Me temo que no
Recapitulemos, no busquéis en la wiki
Fuga de esclavos de tintes épicos, que daría para una película (o veinte, que por menos se han hecho docenas...)
Arrasaron una de las mayores urbes del mundo
Destruyeron la flota de un imperio (evidentemente del Imperio del que arrasaron su capital)
Escaparon en galeras de esa misma flota...
Y añado que fue en el siglo XVII
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Gaspacher
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A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Gaspacher
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Saquearon el mar hasta su salvación, la isla de Malta
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Gaspacher
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Fueron comandados por un sevillano
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Gaspacher
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El Gran Maestre de Malta dio aviso al Duque de Osuna para que se previniese por si había represalias
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Gaspacher
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El fuego fue el arma de los fugados
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Albertopus
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A la vuelta de un muy pesado -y no poco cognazo- largo viaje de muchas jornadas por las tierras del Imperio Trumpiano...
¡Es verdad que no sale en la Wiki!...
Una cosa gorda... sí. Muy gorda.
Fuego que á la ciudad de Constantinopla y Armada del Gran Turco echó el alférez García del Castillo Bustamante, natural de esta ciudad de Sevilla. — Con licencia, en Sevilla, por Juan Serrano de Vargas, año 1618, en folio.
Habiendo de salir Jimusbey-bajá por general de la gruesa Armada que el nuevo Gran Turco tenía prevenida para ir contra Sicilia, mandó ( por honrarle y obligarle) hacer grandes fiestas de juegos, invenciones, encamisadas y fuegos (como prometiéndose ya la victoria) para con ello animar más á los capitanes y soldados que habían de ir en la jornada ; pero no sucedió como pensaban, porque en el medio que ellos andaban ocupados en sus algazaras y fiestas, les armaban (con ingeno y ánimo español) otra mejor fiesta para nosotros (aunque amarga para turcos y judíos), algunos de los cautivos cristianos de más confianza y que con más libertad andaban por Constantinopla, cuya cabeza de ellos y del heroico hecho fue el famoso sevillano, el alférez García del Castillo Bustamante, el cual cautivaron en una salida que hizo estando en la Mamora, y de amo en amo paró en Constantinopla, en servicio de Toquiés Subaxi, mayor de Constantinopla, que es lo mismo que presidente de la justicia criminal, del cual hacía su amo gran
confianza , y le queria mucho por ser de claro ingenio, valiente, muy servicial y que le trataba mucha verdad.
Viendo Bustamante tan buena ocasión, y que andaban los bajaes, cadiles, clieres, visirs, sanjacos y el beglerbey de la mar y otros señores, todos principales cabezas del gobierno de la ciudad y de las provincias del Tarco y Armadas del mar, ocupados en sus fiestas, no la quiso perder, antes dio parte de su intento al valeroso Marcos de Pinto, famoso arquitecto, natural de la insigne ciudad de Salamanca en Castilla la Vieja; el cual asistia dentro del alcázar y serrallo principal del Gran Turco, á quien estimaba por ser gran artífice y famoso en las labores mosaicas , y no menos osado y valiente que el alférez.
Estos dos con muy gran secreto convocaron más de treinta cautivos cristianos , y dándoles cuenta de lo que querían hacer, ordenaron que el dia de San Pedro Mártir, domingo 29 de Abril en la noche (que era el quinto de las fiestas ), en tanto que andaban divertidos y ocupados en los regocijos, cada uno á un mismo tiempo que señalaron , pegase fuego á la casa de su amo por alto y bajo, y lo mismo hiciesen en otras de otros vecinos, que ellos liarían lo mismo en casa del subaxi y en el palacio del Emperador. Esto así concertado no lo encomendaron á perezosos , porque el dia concertado , á cosa de las nueve de la noche, parecía toda la ciudad de Constantinopla, mirada desde fuera, un cuerpo de luminaria, según andaba listo el fuego saltando de unas en otras casas ; hasta la mezquita mayor, una de las mejores, hermosas y más ricas fábricas del mundo, se abrasó toda por lo alto, y las puertas, que son cubiertas de bronce, de hermosas labores, se derritieron y se quemó la madera.
Está el palacio ó serrallo principal junto á la mezquita, y dispuso Marcos de Pinto tan bien el fuego, que no se escapó de hacer ceniza sino las piedras, de forma que hubo de salir á toda priesa el Gran Turco y sus mujeres. Era tan grande la confusión de aquellos perros , y tanta la priesa que daban los bajaes á los ciudadanos turcos y judíos, que acudiesen al remedio de la gran mezquita y palacio , que por acudir á ello se quemaron otras dos mezquitas de famosa fábrica y más de cuarenta mil casas, con todo lo que habia dentro, y me contó un judío, que casi los más vecinos, en lugar de socorrer sus casas y haciendas , salían huyendo al campo , y éstos fueron discretos, porque la mayor parte de los que acudieron al socorro los cercó el fuego y los hizo ceniza.
Habia en el puerto más de doscientos vasos de guerra y de mercaderes, y viendo el fuego acudieron al socorro, dejándolos casi solos y estando en la parte de la mar escondidos el alférez Bustamante , Marcos de Pinto y casi todos los cómplices, dijo Pedro de Chaves, extretremeño: « Esos perros andan medrosos y confusos ; demos en el Armada y abrasémosla»; al punto lo pusieron en ejecución , y metiéndose en la barca que el Gran Turco tiene en la puerta falsa del palacio , que está sobre la mar para su recreo , dieron en una galera, donde entraron con facilidad por haber poca gente en guarda de ella, y de los forzados, y acudiendo unos á desherrar á los forzados cristianos , y otros á matar á los que no lo eran, se alzaron con ella, saltando en las demás y haciendo lo mismo con facilidad y casi sin ser sentidos, porque las voces y ruido de la ciudad lo encubrían todo.
Habiendo hecho esto, y dado libertad á los cristianos de las galeras, se repartieron en cuatro galeras más de dos mil cautivos cristianos de diferentes naciones, con las cuales y con barcas, en que saltaron algunos para el efecto con las bombas y artificios que tenian prevenidos para la jornada, pegaron fuego á las demás galeras y á todo el resto del Armada, sin que se escapase de abrasarse un solo vaso.
Viendo, pues, el alférez Bustamante cuan bien se habia negociado, á toda prisa , remando el que más podia, salieron del puerto sin ser impedidos de los centinelas y guardas de los castillos y baluartes, porque entendían que salían huyendo del fuego y en especial, viéndolas con la claridad del fuego del Armada y de la ciudad, er galeras turquescas de las prevenidas para la jornada.
Escaparon de esta forma del puerto, dando infinitas gracias á Dios, y se encaminaron para Malta, no dejando en el camino enemigos á quien no diesen caza, pues cuando llegaron á Malta se habia hecho Armada de treinta velas, que habian venido tomando por el camino en diferentes pasos, de forma que pusieron en cuidado al Gran Maestre y á los ciudadanos de ella, previniéndose á toda priesa y acudiendo á los muros de la ciudad, y á los baluartes de la defensa de la mar, la cual confusión duró hasta que enarbolaron banderas blancas de paz, y con cruces, de que se maravillaron mucho los que estaban en los muros, hasta que saltó en una falúa
el alférez García del Castillo Bustamante , Marcos de Pinto y otros seis camaradas, y con bandera de paz llegaron á Malta, donde los malteses los recibieron con gran gusto y deseo de saber lo que sería, y así, acompañados de muchos caballeros, fueron á besar las manos al Gran Maestre, el cual los recibió con mucho amor y caricias ; y después de haber usado algunas cortesías, les contó todo el suceso, de que recibió tan gran gusto el Gran Maestre y los demás comendadores que estaban presentes, que de alegría se les saltaban las lágrimas.
Envió luego el Gran Maestre al comendador D. Francisco de Vargas, capitán, y otros tres comendadores con orden que entrase la Armada en el puerto, la cual entró con gran bizarría , haciendo salva con toda la artillería, y respondiendo con la suya los baluartes y torres de la ciudad, repicando las campanas y haciendo otras muchas alegrías militares. Desembarcó toda la gente en orden, saliéndolos á recibir su capitán en compañía del Gran Maestre y comendadores, y así todos juntos, con el aplauso y grandeza que pudiera entrar en Roma triunfando, en tiempo de los romanos, fué llevado y su gente, dándoles á voces el i)ueblo el parabién de tan famoso hecho, hasta la iglesia de San Juan Bautista, donde fueron recibidos con Te Deum laudamus.
Habiendo hecho oración, hizo alojar á todos, encargando los regalasen, lo que no habia necesidad de encomendar, porque todos los vecinos acudieron con mucho gusto á llevar á su casa los que su posible alcanzaba á poder regalar. El Gran Maestre a230sentó en su palacio á García del Castillo Bnstamante y á Marcos de Pinto , y los demás caballeros llevaron á sus casas algunos que parecían ser principales. Mandó aquella tarde prevenir con que se vistiese cada nno á su usanza, y habiendo pasado la tarde en pasear por la ciudad y en contar por diferentes corrillos el principio y fin del suceso, se encendieron á la noche luminarias , disparando la ar-
tillería y haciendo los comendadores una famosa encamisada.
El dia siguiente se hizo una solemne y vistosa procesión, acompañándola con velas encendidas los victoriosos, y los caballeros con sus mantos, clerecía y música, llevando en ella en una rica custodia con un bizarro palio el Santísimo Sacramento, la imagen de Nuestra Señora, de San Juan Bautista y de San Luis, rey de Francia, y el rico tesoro del lignum crucis, reliquia que los antepasados de aquellos caballeros trajeron de Jerusalen, llevando á trechos de la procesión los gallardetes y estandaites turquescos por el suelo, al son de cajas bélicas. Pasó el dia entretenido todo en fiestas , y el siguiente mandó el Gran Maestre aderezar las galeras á la española, y meter chusma y munición de guerra, y acompañándolas dos galeras de Malta, todas seis fueron á llevar la gente á Ñapóles y Sicilia , con mandato expreso que, echada la gente en tierra, entregasen las cuatro galeras á cualquiera de los dos vireyes, para servicio de S. M.
La noche del incendio se fué huyendo el Turco á la ciudad de Pera, que está por mar un tiro de arcabuz de Constantinopla, y por tierra cuatro leguas, donde esotro dia le llevaron la triste nueva, diciéndole se había abrasado su palacio con el tesoro, joyas, vestidos y las cosas de su servicio, caballos y más de quinientos genízaros, gente de mucha estima para la guerra ; y la mezquita
mayor, con las dos famosas que hicieron Sultán Mahometo y Sultán Bayaceto, dentro de las cuales habia muerto abrasado Lutfi-Cadí, alfaque mayor de Constantinopla, con más de doscientos alfaquíes, y se hablan quemado en la ciudad más de cuarenta mil casas con sus haciendas y mercaderías, que importaban más de veinticinco millones, y que faltaban más de doce mil personas, entre las cuales echaban menos el general de la Armada y el primer Visir de Constantinopla, y dos bajaes y otros gobernadores, y que asimismo no habia quedado una tabla de toda la Armada. Sintiólo tanto, que llegó á la muerte y hizo atormentar y matar muchos cristianos para saber de ellos algo, hasta que trajo la nueva un mercader griego que se habia escapado de las cuatro ga-
leras. Envió á pedir sus galeras y á los delincuentes al Gran Maestre, y que si no se los daba iria con todo su poder y cercarla á Malta hasta tomarla, y castigarlos como amparadores de quien tan gran mal habia hecho. Respondió que estaban ellas y ellos en Napóles, y que aunque los tuviera, no se los diera, antes los amparara con todas sus fuerzas, y que hiciese lo que quisiese, que
ellos resistirían, como lo hablan hecho en otras ocasiones.
Enojado de la respuesta, previene gruesa Armada, y el Gran Maestre fortalece la ciudad y ha enviado á Napóles el gran galeón á dar aviso al Excmo. Duque de Osuna, para que esté á la mira de lo que sucediere.
https://archive.org/stream/elgranduqued ... t_djvu.txt
Saludos.
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Una cosa gorda... sí. Muy gorda.
Fuego que á la ciudad de Constantinopla y Armada del Gran Turco echó el alférez García del Castillo Bustamante, natural de esta ciudad de Sevilla. — Con licencia, en Sevilla, por Juan Serrano de Vargas, año 1618, en folio.
Habiendo de salir Jimusbey-bajá por general de la gruesa Armada que el nuevo Gran Turco tenía prevenida para ir contra Sicilia, mandó ( por honrarle y obligarle) hacer grandes fiestas de juegos, invenciones, encamisadas y fuegos (como prometiéndose ya la victoria) para con ello animar más á los capitanes y soldados que habían de ir en la jornada ; pero no sucedió como pensaban, porque en el medio que ellos andaban ocupados en sus algazaras y fiestas, les armaban (con ingeno y ánimo español) otra mejor fiesta para nosotros (aunque amarga para turcos y judíos), algunos de los cautivos cristianos de más confianza y que con más libertad andaban por Constantinopla, cuya cabeza de ellos y del heroico hecho fue el famoso sevillano, el alférez García del Castillo Bustamante, el cual cautivaron en una salida que hizo estando en la Mamora, y de amo en amo paró en Constantinopla, en servicio de Toquiés Subaxi, mayor de Constantinopla, que es lo mismo que presidente de la justicia criminal, del cual hacía su amo gran
confianza , y le queria mucho por ser de claro ingenio, valiente, muy servicial y que le trataba mucha verdad.
Viendo Bustamante tan buena ocasión, y que andaban los bajaes, cadiles, clieres, visirs, sanjacos y el beglerbey de la mar y otros señores, todos principales cabezas del gobierno de la ciudad y de las provincias del Tarco y Armadas del mar, ocupados en sus fiestas, no la quiso perder, antes dio parte de su intento al valeroso Marcos de Pinto, famoso arquitecto, natural de la insigne ciudad de Salamanca en Castilla la Vieja; el cual asistia dentro del alcázar y serrallo principal del Gran Turco, á quien estimaba por ser gran artífice y famoso en las labores mosaicas , y no menos osado y valiente que el alférez.
Estos dos con muy gran secreto convocaron más de treinta cautivos cristianos , y dándoles cuenta de lo que querían hacer, ordenaron que el dia de San Pedro Mártir, domingo 29 de Abril en la noche (que era el quinto de las fiestas ), en tanto que andaban divertidos y ocupados en los regocijos, cada uno á un mismo tiempo que señalaron , pegase fuego á la casa de su amo por alto y bajo, y lo mismo hiciesen en otras de otros vecinos, que ellos liarían lo mismo en casa del subaxi y en el palacio del Emperador. Esto así concertado no lo encomendaron á perezosos , porque el dia concertado , á cosa de las nueve de la noche, parecía toda la ciudad de Constantinopla, mirada desde fuera, un cuerpo de luminaria, según andaba listo el fuego saltando de unas en otras casas ; hasta la mezquita mayor, una de las mejores, hermosas y más ricas fábricas del mundo, se abrasó toda por lo alto, y las puertas, que son cubiertas de bronce, de hermosas labores, se derritieron y se quemó la madera.
Está el palacio ó serrallo principal junto á la mezquita, y dispuso Marcos de Pinto tan bien el fuego, que no se escapó de hacer ceniza sino las piedras, de forma que hubo de salir á toda priesa el Gran Turco y sus mujeres. Era tan grande la confusión de aquellos perros , y tanta la priesa que daban los bajaes á los ciudadanos turcos y judíos, que acudiesen al remedio de la gran mezquita y palacio , que por acudir á ello se quemaron otras dos mezquitas de famosa fábrica y más de cuarenta mil casas, con todo lo que habia dentro, y me contó un judío, que casi los más vecinos, en lugar de socorrer sus casas y haciendas , salían huyendo al campo , y éstos fueron discretos, porque la mayor parte de los que acudieron al socorro los cercó el fuego y los hizo ceniza.
Habia en el puerto más de doscientos vasos de guerra y de mercaderes, y viendo el fuego acudieron al socorro, dejándolos casi solos y estando en la parte de la mar escondidos el alférez Bustamante , Marcos de Pinto y casi todos los cómplices, dijo Pedro de Chaves, extretremeño: « Esos perros andan medrosos y confusos ; demos en el Armada y abrasémosla»; al punto lo pusieron en ejecución , y metiéndose en la barca que el Gran Turco tiene en la puerta falsa del palacio , que está sobre la mar para su recreo , dieron en una galera, donde entraron con facilidad por haber poca gente en guarda de ella, y de los forzados, y acudiendo unos á desherrar á los forzados cristianos , y otros á matar á los que no lo eran, se alzaron con ella, saltando en las demás y haciendo lo mismo con facilidad y casi sin ser sentidos, porque las voces y ruido de la ciudad lo encubrían todo.
Habiendo hecho esto, y dado libertad á los cristianos de las galeras, se repartieron en cuatro galeras más de dos mil cautivos cristianos de diferentes naciones, con las cuales y con barcas, en que saltaron algunos para el efecto con las bombas y artificios que tenian prevenidos para la jornada, pegaron fuego á las demás galeras y á todo el resto del Armada, sin que se escapase de abrasarse un solo vaso.
Viendo, pues, el alférez Bustamante cuan bien se habia negociado, á toda prisa , remando el que más podia, salieron del puerto sin ser impedidos de los centinelas y guardas de los castillos y baluartes, porque entendían que salían huyendo del fuego y en especial, viéndolas con la claridad del fuego del Armada y de la ciudad, er galeras turquescas de las prevenidas para la jornada.
Escaparon de esta forma del puerto, dando infinitas gracias á Dios, y se encaminaron para Malta, no dejando en el camino enemigos á quien no diesen caza, pues cuando llegaron á Malta se habia hecho Armada de treinta velas, que habian venido tomando por el camino en diferentes pasos, de forma que pusieron en cuidado al Gran Maestre y á los ciudadanos de ella, previniéndose á toda priesa y acudiendo á los muros de la ciudad, y á los baluartes de la defensa de la mar, la cual confusión duró hasta que enarbolaron banderas blancas de paz, y con cruces, de que se maravillaron mucho los que estaban en los muros, hasta que saltó en una falúa
el alférez García del Castillo Bustamante , Marcos de Pinto y otros seis camaradas, y con bandera de paz llegaron á Malta, donde los malteses los recibieron con gran gusto y deseo de saber lo que sería, y así, acompañados de muchos caballeros, fueron á besar las manos al Gran Maestre, el cual los recibió con mucho amor y caricias ; y después de haber usado algunas cortesías, les contó todo el suceso, de que recibió tan gran gusto el Gran Maestre y los demás comendadores que estaban presentes, que de alegría se les saltaban las lágrimas.
Envió luego el Gran Maestre al comendador D. Francisco de Vargas, capitán, y otros tres comendadores con orden que entrase la Armada en el puerto, la cual entró con gran bizarría , haciendo salva con toda la artillería, y respondiendo con la suya los baluartes y torres de la ciudad, repicando las campanas y haciendo otras muchas alegrías militares. Desembarcó toda la gente en orden, saliéndolos á recibir su capitán en compañía del Gran Maestre y comendadores, y así todos juntos, con el aplauso y grandeza que pudiera entrar en Roma triunfando, en tiempo de los romanos, fué llevado y su gente, dándoles á voces el i)ueblo el parabién de tan famoso hecho, hasta la iglesia de San Juan Bautista, donde fueron recibidos con Te Deum laudamus.
Habiendo hecho oración, hizo alojar á todos, encargando los regalasen, lo que no habia necesidad de encomendar, porque todos los vecinos acudieron con mucho gusto á llevar á su casa los que su posible alcanzaba á poder regalar. El Gran Maestre a230sentó en su palacio á García del Castillo Bnstamante y á Marcos de Pinto , y los demás caballeros llevaron á sus casas algunos que parecían ser principales. Mandó aquella tarde prevenir con que se vistiese cada nno á su usanza, y habiendo pasado la tarde en pasear por la ciudad y en contar por diferentes corrillos el principio y fin del suceso, se encendieron á la noche luminarias , disparando la ar-
tillería y haciendo los comendadores una famosa encamisada.
El dia siguiente se hizo una solemne y vistosa procesión, acompañándola con velas encendidas los victoriosos, y los caballeros con sus mantos, clerecía y música, llevando en ella en una rica custodia con un bizarro palio el Santísimo Sacramento, la imagen de Nuestra Señora, de San Juan Bautista y de San Luis, rey de Francia, y el rico tesoro del lignum crucis, reliquia que los antepasados de aquellos caballeros trajeron de Jerusalen, llevando á trechos de la procesión los gallardetes y estandaites turquescos por el suelo, al son de cajas bélicas. Pasó el dia entretenido todo en fiestas , y el siguiente mandó el Gran Maestre aderezar las galeras á la española, y meter chusma y munición de guerra, y acompañándolas dos galeras de Malta, todas seis fueron á llevar la gente á Ñapóles y Sicilia , con mandato expreso que, echada la gente en tierra, entregasen las cuatro galeras á cualquiera de los dos vireyes, para servicio de S. M.
La noche del incendio se fué huyendo el Turco á la ciudad de Pera, que está por mar un tiro de arcabuz de Constantinopla, y por tierra cuatro leguas, donde esotro dia le llevaron la triste nueva, diciéndole se había abrasado su palacio con el tesoro, joyas, vestidos y las cosas de su servicio, caballos y más de quinientos genízaros, gente de mucha estima para la guerra ; y la mezquita
mayor, con las dos famosas que hicieron Sultán Mahometo y Sultán Bayaceto, dentro de las cuales habia muerto abrasado Lutfi-Cadí, alfaque mayor de Constantinopla, con más de doscientos alfaquíes, y se hablan quemado en la ciudad más de cuarenta mil casas con sus haciendas y mercaderías, que importaban más de veinticinco millones, y que faltaban más de doce mil personas, entre las cuales echaban menos el general de la Armada y el primer Visir de Constantinopla, y dos bajaes y otros gobernadores, y que asimismo no habia quedado una tabla de toda la Armada. Sintiólo tanto, que llegó á la muerte y hizo atormentar y matar muchos cristianos para saber de ellos algo, hasta que trajo la nueva un mercader griego que se habia escapado de las cuatro ga-
leras. Envió á pedir sus galeras y á los delincuentes al Gran Maestre, y que si no se los daba iria con todo su poder y cercarla á Malta hasta tomarla, y castigarlos como amparadores de quien tan gran mal habia hecho. Respondió que estaban ellas y ellos en Napóles, y que aunque los tuviera, no se los diera, antes los amparara con todas sus fuerzas, y que hiciese lo que quisiese, que
ellos resistirían, como lo hablan hecho en otras ocasiones.
Enojado de la respuesta, previene gruesa Armada, y el Gran Maestre fortalece la ciudad y ha enviado á Napóles el gran galeón á dar aviso al Excmo. Duque de Osuna, para que esté á la mira de lo que sucediere.
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Saludos.
-
Albertopus
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Editado por repetición... tonto que ha vuelto uno...
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Gaspacher
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Efectivamente se trataba de la acción de Constantinopla, y con tal explicación sobran las palabras, así que punto para el maestro
Albertopus, 11
Domper, 9
Gaspacher, 5
Reytuerto, 1
Albertopus, 11
Domper, 9
Gaspacher, 5
Reytuerto, 1
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Albertopus
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Lo curioso es que por incendio en Constantinopla en 1618 no sale gran cosa en las redes... Yo, desde luego, no tenía ni idea.
¿Quizá se exageró un poco la magnitud del incendio? Por esa época, la mitad de la clase gobernante de la ciudad estaba empeñada en echar al Sultán y la otra mitad en procurar que no le echaran.
No sé...
Al turrón:
- Buscamos un Estado de origen español, pero no europeo.
Saludos.
¿Quizá se exageró un poco la magnitud del incendio? Por esa época, la mitad de la clase gobernante de la ciudad estaba empeñada en echar al Sultán y la otra mitad en procurar que no le echaran.
No sé...
Al turrón:
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Saludos.
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Domper
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Piedra a ver si cuela: la república corsaria de Salé.
Saludos
Saludos
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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Albertopus
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Descalabrado... cómo nos vamos conociendo...
La República de Salé, claro... con los moriscos exiliados de España. Disfrutaron unos años haciéndole la pugnete al Sultán de Marruecos y, sobre todo, haciendo más amenas las travesías marinas por el Atlántico y Mediterráneo. Seguro que los marinos de la época no se aburrían tratando de avistar las velas de los piratas de la República de Salé y seguro que tampoco los habitantes de poblaciones costeras dormían muy tranquilos ante la amenaza de ser asaltados por esa gente.
Aquí un reportaje patrocinado por el ayuntamiento de Hornachos -muchos procedieron de allí-, con la Historia de esa República breve en el Norte de África.
Así que la clasificación queda de esta manera:
Albertopus, 11
Domper, 10
Gaspacher, 5
Reytuerto, 1
Tu turno, Domper...
La República de Salé, claro... con los moriscos exiliados de España. Disfrutaron unos años haciéndole la pugnete al Sultán de Marruecos y, sobre todo, haciendo más amenas las travesías marinas por el Atlántico y Mediterráneo. Seguro que los marinos de la época no se aburrían tratando de avistar las velas de los piratas de la República de Salé y seguro que tampoco los habitantes de poblaciones costeras dormían muy tranquilos ante la amenaza de ser asaltados por esa gente.
Aquí un reportaje patrocinado por el ayuntamiento de Hornachos -muchos procedieron de allí-, con la Historia de esa República breve en el Norte de África.
Así que la clasificación queda de esta manera:
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Domper, 10
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Reytuerto, 1
Tu turno, Domper...
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Domper
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Hay cosas que se ven venir. Bueno, al tajo.
Por desgracia en una guerra hay muchas formas de morir. Puede ser por acción del enemigo, a tiros, bombazos, estocadas o puñetazos. A veces son los propios amigos los que meten un tiro al desgraciado. Se puede morir ejecutado por unos o por otros, pero también por enfermedad, en accidente,… la lista es muy larga.
Pero hay gente original. Se busca la causa de la muerte (más la fecha y el lugar, y si se incluye el nombre del interfecto pues mejor) de un soldado que falleció durante una enorme guerra, teniendo la triste distinción de ser el único por esa causa, al menos de su ejército.
Saludos
Por desgracia en una guerra hay muchas formas de morir. Puede ser por acción del enemigo, a tiros, bombazos, estocadas o puñetazos. A veces son los propios amigos los que meten un tiro al desgraciado. Se puede morir ejecutado por unos o por otros, pero también por enfermedad, en accidente,… la lista es muy larga.
Pero hay gente original. Se busca la causa de la muerte (más la fecha y el lugar, y si se incluye el nombre del interfecto pues mejor) de un soldado que falleció durante una enorme guerra, teniendo la triste distinción de ser el único por esa causa, al menos de su ejército.
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Lo cierto es que no he encontrado datos sobre el incendio, aunque hay una referencia "İnciciyan lists nineteen major fires between 1618 and 1795", cuya fecha inicial me parece curiosa, pero tampoco he indagado más a fondo.Albertopus escribió:Lo curioso es que por incendio en Constantinopla en 1618 no sale gran cosa en las redes... Yo, desde luego, no tenía ni idea.
¿Quizá se exageró un poco la magnitud del incendio? Por esa época, la mitad de la clase gobernante de la ciudad estaba empeñada en echar al Sultán y la otra mitad en procurar que no le echaran.
Sobre la respuesta Edward Slovik, el único fusilado por deserción en el US Army durante la ww2
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
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Albertopus
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Trivial - Historia de la Humanidad hasta 1945 v. 2.0
... desde luego si esa gente se escapó -y se llevaron consigo a barcos turcos-, debieron hacer alguna trastada.
Al turrón:
- Daniel Hough, muerto el 14 de abril de 1861 en Fort Sumter al explotarle el cañón con el que participaba en las salvas de honor a la bandera norteamericana.
Saludos.
Al turrón:
- Daniel Hough, muerto el 14 de abril de 1861 en Fort Sumter al explotarle el cañón con el que participaba en las salvas de honor a la bandera norteamericana.
Saludos.
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Domper
- General de Ejército
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Trivial - Historia de la Humanidad hasta 1945 v. 2.0
No y no. Atentos que se dice "el único" y no "el único de ese conflicto". Aunque con lo de la nacionalidad se va bien.
Una pista: la causa del deceso tiene cierta relación con uno de los anteriores mandamases del país.
Saludos
Una pista: la causa del deceso tiene cierta relación con uno de los anteriores mandamases del país.
Saludos
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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