Es que ese es el quid de la cuestión. Una cosa es tener los conocimientos y otra el ser capaz de llevarlos al terreno de la práctica. Lo hice y traté de relatarlo con el tema de los espejos o con el bronce comprimido. Conozco el proceso por encima, cualquiera con un poco de memoria y que haya visitado una fábrica de niño o visto un par de documentales conoce el proceso a groso modo, pero ¿Proporciones, temperatura, procedimientos? Por eso puse a Llopis con los espejos haciendo prueba tras prueba, de hecho, haciendo varias pruebas a la vez, hasta encontrar la solución que el creyó correcta.
Y hay otro problema del que no hablamos. Fíjate que Llopis, sabiendo que la solución para lograr láminas de vidrio de gran tamaño era verterlo sobre una piscina de estaño, no lo hizo directamente. Una de las preocupaciones que tenía era la envidia y con ella, la inquisición. Así que, para evitar que pareciera saberlo todo, trabajó en compañía de aprendices documentando sus pruebas de vertido en agua, aceite y otros líquidos una a una. Cuando alguien revise sus papeles y diarios doscientos años después, dirán “hay que ver como experimentaba” y no se preguntaran cosas raras ni dará lugar a teorías conspiratorias…



Ensayo, prueba, error y ¡¡¡cubrirse las espaldas!!!


Lo mismo con el bronce comprimido. Una cosa es saber que comprimir el bronce aumenta su resistencia y otra lograr hacerlo. Vale, necesitamos un pistón con una prensa hidráulica que hay que desarrollar… pero ¿A qué temperatura debe estar el bronce para comprimirlo? ¿Siquiera importa la temperatura a la que este? ¿Tengo que desarrollar termómetros primero? Al menos supongo, y remarco que supongo, en este caso los termómetros no tendrán que ser tan precisos como en el tema sanitario pues habrá mayores márgenes, pero, de nuevo, es una suposición.
Sobre los termómetros y desde el cuñadismo totalmente basado en lo que recuerdo de un documental al estilo “Así se hace”. La tolerancia no es tan importante cuando puedes integrarla en tu escala. Me explicaré. Lo importante no es que todos los termómetros marquen igual, sino que empleen la misma escala. Lo que hacían en el documental era introducir los tubos “vírgenes” en agua con hielo y marcaban en cada tubo la marca del 0 dónde le correspondiera. A continuación los introducían en agua hirviendo para marcar en ellos el 100. Ya solo era cuestión de escoger para cada tubo la escala que cuadrase en dichas marcas. En unos la escala será en 10 cm, en otros en 11, pero al final del día todos tendrán una escala equivalente. Habrá errores, pero serán pocos.
Y de nuevo, a la lejía le veo muchos, muchos problemas. No porque no pueda hacerse, sino porque no se han relatado. Conozco el proceso para producir cloro por electrolisis; electricidad, ánodo, cátodo y salmuera con una concentración a lo mar Muerto, pero no se ha desarrollado la electricidad y sin ella solo queda la química y ahí, estoy perdido. Si tuviera que desarrollar la química en esa situación, personalmente apostaría por empezar con el fósforo, como en la LTR.
Contamos con la ventaja de conocer el medio (orina), contar con los medios (miles de trabajadores y soldados) y saber que buscamos. Encontrar ese primer elemento debería ser cosa de a lo sumo, unas semanas (que emplearía en rellenar miles de paginas de experimentos fallidos e intrascendentes

Esa sería le excusa para empezar a trastear con la química. Hay un mundo desconocido que necesitamos conocer para comprender mejor la magnificencia de Dios. Pero necesitamos matraces, decantadores, mecheros, y mil y una cosas que no existen y deben ser desarrolladas. Pero son cosas sobre las que no sé nada...
Continuara...