Crisis de la República romana

Los conflictos armados en la historia de la Humanidad. Los éjércitos del Mundo, sus jefes, estrategias y armamentos, desde la Antiguedad hasta 1939.
de guiner
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Crisis de la República romana

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Nota: El texto de Apiano, que habla del sometimiento de marsos, marrucinos y vestinos por parte de Pompeyo, es un tanto generalizado. Esto vendrá a formar parte, como veremos, de una acción más amplia en la que intervendrán el pretor Caio Cosconio y el legado Lucio Cornelio Sila


Con mapa se entenderá mejor:

Imagen

El avance de Pompeyo hacia el sur (mientras mantenía el asedio de Asculum, al norte del mapa)) obligó a los sublevados a trasladar su capital desde Corfinium a Bovianum.

Mientras, el pretor Caio Cosconio iniciaba una ofensiva en la vertiente adriática:


"... otro pretor romano, Caio Cosconio, atacó a Salapia y le prendió fuego. También se apoderó de Cannas, y cuando sitiaba a Canusio sostuvo una severa batalla con los samnitas que acudieron en ayuda de la ciudad; finalmente, después de que ambos ejércitos sufrieran muchas bajas, Cosconio, derrotado, se retiró a Cannas. Puesto que los separaba un río, Trebacio, el general samnita, invitó a Cosconio a que pasara a su orilla para trabar combate o a que se retirara para atravesarlo él. Cosconio se retiró y atacó a Trebacio cuando lo estaba atravesando; fue superior a él y, mientras el general samnita huía en dirección al río, mató a cinco mil de sus hombres; el resto huyó con Trebacio hasta Canusio. Cosconio recorrió los territorios de los larineos, venusios y asculanos, invadió el de los pedículos y en dos días capturó a su población"

Apiano, Guerras Civiles, 52

Ahí vemos como Cosconio, tras perseguir a Trebacio hasta el río Aufidus, se interna hacia Larinum, Venusia y Ausculum (no confundir con Asculum).


Sila, entre tanto:


"Lucio Cluentio fijó su campamento, con gran desprecio, a una distancia de tres estadios de Sila, que estaba acampado en los alrededores de los montes de Pompeyo. Sila no toleró su arrogancia y sin aguardar a aquellas de sus tropas que habían salido a forrajear atacó a Cluentio. Derrotado en esta ocasión huyó, pero, cuando obtuvo los refuerzos de los que habían regresado del forrajeo, puso en fuga a Cluentio. Este último trasladó su campamento a una distancia mayor, mas, al llegar hasta él algunas tropas galas, de nuevo se aproximó a Sila. Cuando ambos ejércitos iban al encuentro, un galo de enorme estatura se adelantó y retó a un duelo a cualquier romano; y una vez que un mauritano de pequeña envergadura le hubo dado muerte haciéndole frente, los galos huyeron al punto llenos de temor. Después que quedó rota la línea de batalla de Cluentio, el resto de las tropas no permaneció ya en su puesto, sino que huyó a Nola en desorden. Sila les siguió dando muerte a tres mil de ellos en el curso de la persecución, y, como los habitantes de Nola les dieron acogida por una sola puerta para que los enemigos no entraran con ellos, mató a otros veinte mil en torno a las murallas, entre los cuales cayó Cluentio luchando con bravura


Entonces, Sila trasladó su ejército contra otro pueblo, los hirpinos, y atacó la ciudad de Eculano. Sus habitantes, que esperaban ese mismo día la llegada de los lucanios en su ayuda, pidieron a Sila que les diera un tiempo para decidirse. Y éste, dándose cuenta de la maniobra, les concedió una hora, y entretanto apiló haces de leña seca en torno a las murallas, que eran de madera, y al cabo de una hora les prendió fuego. Los de Eculano, llenos de temor, entregaron la ciudad, y Sila la saqueó por no haberse rendido voluntariamente sino por la fuerza; sin embargo, perdonó a otros que se rindieron ellos mismos, hasta que el pueblo de los hirpinos quedó sometido en su totalidad. Después, marchó contra los samnitas, no por donde Motilo su general vigilaba los caminos, sino por otra vía de acceso inesperada, tras dar un rodeo. Los atacó de repente y mató a muchos, los demás huyeron en forma dispersa y Motilo resultó herido y se refugió en Esernia con unos pocos. Sila destruyó su campamento y se dirigió a Boviano, donde se hallaba el Consejo común de los sublevados. La ciudad tenía tres ciudadelas, y como los bovianos atacaban a Sila desde una de ellas, éste envió a algunas tropas para que, dando un rodeo, se apoderaran de cualquiera de las otras dos que pudieran y le hicieran una señal con humo. Y cuando fue divisado el humo, les atacó de frente y, después de luchar con denuedo durante tres horas, se apoderó de la ciudad.
Éstos fueron los triunfos de Sila en este verano. Al aproximarse el invierno, regresó a Roma para presentarse como candidato al consulado"



Sila hace prácticamente lo mismo que Cosconio. Después de asegurar la costa se interna hacia Bovianum.


Apiano, Guerras Civiles 50 - 51


Nota: De momento no quiero añadir más fuentes a lo relatado por Apiano, puesto que se distorsionaría un poco esa acción conjuntada. Comentar que el autor narra la campaña de Sila de todo el año, iniciándola inmediatamente después de la muerte del cónsul Lucio Porcio Catón.


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Victoria de Sila sobre los samnitas





Vista la campaña de Sila en su conjunto, según la narra Apiano, vamos a verla un poco más detenidamente.

La primera acción que se ha comentado (para el 89), llevada a cabo por Sila, fue arrasar la ciudad de Stabies (según Plinio, la víspera de las calendas de mayo).
Posteriormente se produjo la muerte del legado Aulo Postumio Albino cuando se iba a proceder al asedio de Pompeya (Sila intengró las tropas de éste a las suyas).

Es aquí en donde prosigue Apiano, en el texto de arriba:

"Lucio Cluentio fijó su campamento, con gran desprecio, a una distancia de tres estadios de Sila, que estaba acampado en los alrededores de los montes de Pompeyo. Sila no toleró su arrogancia y sin aguardar a aquellas de sus tropas que habían salido a forrajear atacó a Cluentio. Derrotado en esta ocasión huyó, pero, cuando obtuvo los refuerzos de los que habían regresado del forrajeo, puso en fuga a Cluentio. Este último trasladó su campamento a una distancia mayor, mas, al llegar hasta él algunas tropas galas, de nuevo se aproximó a Sila. Cuando ambos ejércitos iban al encuentro, un galo de enorme estatura se adelantó y retó a un duelo a cualquier romano; y una vez que un mauritano de pequeña envergadura le hubo dado muerte haciéndole frente, los galos huyeron al punto llenos de temor. Después que quedó rota la línea de batalla de Cluentio, el resto de las tropas no permaneció ya en su puesto, sino que huyó a Nola en desorden. Sila les siguió dando muerte a tres mil de ellos en el curso de la persecución, y, como los habitantes de Nola les dieron acogida por una sola puerta para que los enemigos no entraran con ellos, mató a otros veinte mil en torno a las murallas, entre los cuales cayó Cluentio luchando con bravura"


Lo primero indicar que, curiosamente Apiano no narra la muerte del legado Aulo Postumio Albino, ¿su fuente son las "Memorias" de Sila?.

En esa traducción que he usado se lee que Sila estaba acampado en los alrededores de los montes de Pompeyo. La traducción está mal (y no sólo en el toponímico, pero lo dejaré estar); concretamente son las montañas de Pompeya (Σύλλᾳ περὶ τὰ Πομπαῖα ὄρη). Es entonces cuando se presenta Lucio Cluentio para socorrer a la ciudad, siendo derrotado por Sila.

Otras fuentes:

"Y no fue poco venturoso el suceso que sigue. Al estar el cónsul Lucio Sila celebrando un sacrificio en el campo de Nola delante mismo del pretorio durante la Guerra Social, vio de pronto que, de debajo del altar, se deslizaba una serpiente. Nada más verla, a instancias del arúspice Postumio, hizo salir a campaña de inmediato al ejército y conquistó el bien fortificado campamento de los samnitas. Esta victoria fue la base y el comienzo de su futuro gran poder"

Valerio Máximo I, 6,4


"El cónsul Sila declaró que la sangre de un ciudadano no podía ser expiada sino con sangre de enemigos; el ejército, acuciado por el remordimiento de esta acción, afrontó el combate de forma tal como si cada uno viera que iba a morir si no vencía. Dieciocho mil samnitas murieron en aquella batalla; incluso Juventio, jefe itálico, y gran parte de su ejército perdieron la vida en la persecución de que fueron objeto por parte del ejército romano"

Orosio V, 18, 23


Evidentemente, Sila aun no era cónsul. Apiano dice que Sila da muerte a 3.000 samnitas durante la persecución y a otros 20.000 frente a las murallas de Nola, mientras que Orosio habla de la batalla propiamente dicha, dando la cifra de 18.000.
El jefe itálico Juventio, nombrado por Orosio, posiblemente sea Lucio Cluentio.

Luego tenemos ese campamento inicial que Lucio Cluentio fija a una distancia de tres estadios del de Sila. Posteriormente, en su retirada, Cluentio establece un segundo campamento (según Apiano). Valerio Máximo habla de la toma del campamento como de victoria definitiva. La victoria, propiamente dicha, de Sila se debió dar frente a este segundo campamento, establecido con anterioridad al ataque inicial samnita, cerca de los muros de Nola. Digo con anterioridad en base a que Valerio Máximo habla de un campamento bien fortificado, cosa muy difícil de hacer si los samnitas lo han levantado después de la persecución inicial.


La existencia de los dos campamentos está atestiguada:

"El legado Lucio Cornelio Sila derrotó en combate a los samnitas y tomó por asalto sus dos campamentos"

Periochae LXXV

Para terminar esta victoria de Sila, nos queda el asunto de la "corona de hierba" (corona graminea o corona obsidionalis).

La corona graminea, según Plinio el Viejo (HN XXII, 4) era otorgada por un ejército que se había visto en una situación apurada. Pongo el texto (en inglés):

The crown thus presented was made green grass, gathered on the spot where the troops so rescued had been beleaguered. Indeed, in early times, it was the usual token of victory for the vanquished to present to the conqueror a handful of grass; signifying thereby that they surrendered their native soil, the land that had nurtured them, and the very right even there to be interred a usage which, to my own knowledge, still exists among the nations of Germany

http://www.perseus.tufts.edu/hopper/tex ... hapter%3D4

Y es el mismo Plinio el que nos habla de la concesión a Sila de esta corona en Nola (esto lo pongo traducido):

"El dictador Sila también ha contado en sus memorias que cuando era legado durante la Guerra Marsica fue recompensado con esta corona por el ejército, en Nola; un evento que hizo que se conmemorara en una pintura en su villa tusculana, que después pasó a ser propiedad de Cicerón"

Plinio el Viejo XXII, 6

Pero a continuación dice:

"Si hay algo de verdad en esta declaración ..."


- A continuación seguiremos tras los pasos de Sila en dirección a la ciudad de Eculano, que no Herculano como he visto por ahí.



Nota: Como se podrá notar, he cambiado un tanto la forma de relatar los hechos. Hacer una visión de conjunto (vamos, algo mucho más ameno), sin pararse a dar fuente por fuente, no es muy difícil. Esa visión no la voy a dar puesto que, como es habitual, queda para cada uno.


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Sila somete a los hirpinos




Los hirpinos (hirpini) pertenecían a una de las cuatro tribus que formaban el pueblo samnita.

Entonces, Sila trasladó su ejército contra otro pueblo, los hirpinos, y atacó la ciudad de Eculano



Σύλλας δ᾽ ἐς ἔθνος ἕτερον, Ἱρπίνους, μετεστρατοπέδευε καὶ προσέβαλεν Αἰκουλάνῳ


Apiano se refiere a la ciudad de Aicolano, Aeculanum o Aeclanum (Αἰκουλάνῳ).

- El Parque Arqueológico de Aeclanum se encuentra en Mirabella Eclano, en la provincia de Avellino:

Abitata sin dall’età eneolitica (necropoli in loc. Madonna delle Grazie), in località Passo di Mirabella Eclano sorgeva l’antica Aeclanum il cui primo impianto può risalire alla fine del III sec. a.C.. Il centro fu dotato inizialmente di una cinta muraria in legno (Appiano), successivamente incendiata dal dittatore Silla nell’anno 89 a.C.

http://www.cir.campania.beniculturali.i ... a-aeclanum

Sus habitantes, que esperaban ese mismo día la llegada de los lucanios en su ayuda, pidieron a Sila que les diera un tiempo para decidirse. Y éste, dándose cuenta de la maniobra, les concedió una hora, y entretanto apiló haces de leña seca en torno a las murallas, que eran de madera, y al cabo de una hora les prendió fuego. Los de Eculano, llenos de temor, entregaron la ciudad, y Sila la saqueó por no haberse rendido voluntariamente sino por la fuerza; sin embargo, perdonó a otros que se rindieron ellos mismos, hasta que el pueblo de los hirpinos quedó sometido en su totalidad



Imagen
Ruta aproximada de Sila desde Nola hacia territorio hirpino


Nota: Beneventum (al noroeste de Aeclanum) también era una plaza de los hirpinos.


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Sila se interna en el samnio y se apodera de Bovianum - Victoria del pretor Papirio Carbo sobre los lucanos




Para finalizar el texto de Apiano:

Después, marchó contra los samnitas, no por donde Motilo su general vigilaba los caminos, sino por otra vía de acceso inesperada, tras dar un rodeo. Los atacó de repente y mató a muchos, los demás huyeron en forma dispersa y Motilo resultó herido y se refugió en Esernia con unos pocos. Sila destruyó su campamento y se dirigió a Boviano, donde se hallaba el Consejo común de los sublevados. La ciudad tenía tres ciudadelas, y como los bovianos atacaban a Sila desde una de ellas, éste envió a algunas tropas para que, dando un rodeo, se apoderaran de cualquiera de las otras dos que pudieran y le hicieran una señal con humo. Y cuando fue divisado el humo, les atacó de frente y, después de luchar con denuedo durante tres horas, se apoderó de la ciudad.
Éstos fueron los triunfos de Sila en este verano. Al aproximarse el invierno, regresó a Roma para presentarse como candidato al consulado"



Poco que decir al respecto. El consejo aliado había transladado la capital de Corfinium a Bovianum frente al avance de Pompeyo en el frente septentrional. Tras la caída de Bovianum la capital será Esernia, en donde los sublevados intentarán reorganizarse en el invierno de 89/88.

Retomando un asunto pendiente:

Y qué había más conveniente que ignorar la muerte del legado, cuyas tropas pasaban a estar bajo sus órdenes. La posterior muerte de otro de los legados, como veremos, significará un aumento de fuerzas bajo su dirección, recayendo sobre Sila el mando de todo el ejército meridional.


Después de la muerte de Aulo Postumio Albino, quedaba otro legado en el frente meridional:

"Merece gran estima el recuerdo de mi antepasado, el eculense Minacio Magio; éste, nieto de Decio Magio, que había sido entre los campanos un hombre principal, muy célebre y fiel, mostró en esta guerra tanta fidelidad a los romanos, que con la legión que había reunido él mismo entre los hirpinos, tomó Herculano junto con Tito Didio, atacó Pompeya junto con Lucio Sila y ocupó Compsa"

Veleyo Patérculo II, 16, 2



La muerte de Tito Didio aparece reflejada en los Fasti de Ovidio:

"Dicen que ella te dijo a ti, Rutilio: ¿Adónde vas tan aprisa? Cuando seas cónsul en mi día sucumbirás a manos de un enemigo marso. Los hechos confirmaron las palabras, y el río de Toleno fluyó enrojecido con sus aguas mezcladas con sangre. Era el año siguiente: Didio, muerto el mismo día, dobló las fuerzas del enemigo"

565-570


Algunos autores ven aquí un error de Ovidio en base a que tras nombrar la muerte del cónsul del 90, Publio Rutilio Lupo, creen que, en lugar de Tito Didio debería ser el cónsul Lucio Porcio Catón. Pero Ovidio no habla de la muerte de los dos cónsules sino de una fecha en concreto: el 11 de junio, día en el que se celebraban los festivales llamados Matronalia. Generalmente es aceptada la muerte de Didio:

Legates, Lieutenants

T. Didius (5) Cos. 98, Pr. 101?
Probably served under Cato and then Sulla. Along with Velleius'
ancestor (3, 16,2), he captured Herculaneum, but died in battle on
June 11 (Ovid Fasti 6.567f.)

Broughton

Puestos con esta obra, Broughton, en ese mismo apartado de Legates, Lieutenants, nombra a un tal Lucanus indicando que sirvió con el pretor Caio Cosconio en Apulia. Su fuente:


"Cosconio y Lucano vencieron a los samnitas en el campo de batalla, dieron muerte al famosísimo general enemigo Mario Egnacio y recibieron la rendición de muchas plazas"

Periochae LXXV


• Cabe preguntarse si mientras Sila se introducía en el Samnio desde la Campania y Caio Cosconio hacía lo propio desde la vertiente Adriática, ¿qué sucedía mientras tanto en la zona centro del frente meridiona?. Lucio Anneo Floro algo apunta:

"... atacando de uno en uno los pueblos, Catón dispersó a los etruscos, Gabinio a los marsos, Carbo a los lucanos y Sila a los samnitas"

II, 6, 13


Este Papirio Carbo, evidentemente no es ese Caio Papirio Carbo que junto a otros tribunos de la plebe, a inicios del año, propusieron la llamada Lex Plautia Papiria, sino más bien es uno de los pretores del 89, el que (posiblemente) alcanzaría el consulado en el 85:

Cn. [Papirius Cn.f. C.n. Carbo]

Fasti Capitolini


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Rep.


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Situación en Oriente





En el año anterior, la embajada encabezada por Manio Aquilio, con la ayuda del gobernador de Asia, Lucio Casio, había reintegrado a Nicomedes y a Ariobarzanes en los tronos de Bitinia y Capadocia. Hecho esto, Manio y Casio intentaron convencer a ambos, pues eran vecinos de Mitrídates, de que hicieran incursiones en el territorio de éste y lo incitaran a combatir, en la seguridad de que los romanos les ayudarían en la guerra. No obstante, ambos monarcas eran reticentes a comenzar una guerra que afectaría a sus fronteras, toda vez que temían a Mitrídates.

"Pero, como los embajadores insistiesen, Nicomedes, que había acordado entregar una gran cantidad de dinero que aún debía a los generales y embajadores por la ayuda recibida y que, además, había tomado a préstamo otra gran suma de los romanos que le acompañaban y que era acuciado por sus acreedores, invadió contra su voluntad el territorio de Mitrídates y lo saqueó hasta la ciudad de Amastris sin que nadie se lo impidiera ni le saliera al encuentro. Pues, aunque Mitrídates tenía ciertamente dispuestas sus tropas, sin embargo, se retiró, dando ocasión a que hubiese muchos y justos motivos de acusación para la guerra"

Apiano, Sobre Mitrídates 11




Cuando Nicomedes se retiraba cargado de un gran botín, Mitrídates envió como embajador, ante Manio y Casio,a un tal Pelópidas. Mitrídates era consciente de que los romanos querían iniciar una guerra contra él, y que habían sido los principales instigadores de la incursión de Nicomedes en su reino, pero lo fingió buscando procurarse, a un mismo tiempo, más y más claros motivos para la guerra futura, y les recordó su amistad y la alianza suya y de su padre. A cambio de las cuales, dijo Pelópidas que él había sido despojado de Frigia y Capadocia: de la primera, aunque siempre había pertenecido a sus antepasados y había sido recuperada por su padre, y de la segunda, a pesar de que se la había concedido el general romano como recompensa por su victoria sobre Aristonico y, no obstante, comprada al mismo general a cambio de mucho dinero.


«Y ahora —dijo— habéis consentido que Nicomedes cerrara la boca del Ponto Euxino y que haga una incursión hasta Amastris y se lleve cuanto botín sabéis con exactitud, pese a que mi rey no era débil ni le faltaba preparación para defenderse, sino que esperó con objeto de que vosotros fuerais testigos presenciales de lo ocurrido. Y ya que lo fuisteis y conocéis el hecho, Mitrídates os exhorta, por ser vuestro amigo y aliado, a vosotros, que sois sus amigos y aliados —pues así lo dice el tratado—, a que nos defendáis de los agravios que nos causó Nicomedes o a que le impidáis que los siga cometiendo»


Una vez que Pelópidas habló, fue el turno de los embajadores de Nicomedes:


«Hace ya bastante tiempo que Mitrídates, tramando un complot contra Nicomedes, indujo a ocupar el trono con un ejército a Sócrates, que estaba tranquilo y consideraba justo que fuera rey su hermano mayor. Éste fue el comportamiento de Mitrídates respecto a Nicomedes, al que vosotros, romanos, habíais colocado como rey de los bitinios. Y está claro que no éramos nosotros solos sino más bien vosotros el blanco de su acción. Y por el mismo razonamiento, cuando prohibisteis a los reyes de Asia poner un pie en Europa, se apoderó de la mayor parte del Quersoneso. Sirvan estos hechos como ejemplo de su arrogancia, hostilidad y desobediencia hacia vosotros. Y observad cuán grande es su preparativo, y todo él dispuesto como para una guerra grande y decidida ya, tanto de su propio ejército como de sus aliados tracios y escitas, y cuán grandes son los otros pueblos vecinos. Ha contraído, además, una alianza matrimonial con Armenia y ha enviado embajadores a Egipto y Siria para congraciarse a sus reyes. Cuenta también con trescientos navíos acorazados y construye otros más, y ha mandado buscar segundos de a bordo y pilotos (πρῳρέας καὶ κυβερνήτας) en Fenicia y Egipto. Las medidas que Mitrídates toma son de tal calibre, no precisamente por causa de Nicomedes, romanos, sino por vuestra causa. Pues está irritado con vosotros desde que le ordenasteis devolver Frigia, que había comprado con malas artes y después de sobornar a uno de vuestros generales, porque condenasteis su injusta adquisición. Y está enojado por causa de Capadocia, que había sido entregada por vosotros a Ariobarzanes. Además, temeroso de vuestro creciente poder, se prepara, con el pretexto de que es contra nosotros, para atacaros a vosotros si tiene posibilidad de ello. Es, pues, de hombres sensatos no esperar a que reconozca que está en guerra con vosotros, sino prestar atención a sus hechos más que a sus palabras, y no entregar a los amigos verdaderos y seguros a un hombre que finge el engañoso nombre de amistad, ni consentir que quede anulada vuestra decisión acerca de nuestro reino por un hombre que es igual enemigo nuestro que vuestro»



Y Pelópidas, compareciendo de nuevo ante el consejo romano, dijo que, sobre cualquier queja de Nicomedes sobre hechos ocurridos ya hacía tiempo, aceptaba el dictamen de los romanos, pero que con relación a los actuales, a saber, la devastación del territorio de Mitrídates, el bloqueo del mar y la gran expoliación sufrida, dado que todos estos sucesos hablan ocurrido en la presencia de ellos, no había necesidad de discusiones ni de juicio.

... «sino que de nuevo os exhortamos o a impedir tales ultrajes o a prestar ayuda a Mitrídates que es el agraviado o, por último, romanos, a no impedir que él se defienda y manteneros vosotros al margen del conflicto entre ambos»


Los romanos, sabedores de que la alianza con Mitrídates aun estaba en vigor, respondieron:


«No quisiéramos que Mitrídates sufriera ninguna cosa desagradable de manos de Nicomedes, pero tampoco toleraremos que se haga la guerra contra éste, pues creemos que en nada beneficiaría a los romanos que Nicomedes sufriera daño»


Después de dar esta respuesta, cuando Pelópidas quiso probar lo insatisfactorio de la misma lo hicieron salir del consejo.


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Lucania





Sobre los lucanos ya hemos visto como los habitantes de Eculano (o Aeclanum) esperaban su ayuda y como fueron derrotados por el pretor Papirio Carbo. Hay constancia de que otro ejército romano se internó en la Lucania:

"El legado Aulo Gabinio cayó durante el asedio al campamento enemigo después de llevar a cabo con éxito una campaña contra los lucanos y de tomar por asalto un gran número de ciudades"

Periochae LXXVI

Una de esas ciudades tomadas por Aulo Gabinio pudo ser Grumentum.


"Durante el asedio de Grumento, unos esclavos abandonaron a su dueña y se pasaron al enemigo. Capturada luego la ciudad, se pusieron de acuerdo y asaltaron la casa, y sacando por la fuerza a su dueña, adoptaron un aspecto amenazador asegurando a quienes se topaban por el camino que por fin se les ofrecía la ocasión de castigar a una dueña cruel. Pero mientras la arrastraban como si la condujeran al tormento, la protegieron con atenciones llenas de piedad"

Macrobio, Saturnales I, 11, 23

Séneca, en su obra De Beneficiis, narra este hecho pero, en relación a estos dos esclavos, dice:

"Claudio Cuadrigario, en el libro XVIII de sus Anales, dice que estando cercada la ciudad de Grumeto, y habiéndose llegado a suma desconfianza de poderla defender, huyeron de ella dos esclavos, pasándose al campa enemigo, e hicieron concierto de entregar la ciudad"

III, 23

- Este Claudio Cuadrigario, al que se refiere Séneca, es una de las fuentes usada por Livio.




Nota: He visto que algún autor identifica a Aulo Gabinio con aquel Caio Gabinio, muerto también en combate. Éste último no era legado, sino lugarteniente del cónsul Lucio Porcio Catón (al menos así lo define Orosio V, 18, 24).


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Tracia



Las incursiones de los tracios en Macedonia se sucedieron varias veces durante la guerra que se libraba en la península Itálica.

"Se incluyen también las incursiones y saqueos de los tracios en Macedonia"

Periochae LXXIV

"Se incluyen, por otra parte, las incursiones y saqueos de los tracios en Macedonia"

Periochae LXXVI

Al parecer, la de mayor envergadura se dio este año:

"En esta época el rey Sotimo, entrando en Grecia con gran cantidad de tropas auxiliares tracias, devastó todo el territorio macedonio y, derrotado finalmente por el pretor Caio Sentio, fue obligado a regresar a su reino"

Orosio V, 18, 30


Cicerón, en su discurso contra Lucio Calpurnio Pisón, habla de la nación de los Denseletae como único pueblo que se mantuvo fiel a Roma. Sobre esta tribu:

"Viene a continuación Tracia, una de las naciones más fuertes de Europa, dividida en cincuenta estrategias. De sus pueblos dignos de mención, a la derecha del río Estrimón viven los denseletas y los medos"

Plinio HN, IV, 11 (18)

En un fragmento que se conserva de Diodoro Sículo:

(Fragmentado) "... tenía la intención; pero algunos dicen que dejó la mayor parte de sus bienes en herencia para su otro hijo, por lo que corría el riesgo de perderlo todo. El joven, que era extremadamente exaltado, se puso una diadema y se proclamó rey de los macedonios. Hizo un llamado a la población a rebelarse contra los romanos y reestablecer el antiguo reino ancestral de los macedonios. Cuando muchos acudieron a reunirse con él, con la esperanza de botín, Execestus, en su ansiedad envió un mensajero al pretor Sentius, para informarle de la locura de su hijo. También contactó con Cotys, el rey de los tracios, y le pidió que convocara a los jóvenes y los persuadiera para que desistieran de su aventura. Cotys, que era un amigo de Euphenes, convocó a la juventud y, después de haberlos detenido por unos días, (Euphenes) regresó con su padre, por lo que fue liberado de las acusaciones en su contra"

XXXVII [5a] G



● Sobre Caio Sentio mencionar que fue pretor urbano en el 94, siendo designado propretor de Macedonia en el 93. Hacia el 92 sufrió una derrota frente a los tracios:

"El pretor Caio Sentio sufrió una derrota combatiendo contra los tracios"

Periochae LXX


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Otros sucesos





Existen menciones a sucesos acaecidos durante la guerra un tanto confusos. Por ejemplo:


"Fue este mismo cariño el que, durante la guerra itálica, armó a un joven de Pinna, llamado Pultón, con tal empuje tanto físico como moral que, estando al frente de su ciudad, que estaba asediada, cuando el general romano le permitió ver a su padre, prisionero y rodeado por las armas de los soldados, y amenazó con darle muerte si no les permitía irrumpir en la ciudad, él solo salvó a su padre de las manos enemigas. De este modo, su comportamiento es digno de elogio por doble motivo, porque salvó a su padre y porque no quiso traicionar a su patria"

Valerio Máximo V, 4 (E) 7

Esto contradice el texto que puse de Diodoro Sículo (XXXVII Frag.):

En pleno territorio marso, algunas ciudades permanecían fieles a Roma. Tal fue el caso de Pinna:


"Los itálicos llevaron a los hijos de la gente de Pinna a los pies de las murallas de la ciudad, y amenazaron con matarlos si no abandonaban su alianza con Roma. Pero la gente de Pinna estaban dispuestos a sufrir terriblemente, y respondieron: «Si se nos priva de nuestros hijos, tendremos más, siempre y cuando nos mantengamos fieles a los romanos»

5 G Estos itálicos, desesperados de tomar la ciudad por la persuasión, realizaron un acto de gran crueldad. Trajeron los niños hasta los muros, y les ordenaron que imploraran la misericordia de sus padres, levantando sus manos al cielo, pidiendo al sol que guiara las voluntades de los hombres para salvar sus vidas inocentes

[20] G Los habitantes de la ciudad de Pinna cayeron en la mayor de las calamidades terribles a causa de su constante fidelidad a los romanos; resueltos a no abandonar a los romanos, se vieron obligados a dejar de lado cualquier sentimiento de afecto natural, y ver a sus hijos siendo sacrificados ante sus ojos"


O el autor confunde el topónimo, o la ciudad no permaneció durante todo el tiempo fiel a Roma.


Por lo que respecta a Pinna, es la actual Penne (o Pònne, en el dialecto local), en la provincia de Pescara, antigua ciudad de los vestinos.


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Frente septentrional - Caída de Asculum




Pompeyo, como indiscutido comandante de los ejércitos septentrional y central, continuaba el asedio de Asculum mientras extendía su influencia en el Piceno y ampliaba sus clientelas, incluso hasta la Galia Cisalpina, con una Lex Pompeia, que otorgaba el derecho latino (ius Latii) a las comunidades transpadanas.

El 17 de noviembre caía finalmente la plaza de Asculum.


" ... Cneo Pompeyo, el padre de Pompeyo Magno, que había servido al estado con su brillante campaña en la guerra contra los marsos, y sobre todo en el Piceno, según hemos dicho, y que había tomado la ciudad de Asculum, en torno a la cual se enfrentaron, a pesar de que los ejércitos se habían desplazado a muchas otras regiones, setenta y cinco mil ciudadanos romanos, contra más de sesenta mil itálicos ..."

Veleyo Patérculo II, 21, 1



"Por su parte, Pompeyo Estrabón, tras devastarlo todo a sangre y fuego, no puso fin a la masacre hasta que con la destrucción de Asculum pudo satisfacer de alguna forma a los Manes de tantos ejércitos y cónsules y a los dioses de las ciudades saqueadas"

Lucio Anneo Floro II, 6, 14


"Pompeyo, entrando en Asculum, apaleó y decapitó a los prefectos, centuriones y principales de sus habitantes, vendió en subasta pública a los siervos y todo el botín, y dejó marchar a los demás, aunque desnudos y sin nada; y, a pesar de que el senado esperaba que el tesoro público recibiría alguna ayuda de este botín, Pompeyo, sin embargo, no entregó nada al necesitado erario"

Orosio, V, 18, 26


- Pompeyo sería acusado pero una vez fallecido.

"Inmediatamente después de la muerte de Estrabón, Pompeyo afrontó un juicio por robo de fondos públicos incoado contra su padre. Al descubrir que la mayoría de los bienes los había robado Alejandro, uno de sus libertos, Pompeyo se lo reveló a los magistrados; sin embargo, a él mismo se le acusó de poseer redes de caza y libros que habían sido arrebatados como botín en Asculum"

Plutarco, Pompeyo, 4, 1-2



A pesar de que la guerra se tornaba cada vez más faborable a Roma, victorias como la de Pompeyo aportaban botín de guerra pero, tal y como comenta Orosio, éste no se entregaba al erario público.

"Por estar, en efecto, totalmente exhausto en esta época el tesoro público y faltar dinero para el pago del trigo, fueron vendidos, por imperativos de la necesidad, los lugares públicos que, alrededor del Capitolio, habían sido entregados en propiedad a los pontífices, augures, decénviros y flámines; y se consiguió suficiente cantidad de dinero para socorrer temporalmente la escasez. Y es que en aquella época, mientras se amontonaban por todas partes en el interior de la ciudad las riquezas arrancadas de todas las ciudades destruidas y de todos los terrenos despojados, la propia Roma, al apremiar la vergüenza de la escasez, subastaba sus principales propiedades. Por lo cual, que Roma recuerde ahora aquellos sus tiempos en que, como si fuese un vientre insaciable que lo traga todo y que está siempre hambriento, ella misma, más pobre que todas las ciudades a las que empobrecía, nada tenía, a pesar de que no dejaba a aquéllas nada, y se veía empujada por los estímulos del hambre a continuar las turbulentas guerras"


Orosio, V, 18, 27-29


de guiner
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Crisis de la República romana

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Situación en Oriente



Enterado Mitrídates de la decisión romana tomada durante la entrevista de Pelópidas con Manio Aquilio y Lucio Casio, gobernador de Asia, envió a su hijo Ariárates, con un gran contingente de tropas, a Capadocia en donde expulsó a Ariobarzanes. Por otro lado, mandó de nuevo a Pelópidas ante los romanos:


«Los agravios que de vosotros, romanos, soportó pacientemente el rey Mitrídates al ser despojado no hace mucho de Frigia y Capadocia, los habéis escuchado; también tolerasteis los daños que le causó Nicomedes ante vuestros ojos y, cuando apelamos a vuestra amistad y alianza, nos respondisteis, no como a acusadores sino como a acusados, que juzgabais que no era provechoso para los intereses romanos que Nicomedes sufriera daño, como si, en verdad, fuera él el agraviado. Sois, por tanto, vosotros los responsables de lo ocurrido en Capadocia contra la república romana, pues Mitrídates actuó como lo ha hecho por vuestro menosprecio hacia nosotros y por el tono de artificio de vuestra respuesta. Además, piensa enviar una embajada ante el senado para querellarse contra vosotros y os demanda que estéis allí presentes para defenderos y no os apresuréis a hacer nada ni a emprender una guerra tan grande sin la autorización de la república romana. Pues debéis considerar que Mitrídates reina en los dominios de su padre, que tienen una longitud de veinte mil estadios, y que se ha anexionado muchos otros pueblos vecinos, entre ellos los coicos, un pueblo sumamente belicoso, los griegos que habitan a orillas del Ponto y los bárbaros que están más allá. Y cuenta con amigos dispuestos a cumplir todo lo que se les mande, como los escitas, tauros, bastarnas, tracios, sármatas y todos los pueblos que habitan en la región del Tanais, del Istro y de la laguna Meótide [•]. Tigranes el armenio es su yerno y Arsaces de Partia, su aliado; posee una gran cantidad de naves, una parte dispuesta ya y otra en plazo breve, y material de guerra digno de mención en todos los aspectos.

Y no os mintieron tampoco recientemente los bitinios acerca de los reyes de Egipto y Siria, los cuales no sólo es lógico que se pongan de nuestra parte, si llega a estallar la guerra, sino también los territorios de Asia que habéis adquirido hace poco, Grecia, África y muchos lugares de la propia Italia que, por no soportar vuestra ambición, llevan a cabo una guerra implacable contra vosotros. Y, aunque no sois capaces de controlarla, atacáis a Mitrídates, enviando contra él a Nicomedes y a Ariobarzanes por turnos. Afirmáis que sois sus amigos y aliados y fingís serlo, pero lo tratáis como a un enemigo. Pues bien, incluso ahora, si estáis dispuestos a cambiar de opinión a la vista de lo ocurrido, impedid que Nicomedes atente contra vuestros amigos -y si así lo hacéis, os prometo que el rey Mitrídates combatirá como aliado vuestro contra los italianos-, o desenmascarad vuestra aparente amistad hacia nosotros, o vayamos a Roma para un juicio»



[•] La región del Don, del Danubio y del mar de Azov


Una vez que finalizó Pelópidas, los romanos le dijeron que Mitrídates debía retirarse inmediatamente de Capadocia, restaurar de nuevo en ella a Ariobarzanes y, bajo ningún concepto, emprender acciones conta Nicómedes. Así mismo, instaron a Pelópidas a no volver a presentarse ante ellos a no ser que el rey se atuviera a lo ordenado.

Después de darle esta respuesta, le hicieron escoltar por una guardia en su viaje de regreso, para que no pudiera soliviantar a nadie por el camino.


Pero Manio Aquilio y Lucio Casio no iban a aguardar la respuesta de Mitrídates. Cuando acabaron de hablar, sin esperar a que el senado o el pueblo decidieran acerca de una guerra de tanta magnitud, reunieron un ejército procedente de Bitinia, Capadocia, Paflagonia y Galacia.


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Mitrídates - Inicio de las hostilidades



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"Cuando acabaron de hablar, sin esperar a que el senado o el pueblo decidiera acerca de una guerra de tanta magnitud, reunieron un ejército procedente de Bitinia, Capadocia, Paflagonia y los gálatas asiáticos. Y, tan pronto como estuvo preparado el ejército que tenía Lucio Casio, el gobernador de Asia, y todas las fuerzas aliadas estuvieron reunidas, acamparon, dividiendo el conjunto total de las tropas. Casio lo hizo en la línea fronteriza de Bitinia y Galacia; Manio, en donde debía pasar Mitrídates hacia Bitinia, y Opio, otro general, en las montañas de Capadocia. Cada uno de ellos tenía alrededor de cuarenta mil hombres (τετρακισμυρίους), entre soldados de infantería y caballería [•]. También disponían de una flota, al frente de la cual estaban Minucio Rufo y Caio Popilio, en las proximidades de Bizancio, custodiando la boca del Ponto. Les acompañaba, además, Nicomedes, que mandaba otros cincuenta mil infantes y seis mil jinetes. Tan grande era el ejército que en total se logró reunir. Mitrídates, a su vez, tenía en su ejército doscientos cincuenta mil soldados de infantería y cuarenta mil jinetes, trescientos navios acorazados y cien con dos bancos de remos, y el resto del equipo en proporción a estas fuerzas. Eran sus generales Neoptólemo y Arquelao, hermanos ambos, y el rey en persona asumió el mando de la mayor parte de las tropas. De las fuerzas aliadas Arcatias, el hijo de Mitrídates conducía a diez mil jinetes procedentes de Armenia Menor, Dorilao (mandaba) a la falange y Crátera tenía a su cargo ciento treinta carros de guerra. Tan grandes eran los preparativos de una y otra parte cuando, por primera vez, los romanos y Mitrídates entraron en guerra mutuamente, alrededor de la ciento setenta y tres olimpíada"

Apiano, Sobre Mitrídates, 17


[•] En otras traducciones se lee:

"Cada uno de ellos tenía alrededor de (cuatro mil jinetes) y de cuarenta mil soldados de infantería"

Se justifica por el hecho de que en los demás casos especifique por separado el número de soldados de infantería y de caballería, así como la estructura de la frase en comparación con el contexto


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¡ Por Júpiter !, esto es un Best Seller. Casi 8 lecturas diarias.

En fin.


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tercioidiaquez
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Mensaje por tercioidiaquez »

Cuenta con la mía. Y gracias por el relato.


“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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Nicómedes invade el Ponto - Batalla del río Amnias





Mientras las tropas romanas se posicionaban en zonas fronterizas, Nicómedes, avanzando por el occidente del reino vecino, invadía el Ponto:


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Una vez que Nicomedes y los generales de Mitrídates estuvieron a la vista unos de otros en una ancha llanura junto al río Amnias, desplegaron sus tropas para la batalla. Nicomedes lo hizo con todo su ejército, pero Neoptólemo y Arquelao formaron sólo a la infantería ligera, a los jinetes que tenía Arcatias y a algunos de los carros, pues la falange todavía estaba de camino. Estos últimos enviaron a un destacamento para que se anticipara a tomar una colina rocosa de la llanura, a fin de no ser rodeados por los bitinios, que eran muy superiores en número. Pero, tan pronto como vieron que ellos eran rechazados de la colina, Neoptólemo, por temor a ser rodeado, corrió en su auxilio con rapidez, llamando a la vez a Arcatias. Nicomedes, al ver su acción, respondió con un movimiento similar y tuvo lugar allí un gran combate con bajas numerosas. Al fin se impuso Nicomedes y los soldados de Mitrídates emprendieron la huida, hasta que Arquelao, dirigiéndose hacia allí desde el flanco derecho, atacó a los perseguidores. Éstos se volvieron para hacerle frente, pero él se retiró poco a poco, a fin de que pudieran regresar de su huida los soldados de Neoptólemo, y tan pronto como conjeturó que esto se había realizado suficientemente, atacó de nuevo. Al mismo tiempo, los carros falcados, lanzándose con ímpetu contra los bitinios, rompieron la formación y, de inmediato, partieron a algunos en dos y a otros los trocearon en muchos pedazos. Lo ocurrido dejó aterrado al ejército de Nicomedes, cuando vieron a los hombres partidos por la mitad y todavía vivos o fragmentados en múltiples trozos o colgados de las hoces, y más por la repugnancia del espectáculo que por la derrota en el combate, rompieron el orden de la línea de batalla a causa del temor. Cuando estaban desordenados, los atacó de frente Arquelao y por la espalda, Neoptólemo y Arcatias, que retornaban de su huida. No obstante, se defendieron durante mucho tiempo, haciendo frente a cada uno de los atacantes; pero, cuando la mayoría había caído en la lucha, Nicomedes huyó con el resto a Paflagonia sin que tuviera que intervenir la falange de Mitrídates. Fue apresado el campamento de Nicomedes con gran cantidad de dinero y se capturó multitud de prisioneros. A todos éstos, Mitrídates los trató con benevolencia y, después de darles provisiones, los dejó que partieran en libertad hacia sus hogares, con lo que obtuvo fama de clemente entre sus enemigos.



Nota: En los momentos previos a la incursión de Nicómedes, Mitrídates envió una embajada para exigir de Roma un castigo del invasor o, al menos, la autorización para llevarla a cabo él mismo. Probablemente, el rey no esperaba respuesta. Manio Aquilio había proporcionado a Mitrídates una ventaja inicial ante la opinión pública.


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