

No existe la paz perfecta o el proceso perfecto, en ningún lugar del mundo ha existido. Alguien comparaba, por ejemplo, que cuando se hizo la paz en Sudáfrica, allá los que confesaban sus delitos y contaban la verdad, ninguno fue preso, no pagaron cárcel y además no repararon a las víctimas.
O en Irlanda del Norte, que después de la firma de la paz el IRA se volvió partido político y ahí están.
A lo que voy es que los combatí, sí, nos dimos bala, sí, también, pero yo no puedo vivir con el recuerdo de la guerra, uno tiene que avanzar, dejar el pasado atrás, porque si se ata mucho al pasado, éste no nos dejará avanzar, será un lastre tan pesado que nos terminará hundiendo. Fueron mis enemigos, hace casi dos décadas, tocaba enfrentarlos en su momento, eran ellos o nosotros. Mal que bien se logró el objetivo de ese entonces que era evitar que se tomaran el poder, pero si la paz por fin se asoma por ahí y con más fuerza que nunca, pues a darle la oportunidad. Uno no puede ser tan egoista de condenar a las futuras generaciones a seguir derramando sangre sencillamente porque no pudimos ponernos de acuerdo.
Y lo pongo en el ámbito militar así: ¿queremos seguir en conflicto interno mientras, por ejemplo, se nos crecen nuevos enemigos en las fronteras?
¿Queremos seguir gastando nuestro presupuesto en armas COIN descuidando nuestra capacidad estratégica?
Es lógico que habrán cosas que no nos gustarán de los procesos de paz, uno siempre espera la máxima condena o pena, pero también hay que entender que la contra-parte no lo aceptará y por ende jamás tendrá intenciones de aceptar las propuestas del otro. Acá toca ceder de parte y parte.
Yo lo que veo,es que mi esfuerzo sirvió para llegar a éste punto, porque si no hubiese sido por nosotros, hace rato las farc estarían en la Casa de Nariño a la fuerza, por las armas. Nuestro esfuerzo le mostró a las farc que su intento violento era inútil y que jamás llegarían al poder así, esto sería una guerra de desgaste eterno y sus medios y hombres no daban para tanto. Siempre chocaría con la misma pared una y mil veces más.
Y ya me dirán, ¿por qué no se derrotó a las farc militarmente?
Bueno, militarmente sí se lograron derrotar, el problema fue que no se pudieron aniquilar como pasó con los Tamiles en Sri Lanka, que quedaron atrapados en el suroriente de la isla, ahí ni modos de coger para dónde, ¿lanzarse al mar?. El problema acá es que las farc se replegaron a las periferias, a las fronteras y además que se atomizaron en grupos mucho más pequeños y más difíciles de detectar, que podían atacar y correr a las fronteras. Y en los últimos años las farc de ahí no pasaron, puesto que no tenían personal suficiente para recuperar lo perdido, mientras que el estado sí pudo consolidar las posiciones ganadas y avanzar más.
Pero a pesar de eso, ya en la periferia, se volvía a caer en el eterno problema de la guerra de desgaste y ya con el problema de que habían países vecinos involucrados y que además tenían el mismo pensamiento ideológico de las farc. Sin embargo, el golpe de gracia que propició el inicio de éste proceso de paz fue la muerte de Alfonso Cano, ahí las farc se dieron cuenta que el estado podía llegar y eliminar eficientemente a cualquier jefe que se pusiera en el Secretariado, ahí se dieron cuenta que su guerra la llevaban perdida y que sólo era cuestión de tiempo para ir muriendo uno a uno. Ya no tenía sentido seguir luchando más, sin embargo, eso sí, no la iban a dejar tan fácil y harían la vida de cuadritos todavía al gobierno de turno, ya en la mesa de diálogo, como se ha visto.