
Con honores, Tame le dijo adiós al último de sus Boeing
Plan de renovación de la flota obliga a traer nuevas aeronaves
Redacción Guayaquil
Fotos: Gerardo Menoscal /EXPRESO Despedida.
Tripulantes de Tame posaron junto al último Boeing que ayer pasó a uso de las FF.AA.
Fotos: Gerardo Menoscal /EXPRESO
Para los viajeros, entre quienes se encontraban pasajeros frecuentes como el vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, Carlos Cortez, y el banquero Guillermo Lasso era un vuelo más.
Pero para el general Carlos Puga y los once miembros de la tripulación, el asunto era de enorme significado. Y así lo hizo saber apenas se puso frente a los controles para despegar: “Les saluda el comandante del vuelo N° 308 hacia Quito. Es una circunstancia muy especial la que hace que iniciemos este vuelo en forma un tanto solemne, con un brindis”.
Fue entonces cuando los pasajeros cayeron en cuenta del porqué habían cámaras fotográficas y de televisión y por qué los habían recibido con una copa de champán.
Era el día en que el último de los ocho Boeing 727 que ha tenido la aerolínea Tame, en sus 45 años de historia, se despedía con ese traslado.
Por ser una hora de poco tráfico aéreo (10:30), no todos los asientos se habían llenado, pero ya en la altura, todos los ocupantes del avión disfrutaban del trayecto, que tenía más bien tintes de un paseo turístico.
“¡Qué experiencia! Jamás había volado en un avión que ya está saliendo de servicio”, expresó la pasajera Tatiana Ordeñana, quien es directora del Infa en Guayas.
Minutos antes de arribar a los cielos de Quito, el comandante Puga dio otra noticia, quizás un poco triste para él y sus compañeros. Para él y la auxiliar de cabina, Lorena Pico, también era el último vuelo en calidad de tripulantes. Ellos se retiran de la actividad para dedicarse a sus familias.
Ya sobre el aeropuerto, Puga, quien tiene 63 años de edad y vuela desde hace 44, volvió a dirigirse a los pasajeros para informar que la torre de control le había autorizado sobrevolar unos minutos por los alrededores de la capital como un acto simbólico de despedida. La gente aplaudió y disfrutó de la vista que ofrecía la ciudad.
Cuando la aeronave llegó a tierra y tomó su espacio en el hangar de Tame, hubo más sorpresas. Desde las ventanas, los pasajeros vieron cómo un cura le echaba agua bendita a la nave, que poco a poco era rodeada por personal de la compañía. Allí se daría otra ceremonia solemne por el acontecimiento. Por ello, se había invitado a la cúpula de la Fuerza Aérea y a otras autoridades.
El comandante de la nave, un ibarreño quien durante 30 años sirvió en la Fuerza Aérea Ecuatoriana, fue el último en bajar, pero el primero en destacar, luego, que los Boeing habían sido un gran pilar para el desarrollo de esta aerolínea.
“Con estos equipos, dijo, Tame sirvió en la guerra y transportó a los últimos 13 Presidentes de la República”. (JAA)