Organización y material de guerra del Ejercito Vasco

[Alberto Bru]

La tónica general fue un tanto pretenciosa. Y no sólo por la creación del “Cinturón de Bilbao” o “de hierro", que no es el asunto central de este trabajo y que Aguirre estimó de superior calidad a las defensas de Verdún—, sino por la plantilla de la unidad tipo: el batallón de infantería, fijada por decreto. Era verdade-ramente lujosa, a base de setecientos cincuenta hombres, distribuidos en cinco compañías, una de ellas de ametralladoras y morteros. El “lujo” llegaba hasta los mandos, que eran dos; uno técnico y otro adminis-trativo, encargado éste de la intendencia de la unidad.
Las movilizaciones decretadas permitieron la rápida formación de bastantes batallones, mucho mejor equipados que los de Asturias, Santander o las zonas de Levante, Centro y Andalucía. Al final del invierno serían ya unos cuarenta, pero en la primavera los batallones se acercaron a la cifra de noventa.
En caballería figuraba, sobre “el papel” un Regimiento, a las órdenes del comandante don Antonio San Juan, reducido en la práctica a un escuadrón, más propio para desfiles que para combates imposibles, dentro de un terreno tan montañoso y densamente cultivado como el vizcaíno.
La Artillería se articulaba primeramente en un solo Regimiento —luego serían tres— al mando del co-mandante don José Aguirre Urrestarazu habiendo además un jefe superior del Arma, esto es, un mando en campaña, que desempeñaría el comandante don Casiano Guarrica Echevarría. Las piezas no debieron pasar inicialmente de ochenta, pero fueron incrementándose constantemente hasta tal punto, que los últi-mos días. según declara Steer, sólo las de calibre 75 eran ochenta. Cuestión espinosa esta del material de guerra de que dispusieron las fuerzas de Aguirre, íntimamente unida a la de loa envíos llegados por mar.
¿Ausencia de ayuda exterior? ¿Penuria? No lo creemos, pese a cuanto se ha voceado. De las varias fuentes bibliográficas podemos acudir a una nada sospechosa. En su libro Gudaris, el nacionalista Sancho da Beurko, habla de los lotes de material venidos del extranjero, exclusivamente para Vizcaya. En ellos figuran nada menos que 39.000 fusiles, 333 fusiles ametralladores, 1.000 subfusiles, 100 ametralladoras, 62 piezas de artillería, 13 lanzaminas y 70 morteros. Pero a estas cifras habría que añadir las que corres-pondieron al Ejército del Norte, en convoyes llegados a Santander y distribuidas entre las fuerzas santan-derinas, vizcaínas y asturianas, con remesas a veces muy copiosas, más el material existente el 16 de Julio y el que pudo fabricarse, y de hecho se fabricó, en Trubia y Reinosa y en los talleres y fábricas establecidos en la región.
A tal efecto, José Antonio Aguirre declaró, en el informe general, presentado al Gobierno Central tras la pérdida del Norte (copia en la Universidad americana de Standford). que en Vizcaya se habían fabricado obuses de 75, 105 y 155, bombas de aviación (que incluso se enviaban a la zona Centro), morteros, fusiles y fusiles ametralladores y munición de todo género. Los coroneles Vega y Morel se encargaban de dirigir la industria de guerra, que fue, sin duda, importante y útil.

[albertocille]

Muy interesante la información aportada que por supuesto desconocía por completo, al hilo de éste tema sería de mucho interés hablar también de Las Guerras Carlistas que acontecieron en el siglo XIX.