste de Santa Fe para seguir después hasta el norte de Monterrey (capital de la Alta California) y al sur de la Bahía de San Francisco, perdiéndose los mexicanos que habitaban al norte de esa línea. Es decir, los planes ambicionistas de los E.U. existían, y no había otra cosa más que aceptar una guerra, México perdió la guerra, pero ganó una identidad nacional que de avanzar a gatas comenzó a avanzar de manera devastadora, pero si hubiese ganado la guerra la nacionalidad se hubiese forjado antes, ya que la nacionalidad mexicana sólo se consolidó con la Intervención francesa.
Pero el imperialismo estadounidense no termina ahí, agradescamos que la Mesilla fue lo único que se perdió , ya que Gadsen (teniente yanqui responsable de la compra), proponía nada más y nada menos que la frontera fuese el paralelo 25º, y en el 57 se ofreció la compra de la península de Baja California y parte de Sonora y Chihuaha, desde el parelo 30º. Digo, si no se conformaron con dos millones de km cuadrados y quería o exigían más, dice mucho de la ideología del país quye pregonaba por todo el mundo que era el defensor de los débiles y la tierra de la esperanza, esperanza que se convirtió en realidad al cercenar a un país. Habló claramente de ideología, ya que tanto mexicanos como yanquis son responsables de todo lo acontecido, como dicen por ahí, tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata, y es que muchos de los líderes no estuvieron a la altura de la situación, siendo así no me sorprende que Karl Max dijese que era bueno que el territorio pasará de los flojos mexicanos a los laboriosos yanquis, y que los periódicos de Londres nos tachasen de cobardes, pero con razón a la verdad y en justicia a muchos, hubo gran cantidad de mexicanos que si lucharon porque la guerra siguiese, pero fue en vano.
El centralismo fue uno de los factores, y el de más peso pero no el único, los yanquis también tenían el privilegio de no pagar aduanas y no contruir con nada, ni impuestos, ni aduanas, nada, absolutamente nada, y como dice Mier y Terán, iban caminando con su "constitución" bajo el brazo exigiendo sus derechos, pero obviamente la constitución yanqui no la mexicana, y el plazo para no pagar impuestos expiró en 1834 si mal no recuerdo, se exigió que se ampliará y creo que fue de tres años, no recuerdo bien las fechas disculpen. El meollo del asunto es que, Tamaulipas no se independizó en el 36, sino en el 40 y con muchos filibusteros yanquis, segundo, que Yucatán no era parte integral de la Nueva España, y se independizó de España al hacerlo México, y se unió al imperio de Iturbide con la condición de ser República Federada al imperio, al disolverse este se integra en la Federación porque así estaba ya integrado a México desde el 21, y cuando llega el centralismo se le exige que lo cumpla, a lo cual, los yucatecos, con la mano en la cintura podrían decir que no, como efectvamente lo hicieron, si a Zacatecas se refiere, pues sabemos que Aguascalientes nació de esa rebelión.
Por último, en cuanto a que se debió defender, se debió defender, porque era la responsabilidad que tenían los gobernantes, dices que era preferible venderlos, ¿venderlos? Y qué hay de los californios que se defendieron con bravura de los yanquis, o de los neomexiquenses que también se revelaron, recursos, si había, que se iban a los bolsillos de los corruptos, es igual que hoy ya que en la actualidad somos la 13ª economía a nivel mundial y aún así mirennos, pero creo que para continuar debemos dividir los temas a tratar (por ejemplo, esta semana tal cosa y así) porque creo así estamos haciendo un revoltijo de todo.
Ricardo, espero con ansias el tema y no dudes de mi participación.