Los Panzer alemanes: detrás del mito

Los Ejércitos del mundo, sus unidades, campañas y batallas. Los aviones, tanques y buques. Churchill, Roosevelt, Hitler, Stalin y sus generales.
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PLANES Y REALIDADES

Entre los meses de octubre y enero el frente de Prusia Oriental permaneció relativamente en calma, si bien los soviéticos no dejaron de tantear las posiciones enemigas con pequeñas operaciones de reconocimiento y ataques locales esporádicos. En ese tiempo los alemanes hicieron todo lo posible para prepararse de cara al mazazo que, inevitablemente, caería sobre sus líneas en cuanto las tropas de Moscú hubieran recuperado el aliento tras las batallas del otoño.

EL único planteamiento posible era preparar una adecuada defensa en profundidad, que canalizara los ataques enemigos de modo que fuera posible destruirlos con las reservas acorazadas. El general Harpe, comandante del Grupo de ejércitos A (el antiguo Grupo Centro) y Reinhardt, al mando del nuevo Grupo Centro, querían establecer una serie de líneas defensivas en dos escalones, dejando 20 kilómetros de distancia entre ambas. El primer escalón estaría ocupado sólo parcialmente, rotando las unidades que lo guarnecieran para dar al enemigo la impresión de que se iba a concentrar ahí el esfuerzo defensivo y manteniendo la mayor parte de las tropas en el segundo escalón, a salvo del mazazo inicial de la artillería y en condiciones de acudir allí donde se produjera el ataque principal en cada sector en vez de desperdigarlas por todo el frente. Más allá, en retaguardia, se concentrarían las fuerzas móviles cerca de los nudos de comunicaciones para que, aprovechando la ventaja de operar sobre líneas internas, se concentraran rápidamente donde fuera previsible la ruptura.

A fin de que las tropas más experimentadas pudieran emplearse en las reservas móviles, debía organizarse una Landstrum, una tropa local que mantuviera las posiciones del frente, formada por todos los hombres que todavía no hubieran sido movilizados por estar asignados a la industria, o por los enfermos y heridos que no estaban en condiciones de combatir en movimiento pero sí en posiciones estáticas. Estas fuerzas estarían al mando de oficiales veteranos, con experiencia en operaciones defensivas de forma que se aprovechara al máximo su potencial de combate y dada la imposibilidad de mantener toda la línea del frente debían concentrarse en los puntos más críticos, cediendo terreno ahí donde un avance del enemigo careciera de importancia.

Guderian, al mando del OKH desde el atentado de julio, consideraba que la principal amenaza para el Reich era su frontera oriental e hizo lo posible para destinar a ese frente todos los recursos disponibles, pero había demasiados obstáculos en su camino. El primero, como es de suponer, era el propio Hitler. El Führer esperaba que la victoria viniera del frente occidental, así que cerró los ojos a todo lo que viniera desde el este, centrándose en su consabido argumento de que Stalin ya había empleado todos sus recursos y no había de qué preocuparse. Para él, los informes que venían del departamento de inteligencia respecto a las reservas que se estaban concentrando frente a sus fronteras no eran sino propaganda, el engaño más grande desde los tiempos de Gengis Khan, en sus propias palabras, y en consecuencia todos los reemplazos y equipamientos acumulados en el milagro del otoño se asignaron al Grupo de Ejércitos B, concentrándolos para la ofensiva de las Ardenas. Así, Prusia fue abandonada a sus propios recursos.

El dictador añadió una traba igual de grave al despliegue previsto por el OKH, ya que consideró que ceder una franja de terreno de 20 km sin combatir por ella era un síntoma de cobardía, y rechazó los planes del Grupo de Ejércitos A. Tras un duro tira y afloja optó, como era usual en él, una solución intermedia, ordenando que la segunda línea de defensas se situara a 10 km del frente, es decir, dentro del área que sería machacada a placer por los cañones soviéticos. Y para empeorar las cosas, prohibió que las reservas móviles se concentraran en retaguardia, situándolas inmediatamente tras el segundo escalón para dar así más confianza a las tropas que guarnecían el frente. Eso significaba que algunas divisiones quedarían atrapadas en las primeras luchas y el resto no podrían desplazarse directamente a los puntos más amenazados, debiendo antes alcanzar los puntos de concentración con la consiguiente pérdida de tiempo y combustible.

Un nuevo factor, que hasta entonces no había sido demasiado problemático, se reveló una pesadilla para el generalato en Prusia: la administración del NSDAP. El Gauleitier Koch se negó a subordinarse al ejército, contando con el pleno apoyo de Bormann y Goebbels. Eso supuso que la construcción de las nuevas defensas quedó en manos de las autoridades del partido y, excepto en los contados casos en que los jefes locales, espontáneamente, se pusieron a disposición de los militares, la mayoría de las posiciones se construyeron en lugares inadecuados. Goebbels exigía resultados en forma de kilómetros construidos, así que las obras se llevaban a cabo donde fuera más fácil cavar, y a fin de acelerar el proceso las trincheras se construían sin la suficiente profundidad y en línea recta en lugar de zig zag, lo que las hacía prácticamente inservibles.

El reclutamiento estaba también en manos del Partido, así que era imposible organizar adecuadamente las reservas disponibles: No sólo los nuevas reclutas iban a parar directamente al Volkstrumm, la milicia organizada por Goebbels, sino que una buena cantidad de soldados en tránsito fueron sacados de los trenes bajo acusaciones de deserción y enrolados a la fuerza en las milicias locales y algunos fueron ejecutados cuando no pudieron justificar su presencia fuera del frente con órdenes escritas, como atestigua Von Luck. Koch prohibió además que estas milicias, sin la más mínima experiencia y apenas equipadas, estuvieran bajo mando militar, y también prohibió las comunicaciones directas entre el Volkstrum y el Heer, debiendo reportársele a él cualquier petición del ejército y cualquier modificación en el despliegue de las levas, así como el equipamiento de las mismas. Lo mismo valía para la organización del transporte ferroviario y las asignaciones de combustible.

Por supuesto, la protección de los civiles también quedó en manos de los líderes locales, y estos decidieron obviarlos, considerando alta traición cualquier propuesta para un plan de evacuación. Es más, cualquier intento por parte de los militares de alertar a la población de la inminencia del peligro fue considerada como alta traición.

Así se malgastaron los últimos recursos de Alemania y los últimos meses de calma que viviría Prusia Oriental. Cuando los soviéticos avanzaran se encontrarían con que buena parte de su trabajo habría sido facilitado por obra y gracia de los propios nazis. De todas formas, incluso con toda la colaboración posible, la defensa de Prusia era una tarea imposible: en palabras de Guderian, el frente oriental era un castillo de naipes que se desmoronará en cuanto caiga la primera carta.


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LOS ÚLTIMOS NAIPES

Había otras amenazas al sur, principalmente en Hungría, donde a finales de diciembre el ER había logrado abrirse camino hasta las cercanías de Budapest, pero la principal concentración del enemigo estaba frente a Prusia: Stalin quería acabar la guerra por la vía rápida, tomando la capital germana y asegurandose de paso la zona industrial de SIlesia, y en ambos casos el camino más corto pasaba por el Vïstula.

La línea principal del frente estaba apoyada en la orilla occidental del río, pero el cauce no constituía una barrera defensiva útil porque antes de cesar su avance los rusos habían establecido varios cruces al norte de Varsovia y tres grandes cabezas de puente en Grabow, Pulawy y Sandomierz. Esta última, la más meridional, era también la más amplia, lo que hacía previsible que la ofensiva de primavera partiera desde allí. Atrás quedaban la gran bolsa de Curlandia y el pequeño cerco de Memel, ninguno de los cuales planteaba amenazas para las comunicaciones en la retaguardia soviética. Dada la impotencia de la Luftwaffe, cuyos últimos recursos se habían dilapidado en occidente, los alemanes estaban ciegos a los preparativos enemigos, pero nadie dudaba de que el golpe no se haría esperar mucho una vez pasado Año Nuevo.

El frente oriental estaba guarnecido por los Grupos de Ejércitos Centro y A, dirigidos respectivamente por los generales Reinhardt y Harpe. El Grupo Centro se situaba en el flanco septentrional y su agrupación más al norte era el III PzArm, al mando del general Hans Krohn, que sumaba 5 divisiones de infantería y otras tantas de Volksgrenadier, más la 5ª PzDiv como única reserva acorazada. Esta fuerza se desplegaba ante el I Frente Báltico de Bagramyan, desde la costa hasta la ciudad de Gumbinnen (actual Gusev)

Al sur del III PzArm empezaban las posiciones del IV Ejército, algo más al sur de donde se situaban las líneas del III Frente de Bielorrusia, dirigido por Cherniakhovsky. Él ejército del general Hosbach defendía el sector entre Gummbinnen y Rozan, unos 50 km al norte de Varsovia, para lo que contaba con 7 InDiv, 4 VgDiv y una JDiv, más las divisiones Hermann Goering, ahora reconstituida como PzKorp HG, y las PzGrDiv Brandenburg y 18ª

El II Ejército, dirigido por Weiss, contaba con 8 divisiones de infantería, una de VolksGrenadier y una de cazadores. Cubría el sector que iba desde Rozan hasta Jablonna, oponiéndose al II Frente de Bielorrusia, al mando de Rokossovski, que había establecido varias cabezas de puente en torno a Rozan, cerca de la unión entre el II y IV Ejércitos, y Modlin, a medio camino de la capital polaca. Las reservas del II Ejército eran la 7ª PzDiv y el recién creado PzKorp GrossDeutschland

Los PzKorp GrossDeutschland y Hermann Goering, eran agrupaciones improvisadas en torno a las divisiones del mismo nombre, reforzadas con algunas unidades adicionales pero muy lejos del nivel de fuerza que tenían ambas agrupaciones en la primavera del 43, cuando eran las unidades más poderosas de la Wermatch. El cambio de denominación apenas era un maquillaje, y en lo sucesivo seguiremos refiriéndonos a ambas unidades como divisiones.

El potencial de combate de las reservas era reducido ya que apenas habían recibido reemplazos en los últimos meses. La 5ª PzDiv, acuartelada cerca de la actual localidad de Chernyakhosk, contaba con unos 70 carros operativos y tres compañías de PanzerJaeger con 36 JgPz IV. El PzKorp HG estaba al sur de Gumbinnen, y disponía de casi 80 panzer más unos 60 en reparación. La 18ª PzGrDiv no tenía ni un sólo carro de combate, sólo una treintena de vehículos y otros tantos en talleres. La Brandenburg no estaba mucho mejor armada, contando sólo con un PzAbt incompleto ya que se esperaba que aportara el contingente principal de infantería al PzKorp GrossDeutschland. Esta por su parte era la fuerza mejor equipada del frente, ya que alineaba casi un centenar de carros operativos, incluyendo tres compañías de Tiger I y II, unos 60 más en talleres y 38 cazacarros Hetzer. La 7ª PzDiv, por último, tenía 66 carros disponibles y un par de docenas en reparación.

El HeeresGruppe A tenía su flanco norte en Jablonna, unos 15 km al norte de Varsovia, donde empezaba el despliegue del IX Ejército del general Von Lüttwitz, con 4 divisiones de infantería, 3 VgDiv y diversas unidades de seguridad y guarniciones. La reserva del IX era el XL PzKorp, formado por las PzDiv 19ª y 25ª, que estaban situadas cerca de las dos cabezas de puente que el I Frente Bielorruso a las órdenes de Zukhov había establecido en el sector, la 25ª frente a Grabow-Warka y la 19ª en Deblin. Ambas unidades estaban a un nivel medio de fuerza acorazada, cada una con un PzAbt y un SturmAbt más o menos completo, es decir, unos 50 Pz IV y V y quizás una treintena de StuG.

Al sur de Lipsk se encontraba el IV PzArm de Graeser, con 7 divisiones de infantería, frente a la enorme cabeza de puente de Sandomierz, fuertemente reforzada por el I Frente Ucraniano de Konev. El IV contaba como reserva con el XXIV PzKorp, que incluía la 16ª y 17ª PzDiv, tan debilitadas como sus contrapartes del IX Ejército, y la 20ª PzGrDiv, cuyo único apoyo acorazado eran un par de compañías de StuG y algunos cazacarros.

Por el flanco meridional de Sandomierz empezaban las posiciones del XVII Ejército al mando del general Schulz, que desplegaba 2 IDiv y 4 VgDiv, y carecía de reservas móviles aunque se esperaba asignarle la 10ª PzGrDiv. Ya en territorio húngaro estaba el I PzArm del general Heinrici con 9 divisiones de diverso tipo (infantería, esquiadores, cazadores… y algunas unidades húngaras). El frente se prolongaba por Hungría, sostenido por el I EJército Húngaro reforzado por el XVII Cuerpo alemán con algunas divisiones de montaña e infanteria y agrupaciones Ad-Hoc,

Aparte de las divisiones arriba mencionadas el HeeresGruppe Centro tenía a sus órdenes el PzAbt 507 y el A contaba con el 501. Ambos batallones habían sido reforzados con los restos de otras unidades y estaban especialmente bien equipados, el 501 con 52 Tiger I y II y el 507 con 51 carros, casi todos Tiger I. El 501 tenía como misión contener la cabeza de Sandomierz y el 507 hacía lo propio en Modlin. Ambos batallones suponían una seria amenaza para los planes soviéticos pero, como era de esperar, Hitler exigió que se desplegaran inmediatamente tras las líneas del frente, lo que reducía mucho su valor.

Hay que decir que en diciembre el frente oriental contaba con otras cinco divisiones acorazadas, pero a primeros de enero se empezó a concentrar el nuevo Grupo de Ejércitos Heinrici, para contrarrestar la amenaza soviética contra Budapest. Hitler había decidido liberar la capital húngara costara lo que costara, y para ello ordenó que los HeeresGruppe Centro y A cedieran el SS PzKorp Guille, que se había situado previamente al oeste de Varsovia con las SS PzDiv Totenkopf y Wiking, más las PzDiv 3ª, 6ª y 8ª, que fueron reemplazadas en sus respectivos sectores por unidades de infantería o Voksgrenadier, de escasa utilidad en una defensa móvil.

Resulta difícil evaluar el total de fuerzas que defendian la frontera prusiana, pero pueden calcularse en torno a los 800000 hombres con niveles de adiestrameinto y equipo muy dispares, que contaban con más o menos 1500 carros y vehículos acorazados. No eran fuerzas desdeñables, pero gracias a las disposiciones del OKW estaban en muy mala situación estratégica, y frente a ellos se alineaban 5 frentes soviéticos con casi tres millones de combatientes y más de 4000 carros de combate. SI la diferencia numérica de las fuerzas enfrentadas era grande, la diferencia estratégica era abismal, ya que mientras que los alemanes estaban anclados en sus respectivos sectores los rusos podían desplazarse por su retaguardia con rapidez gracias a su enorme nivel de motorización, concentrando así una superioridad aplastante, de hasta 10 a 1, en los sectores que resultaran más prometedores, y todo ello a cubierto de la VVS, que no tenía enfrente a nadie que pudiera disputarle los cielos.

Guderian tenía toda la razón: una vez empezara la batalla, el frente oriental se vendría abajo. Y con los angloamericanos a las puertas del Rin, esta vez ya no habría ningún lugar a dónde replegarse


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GUARIPETE
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Mensaje por GUARIPETE »

Hace poco mi novia me regalo un libro de curiosidades sobre la segunda guerra mundial en una de sus paginas encontre esta interesante historia.
Resulta que la compañia Japonesa Tamiya recreo hasta en los detalles mas pequeños al tanque aleman PzKpfw VI mejor conocido como el King Tiger, es tan real que hasta reproduce los sonidos originales de este tanque a control remoto, para lograr esta maravilla, los Japos tuvieron que ir hasta Francia en el museo de carros de Saumur y grabar in situ los sonidos del motor de esta bestia.
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http://www.youtube.com/watch?v=OxfM2wpwH5A&feature=player_embedded
el precio? la bagatela de 885 Euros :crazy:
EL RUGIDO DEL TIGRE


El kit incluye una unidad electrónica DMD-T03 que gestiona los dos motores que dotan de movimiento al carro, y la unidad electrónica multifunción MF01 que gobierna los movimientos de la torreta y cañón, el sonido y los destellos luminosos.

La unidad MF01 proporciona varios efectos sonoros perfectamente compenetrados con los movimientos del carro, con lo que se consigue un efecto de realismo espectacular. Al acelerar, el sonido del motor aumenta. Los giros de la torreta y la elevación del cañón también van acompañados de sonido. Cuando el carro dispara, el altavoz reproduce el sonido de la detonación y provoca la sacudida y el retroceso de todo el carro tal y como sucede en el modelo real.


"Con el puño cerrado no se puede dar un apretón de manos"
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TODO SE DESMORONA

STAVKA pensaba empezar la ofensiva de invierno sobre el 20 de enero, pero finalmente adelantó sus planes más de una semana. Oficialmente, esa medida serviría para aliviar la presión sobre el frente occidental, pero en realidad se tomó debido a la llegada de un frente frío que endureció el suelo, congeló los ríos y favoreció los planes soviéticos.

La madrugada del 12 de enero, las ropas del I Frente Ucraniano ocuparon sus posiciones de partida. El despliegue no pasó desapercibido y los alemanes trataron de despuntar el ataque con una barrera artillera, pero cuando los cañones rusos iniciaron su bombardeo el muro de metralla que cayó sobre las posiciones germanas superó las peores expectativas de los defensores. Los fusileros pasaron de inmediato al ataque, y pese a recibir un duro castigo alcanzaron rápidamente la segunda línea de defensas.

Las tropas acorazadas no tuvieron tiempo para concentrarse y contraatacar, y casi desde el principio se vieron en medio de la batalla. La única agrupación que no entró en acción de inmediato fue el 501 SpzAbt, que permaneció a la espera hasta que, pasado el mediodía, recibió órdenes de recuperar el contacto con la 17ª pzDiv, cuyo cuartel general estaba a punto de ser arrollado. Al caer la noche el frente alemán estaba roto a lo largo de más de treinta kilómetros.

Más al norte, las líneas germanas se estaban debilitando sin necesidad de que los soviéticos intervinieran: Hitler, reordenando las posiciones del frente, decidió trasladar a la GrossDeutschland y la Brandenburg algo más al sur, a Lodzt, donde debía reunirse con la Hermann Goering. En consecuencia, tres divisiones, incluyendo las dos unidades más poderosas del frente, estaban en tránsito en el momento en que estalló la tormenta.

A lo largo del día 13 se sucedieron órdenes y contraórdenes, mientras los mandos suplicaban una retirada a nuevas posiciones, que por supuesto les fue denegada con la garantía de que enseguida se recibirían refuerzos. Las tropas acumuladas por Konev en Sandomierz tuvieron tiempo sobrado para desplegarse a placer. Los Tiger del 501 lograron contener las avanzadas del IV Ejército Acorazado, pero sólo fue un alivio momentáneo: poco después del mediodía el batallón fue emboscado en Lisow y prácticamente fue destruido. Apenas una docena de carros logró reunirse con las tropas de la 17ª PzDiv, que al igual que la 16ª estaba a punto de ser envuelta.

El caos en las comunicaciones impedía que los alemanes tuvieran clara la magnitud de la penetración soviética, pero todavía había esperanzas de contenerla. A la mañana siguiente esas esperanzas se desvanecieron como el humo cuando el I Frente de Bielorrusia inició su propio ataque desde las bolsas de Warka y Pulawi.

En las primeras horas de la madrugada las divisiones que guarnecían la primera línea fueron barridas por una doble barrera de fuego a cuyo cubierto los soviéticos avanzaron casi hasta las mismas narices de los defensores. A las 10 de la mañana la situación era insostenible y el mando del XL PzKorp ordenó a las PzDiv 19ª y 25ª concentrarse cerca de Radom y pasar de inmediato al contraataque. Una vez lograran eliminar la penetración desde Warka debían virar al sur para cortar el avance enemigo desde Pulawi.

Como puede suponerse, esos planteamientos eran exageradamente optimistas. La 19ª, apoyada por algunas compañías de StuG logró contener al enemigo cerca de Radom, pero la 25ª ni siquiera logró acercarse al punto de concentración antes de verse rodeada. SIn esperanzas de ayuda por parte del XL PzKorp, la única agrupación que todavía podía operar al sur de Radom era la 10ª PzGrDiv y sus contraataques, pese a causar serias bajas a los soviéticos, no lograron restaurar el frente.

A lo largo del día 15 los alemanes empeñaron todas las fuerzas disponibles, tratando de recomponer una nueva línea defensiva al este de Radom, pero la ciudad cayó poco después del mediodía. La 10ª PzGr inició la retirada y al caer la tarde fue desbandada por los atacantes. Más al sur el XXIV PzKorp trató de organizar un contraataque, pero la presión enemiga era excesiva y lo único que pudieron hacer los panzer fue establecer un punto de concentración para los restos de las unidades a su alrededor, en la idea de replegarse a cubierto.

Al final del día los soviéticos habían asegurado una extensión de unos 30 km a partir de sus puntos de partida y estaban ya unificando sus líneas mientras las fuerzas situadas al norte de Varsovia se preparaban para abrir un nuevo boquete y envolver al XLVI PzKorp, que cubría el ala izquierda del IX Ejército. El frente del Vístula se estaba deshaciendo como un azucarillo.


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PRUSIA EN LLAMAS

A sólo tres días del comienzo de la ofensiva de primavera la situación del Grupo A era catastrófica, con sus defensas desbordadas por todas partes y sus escasas reservas acorazadas inmersas en mitad de los combates. Las tropas que guarnecían el frente apenas habían logrado replegarse de forma fragmentada ante la contundencia del ataque enemigo. Algunos batallones habían logrado mantener la coherencia gracias al apoyo de las compañías de StuG y Hetzer que apoyaban a las divisiones de volksgrenadier, pero la mayoría de las agrupaciones trataban de retirarse a pie en medio del caos y bajo la amenaza constante de los cazabombarderos soviéticos.

No era previsible que llegara ayuda del norte, porque el grupo Centro tenía sus propios problemas. El 13 de enero, las tropas de Cherniakovsky iniciaron su ofensiva a través del valle del Inster, directamente hacia el corazón de Prusia. En ese momento, recordemos, el PzKorp Hermann Goering y la división Brandenburger, junto a una parte de la GrossDeutschland, estaban en tránsito ferroviario. Estas tropas debían ser reemplazadas por la 24ª PzDiv, que acababa de ser transferida al IV Ejército y llegó al sector ese mismo día, pero sin carros. Se suponía que la agrupación encontraría a su llegada el equipamiento necesario para incorporarse al frente de inmediato, pero cuando los carristas bajaron de los trenes descubrieron que apenas había material como para equipar un PzAbt.

Con la 24ª incapaz de empeñar poco más que una tercera parte de sus fuerzas, la única opción para el IV EJército era empeñar la última reserva acorazada del sector, el III PzArm, ahora reducido a la 5ª PzDiv. La división inició su despliegue esa tarde, se dividió en dos Kampfgruppe y envió su PzJgAbt en apoyo de la 349ª VgDiv, que debía cubrir su flanco izquierdo. Durante la mañana del 14, los panzer lograron estabilizar el frente, pero el alivio sólo fue momentáne oEn ese mismo momento Rokossovsky lanzó su propio ataque algo más al sur, desde las cabezas de puente de Narew, Rozan y Serow. Por suerte para los alemanes la única reserva blindada en la zona, el 507 SpzAbt, no estaba concentrado cerca del frente, sino dividido en compañías a cierta distancia, lo que le permitió intervenir casi de inmediato. Sin necesidad de largas marchas de reagrupamiento, los Tiger II resultaron un hueso duro de roer incluso para las puntas acorazadas equipadas con JS II.

El 507, empero, no podía detener una ofensiva en solitario y el frente alemán empezó a recular. Un desesperado contraataque por parte de la 190ª SturmBrigade apenas ralentizo el avance soviético, que amenazaba con separar al II y IV EJércitos. Ante la inminencia del peligro, el general Weiss ordenó la intervención de la VII PzDiv y la GrossDeutschland. En teoría estas divisiones debían agruparse para atacar de forma concentrada la penetración soviética, pero buena parte de sus medios pesados fueron dispersados para consolidar las tambaleantes líneas del frente, y pronto se vieron comprometidas en la defensa.

A lo largo del día 15 los combates se sucedieron en todo el frente con grandes pérdidas para ambos bandos y desesperadas peticiones de repliegues y refuerzos por parte de Weiss y Hosbach. Los Tiger de la GrossDeutschland y el 507 se mostraron providenciales en varias ocasiones, cortando en seco varias penetraciones, pero todos los intentos de organizar un contragolpe que permitiera envolver a las avanzadas enemigas fracasaron. En ocasiones los panzer lograron penetrar en las líneas de los atacantes, pero no lograron avanzar más allá de unos pocos kilómetros antes de ser rechazados.

La 7ª PzDiv tuvo poca suerte: su batallón Panther fue emboscado y destruido después de que su comandante, extraviado, se metiera inadvertidamente entre las líneas de la 60ª División de Artillería Aontracarro del II EJército de Choque y un batallón de JS II. Cogidos de flanco, los alemanes apenas lograron sacar de la encerrona un tercio de sus vehículos. La 190 SturmBri, por su parte, llevaba en acción casi desde el comienzo de la ofensiva y aunque había causado fuertes pérdidas a los asaltantes, estaba quedándose sin medios a una velocidad alarmante.

Más al norte la 5ª PzDiv estaba luchando a la desesperada, y a lo largo del día la 549ª VgDIv fue cubriendo la retirada de la agotada unidad, en la idea de volver a formar una pequeña reserva acorazada antes de que la situación empeorase nuevamente. El avance de Cherniakhovsky parecía estar frenado, pero era un espejismo: el general T-34 todavía no había empeñado su reserva acorazada, sólo estaba esperando a que llegase el momento adecuado y éste no tardaría.

La mañana del 16 empezó de la peor forma posible. En una nueva y genial intuición, Hitler ordenó que la GrossDeutschland fuera transferida de inmediato al Grupo A, para reunirse con la Brandenburger y abortar la ofensiva de Zukhov. La GD estaba metida en lo más duro de los combates, y romper el contacto de forma ordenada era una quimera: sus hombres sufrieron numerosas bajas mientras se replegaban, y el enemigo hizo importantes avances antes de que los VolksGrenadiers les reemplazaran en el frente. Ahora Weiss sólo contaba con la 7ª PzDiv, y esa unidad no estaba pasando por su mejor momento.

Tras las pérdidas del día anterior, la 7ª cayó en una nueva trampa, esta vez por obra del I Cuerpo Acorazado de Guardias, que cayó sobre los panzer justo cuando estos trataban de concentrarse para una nueva contraofensiva. Con la GD camino del sur y la 7ª fuera de combate (la mañana del 17, la división sólo tenía 5 panzer operativos), lo único que quedaba para contener a los carros enemigos era la 190ª SturmBri y la 18ª pzGrDiv, y ésta apenas tenía medios pesados.

Al final del día 17, los soviéticos abrieron un boquete en Zichenau y Rokossovsky lanzó de inmediato al V Acorazado de Guardias a través de la ruptura. Al norte, Cherniakhovsky hizo lo propio con el II Cuerpo Acorazado de Guardias. El Grupo Centro ya no tenía más reservas disponibles y el general Reinhardt, solicitó un repliegue para acortar las líneas y sacar del frente algunas divisiones con las que hacer frente a las nuevas amenazas. Por supuesto, Hitler desestimó su informe de la situación y rechazó su petición.

Mientras los carros del II Cuerpo trituraban las líneas de las 56ª IDiv, Cherniakhovsky descubrió un hueco en las defensas alemanas algo más al norte, donde se juntaban con las tropas de la 6ª IDiv y de inmediato cambió el eje de su ofensiva. El I Cuerpo Acorazado se trasladó durante la noche y al clarear el día 18 se avalanzó por el agujero, El Grupo de Ejércitos Centro estaba condenado.


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MAREA ROJA

Los contraataques de la 5ª PzDiv lograron sostener momentáneamente las líneas alemanas, pero el día 18 el I Cuerpo Acorazado rebasó las posiciones de los defensores en el río Inster, dejando atrapadas tras de su avance tres divisiones de infantería y VG.

Los Panzer de la 5ª recibieron orden de acudir de inmediato, pero con la división enzarzada en su propio sector, pasó una jornada entera antes de que un improvisado Kampfgruppe alcanzara sus nuevas posiciones en Breitenstein, sólo para encontrarse con una encerrona. A finales del día 20 los restos de la PzDiv, junto a algunas unidades menores escapadas del desastre, lograron formar una precaria línea de defensa al oeste, en Insterburg.

La 4ª PzDiv, retirada de Curlandia y asignada como refuerzo al IV Ejército, empezó a desembarcar en Danzig durante el día 19, para encontrarse con que el equipamiento que debía esperarles en el área apenas bastaba para rearmar medio PzBon, y la mayor parte del combustible había sido robado por miembros del Partido, así que de momento su llegada no iba a influir demasiado en la lucha.

En esos momentos el III PzArm intentaba sostener sus posiciones en Insterburg para cubrir a la desesperada masa que huía hacia el oeste. Los líderes nazis, tras vetar cualquier plan de evacuación, se habían esfumado al oír los primeros cañonazos y ahora la población se apiñaba en los caminos, con la única esperanza de que el ejército lograra frenar a los invasores el tiempo suficiente como para escapar de la destrucción.

El PzAbt de la 5ª división intentó cortar el avance enemigo por su flanco izquierdo con el apoyo de la 1ª y 56ª IDiv, pero apenas representaba ya una amenaza y al norte de sus posiciones se habría un inmenso boquete de más de 60 km. Los soviéticos penetraron a través del valle de Pregel, al noroeste de Insterburg, la ruta más directa hacia Königsberg. La ciudad fue evacuada el día 21 mientras los panzer intentaban dar una mínima coherencia al puñado de fuerzas desmembradas que sostenían las últimas apariencias de resistencia.

La situacion del frente era desastrosa. El III PzArm estaba ahora aislado del IV Ejército y de las divisiones que guarnecían el frente una semana antes apenas quedaban algunos fragmentos diseminados. El IV Ejército empezó a moverse hacia la costa mientras las últimas tropas de Memel iniciaban la evacuación. Ese día, 22 de enero, Hitler nombro a Heinrich Himmler comandante del grupo de Ejércitos del Vístula, formado por el expeditivo sistema de cambiarle el nombre a los restos del grupo de Ejércitos A.

El desplazamiento del IV ejército suponía una amenaza para las operaciones del II Frente de Bielorrusia, pero también suponía una oportunidad para embolsar a las tropas germanas contra el mar, así que Rokossovsky recibió la orden de modificar su plan de avance y girar hacia el noroeste con la mayor parte de su agrupación, dejando dos ejércitos para cubrir el flanco derecho de Zukhov. El 22 sus avanzadas iniciaron el avance, aprovechando el hueco abierto con la retirada germana.

La reacción alemana no se hizo esperar. La 7ª PzDiv, que había repuesto parcialmente sus bajas con algunos carros y cazacarros originalmente destinados a la 24ª, contraatacó la nueva amenaza cerca de Eylau. Para su desgracia los soviéticos se movían con gran rapidez y los panzer se vieron rodeados a poco de empezar los combates. Entre el 22 y el 23 la división vio aniquilado casi por completo su pzAbt y al final del día no quedaba ni un sólo vehículo superviviente.

Los soviéticos continuaron su avance y sus unidades de reconocimiento empezaron a introducirse entre las líneas de la 18ª pzgrDiv y la GrossDeutschland. Una avanzada logró pasar por entre las carreteras atestadas de tráfico sin que nadie se apercibiera de que se trataba de ivanes. Al caer la tarde se detuvieron en Elbing, apenas a diez kilómetros del mar, y a menos de 70 de Danzig. Allí se desplegó de inmediato un KampfGruppe improvisado de la división Feldherrnhalle, reconstituida tras su destrucción en Bagration. Esta agrupación había sido incrementada al nivel de PzKorp, desdoblándose en dos nuevas PzDiv, Feld 1 y 2, y se había reforzado con las plantillas las escuelas de adiestramiento de Prusia: al contrario que otras unidades de nuevo cuño, contaba con una buena cantidad de personal adiestrado.

Ese mismo dia dos cuerpos acorazados del III Frente de Bielorrusia tomaron los pasos del río Pregel y empezaron a envolver a las tropas que sostenían el flanco sur de las defensas germanas. De nuevo la 5ª PzDiv, apenas con un tercio de su fuerza inicial, fue enviada a detenerles tras asignarle algunos refuerzos de última hora, entre ellos algunas unidades de la Hermann Goering. A lo largo de dos días la precaria agrupación luchó de forma desesperada frenando el empuje enemigo hacia la capital prusiana, pero el día 26 los supervivientes se retiraron a cubierto de un batallón de cazacarros.

Más al oeste, dos cuerpos acorazados siguieron la ruta de sus camaradas hacia Elbing y tantearon sus defensas el día 24, sin conseguir penetrarlas. El día 25 los restos de la 7ª PzDiv se unieron a la lucha, intentando cortar el flanco enemigo más al sur.

Ese día las tropas del I Cuerpo Acorazado de Guardias rodearon Bromberg y Thorn, al suroeste de Danzing, a medio camino de Poznan. De este modo las fuerzas de Rokossovsky se aseguraban el contacto con el I Frente de Bielorrusia, que había profundizado fuertemente hacia el corazón de Alemania. La amenaza obligó a movilizar la única reserva acorazada a mano, la 4ª pzDiv, que el día 27 logró llegar a Maksymilianowo, apenas 10 km al norte de Bromberg, donde logró reunírseles la mayor parte de la guarnición tras romper las líneas enemigas. Para entonces los guardias estaban casi al límite de sus fuerzas tras una cabalgada de casi 100 km a lo largo del Vístula y no puedieron impedir que los alemanes, tras la legada de la 4ª, establecieran una nueva línea de defensa.

En el valle del Pregel, la 5ª PzDiv todavía podía alinear tres docenas de carros y StuG gracias al esfuerzo sobrehumano de sus equipos de reparaciones y el 28 tomó posiciones en Gutenfeld, al sur de Könisberg con el apoyo de la 69ª IDiv. El resto del perímetro estaba guarnecido por restos de varias VGDiv y tropas escapadas de Memel, mientras la defensa en la propia ciudad corría a cargo de la 1ª IDiv. Los primeros ataques soviéticos fueron repelidos: las tropas de Cherniakovsky estaban agotadas tras dos semanas de luchas y avance y el nuevo comandante del sector, el general Lasch, pudo contar con un breve respiro para reorganizar sus fuerzas. Tras las nuevas líneas, una masa de refugiados se hacinaba esperando el momento de ser evacuados por mar. Al otro lado, Prusia ardía.


mandeb4747
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Mensaje por mandeb4747 »

Exelente como siempre


Kodacs
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Mensaje por Kodacs »

Respecto a los Panzer tengo una historia bastante peculiar, relacionada con mi juventud y con los años que pasee en Alemania.

Cuándo tenía aproximadamente 9 años me fui a vivir con mi madre a Dillenburg, Alemania. Vivíamos en la antigua casa de mi abuelo Francisco. Mi abuelo se crío en Dillenburg y cuándo tuvo la oportunidad entró a formar parte del ejército nazi para defender a la que el consideraba su patria, y por la cual murió en 1945, dejándole en propiedad a mi madre su casa y sus tierras.

Pues bien, retomando lo anterior, llegué a Alemania en el año 83 y comencé a asistir al instituto Donnerstag situado a 2 km del centro de Dillenburg, concretamente en Niederscheld. Siempre fui con mis primos, con los que regresaba andando a casa. Para volver teníamos que cruzar un camino que atravesaba un gran campo al norte del cual, y bastante escondido, se encontraba un almacén abandonado. Mis primos siempre me contaban que en el almacén mi abuelo Francisco había conseguido esconder un Panzer del ejército nazi. Yo no me lo creía pero siempre quise entrar para comprobarlo, pero los 3 teníamos miedo, y es que aquel edificio de veras daba miedo.

Sin embargo un día superamos nuestro miedo y decidimos entrar, por la ventana, ya que el portal estaba atascado. Nos metimos allí dentro y vimos algo que nos sorprendió, en la parte izquierda del almacén había un bulto enorme tapado con una tela que retiramos entre los tres. Debajo de ella encontramos un gran vehículo militar, estaba casi seguro de que era un tanque cuándo lo vi, no tenía ni idea de si era un Panzer o cualquier otro modelo, pero era un tanque, estoy seguro.

Volvimos varios días allí a jugar a la "guerra", nos subíamos al tanque y empezabamos a imaginar que lo pilotábamos y cosas por el estilo. Era nuestro secreto y no se lo contamos a nadie más. Pero regresamos a España en el 86, yo volvía a Galicia y mis primos se quedaron en Alicante, a los cuales no he vuelto a ver desde el año 86.

Cada vez que recuerdo esto me sorprendo de lo que allí vimos, no sé si era un tanque nazi o si era el tanque de mi abuelo, pero de lo que estoy seguro es de que era un tanque y que estaba escondido en aquel almacén.


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iRivas
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Mensaje por iRivas »

Kodacs escribió:Respecto a los Panzer tengo una historia bastante peculiar, relacionada con mi juventud y con los años que pasee en Alemania.

Cuándo tenía aproximadamente 9 años me fui a vivir con mi madre a Dillenburg, Alemania. Vivíamos en la antigua casa de mi abuelo Francisco. Mi abuelo se crío en Dillenburg y cuándo tuvo la oportunidad entró a formar parte del ejército nazi para defender a la que el consideraba su patria, y por la cual murió en 1945, dejándole en propiedad a mi madre su casa y sus tierras.

Pues bien, retomando lo anterior, llegué a Alemania en el año 83 y comencé a asistir al instituto Donnerstag situado a 2 km del centro de Dillenburg, concretamente en Niederscheld. Siempre fui con mis primos, con los que regresaba andando a casa. Para volver teníamos que cruzar un camino que atravesaba un gran campo al norte del cual, y bastante escondido, se encontraba un almacén abandonado. Mis primos siempre me contaban que en el almacén mi abuelo Francisco había conseguido esconder un Panzer del ejército nazi. Yo no me lo creía pero siempre quise entrar para comprobarlo, pero los 3 teníamos miedo, y es que aquel edificio de veras daba miedo.

Sin embargo un día superamos nuestro miedo y decidimos entrar, por la ventana, ya que el portal estaba atascado. Nos metimos allí dentro y vimos algo que nos sorprendió, en la parte izquierda del almacén había un bulto enorme tapado con una tela que retiramos entre los tres. Debajo de ella encontramos un gran vehículo militar, estaba casi seguro de que era un tanque cuándo lo vi, no tenía ni idea de si era un Panzer o cualquier otro modelo, pero era un tanque, estoy seguro.

Volvimos varios días allí a jugar a la "guerra", nos subíamos al tanque y empezabamos a imaginar que lo pilotábamos y cosas por el estilo. Era nuestro secreto y no se lo contamos a nadie más. Pero regresamos a España en el 86, yo volvía a Galicia y mis primos se quedaron en Alicante, a los cuales no he vuelto a ver desde el año 86.

Cada vez que recuerdo esto me sorprendo de lo que allí vimos, no sé si era un tanque nazi o si era el tanque de mi abuelo, pero de lo que estoy seguro es de que era un tanque y que estaba escondido en aquel almacén.
Y COMO LO ABANDONAS ASI?? NO TIENES FOTOS??
me parece realmente inverosímil.Yo también soy de Galicia,y estoy dispuesto a irme contigo,si no te importa,a verlo.
Contacto contigo por privado que ,al menos,me gustaría quedar contigo

Saludos


Kodacs
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Mensaje por Kodacs »

Hace 25 años que regresé de Niederscheld y nunca más he velto. Sin embargo hace tiempo que tengo ganas de volver para ver como está mi casa, para ver si el Donnerstag sigue en pie... vamos, para recordar viejos tiempos.

Y por supuesto que también tengo ganas de volver para ver si el tanque sigue allí.

No le quité fotos, yo por aquel entonces solo era un niño y no entendía la relevancia de nuestro hallazgo, aunque de comprenderlo tampoco se las podría haber sacado ya que no tenía cámara.

Si tu también eres gallego y te interesa este tema podemos quedar para conocernos, y quién sabe, quizás vayamos juntos a Dillenburg para comprobar si el tanque sigue allí.

Estaré atento por si te pones en contacto.
Un saludo.


Alberto Arteaga
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Mensaje por Alberto Arteaga »

Hola a todos, me presento como Alberto Arteaga.

Deseo aprender de ustedes y también hacer algún aporte si pudiera.

Saludos cordiales.

Estimado Alberto y estimados foristas, dejemos este hilo para que Japa desarrolle su trabajo e intentemos que los posteos sean referentes al mismo.

Atentamente, Mod 6


Alberto Arteaga
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Mensaje por Alberto Arteaga »

Lo que sucede es que este japa publica cada quince días al menos. Pero bue… si la casa lo quiere así.


(pero si que es bueno este japa)


japa
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Mensaje por japa »

El retraso en mis posts es muy simple: tiempo. La mayor parte de la documentación disponible está en inglés, lo que hace que tenga que ir despacio para no liarla con la traducción. Por otra parte intento conseguir al menos dos fuentes diferentes para cada información, a fin de evitar metidas de pata, lo que duplica el tiempo de trabajo, y el plazo semanal que tengo para dedicarlo a estos temas es escaso, ya que afortunadamente no me falta trabajo. Y además de escribir en los foros me gusta hacer cosas como estar con mis amigos, con mi familia, dormir...

ESFUERZOS BALDÍOS

Entre finales de enero y mediados de febrero los restos de las PzDiv presentes en Prusia fueron empleadas como apagafuegos, acudiendo allí dónde se produjera una crisis, sin poder ejecutar ninguna operación razonablemente planificada. Así, la 24ª PzDiv (o, mejor dicho, uno de sus PzGrAbt y algunas compañías acorazadas, ya que no había material para equipar a toda la unidad) y la 18ª PzGrDiv recibieron la orden de concentrarse en Wartenburg para un contragolpe, sólo para verse sobrepasadas por un nuevo avance enemigo.

El frente cambiaba a demasiada velocidad como para que las escasas unidades móviles pudieran seguir el curso de los acontecimientos. Menos aún, con Hitler insistiendo en que nadie se moviera sin órdenes expresas de su cuartel general. Desobedeciendo las instrucciones del OKW, el general Hossbach trató de sacar del cepo a las unidades supervivientes del IV Ejército, que habían quedado aisladas tras el avance enemigo. A lo largo de varios días unas siete divisiones trataron de moverse organizadamente hacia Elbing, cubriendo además la evacuación de miles de civiles. El 29 la 7ª pzDiv logró, tras un contraataque, hacer contacto momentáneamente con la vanguardia del IV, pero fue un espejismo. El frente soviético se cerró en pocas horas y sólo pequeños grupos aislados de soldados lograron reunirse con sus camaradas.

Lo único que podían hacer los menguantes carristas germanos era seguir luchando sin descanso, a la espera de un milagro. En muchas ocasiones la llegada de una compañía de panzer o StuG permitía salvar una situación apurada, pero cada vez había menos vehículos, combustible o municiones

No obstante, los refuerzos empezaban a llegar a la región, a tiempo todavía para un último intento de detener la marea. El 28 de enero el I Frente Bielorruso cruzó el Oder y empezó a acumular fuerzas para una prolongación de la ofensiva que podría amenazar directamente la propia Berlín. Pese a todo, Guderian vio una oportunidad en el espacio creado en Pomerania entre Zukhov y Rokossovsky cuando el II Frente de Bielorrusia viró al norte. Empleando el VI SS pzArm, recién llegado al Este, y tropas evacuadas de Kurlandia, quería cortar cortar la penetración con un ataque desde Globau-Guben, al sur, y Arnswalde, al Norte, y ganar así tiempo para preparar nuevas reservas o, incluso, empezar a negociar con los aliados occidentales. Por supuesto Hitler rechazó sus pretensiones, ya que Kurlandia era vital para el Reich y las tropas Waffen eran necesarias más al sur. Así pues, la operación Sonnewende (Solsticio) sólo podría contar con el XI PzArm del general Steiner, una agrupación mucho más débil. El volumen de fuerzas disponibles era insuficiente para un asalto en pinza, y la ofensiva se limitaría aun golpe desde el Norte.

Resulta casi milagroso, empero, que en las desesperadas condiciones de Alemania aún fuera posible mover tropas en las narices de la ofensiva soviética. Aunque subequipadas, las SS pzDIv 9ª y 10ª, más las PzGrDiv 4ª, 11ª y 23ª, tres divisiones de infantería, las brigadas Führer-Begleit y Führer-Grenadier (ahora elevadas a la categoría de división) y los restos del 503 SS sPzAbt, lograron desplegarse en Pomerania a las órdenes del general Wenck para atacar el día 15 de febrero. En teoría debían reunirse cerca de un millar de carros para el ataque, pero en el momento de iniciarse la lucha apenas había 250 vehículos acorazados operativos entre todas las unidades, incluyendo una docena de PzVI B. Estas fuerzas se organizaron en dos cuerpos acorazados (XXXIX Cuerpo y III SS PzKorp) apoyados por una agrupación Had hoc, el Grupo Munzel

El asalto se dirigió contra el flanco derecho del II Ejército Acorazado de Guardias y el LXI Ejército. El día 15 la 11ª SS PzGrDiv, Nordland, del III SS PzKorp, logró abrirse camino por Arnswalde, y al día siguiente el resto de las tropas acorazadas atacó en Recz, algo más al noroeste.

Las tropas de Zukhov, inicialmente, se vieron sorprendidas por la acometida alemana y recularon en algunos puntos, pero la reacción no se hizo esperar. El día 17, tan sólo dos días después del comienzo de la operación, las tropas de Wenck estaban atascadas y el 18 empezaron a retirarse ante el contragolpe del III Ejército de Choque.

Las pérdidas humanas no fueron especialmente grandes, pero sí las materiales, incluyendo la mayoría de los Tiger, atrapados en el barro de un repentino deshielo. Tras el fracaso de la ofensiva, Pomerania fue desguarnecida y antes de acabar el mes estaba en manos del II Frente Bielorruso, desplegado a toda prisa para cubrir a Zukhov. Las tropas concentradas para el contragolpe podrían haber sido decisivas un mes antes, como reserva frente a la ofensiva del ER, pero a esas alturas, incluso de haber tenido éxito, apenas hubieran supuesto un contratiempo menor para los asaltantes.

El único resultado positivo de Sonnewende fue la decisión soviética de tomase las cosas con más calma. Aunque un avance directo hacia Berlín parecía viable, Moscú no quiso correr riesgos innecesarios. El III Frente de Bielorrusia recibió la misión de despejar la retaguardia y la costa, mientras el II Frente se concentraba en Pomerania y se preparaba para cubrir el flanco soviético de cualquier sorpresa. El I Frente, por su parte, empezó a acondicionar sus nuevas líneas de comunicaciones a fin de estar preparado para el golpe final, mientras parte de sus fuerzas aseguraban la región industrial de Silesia.

Para Prusia había sonado la hora final. Algunas ciudades resistirían hasta abril, pero con la guerra terminarían seis siglos de presencia alemana. El pueblo prusiano, que apoyó con fervor el nacionalsocialismo y hasta el último momento confió en la palabra del Führer, iba a pagar un precio muy alto por su fe.

No obstante, queda un último cabo por atar. En la campaña de Prusia combatieron un buen número de divisiones acorazadas, pero las agrupaciones más célebres de Alemania brillaron por su ausencia. ¿Dónde estaban, qué estaban haciendo mientras tanto las todopoderosas tropas de la Guardia Negra?


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Mensaje por japa »

LA ÚLTIMA CABALGADA

Tras el desgaste sufrido en las Ardenas, El VI SS PzArm fue reavituallado de inmediato, de cara a una nueva ofensiva, pero esta vez no sería en el oeste, ni en el Este. Los carristas de las Waffen combatirían en suelo húngaro, atendiendo así a los últimos caprichos de su Führer, mientras Prusia se desintegraba bajo las botas de los frentes de Bielorrusia.

PRELUDIO

La crisis húngara venía gestándose desde el otoño. Hitler sentía una gran preocupación por su flanco sudoriental, mucho más amenazador, a sus ojos, que cualquier ofensiva soviética contra sus fronteras orientales. Por ello concentró en ese sector fuerzas muy poderosas, al menos sobre el papel.

Tras los combates de Debrecen el Grupo de Ejércitos Sur, a las órdenes del general Friessner, contaba en Hungría con las PzDiv 1ª, 3ª, 13ª, 23ª y 24ª, la 4ª SS PzGrDiv, las PzGrDiv 10ª y Ferldherrnhalle (en proceso de reconvertirse a PzDiv) y dos divisiones SS de caballería, la 8ª Florian Geyer y la 22ª (se trataba de divisiones motorizadas, con un fuerte complemento de StuGs y cazacarros, principalmente Hetzers) y el 503 SpzAbt, más otras 18 divisiones de diversos tipos (Volksgrenadier, infantería, esquiadores, montaña...). Estas unidades, a las que se uniría pronto la 6ª y 8ª PzDiv y el 509 SpzAbt, baqueteaban a las tropas del I, II y III Ejército húngaros, y de paso aseguraban la lealtad de los últimos aliados del nazismo en Europa, bastante debilitada tras los últimos acontecimientos.

El respiro ganado en los combates de octubre permitió a los alemanes rehacer sus líneas y cuando el II Frente Ucraniano de Malinovsky pasó a la ofensiva el día 29, le prepararon una adecuada bienvenida. Las tropas soviéticas, inicialmente, avanzaron bien tras romper las defensas húngaras en la línea Atila, y se dirigieron hacia Budapest, su objetivo principal.

Ya a la vista de la capital, los invasores fueron frenados por la dura reacción de las tropas SS, que lograron despuntar las puntas de marcha del enemigo apenas a 10 km de la ciudad. Luego, los PzKorp III y LVII, integrados por las PzDiv 1ª, 23ª, 24ª y Ferldeerrnhale cortaron los flancos soviéticos. Dada la nada desdeñable posibilidad de una nueva derrota como la de Debrecen, STAVKA ordenó a Malinovsky retirar sus tropas a posiciones más seguras.

El 7 los soviéticos volvieron a la carga, buscando un cruce del Danubio cerca de Mohacs, flanqueando las posiciones del II PzArm (que no tenía ni una sola división acorazada, sólo la PzGrDiv Brandenburg). Este avance fue seguido el día 11 por otro ataque hacia el noroeste de Budapest. Ambos asaltos fueron retrasados por la dura resistencia de la infantería germana, reforzada por las pzDiv 1ª, 13ª, 23ª y 24ª, más los dos batallones pesados a disposición de Friessner. Pese a todo, los alemanes no lograron cortar la ofensiva y a principios de diciembre la capital volvía a estar amenazada. Las tropas del Grupo Sur estaban debilitándose a ojos vista, ya que la prioridad otorgada a la ofensiva en el Oeste hizo que los reemplazos de tropas y equipos les llegaran con cuentagotas, mientras los soviéticos podían reponer sus pérdidas con relativa rapidez.

Una serie de costosos contraataques a cargo de la 1ª división acorazada húngara y las 1ª, 8ª y 23ª PzDiv lograron parar la marcha del II Frente sobre el día 11 pero a esas alturas las tropas del Grupo Sur estaban al límite de sus recursos. Hitler ordenó a Friessner que organizara una contraofensiva con las PzDiv 3ª, 6ª y 8ª al suroeste de Budapest, entre los lagos Balaton y Veleneze, para destruir la principal fuerza de Malinovsky, el IV Ejército Acorazado de Guardias, y aliviar la presión sobre la ciudad. El general, sin dudarlo demasiado, se negó en redondo a ejecutar una orden que hubiera supuesto la aniqulación de sus menguadas tropas ya que los refuerzos prometidos por el Führeri, dos batallones de Panther, no llegarían hasta finales de mes y el terreno, debido a un repentino deshielo, era un verdadero cenagal.

Hitler insistió en retomar la iniciativa, aunque fuera empleando a las tripulaciones de los carros como infantería, ya que no era posible usar los vehículos en el barro. Para entonces, los soviéticos ya habían notado la retirada del frente de las 3 PzDiv y aprovecharon para flanquear las debilitadas posiciones germanas en Velezene. Friessner solicitó la evacuación de Budapest, pero el Führer rechazó su petición, prometiéndole el refuerzo inmediato del IV SS pzKorp con las divisiones Totenkopf y Wiking.

El día 24 las tropas de Malinovsky enlazaron sus puntas al oeste de la capital. Budapest estaba cercada.


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Mensaje por japa »

KONRAD

En los días siguientes al cerco los soviéticos presionaron hacia el oeste, alejando el frente de la ciudad para prevenir una intervención alemana que rompiera sus líneas antes de poder consolidarlas. El general Pfeffer-Wildenbruch, jefe del IX SSKorp, ordenó a la Florian Geyer que se desplegara en el extremo occidental para iniciar la ruptura, pero Hitler otorgó de inmediato a Budapest la categoría de Fortaleza y prohibió cualquier intento de retirada.

Dentro de la capital, junto a casi un millón de habitantes, quedaron atrapados unos 50.000 alemanes. Las tropas cercadas incluían la 13ª PzDiv, la Ferldeernhale, las dos divisiones de caballería de las SS y partes de la 4ª SS PzGrDiv y la 271ª VgDiv, más algunas tropas de la Luftwaffe. También estaban allí la 1ª división acorazada húngara, dos divisiones de infantería y algunos grupos de la Cruz Flechada, no muchos, porque la mayoría de los filonazis huyeron al primer retumbar de los cañones soviéticos.

Los defensores carecían de munición o combustible, y se estableció un precario puente aéreo para reavituallarlos en lo posible, a la espera de una contraofensiva. Un reagrupamiento en el sector occidental hubiera posibilitado una defensa más eficaz, pero el Führer se negó a consentir que ni una sola manzana fuera cedida sin lucha. A partir del día 26 los soviéticos fueron reduciendo y fragmentando poco a poco la bolsa.

Las operaciones de rescate se emprendieron de inmediato. El IV SS PzKorp, con las divisiones Totenkopf y Wiking, recibió la orden de liberar la ciudad, con el apoyo de las PzDiv 6ª y 8ª por su flanco sur y la IDiv 96ª por el Norte. La operación Konrad, al mando del general Woehler, debía contar también con el III EJército húngaro, que aportaría su 2ª división acorazada y dos divisiones de infantería, pero el 1 de enero los alemanes iniciaron el combate en solitario.

La 1ª y 23ª PzDiv, del III PzKorp, amagaron un ataque de distracción más al sur, hacia Szekesfeherver, pero su desplazamiento fue detectado por los soviéticos y se encontraron con una durísima resistencia. Por el contrario, las PzDiv 6ª y 8ª lograron romper las defensas enemigas y el IV SS PzKorp, que contaba con una plantilla acorazada bastante completa (incluyendo un par de compañías de Tiger) logró abrir brecha en las posiciones del XVIII Cuerpo Acorazado, avanzando desde Komaron, unos 60 km al noroeste de la capital. El flanco norte del avance alemán quedaría cubierto por la 3ª PzDiv y la 211ª VgDiv.

Las tropas de Malinovsky fueron forzadas a retroceder hacia la ciudad paso a paso, pero no cejaron en su defensa ni un sólo minuto. Entre los días 1 y 6 de enero los panzer lograron profundizar 25 km en las líneas enemigas, pero el ritmo de su marcha fue lo bastante lento como para que tres cuerpos de Guardias y uno de fusileros se desplegaran entre los Waffen y Budapest. La vanguardia de la Wiking fue frenada y envuelta a unos 30 km de la bolsa, y sólo logró desengancharse y reunirse con el resto de su unidad a costa de durísimos combates.

Con las tropas del IV SS PzKorp tan cerca, una ruptura desde Budapest hubiera posibilitado la huida de los cercados, pero Hitler rechazó la sugerencia y ordenó continuar con la ofensiva. La 3ª PzDiv, recién transferida desde el Danubio, reforzó al III PzKorp para un nuevo asalto desde el Oeste de Budapest. El ataque de la 3ª y 23ª pzDiv logró atravesar las líneas del VII Cuerpo Acorazado y la vanguardia alemana penetró unos 6 km antes de detenerse. El flanco norte, ahora defendido sólo por la 8ª PzDiv y dos VgDiv recibió una embestida del VI Ejército Acorazado de Guardias y reculó hasta Komaron, lo que dejaba al IV SS PzKorp en riesgo de verse envuelto desde el Danubio, así que Woehler dio por finalizada Konrad y ordenó reagruparse a las divisiones Waffen.


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