JRIVERA escribió:Chile, Perú y Bolivia: Arco de la Integración versus Polo del ConflictoCristian Leyton SalasDesde el fin del orden sudamericano que se redibujó luego del termino de la Guerra del Pacífico, pero que más tarde se cristalizó en otro, dictado y moldeado, esta vez, en Moscú y Washington, y que, finalmente, se transformó en un orden marcado por la difusión de la potencia y la fragmentación de las amenazas a comienzos de los 90 del siglo recién pasado, hoy Chile se enfrenta a una nueva distribución del poder en su propio espacio geopolítico. Un nuevo “orden geopolítico” ha tomado forma y se cristaliza.
Observamos el surgimiento de dos entidades geopolíticas distintas en su interacción con Chile. La primera de ellas es un espacio de plena cooperación, coordinación y complementarizacion política, social, económica y militar. Es lo que podemos denominar el “Arco de Integración” conformado por Ecuador y Colombia al norte, Brasil al noreste y Paraguay, Uruguay y Argentina al Este. Chile mantiene no solo excelentes relaciones con todos y cada uno de ellos, sino que existen canales de comunicación diplomáticos, políticos y militares expeditos y transparentes en donde la cooperación en temas de seguridad y defensa responde a amenazas claramente comunes. Con este “Arco”, no existen hipótesis de crisis vigentes que pudieren transformarse, en el corto y mediano plazo, en “hipótesis de conflicto”. Un caso particularmente relevante es el núcleo Ecuador-Colombia, países con los que Chile posee una unificidad de intereses estratégicos y que deberían incrementarse. Este “Arco de Integración” debería constituirse en la prioridad para la tanto para la Cancillería chilena como para la diplomacia militar. La necesidad de impulsar, desde Santiago, propositivamente proyectos de cooperación bilaterales con países del Arco debería ser una prioridad, aislando, de esta manera, lo que denominaremos a la otra “entidad geopolítica” con la cual Chile debe lidiar, el “Polo de conflicto andino”.
El “polo conflictivo” compuesto por Perú y Bolivia debe ser comprendido como una “entidad” que posee una naturaleza geopolítica propia, única, que será permanente en el tiempo y con la cual deberemos lidiar por años a venir: el conflicto permanente con Chile es un asunto de Estado, una política de Estado en estos dos países andinos. A diferencia de Argentina, país con el cual manteníamos problemáticas de seguridad y percepciones de amenaza negativas y divergentes, la naturaleza de la falta de confianza mutua radicaba en las relaciones especiales que Chile mantenía con Brasil (potencia antagonica a la trasandina) y las intenciones hegemónicas de Buenos Aires, hoy, ambas posturas han cambiado de manera estructural. Con Perú, Chile no solo mantiene hipótesis de conflicto potenciales, sino que no poseemos con Lima amenazas comunes.
Las pretensiones territoriales peruanas no son más que el reflejo de un problema mayor con dicha capital, la existencia de un trauma psicopolitico de parte de su clase dirigente y de parte importante de su población, sin dejar de lado la alimentación política que esta misma clase hace de la “imagen Chile”. Un nacionalismo negativo asociado a un trauma irresuelto de pérdidas territoriales y de una competencia geopolítica por dominación del Pacífico Sur. El Perú, forma parte de este “Polo geopolítico de conflicto” por cuanto las únicas medidas de confianza mutua vigentes son las que otorgan las señales emitidas por posturas y capacidades disuasivas. Ambas FF.AA se temen mutuamente. Bolivia, también forma parte de este “Polo” por cuanto, al igual que su vecino peruano, están sometidos a un trauma psicopolitico que les impide ahondar en posturas de cooperación transparente y de integración de principios políticos generales con Chile.
Bolivia, al igual que Perú, mantienen una postura revisionista y revanchista de un conflicto terminado hace mas de cien años, pero cuyos réditos políticos se hacen sentir hasta hoy día mismo. Ambos actores conforman un polo o núcleo geopolítico de conflicto que debe ser administrado de manera diferente -y que de hecho lo es. Este nuevo mapa geopolítico que se le presenta a Chile clarifica los espacios de integración y los de conflicto, estableciendo que el país necesita una Cancillería constructiva, propositiva y capaz de no solo proyectar escenarios sino que de crearlos. La asociación de países del UNASUR al modelo de metodología común del gasto en Defensa implementado por Chile y Argentina constituye un acierto para Chile y su política exterior y su diplomacia militar.
http://blog.latercera.com/blog/cleyton/ ... livia_arcoSaludos,
JRIVERA