El Bombardeo Estrategico

Los Ejércitos del mundo, sus unidades, campañas y batallas. Los aviones, tanques y buques. Churchill, Roosevelt, Hitler, Stalin y sus generales.
Stormbringer
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Mensaje por Stormbringer »

Sin palabras Templario :wink: alucinado dejado me has :shock: :lol:
Yo no disponia de tanta información como la que has aportado


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El Templario
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Georgia

Mensaje por El Templario »

Gracias estimado Stormbringer.
La verdad es que cuando abriste este estupendo post me acordé que tenía archivada bastante información sobre el tema. Un poco farragosa, pero aquí está.

De todas formas, creo que le haría falta algunas fotos como las que tu has incluido porque si no alguno se me duerme con tanto texto :D

Un saludo


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Stormbringer
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Mensaje por Stormbringer »

El ataque al Tirpitz
Las operaciones realizadas por el Mando de Bombardeo contra el poderoso acorazado alemán Tirpitz, había sido durante mucho tiempo una espina clavada en los estados mayores navales aliados. Situado en una base en Noruega tenia la capacidad de hostigar las lineas de suministro marítimas británicas con Rusia, aunque rara vez se usara esa capacidad, era como una espada de Damocles y su simple existencia obligaba a Inglaterra a mantener una flota de guerra preparada para entablar combate con él, flota que de no ser por el Tirpitz podria haberse empleado en otros teatros de operaciones como el Atlántico Norte o incluso el Pacífico. Por lo tanto era habitual que de vez en cuando se intentara destruirlo o por lo menos causarle los suficientes daños como para que estuviera mucho tiempo en dique seco. Uno de los ataques épicos fue realizado por submarinos de bolsillo, en septiembre de 1943, este ataque le produjo serios daños que fueron reparados pero un ataque en marzo de 1944 por las Fuerzas Aéreas de la Armada obligó a efectuar nuevas reparaciones. Llegado el verano era el momento de volver atacar. El acorazado se encontraba anclado en el Fiordo Alten, casi al extremo norte de la costa noruega y allí quedaba fuera del alcance de los Lancaster, ya que al tener su base en Gran Bretaña no tendrian sufuciente combustible para el regreso, así que se decidió hacer el ataque desde la base rusa de Yagodnik en el Arcángel.
El 11 de septiembre de 1944 salieron hacia Rusia 38 Lancaster armados con bombas "Tallboy" de 6000 Kgs y otras menores diseñadas contra buques llamadas "Johnie" y "Walker" de las escuadrillas 617 y 9.El resultado del viaje fué desalentador, uno de los Lancaster perdió su carga y regresó,seis más se estrellaron al aterrizar en Rusia al serles imposible encontrar la base de Yagodnik, dos más llegaron averiados y veintisiete lo hicieron en perfectas condiciones para la misión. Dos Liberator transportaron al personal de tierra, un Mosquito para vuelos de reconocimiento atmosférico sobre el Fiordo Alten y otro Lancaster para filmar la acción.
El 15 de septiembre tras estrafalarias experiencias con sus aliados rusos, les llegaron a cobrar 9.239 rublos por el hospedaje, los veintisiete Lancaster mas el de filmación despegaron rumbo al Fiordo Alten, el Mosquito de reconocimiento avisó de la inexistencia de nubes en la zona y poco mas de la una de la tarde se lanzaron contra el Tirpitz, que hasta el momento no se habia dado cuenta de la que le venia encima y nunca mejor dicho. En menos de un minuto ,cinco "Tallboys" impactaron en el Tirpitz pero antes de que hubieran podido evaluar el ataque o proseguir con dicho ataque, el área se lleno con una pantalla de humo, el Lancaster dedicado a la filmación regresó con pocas evidencias de la suerte del ataque, el resto volvió a Yagodnik. Dos horas mas tarde el Mosquito de reconocimiento volvió al Fiordo y pudo entrever entre varias nubes que el Tirpitz se encontraba allí, volvieron a fotografiar la zona cinco dias despues pero las fotografias no mostraban el alcance de los daños y hasta que punto de graves eran esos daños.
La realidad era que el Tirpitz habia sido herido de muerte en tan complicada y a la vez brillante operación, los alemanes estimaron que necesitarían unos nueve meses de reparaciones para que el Tirpitz volviera a ser operativo y decidieron no repararlo, lo llevaron en una lenta marcha desde Alten hasta Tromso a una velocidad de seis nudos, lo que le ponía al alcance de los Lancaster estacionados en Lossiemouth.
El 12 de noviembre de 1944 en Lossiemouth despegaron 31 Lancaster de las escuadrillas que realizaron el primer ataque, es decir la 617 y la 9, hacia el Tirpitz. Le atacaron desde alturas entre los 3600 y5.000 metrosy cuando viraron para regresar observaron que el Tirpitz estaba escorado. Poco después se dió la vuelta completa y enseñó la quilla, de los 1900 hombres que conformaban la tripulación ,1000 perdieron la vida, el Mando de Bombardeo no perdió ningún hombre.

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Stormbringer
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Mensaje por Stormbringer »

Operación Chastise
En 1943 se produjo una de las hazañas mas asombrosas del bombardeo estratégico, la destrucción de las presas de Mohne,Eder,Sorpe y Enneppe. Ya antes de la guerra se habia planeado la destrucción de las presas del Ruhr, pero hasta 1943 la posibilidad de cumplir el cometido era poco más que imposible. Gracias al Dr.Barnes Wallis que diseñó una bomba rotatoria que si era arrojada cumpliendo unos parámetros correctos, saltaria sobre el agua en una sucesión de botes que irian disminuyendo, igual que cuando lanzamos una piedra oblicuamente sobre la superficie del agua, entonces perdida su inercia, la bomba se hundiria por su propio peso hasta el fondo, donde explotaria afectando a la base de la estructura de la presa provocando así su colapso.
Sir Arthur Harris, jefe del Mando de Bombardeo no era muy optimista respecto a la bomba "revienta-presas" ya que multitud de entusiastas utópicos llevaban ideas extrañas al Mando de Bombardeo que obligaban a la modificación constante de bombarderos necesarios para el esfuerzo de la guerra.
La bomba de Wallis una vez fabricada y en fase de pruebas tenia la tendencia de no botar,solía romperse al chocar en el agua,tras varia pruebas mas se descubrió que si la bomba era lanzada a una altura de 30 metros y contando con que la bomba botara un número exacto de veces antes de tocar en la presa, esta alcanzaria su propósito. Si se soltaba demasiado pronto, se hundiria antes de llegar a la presa, por lo cual la bomba estallaria sin provocar daños en la estructura; si por lo contrario se soltaba demasiado tarde, golpearia la estructura con demasiada fuerza y explotaría en la superficie alcanzando de lleno al avión que realizaba el ataque. Otro de los problemas consistia en como calcular la altitud de 30 metros para el bombardeo, puesto que nadia sabia que hacer para pilotar un Lancaster a esa altitud. Se eligieron 21 tripulaciones expertas para formar la escuadrilla 617 que perteneceria al Grupo 5, esta escuadrilla estaba al mando del Wing-commander Guy Gibson, que descubrió el metodo para calcular la altitud y el momento exacto para soltar la bomba.
Para asegurarse de que los aviones se encontraban a la altura precisa se montaron dos focos, uno a proa y otro a popa, ambos apuntaban hacia abajo y sus haces luminosos convergian formando un ocho cuando se encontraban a la altitud exacta, para tener la seguridad de que la distancia hasta la presa era la adecuada, cada apuntador llevaba un instrumento en forma de "Y"(un tirachinas), que llevaba sendos puntos de mira en los extremos finales de los brazos, cuando ambas visuales coincidian con los extremos del dique era el momento de lanzar la bomba.
El 15 de mayo,Gibson aleccionó a sus hombres, el momento de pasar a la Historia había llegado, el camino hacia el Ruhr había de emprenderse de noche y sin superar los 450 metros de altitud, ya que sino el radar alemán los detectaria.
Una primera oleada de nueve Lancaster al mando directo de Gibson atacaría primero la presa de Mohne, luego la de Eder y si quedaban bombas ,atacarian Sorpe. La segunda oleada de cinco aparatos atacaría Sorpe y la tercera oleada, también de cinco Lancaster actuaria como reserva movil y transmitiria los resultados del ataque al Cuartel General del Grupo 5 en Scampton.
Uno de los aparatos de la primera oleada fue derribado por el camino pero Gibson condujo los ocho aparatos restantes con éxito sobre el lago Mohne, colocó su aparato en posición de ataque y se dirigió directamente hacia la presa a pesar del fuego antiaéreo, lanzó su bomba correctamente pero no hizo daños sobre la estructura. El segundo Lancaster pilotado por el teniente Hopgood entró en el lago fue alcanzado seriamente por el fuego antiaéreo, soltó su bomba demasiado tarde y fue alcanzado por su propia explosión, cayendo envuelto en llamas pero aun así destruyó la central electrica.El tercer Lancaster al mando del teniente Martin, se lanzó sobre el objetivo siendo gravemente dañado pero aun así lanzó su bomba que quedó 20 metros corta respecto a la presa.El cuarto Lancaster pilotado por el Wing-commander Young se adentró en el lago con el apoyo del teniente Martin que a pesar de estar seriamente dañado atrajo el fuego antiaéreo para facilitar la progresión de Young, el ataque fue perfecto pero la presa seguía intacta.El quinto aparato al mando del teniente Maltby realizó un ataque perfecto pero cuando la espuma de la explosión desapareció la presa aún segui alli.Cu7ando el sexto Lancaster se adentraba en el lago ocurrió, la presa se desmoronó inundando el valle. Gibson condujo los tres Lancaster que aún tenian bombas y al del Wing-commander Young, como segundo al mando, hacia la presa de Eder.
En Eder la orografia no ayudaba mucho para el cumplimiento de la misión, ya que la presa se encontraba rodeada de colinas, la unica ventaja era la ausencia de antiaéreos. El teniente Shannon intentó varias aproximaciones sin exito, luego el jefe de escuadrilla Maudsley intentó su ataque lanzand su bomba demasiado tarde y siendo alcanzado por su propia explosión.El teniente Shannon probó de nuevo lanzando un ataque perfecto pero sin resultados.Solo quedaba una bomba, el Lancaster al mando del oficial Knight lanzó su bomba destruyendo la presa de Eder.
las noticias fueron transmitidas a Washington que en aquel momento se celebraba una conferencia entre los aliados, que celebraron el exito de la misión.
Se habia realizado una hazaña gloriosa pero los ataques al resto de las presas fallaron y los daños en Mohne y Eder fueron subsanados rapidamente,el Mando de Bombardeo dudó del exito de estas operaciones, pues de los 18 Lancaster enviados contra las presas, ocho no regresaron y dos sufrieron tantos daños que practicamente quedaron inservibles,las perdidas de la 617 fueron terribles, aún así en septiembre de 194 lanzaron un ataque contra los diques de Dortmund y Ems que terminó con el regreso de tres Lancaster de los ocho que se habían enviado, parecía que la 617 desaparecería pero una de las lecciones mas importantes que se aprendieron en estas operaciones fue que esta tecnica de bombardeo tenía una funcionalidad mucho más importante, el bombardeo de precisión contra objetivos de importancia y dificultad por el terreno y la mas importante;la señalización de objetivos que servirian de guia para el poder destructivo del Mando de Bombardeo.
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alejandro_
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Mensaje por alejandro_ »

En mi opinión el bombardero estratégico si que valió la pena, pero sólo un pais como EEUU lo pudo realizar con éxito porque ni Alemania ni el RU disponían de los recursos para producir semejante flota de bombarderos. No hay que olvidar que los modelos utilizados (B-17/24) era cuatrimotores, mucho más caros de fabricar y operar que cazas.

Otra ventaja es que ayudó a los soviéticos en la recuperación de la VVS. Muchas unidades tuvieron que ser enviadas de vuelta a Alemania y los efectivos en el frente este se vieron notablemente reducidos.

El problema es que inicialmente se pensó que los bombarderos serían capaces de defenderse solos, lo cual no se produjo. Esto causó grandes perdidas, sobre todo en 1943.

Saludos.


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Mayor Reisman
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Mensaje por Mayor Reisman »

Buenas

Solo una pequeña adición al estupendo post de Stormbringer sobre los Dam Busters.

La bouncing bomb no tenía que golpear a la presa para ejercer su efecto destructivo. De hecho no tenía que funcionar como un torpedo (los alemanes habían puesto redes antitorpedo para evitar ese tipo de ataque). Como ha explicado Stormbringer, la bomba debía de rebotar en el agua antes de hundirse y para ello la bomba debía de estar rotando antes de ser lanzada (como ocurre con las piedras lanzadas como "ranas"). Pero debía de explotar a una determinada profundidad y distancia de la presa (llevaba un detonador hidrostático y uno químico de reserva por si este fallaba). De esa forma se aprovechaba que el agua es un líquido incomprimible para que en lugar de amortiguar la explosión se convirtiera en la fuerza destructiva.

La presa no era destruida por el explosivo en sí, sino por la presión del agua ejercida gracias a la detonación submarina. De hecho era el mismo principio que guiaba a las cargas de profundidad antisubmarinas, pero con la ventaja de que el objetivo estaba quieto y se podía calcular precisamente donde debía de explotar el ingenio.

Como curiosidad, hay una película inglesa de 1954 sobre el raid titulada "The Dam busters", un documental sobre el mismo realizado en el 2001, y un juego de ordenador para el Commodore 64 al que yo jugue y que tenía lo de los focos, el tirachinas en Y y la bomba rotatoria y en el que el Lancaster que pilotabas era atacado por la noche por Me-110 de ataque nocturno :D

Por lo demás, solo me queda aplaudir los excelentes post de Stormbringer y del Templario. Y ya de paso felicitar a todos los miembros del foro u desear unas

Felices Navidades y un Feliz 2007.

Saludos


Dambuster
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Mensaje por Dambuster »

Hola Stormbringer.
El post sobre el Tirpitz es muy interesante, pero hay un par de detalles.
Cuando volaron hasta Rusia, seis aviones (dos de la 617 y cuatro de la 9) quedaron inutilizados, pero no hubo bajas. Al regresar a Inglaterra un avión se estrelló contra las montañas, pereciendo sus tripulantes.
No hubo cinco impactos de Tallboys. Ese fue el número de bombas que se lanzaron, antes que la niebla artificial cubriera el buque. Hubo un solo impacto cerca de la popa. El barco quedó arruinado, siendo imposible su reparación. Los alemanes lo desplazaron no para someterlo a reparaciones, sino para convertirlo en batería flotante. Por supuesto, los ingleses desconocían todo eso (sólo sabían del impacto, informado por la resistencia noruega) y continuaron los ataques.
Antes del raid que finalmente lo hundió, hubo otro ataque que fracasó a raíz del humo, que cubrió al barco antes de que pudieran apuntarle.
El raid exitoso fue el tercero de los Lancasters.
El martes, si puedo, postearé todo más detalladamente, incluyendo la fuente, un libro escrito por un veterano de la RAAF, que entrevistó a casi todos los miembros de la 617.
Saludos


Stormbringer
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Mensaje por Stormbringer »

Pues bienvenidos esos detalles amigo Dambuster, todo sea para saber más sobre el tema de los bombardeos en Europa tanto tácticos como estratégicos. :wink:


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El Templario
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Georgia

Mensaje por El Templario »

Para Alemania e Italia, las refinerías de Rumania tenían importancia capital y significaban el éxito o el fracaso en la guerra. El complejo de Ploesti formaba parte de un conjunto de siete refinerías ubicadas a 56 kilómetros al norte de la capital rumana, Budapest. Las instalaciones comprendían refinerías, depósitos de crudo, diesel, gasolina y derivados dispuestos en un área de 50 kilómetros cuadrados.

Las refinerías estaban en la agenda de bombardeo de los Aliados desde el comienzo de la guerra, pero llevar a cabo una misión de ese tipo, no era fácil debido a la distancia, en especial al corto alcance de la aviación de caza que debía dar protección a los bombarderos.

Proyecto Halverson

En mayo de 1942, al Coronel Harry A. Halverson, le encomendaron el que fue llamado Proyecto Halverson, que se trataba de dirigir una escuadrilla de bombarderos B-24, que saliendo de Florida debían terminar en China. La misión de Halverson era bombardear Tokio. Pero cuando los aviones llegaron a Egipto, se les ordenó permanecer en ese país y preparar el bombardeo de las refinerías de Ploesti. La fecha establecida fue el 12 de junio de 1942 y el plan era realizar un bombardeo a baja altura.

Desde las 10:30 de la mañana del día 11, los aviones despegaron con un minuto de diferencia cada uno y debían llegar al blanco al día siguiente. Diez de los aviones bombardearon la refinería de Astra en Ploesti, uno atacó el puerto de Constanza y otros dos atacaron blancos no identificados. Tres de los aparatos se perdieron en Turquía y fueron internados y el resto logró alcanzar bases amigas en Irak. Los daños causados fueron insignificantes, pero la misión fue considerada exitosa.

Operación Tidal Wave

El 1 de agosto de 1943, fue planificada la Operación Tidal Wave, para dar un golpe contundente en las refinerías de Ploesti. El plan consistía en realizar un bombardeo a baja altura, criticado por algunos, pero que finalmente recibió el visto bueno del General Arnold y de Roosevelt. Se construyó una replica tridimensional a escala de 1:5000 y otra bidimensional de tamaño real de Ploesti en el desierto, para efectuar las prácticas, en las que se realizaron pruebas meticulosas sobre la operación.

La controversia sobre la altitud de bombardeo continuó, pese a la orden del general Arnold, pues los líderes de los cinco grupos y el jefe del 9º Mando de Bombardeo, Mayor General Uzal Ent, estaban a favor del bombardeo de altura. Firmaron una carta solicitando efectuar el bombardeo como ellos recomendaban, pero el Mayor General Lewis Brerenton, comandante en jefe de los grupos, ordenó que se prosiguiera conforme al plan original, porque Ploesti era tan vital que valía la pena arriesgar hasta el 100% de bajas.

La artillería antiaérea ligera alemana estaba concentrada en el norte y este en previsión de ataques soviéticos y la pesada en el sur, porque según el coronel Karl Cyrstenberg los aviones americanos volarían al límite de su radio de acción y por tanto se aproximarían directamente desde el sur.

Un total de 177 aviones en cinco grupos despegaron como se había planeado, el 01 de agosto de 1943. Un avión se estrelló al despegar. Como debían viajar en absoluto silencio de radio, los grupos de aviones se separaron durante la extensa ruta a través del Mediterráneo. Cuando se encontraba cerca a Corfú en Grecia, inexplicablemente el avión que llevaba el navegante de ruta se precipitó al mar. El segundo avión, que llevaba al navegante de ruta de reemplazo, bajó para ver si habían supervivientes, pero eso le causó un gran retraso y la imposibilidad de remontar la altura a tiempo por lo que, regresó a su base dejando al grupo líder sin un navegante de ruta experto que dirigiera a la escuadrilla en la aproximación a baja altura.

Al llegar a las montañas se encontraron con una cubierta de nubes que alcanzaba los 17 mil pies de altura. Dos de los grupos pasaron uno por encima, mientras que los otros tres grupos lo hicieron a diferentes altitudes alrededor de los 12 mil pies. Cuando los dos primeros grupos llegaron al primer IP "Punto Inicial", los tres grupos restantes estaban retrasados media hora

Los dos primeros grupos, sin saber qué había ocurrido con los otros dos, alcanzaron el IP en Pitesti dirigiéndose al IP final de Floresti, que resultó no ser tal, sino Targoviste. Prosiguieron el vuelo sin percatarse del error sino hasta llegar a los suburbios de Bucarest. Es decir que en vez de rodear la capital como estaba planeado, para evitar las enormes defensas antiaéreas de la capital rumana, se habían dirigido directamente a ella. En vista de la situación Mayor General Ent, rompió el silencio de radio y ordenó girar al norte para bombardear blancos de oportunidad en Ploesti. Loa líderes de los grupos trataron de alcanzar el objetivo de la mejor manera posible, pero llegaron casi al mismo tiempo, al mismo blanco y en rutas de colisión.

De los 178 aviones que despegaron para la misión, 54 fueron derribados y otros 53 resultaron seriamente dañados. Sólo 31 Liberators B-24 de los 89 que aterrizaron en Bengasi estaban en condición de volver a volar. En cuanto al bombardeo, los daños en la refinería fueron mínimos (40%) manteniendo 400.000 toneladas de producción después del bombardeo y poco después la refinería recuperaba el 95% de su producción máxima.

El general Alfred Gerstenberg comandante a cargo de la defensa de Ploesti, había dispuesto en las refinerías 2000 generadores de humo puestos de tal forma que los vientos constantes en la zona hicieran que todo se cubriera con una nube de humo que escondía las instalaciones desde el aire. Por otro lado, las defensas antiaéreas en Ploesti fueron las más grandes entre todos los teatros de guerra del mundo.

5 de mayo de 1944

En vista de la amenaza inminente teniendo en cuenta que los Aliados ya se encontraban en Italia, el general Gerstenberg obtuvo más cañones antiaéreos, radares y miles más de generadores de humo. Sin embargo, el apoyo de la aviación de caza del Eje no pudo ser mantenido y menos incrementado debido a la crítica situación del Eje en todos los frentes. El día 5 de mayo, comenzó una serie de bombardeos, no sólo de Ploesti sino de refinerías en Alemania por parte de la 15 y la 8ª Fuerza Aérea de EEUU. Ese día 500 bombarderos B-17 efectuaron un bombardeo sobre las refinerías alemanas. El ataque se repitió el día 18, pero el mal tiempo sólo permitió el despegue de 300 fortalezas. El día 31 de mayo, 460 aviones B-17 reanudaron el bombardeo y 6 días después 300 Liberators B-24, volvieron a atacar las refinerías de Ploesti. En esos días, la RAF sembró de minas el río Danubio, que era la vía de transporte del combustible durante el verano.

10 de junio de 1944

El 10 de junio de 1944 comenzó una serie de bombardeos efectuados por la 15 Fuerza Aérea de EEUU que atacó Ploesti cuatro veces perdiendo 43 bombarderos pesados y 12 más que se estrellaron al aterrizar. El día 18 de mayo, la misma fuerza realizó el primer bombardeo exitoso en las refinerías.

Ese día 46 cazabombarderos P-38 Lightning despegaron de Vincenzo par atacar las refinerías llevando una bomba de 500 Kgs cada uno. Poco después abortaron la misión 8 aparatos. Lograron lanzar 36 bombas exitosamente destruyendo partes importantes de la refinería y ametrallando diversas instalaciones. Se perdieron 14 aviones del primer grupo y 8 del 82 Grupo de Caza. Fueron derribados 33 aviones del Eje.

23 de junio de 1944

Siguiendo a la peligrosa misión del 18 de mayo, el 23 de junio se realiza el ataque más exitoso a las refinería con 761 bombarderos dirigidos a diferentes blancos rumanos. Las bajas fueron enormes pero los resultados fueron considerados como muy buenos. Para entonces las refinerías estaban protegidas por más de 12 mil antiaéreos y toda la caza alemana disponible defendía los yacimientos y refinerías. Sin embargo no era suficiente para contener los que llegaron a ser hasta 1500 bombarderos atacando la vena yugular del Tercer Reich que surtía de combustibles a su maquinaria bélica. Los días estaban contados.

19 de agosto de 1944

Se realizó la última misión contra las Refinerías de Ploesti. En total se lanzaron más de 13 mil toneladas de bombas con la pérdida de 350 aviones y unos 3000 hombres muertos o capturados. Once días después el Ejército Rojo entraba en las instalaciones.


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Dambuster
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Mensaje por Dambuster »

Hola.
Como un pequeño agregado al interasante post de Strorbringer sobre el ataque al Tirpitz, aquí posteo un pedazo del libro The Dam Busters, de Paul Brickhill, publicado en castellano por Emecé.

Creo que constituye una referencia muy buena, ya que está prologado por Lord Tedder y el autor interactuó con casi todos los supervivientes de la 617.
Sobre el significado de algunos nombres:
Cochrane: AOC del Grupo 5
Tait: Jefe de la 617 durannte los ataques al Tirpitz
S.A.B.S.: Mira de bombardeo de estabilización automática, utilizada por la 617
Gaggle: formación que debían adoptar los Lancasters de la 617 para poder utilizar el S.A.B.S.
De paso, saludos a todos los que participan en el foro.


Dambuster
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Mensaje por Dambuster »

Hacia Rusia
Puede decirse que el destino del Tirpitz se selló finalmente se el baño de Vicel Mariscal de Aire Honorable Ralph Cochrane. Cuando estaba despierto rara vez el trabajo se ausentaba de sus pensamientos: durante mucho tiempo su preocupación había sido el Tirpitz y una mañana mientras se bañaba se decidió por fin a pedir autorización para que lo hundiera la 617. Salió de la bañera, se secó, se vistió, se fue a ver a Harris y Harris le dijo que sí.
El Tirpitz estaba todavía en el fiord Alten, en el Círculo Ártico, cerca del extremo norte de Noruega. Por el simple hecho de estar rodeado de redes antitorpedos, obligaba a los aliados a distraer tres buques de guerra, que les eran muy necesarios en otras partes, para proteger los convoyes que se dirigían a Rusia. Durante dos años los Aliados habían tratado de “abordar” al barco. Primero fue un submarino ruso quien lo dañó, luego los submarinos ingleses de bolsillo lo pusieron fuera de acción durante seis meses, después las fuerzas aeronavales también lo alcanzaron, pero ahora estaba otra vez en condiciones de navegar.
Cochrane volvió a Woodhall.
-Tait- le dijo simplemente (típico en él)-. Ustedes van a hundir el Tirpitz.
Durante un rato discutieron medios y métodos. Cochrane le advirtió que tendrían que enfrentarse con el problema de la cortina de humo que envolvería al buque. Los alemanes habían instalado una cañería en la costa del estrecho del fiord y con sólo dar vuelta una llave producían el humo. Además, alrededor del buque había depósitos de humo que en ocho minutos cubrían el fiord. No podían perder el tiempo maniobrando en recorridos de bombardeo. Tait se fue al casino a tomarse un vaso de cerveza y a meditar el problema.
Desplegó los mapas en el piso del despacho y midió las distancias de ida y vuelta. Eran formidables: algo así como 3000 millas...probablemente más allá de la utonomía de vuelo. Cargó tres Lancasters con bombas y todo el combustible posible y envió a tres aviadores de los más jóvenes (porque el máximo de autonomía de vuelo lo consiguen mejor cuando tienen menos experiencia) a que volaran alrededor de Inglaterra la misma distancia que los separaaaba del barco. Mandó otro avión con la mitad del combustible para que hiciera lo mismo, simulando la distancia de vuelta con un peso menor. Cuando aterrizaron midió el combustible que gastaron y el resultado fue lo que había temido. Le informó a Cochrane que el Tirpitz estaba fuera de alcance.
Dos días después Cochrane le dijo:
-Pueden llegar desde Rusia –señaló un mapa-: Desde aquí, Yagodnik –Yagodnik era una base en una isla del río Duina a unas 20 millas de Archangel...y sólo a seiscientas millas del fiord Alten-. Vuelen desde el norte de Escocia hasta Yagodnik con las bombas –dijo Cochrane-. Repongan allí el combustible, hagan el trabajo, vuelvan a Yagodnik para reabastecerse y regresen.
Manifestó que tendrían “tallboys” suficientes como para mandar también a la escuadrilla 9. Esa escuadrilla no utilizaba el S.A.B.S., pero habían conseguido casi tanta exactitud con la mira de bombardeo Mark XIV. Dos Liberators podrían llevar al personal de mantenimiento y los repuestos.
Los planes se hicieron con toda rapidez, y tres días más tarde, con un informe de buen tiempo, la escuadrilla (llevando las “tallboys”) voló hasta Lossiemouth, repusieron el combustible y, bajo el sol radiante del 10 de septiembre, decolaron para iniciar el largo viaje hacia Rusia con una tonelada de sobrepeso en bombas y combustible.
Al anochecer cruzaron la costa Noruega y mientras zumbaban hacia el norte, al acercarse al Polo, los compases magnéticos empezaron a jugarles malas pasadas, pero por suerte la noche era clara y pudieron ubicarse sobre los fiords y controlar con los sextantes. Cruzaron el golfo de Finlandia y continuaron volando toda la noche hasta que a la media luz de una madrugada ártica, viraron hacia el este rumbo a Yagodnik.
De noche y muy distanciados cada avión volaba sólo a través de pálidas nubes grises. Algunos rusos dijeron que durante veinticinco años las nubes nunca bajaron de 1.000 pies, pero Tait volaba a 1.000 pies y no alcanzaba a ver nada.
Lentamente empezó a descender, a 500 pies no veía nada excepto una nube gris que cubría todo. En ese momento ya debían estar sobre las estepas; en tal caso el suelo debía ser llano sin ninguna colina traicionera que se elevara en el camino. esperaba estar sobre las estepas.
A 400 pies, por entre nubes que se movían, divisaron árboles que parecían fantasmas y se aflojó un poco la tensión de quienes viajaban en la carlinga del avión. Hacía diez horas que estaban sentados allí, en silencio y con la luz escasa de los instrumentos.
Siguieron volando sobre los árboles, un mar chato, sin fin, desolado y remoto; sin caminos, sin pueblos, ni siquiera un sendero, y de cuando en cuando un pequeño estanque de agua turbia. Fuera de eso, nada más que árboles y niebla que se enroscaba en los troncos. La llovizna empañaba los parabrisas, a 300 pies seguían atravesando las nubes y Arthrr Reid el radiooperador no podía captar la radiobaliza de Yagodnik (ninguno de los otros pudo captarla. Tenía distinta frecuencia).
La hora estimativa de llegada estaba cumplida. Debían estar allí, pero lo único que seguían viendo eran árboles y tenían combustible para menos de una hora. Tait viró hacia el sur para seguir buscando. Había confiado en los compases y la hora, sabiendo que podrían jugaaarle una mala pasada. Empezaba a preocuparse cada vez más, no tanto por él sino por las otras tripulaciones.
De repente Daniels, el bombardero, gritó que por entre una abertura de nubes alcanzaba a divisar un ríomy Tait descendió un poco más; salieron de las nubes y divisaron un aeródromo donde estaba aterrizando un Lancaster mientras otros dos evolucionaban en círculos. Cinco minutos después daban gracias a Dios por haber aterrizado y se encontraron con que sólo habían llegado unos cuantos aviones. Incluyendo la escuadrilla 9, faltaban llegar veinte más. Se dirigieron hacia una cabaña miserable que había en la base: Tait sentía cada vez más temor. Ninguno de los aviones que faltaba tenía combustible para más de media hora. Parecía un desastre.
Durante la media hora siguiente llegaron siete Lancasters y los dos Liberators; las tripulaciones estaban cansadas como perros después de haber volado doce horas y se admiraban de haber podido llegar sanos y salvos después de tantas horas de tensión nerviosa.
Llegó el momento en que a todos los aviones tendría que habérseles concluído el combustible y todavía faltaban trece. Un intérprete ruso se acercó y les dijo que en el aeródromo de otra isla del río había aterrizado un Lancaster. Cinco minutos después les informó que eran cinco los Lancasters que llegaron allí. Entonces empezaron a recibir noticias de otros Lancasters que habían aterrizado en distintos lugares a cien millas a la redonda, y en tres horas pudieron localizar todos los aviones.
Era increíble. En medio de un desierto los rusos habían encontrado el rastro de los aviones con tanta rapidez como si hubiera sido en Inglaterra y con paracaídas arrojaron equipos médicos y guías para los aislados. (Un guía paracaidista llegó con facilidad hasta donde estaba una tripulación perdida, pero después fue como si un ciego guiara a otro ciego porque el guía se perdió durante veinticuatro horas.) También era increíble que no hubieran tenido bajas, aunque dos aviones de la 617 y cuatro de la escuadrilla 9 estaban inutilizados.
Knilans se había preparado para hacer un aterrizaje de emergencia cuando se acercó a un lugar más o menos apropiado y mientras el aeroplano descendía sobre un cerco el indicador de combustible marcaba cero y, totalmente frenado, consiguió levantarlo apenas unas pulgadas sobre los árboles. Unos minutos después Iveson zumbaba sobre el mismo lugar y aterrizó sin ningún tropiezo. Wyness y Ross efectuaron aterrizajes forzosos en los pantanos. Sobre Finlandia, el flak había alcanzado el avión de Carey, pero Gerry Withetick consiguió acertarle a uno de los artilleros atacantes antes de ponerse fuera de tiro y llegaron a Yagodnik donde le remacharon unos parches al avión para tapaar los agujeros.
Los rusos alojaron a todos los sargentos en cabañas subterráneas y por una planchada escoltaron a los oficiales hasta una casa flotante donde flameaba ana bandera con la siguientee inscripción: “Bienvenidos los gloriosos aviadores de la R.A.F.” “¡Demonios –dijo Witherick-, qué recibimiento!” –Fuera de eso no hubo ninguna otra diferencia. Tanto las cabañas como la casa flotante hervían de chinches y tenían el mismo olor agrio de clocas y baños. Mientras las tripulaciones, que ya estaban aleccionadas, rociaban las habitaciones con insecticidas y trataban de mantener abiertas las ventanas, Tait se preparó para volar hasta donde se encontraban Knilas e Iveson. Un piloto ruso lo llevó hasta un antiguo biplano, y Tait se estremeció al ver cómo dos rusos mongoles golpeaban el motor con un martillo; cuando los vieron llegar se detuvieron y Tait subió sin ningún entusiasmo, la tapa de la carlinga se cerró sobre él como la tapa de un ataúd.
Para su mayor asombro la Cosa voló y media hora después el piloto ruso aterrizaba al lado de los otros dos Lancasters. Tail encontró a las dos tripulaciones alojadas en una casa de madera medio destruída anclada en un mar de barro. Los rusos los habían alimentado bien, pero no les permitían irse. Había algunas muchachas rusas, pero los hombres se comportaron a la perfección, sin echarles ni siquiera una mirada sospechosa, en parte porque no eran atractivas y en parte porque una de ellas los había estado entreteniendo mostrándoles cómo levantaba con una sola mano a un guardia ruso. Paddy Blanche, el artillero de Knilans, estaba un poco mejor. No lo habían herido, pero a la hora del almuerzo le pusieron delante un vaso de vodka y él, creyendo que era agua, se lo tomó de un trago; primero se puso muy pálido y en seguida rojo y violáceo mientras luchaba por poder respirar.
Iveson tenía apenas suficiente combustible para llegar a Yagodnik y decoló con el motor a pleno, casi rozando los árboles. Los rusos trajeron más combustible para Knilans: el avión bramaba sobre el césped para decolar, pero las bujías de encendido estaban sucias y los motores demoraban en responder. Notando que los motores se ahogaban (podría haberse elevado con facilidad si no fuera por el peso de la bomba de 6 toneladas), Knilans apretó los aceleradores “a fondo” y consiguió levantar el avión embistiendo las copas de los árboles y recorrió cien yardas por entre el follaje. Las ramas saltaron para todas partes, en el radiador se le introdujeron algunas hojas y ramitas, una rama desgajada pasó por la trompa como si fuera un cuchillo y cayó en la carlinga cerca de Knilans, y entonces los motores empezaron a funcionar correctamente. A través de la rotura de la nariz se colaba el viento con tanta furia que Knilans apenas podía ver y tuvo que volar resguardándose la cara con una mano y mirando por entre los dedos. Uno de los motores se detuvo a causa del recalentamiento producido por el radiador bloqueado, pero pese a todos los inconvenientes llegaron a Yagodnik donde el personal de mantenimiento le efectuó las reparaciones necesarias.
En Yagodnik llovía a torrentes y tuvieron que esperar tres días hasta que el tiempo mejoró. Los rusos trataron muy amablemente de entretenerlos en toda forma, pero alrededor de las cabañas había un mar de barro y las tripulaciones se la pasaban adentro tratando de descansar, matando chinches, comiendo pan negro y seco, borsh y tocino medio crudo...Cuando el último se levantaba de tomar su desayuno se sentaba el primero de los que iban a almorzar. Todo lo tomaban con vodka, que, según Willie Tait, era el secreto de que los rusos pudieran sobrevivir en ese clima. Su opinión era muy respetada, pues era el único a quien las chinches se negaban a picar. Tait decía que eran chinches capitalistas y le respetaban el rango, pero Whiterick contestaba que en Rusia hasta las chinches tenían que definirse en alguna forma.
Un intérprete ruso, que sonreía todo el tiempo (mostrando unos diente postizos de acero) y olía a perfume, los llevó una noche a un sótano subterráneo donde les pasaron una película enervante que duró varias horas: eran puras batallas... la mayor parte de tanques, aeroplanos y soldados rusos que siempre atacaban en un continuo pandemonium de explosiones ensordecedoras... mientras por todos lados había alemanes mueros.
Al día siguiente, un equipo de hombrecitos con cabezas puntiagudas (importados para la ocasión) llegó para jugar con ellos un partido de fútbol. En cuanto los jugadores rusos se cansaban los reemplazaban por las reservas; entre los jugadores estaban el comandante ruso local y el comandante de la base, quienes continuamente recibían los pases hasta que el comandante ruso consiguió hacer un gol de un rodillazo, entonces la banda romió a tocar triunfalmente mientras el resto del equipo, cumplido su deber, volvía a jugar normalmente. Los rusos ganaron fácilmente 7 a 0.


Dambuster
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Mensaje por Dambuster »

El 15 de septiembre, el sol apareció en el horizonte, muy bajo y hacia el sur, y brilló un cielo claro. Las tripulaciones ya estaban en los aviones, haciendo funcionar los motores con la esperanza de poder decolar cuando el aeroplano meteorológico revoloteó sobre la base como si fuera un azul martín pescador y aterrizó con el informe de que sobre el fiord de Alten el cielo estaba despejado. Unos minutos después los dieciocho Lancasters de las dos escuadrillas se levantaban del césped desparejo y giraban hacia el oeste. Tait volaba lentamente, el resto buscaba su ubicación para seguirlo hasta formar el “gaggle” a baja altura sobre el Mar Blanco y con las radios mudas para evitar que los detectaran. El agua gris silenciaba el tronar de los motores hasta que cruzaron las costas áridas de Laponia y llegaron los ecos de las rocas heladas. La tierra, estéril salvo por unos cuantos árboles raquíticos, se elevaba un poco y los aviones levantaron lentamente sus trompas sobre los contornos.
Tait tenía un motor que funcionaba mal, sacudiendo el aeroplano como si fuera una laminadora, pero su atención estaba absorbida por la preocupación de tener suficiente potencia para elevarse al bombardear. A noventa millas desde el fiord de Alten las montañas se levantaban y, con los aceleradores a fondo, el motor se desengranó y pudo elevarse fácilmente por sobre la última cumbre. Se mantuvo seguro sobre la ruta.
Adelante el fiord de Alten se extendía tranquilamente al sol como si fuera un maps; lo recorrieron a 11.000 pies para vencer la pantalla de humo, pero cuando miraron la oscura forma en su amarradero bajo los acantilados los tubos de humo comenzaron a arrojar blancos penachos que se deslizaban sobre el agua.
Los Lancasters se estremecían con toda su potencia a cinco minutos del punto de bombardeo cuando los velos blancos empezaron a envolver al buque. Habría unas cien calderas que echaban humo. desde los cerros el flak los atacaba; el “gaggle” seguía su recorrido a través de las manchas de humo negro, y entonces abrieron fuego los cañones del Tirpitz. A dos minutos de distancia del punto de bombardeo los jirones de humo escondían rápidamente al buque. En la trompa del avión de Tait, david tomó puntería lentamente y avisó:
-¡Blanco a la vista!
Finalmente, el casco negro se desvaneció en su mortaja, durante unos pocos segundos más los mástiles se destacaron con claridad hasta que también desaparecieron. Daniels trató de mantener su retículo en ese punto, pero no encontraron ningún rastro en el humo que lo ocultaba todo y a medida que iban pasando los segundos temían haber perdido el blanco. El avión se sacudió cuando la bomba salió y Tait dio una vuelta rápida al comando para evitar el flak.
Todos los demás perdieron el blanco en ese último minuto de agonía. Howard, Watts y Sanders bombardearon hacia los borrosos relámpagos que a través del humo se veían salir de los cañones. Kell y Knilans bombardearon al último punto que alcanzaron a divisar y los demás, chasqueados, no bombardearon. A través del humo unas chispas pálidas indicaban la explosión de las bombas, y después de una de esas explosiones vieron, punteando entre la blancura, un penacho de humo negro. Tait tuvo un minuto de ulusión, pero creyó que era una “tallboy” que había llegado a la costa. Algunos de los Lancasters volvieron a dar una vuelta entre las baterías de defensa antiaérea para hacer un segundo recorrido, pero la cortina de humo era cada vez más espesa y regresaron a Yagodnik.
Cuando aterrizaron, Woods, uno de los bombarderos, dijo que habñia alcanzado a ver cuando la bomba de Daniels cayó en el buque, pero nadie le creyó. Los rusos no ocultaban su desagrado por el fracaso. Algunos de los bombarderos todavía tenían las “tallboys” y querían intentarlo de nuevo, pero el tiempo volvió a descomponerse, llovía y las nubes invernales cubrían todo el norte; desconsolados tuvieron que desistir y regresar a Inglaterra. El avión de Levy no llegó nunca. En algún lugar sobre Noruega se apartaron de su ruta, probablemente debido a un compas flojo, y se estrellaron entre las montañas. Era una tripulación compueta totalmente por judíos, gente tranquila, sin comolicaciones, y sumamente capaces. Con Levy iban cuatro de la tripulación de Wyness.
Fue la proximidad del éxito lo que más le dolió a Cochrane. Dijo con mucho fastidio:
-Si el humo llegaba a demorar un minuto más hubieran podido destruir el buque. Yo tenía razón al pensar que podía obstaculizarlos– en ese momento no le dijo nada a Tait, pero tenía la intención de no dejar en paz al Tirpitz.

Páginas 264-272

El avión de reconocimiento informó que el Tirpitz no estaba en el fiord de Alten y hubo mucho “revuelo” (especialmente en la Marina) hasta que llegó un mensaje de Mr. Egil Lindberg. Lindberg era un noruego que operaba con un transmisor clandestino desde una habitación sobre la morgue de Trömso. El Tirpitz había llegado a Trömso, informaba, con una brecha en el puente de popa. Lo alcanzó una bomba muy pesada (la “tallboy” de Daniels había alcanzado el buque. Era quizás el bombardero con más “vista de águila” que hubo durante toda la guerra). Lindberg creía que el Tirpitz estaba en Trömso porque allí había más facilidad para hacer las reparaciones. Cochrane recibió la noticia y se le importó un comino de la facilidad de las reparaciones. Lo único que le interesaba era que Trömso quedaba 200 millas al sur del fiord de Alten, eso acortaba el viaje en 400 millas... y ponía al Tirpitz justo al alcance desde Lossiemouth.
Llamó al Comandante de Ala Brown, jefe de ingenieros, y le dijo:
-Brown, tenemos que conseguir que los Lancaster puedan cargar 300 galones más d combustible.
-Muy bien, señor. Les podemos adaptar tanque auxiliares en los compartimientos de bombas.
-No, allí tienen que ir las "tallboys". Vamos, vamos, usted tiene mucha imaginación. ¿En los depósitos no habrá algo que pueda servir? No tenemos tiempo de mandar hacer nada.
Brown se sentía muy desdichado al no ocurrírsele nada hasta que recordó que una vez los Wellingtons tuvieron unos tanques auxiliares de la forma de un lápiz grande. Si pudiera encontrar algunos de esos tanques podrían colocaros dentro del fuselaje de los Lancasters. Cochrane aprobó con un gruñido y Brown, por teléfono, recorrió toda Inglaterra, uno por uno ubicó los tanques y los mandó buscar con camiones.

Páginas 272-273

Los días siguientes fueron de una actividad febril, alistándose para el Tirpitz. La parte más pesada recayó sobre Cochrane, Tait, Brown y el personal de mantenimiento. Con pruebas y gráficos, Tait pudo prever que desde Lossiemouth hasta Trömso, donde estaba el Tirpitz, apenas podían llegar con un escaso -muy escaso- margen de seguridad en caso de vientos en contra y eso significaba cargar tanto combustible que deberían decolar con algo más de dos toneladas sobre el peso máximo permisible. Pensaba que si tuvieran esos motores Merlin 24... eran más poderosos que los de los Lancasters de la 617. En el Grupo 5 tenían algunos de esos motores distribuídos entre otros tantos aviones de distintas escuadrillas en otras bases. El personal de mantenimiento trabajó sin descanso turnándose durante tres días y tres noches para retirar de todo el Lincolshire los Merlin 24 de los aviones, llevarlos a Woodhall, sacar los motores de los de la 617, para colocarles los nuevos y llevar los motores de la 617 para que se colocaran en reemplazo de los que ellos habían "robado". Hubiera sido mucho más fácil si se hubieran podido cambiar directamente los aviones, pero únicamente los Lancasters de la 617 tenían compartimientos de bombas especiales para poder llevar las "tallboys". Durante esos días la niebla era permanente, y de noche, las luces brillantes del hangar fulguraban como luciérnagas a través de la humedad.çBrown había recolectado por toda Inglaterra los tanques auxiliares largos y delgados. Los "erks" tuvieron que retirar las torrecillas de cola de todos los aviones para poder ponerles los tanques, y luego las volvieron a colocar. Hubo que eliminar las torrecillas superiores del medio así como la cubierta acorazada para el piloto y todas las cosas del equipo que no fueran vitalmente necesaria, a fin de llevar menos peso.
(En la escuadrilla 9 se hicieron las mismas modificaciones. Cochrane había decidido mandarla también.)
Ya con todo listo debían esperar que el tiempo aclarara y fue entonces cuando empeoró mucho más. Excepto unos pocos días en que por momentos soplaba viento del este y el cielo se despejó unas horas, durante los meses de octubre y noviembre sopló permanentemente viento del oeste que llevaba gran cantidad de nubes estratos desde el mar hacia Trömso... Para haber podido decolar en uno de esos momentos, tendrían que haber estado ya en Lossiemouth y esperar que el cielos se mantuviera despejado hasta llegar a Trömso. Pero ni Harris ni Cochrane podían dejarlos indefinidamente en Lossiemouth "por si acaso". Los necesitaban en el sur por si se presentaba algún objetivo de emrgencia. Lo único factible era que la escuadrilla volara hasta Lossiemouth cuando hubiera alguna posibilidad de que el tiempo aclarara. No quedaban más que seis semanas para poder atacar. Después del 26 de noviembre, en Trömso el sol ya no se levantaría sobre el horizonte aunque durante algunos días más, al mediodía, podría haber luz crepuscular suficiente como para bombardear. Después no habría luz hasta la primavera. Un bonito problema para hacer el pronóstico del tiempo a distancia.
El 28 de octubre llegó la orden, y treinta y seis Lancasters de las escuadrillas 617 y 9 volaron hacia el norte para llegar a un aeródromo triste y solitario cerca de Lossiemouth. Desde Trömso un Mosquito radiotelegrafió a medianoche diciendo que el viento viraba hacia el este, y en medio de una fuerte lluvia y a esa hora angustiosa de la 1 de la madrugada los Merlin 24, con el esfuerzo de la fuerza motriz de emergencia, levantaron del suelo a los Lancasters sobrecargados.
Como siempre, volaron a poca altura, divisando los cabos sobre la oscuridad del agua; varias horas después cruzaron la costa noruega y viraron hacia tierra adentro en dirección a Suecia para mantener las montañas entre ellos y el radar de Trömso. Hacia la izquierda se elevaron lantamente hasta el borde de los cerros y vieron al fiord de Trömso y al buque... y en el mismo momento, acercándose desde el mar, vieron enormes cúmulos de nubes. El viento había cambiado.
Otra vez fue una carrera contra el tiempo, como en aquellos momentos desagradables sobre el fiord de Alten, pero ahora las cortinas blancas eran más altas y más densas. A 230 millas por hora los bombarderos cargaron contra el buque y las nubes. ¡Un minuto antes de llegar al punto en donde debían arrojar las bombas todavía veían al buque, pero cuando faltaban treinta segundos las nubes se interpusieron!
No podían picar para bombardear desde debajo de las nubes: si las “tallboys” se arrojaban de menor altura no iban a traspasar los puentes acorazados. Daniels trató de mantener su mira de bombardeo en el punto donde viera al buque por última vez. Ahora el flak los atacaba por entre las nubes. Daniels gritó: “¡Salió la bomba!”, y Tait picó dentro de las nubes para tratar de ver donde caía. Fawkw, Iveson, Knights y uno o dos más bombardearon con lo poquito que se veía y también picaron. Otros se alejaron para intentar otro recorrido. A casi 13.000 pies, a través de los desgarrones de las nubes, Tait vió relámpagos cuando las bombas explotaban en el agua alrededor del buque. De los demás, uno o dos dijeron que habían creído ver un impacto directo o una aproximación muy certera. Martin hizo dos recorridos más, y la tercera vez pudo divisar algo y bombardeó medio a ciegas. Crumbley hizo cuatro recorridos pero no alcanzó a ver nada.

Páginas 282-284


Dambuster
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Mensaje por Dambuster »

El resto de la escuadrilla aterrizó en Lossiemouth y supieron que un avión de reconocimiento había radiotelegrafiado diciendo que el Tirpitz estaba intacto. Volvieron a Woodhall donde Tait encontró un mensaje de Cochrane: “Felicitaciones por el espléndido vuelo y la perseverancia. La suerte no va a favorecer siempre al Tirpitz. Otra vez será.”
El 4 de noviembre volvieron a Lossiemouth. Esa misma noche pronosticaron un temporal y al día siguiente el tiempo era horrible; regresaron a Woddhall y esperaron, practicando bombardeo siempre que podían. Cinco días después el temporal continuaba y había pronóstico de heladas y los días se hacían más cortos.
El bombardero de Arthur Kell se cayó por la escalera fracturándose el cráneo y Tait le dijo a Kell que si no encontraba un bombardero práctico en el S.A.B.S. no podría participar en el próximo raid al Tirpitz. Kell lo llamó a Atsbury que estaba en Brighton listo para embarcarse de vuelta a Australia porque ya había hecho dos turnos completos. Atsbury, sin pedir ningún permiso en el destacamento, volvió tranquilamente a Woodhall, falta que Tait consideró con una simpática mirada Nelsoniana.


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Capitan rojillo
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LOS MAYORES ATAQUES AÉREOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Mensaje por Capitan rojillo »

De acuerdo con información, estos fuerón los principales bombardeos durante la segunda guerra mundial.

24 de septiembre de 1939: Los alemanes bombardearon Varsovia con 1150 aviones. La razón para ello fue la fuerte resistencia polaca en la ciudad. Pocos días después Polonia se rindió.

14 de mayo de 1940: La Luftwaffe (fuerza aérea alemana) ataca Rótterdam en un ataque indiscriminado con el objetivo de aterrorizar a la población civil, en el ataque fueron muertas 30.000 personas. Este ataque provoco la inmediata capitulación de los Países Bajos.

13 de agosto de 1940: El día del águila, comienza la batalla de Inglaterra. El asalto alemán utilizo 1485 aviones en un día. Luego de esto Inglaterra fue bombardeada todos los días por varios meses.

7 de septiembre de 1940: Bombardeo pesado alemán contra Londres, en el golpe participaron 300 bombarderos y 600 cazas.

14 de noviembre de 1940: La Luftwaffe casi destruye Coventry. En los siguientes meses hasta mayo de 1941 varias ciudades inglesas sufrieron fuertes raids como Southampton, Birmingham, Liverpool, Glasgow, Belfast y muchas mas.

30-31 de mayo de 1941: La RAF ataca Alemania, 1.046 aviones bombardearon la ciudad de colonia que fue semi destruida, 40.000 personas murieron y miles mas quedaron sin vivienda.

7 de diciembre de 1941: Una fuerza de combate japonesa bombardea Pearl Harbor, hundiendo en el proceso la mayoría de la flota americana del Pacifico y forzando a los Estados Unidos a unirse a la guerra en el bando aliado.

28 de julio de 1943: La RAF ataca Hamburgo con 791 aviones. Los bombarderos llevaron bombas incendiarias, las cuales causaron un enorme huracán de fuego en la ciudad que se llevo las vidas de 50.000 civiles alemanes.

14 de octubre de 1943: La fuerza aérea americana ataca con 291 bombardeos la ciudad de Schweinfurt que poseía una fabrica de rodamientos, insumo muy importante para la producción de una amplia variedad de armas. Los americanos perdieron 60 aviones en este ataque. Las fuertes perdidas obligaron a los americanos a replantear su estrategia, cancelando la ofensiva aérea diurna sobre Alemania.

18-19 de noviembre de 1943: La RAF bombardeo Berlín con 444 aviones. Este fue el primero de una serie de 16 ataques a la ciudad que totalizaron 9000 misiones.

8 de marzo de 1944: Los americanos atacan una fabrica de rodamientos en Berlín con 590 aviones. Los bombarderos fueron escoltados por los nuevos cazas P-51 de mayor autonomía lo que redujo las bajas a solo 37 aviones derribados.

30-31 de marzo de 1944: La RAF ataca Nuremberg con 795 aviones, 95 de los cuales fueron derribados . Las altas bajas obligaron a los ingleses a suspender los ataques en profundidad hasta alcanzar la total superioridad aérea sobre Alemania.

14-15 de febrero de 1945: Ataque nocturno indiscriminado contra la ciudad de Dresde, 805 bombarderos de la RAF arrojaron bombas incendiarias causando un enorme huracán de fuego en la ciudad. La muertes de civiles se estiman entre 35.000 y 135.000, Muchas personas piensan que esta masacre fue totalmente injustificada ya que la derrota alemana era ya cuestión de días.

10 de marzo de 1945: Tokio es bombardeado por los americanos con bombas incendiarias, 100.000 personas murieron y 375.000 quedaron sin vivienda, este fue uno de los muchos ataques a ciudades japonesas durante 1945.

6 de agosto de 1945: Hiroshima es atacada con una bomba atómica que destruyo toda la ciudad. Además de los muertos en el ataque la radiación continuo matando personas muchos años mas debido al cáncer generado por ellas.

9 de agosto de 1945: Nagasaki es atacada con una segunda bomba atómica. Unos días después Japón se rindió.


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"La guerra es una matanza entre personas que no se conocen, para provecho de personas que sí se conocen, pero que no se matan”. decía Paul Valery.

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