TRAIDORES Y APATRIDAS
2 oficiales de las FF.AA., indagados
Los ex comandantes del Batallón Putumayo y la Brigada 19 Napo afrontan un juicio por un diálogo con una guerrillera
La semana pasada, el teniente coronel José Hidalgo solicitó al Ejército que lo separe de la institución. La petición aún no se tramita. En la Fuerza Terrestre se conoció ayer que lo más probable es que sea negada. Su reglamento impide dar de baja a quien tiene un proceso militar abierto.
Hidalgo está acusado de infracción contra la existencia y seguridad de las FF.AA. El caso se abrió en 2007, cuando el oficial estaba al frente del Batallón 55 Putumayo, en Sucumbíos.
Según un informe del Ejército, Hidalgo permitió el escape de un grupo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). A inicios de 2007, los militares detectaron un campamento insurgente en el selvático sector de Tase, a las orillas del río San Miguel, en Sucumbíos.
Pero en la operación se produjo un hecho inesperado. Militares detectaron que en el lugar había guerrilleros, quienes los superaban en número.
De hecho, una subcomandante del Frente 48 de las FARC se acercó a la patrulla, ante la sorpresa de los uniformados, y dialogó con el encargado, Hidalgo.
El domingo anterior, este Diario publicó un fragmento: “Reconocemos que entramos a su territorio, pero solo a descansar luego de los combates”, refirió Marleny. “Nuestro trabajo es evitar que elementos de la insurgencia se pasen a Ecuador”, respondió Hidalgo a la subversiva.
Luego, el tcrn. Hidalgo reportó al mando sobre el encuentro y explicó que no la capturó porque no quiso arriesgar la vida de los hombres que estaban a su cargo.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas enfatizó ayer que el Ejército no es tolerante con la guerrilla colombiana y que tampoco permite que estén en territorio ecuatoriano. “Nosotros tenemos la orden de detenerlos o destruirlos”. Por ello, la institución intervino. El mismo día, Hidalgo fue relevado de su cargo.
Al siguiente día se envió una patrulla, al mando del mayor Patricio Sánchez, para acabar con la base de Tasé. Los militares ya no encontraron guerrilleros, pero recuperaron documentos de la guerrilla y una libreta del jefe de las FARC, Luis Édgar Devia, más conocido como Raúl Reyes
El 2 de mayo de 2007, el Juzgado Primero de la Cuarta División del Ejército inició un juicio penal militar contra Hidalgo y también contra el crnl. Manuel Mena, ex comandante de la Brigada de Selva 19. A él también se lo acusa de infracción contra la seguridad.
ES INACEPTABLE
7 soldados a cargo del antes mencionado hablando con 2 delincuentes e invasores de nuestra soberania
fotogafias de INTELIGENCIA MILITAR * ECUADOR *
LEAN ESTO
En medio de la selva, camuflado entre la densa vegetación amazónica y protegido por sus anillos de seguridad, Luis Édgar Devia Silva, más conocido como Raúl Reyes, analizaba escenarios sobre las últimas elecciones presidenciales en Ecuador.
Corría el 2006. Y el comandante guerrillero de las FARC era un miembro simbólico del movimiento subversivo más antiguo del planeta.
Su cuaderno de apuntes, de factura escolar, quedó como evidencia de su fijación política: el manuscrito fue hallado meses más tarde por el Ejército ecuatoriano en una base guerrillera, descubierta en Tasé, en Puerto El Carmen, al norte de Sucumbíos.
El campamento se encontraba a 22 kilómetros de la frontera, en una zona indígena ecuatoriana.
Reyes estuvo a punto de encontrarse cara a cara con militares ecuatorianos que patrullaban en la zona. Por un capricho del destino, fue justamente un año antes de su muerte en el bombardeo de Angostura.
Un comando de 80 uniformados (seis oficiales y 74 soldados), al mando del teniente coronel José Hidalgo, del Batallón 55 Putumayo, recorría las proximidades del río San Miguel en lo que se llamó Operación Látigo V. Entre el 29 de febrero y el 1 de marzo, los uniformados descubrieron dos bases irregulares.
El 2 de marzo, a las 12:30, los militares llegaron a la pica internacional (límite fronterizo) y detectaron otro campamento, que acababa de ser quemado. Entre los vestigios estaban los estatutos de las FARC-EP, restos de utensilios de cocina, licuadora, ollas destruidas, botellas...
Mientras el grupo avanzaba hacia el norte, el subteniente José Jiménez escuchó voces y regresó al sitio junto con dos voluntarios: se percató de que los guerrilleros armados y con mochilas habían tomado los víveres y volvían al lado colombiano.
Uno de los voluntarios corrió hacia donde estaba el teniente coronel Hidalgo gritando: “¡Mi coronel, mi coronel, guerrilleros!”. Mientras el oficial se aproximó al grupo, uno de los armados levantó la mano en señal de saludo. A lo lejos se escuchó la voz de una mujer: “No tengan miedo, el problema no es con el Ejército ecuatoriano, no pasa nada”, exclamó Marleny, la subcomandante guerrillera.
“Ustedes se pasaron al lado ecuatoriano”, inquirió Hidalgo.
“Nos pasamos, sí; pero solo para descansar, no queremos problemas con ustedes, nuestro enemigo directo es el Ejército colombiano”, aseguró la rebelde, emprendiendo la retirada.
Cuado los ecuatorianos retomaron el reconocimiento, se les acercó otro guerrillero pidiendo hablar con ellos. Luego llegó Marleny junto con su comandante Martha. “Reconocemos que entramos a su territorio, pero a descansar luego de los combates”, dijo con voz enérgica.
Los militares no salían de su asombro por la audacia de su interlocutora. El oficial escuchaba en silencio. “Sabemos que naves colombianas incursionan en su territorio y estamos dispuestos a colaborarles con la limpieza”.
El teniente coronel esbozó una sonrisa y respondió: “No es posible aceptar su ofrecimiento. Solo quiero recordarles que nuestro trabajo es evitar que elementos de la insurgencia se pasen al lado ecuatoriano, y tampoco podemos permitir violaciones a nuestro espacio aéreo, sostuvo Hidalgo. En su informe, dirigido al coronel Manuel Mena, comandante de la Brigada Napo, Hidalgo explicó su decisión de dialogar con los subversivos. “Ellos eran superiores numéricamente y no era procedente realizar capturas o tomar una actitud agresiva para precautelar la integridad del personal (...)”.
Al tomar control del sector, los soldados constataron que no se trataba de una base común de combate sino de comando. Allí se había reunido la comisión internacional de las FARC, cuyo jefe máximo era Reyes. Entre las evidencias abandonadas había unos 70 libros, cartas y manuales doctrinarios. Tres textos tenían dedicatorias a Reyes.
Pero lo que realmente despertó la curiosidad de los militares fue un cuaderno escrito a mano. El documento fue redactado entre septiembre y octubre de 2006 y su autor fue Reyes, según los análisis de Inteligencia.
El manuscrito evidencia que la política ecuatoriana le preocupaba a Reyes, quien escribió:
“Situación política del Ecuador en el 2006”
-La doctora Anabela Azín de Noboa gana a León Febres Cordero en Guayaquil.
-León Febres Cordero quiere ganar con el 67% de la votación en Guayaquil.
-Nebot no apoya a Cinthya Biteri (sic).
- Comienza la agonía política e histórica de Febres Cordero.
- Límites de Rafael Correa:
Problemas estructurales agrícolas, industrial, empleo, educación, salud, distribución...
A continuación se incluyen algunos nombres de los colaboradores del entonces candidato. Entre otros aparecen: Gustavo Larrea, Jorge Brito, Ricardo Patiño... En la siguiente página se lee: Elecciones del 2006 en Ecuador.
Primera vuelta
-El fraude está en proceso
-La máscara de la democracia ya es desechable
-La prioridad es la obediencia, la sumisión absoluta, a las líneas maestras de la política exterior de Estados Unidos...
Segunda vuelta
- León Roldós vs. Álvaro Noboa (Correa será detenido antes de la segunda vuelta). Para el fraude este es el momento perfecto. Correa ha tenido una votación enorme.
- Todos contra Correa (polarización del país).
- Correa contra el poder.
-Correa amansado, el precio de no ser víctima del fraude, es desnaturalizarse, venderse, hacer lo que Gutiérrez...
- Escalada social, pueblo movilizado, represión, conflicto nacional, crisis, violencia, Asamblea Nacional Constituyente.
Datos y números telefónicos: Federico 542058, 098296919, Cecilia: 2547798, 093890262 Gladis: 095698763 (Ecuador).
También está anotado como referencia el nombre del periodista Carlos Vera Rodríguez, y a su lado los números “094089696 y 098081266”. Vera entrevistó a Raúl Reyes un año antes, el 15 de mayo de 2005, en la selva colombiana .
“Para entrevistarlo tuvimos que tomar un desvío, luego de pasar Baeza. Junto a mi camarógrafo nos demoramos cuatro horas en recorrer 35 kilómetros”, recuerda Vera, quien al arribar a la frontera con Colombia tomó un bote, que navegó por el río San Miguel y luego de 45 minutos llegó al Putumayo colombiano. “Entre la selva, apareció Reyes con su grupo escolta. La entrevista duró una hora y después nos invitaron a almorzar”.