Durante ese tiempo navego siguiendo la costa Noruega en su periplo hacia el norte, alejándose de las posibles visitas indiscretas de los bloqueadores británicos hasta llegar al fiordo de Bindals. Allí conversaron brevemente con las autoridades explicándoles que querían efectuar unas reparaciones menores sustituyendo una de las válvulas principales antes de emprender la travesía del Atlántico a la mañana siguiente, logrando el permiso para permanecer en el fiordo hasta entonces.
Al caer la noche los hombres aprovecharon para cambiar el nombre del buque por el de Springfield, aprovechando para salir a mar abierto en los momentos previos al amanecer, siempre al abrigo de las brumas que debían impedir a las autoridades locales descubrir el engaño. Con el nuevo nombre pintado en su casco y documentación falsificada sobre su destino, el comandante Castillo ordeno poner rumbo al canal de las Feroe situado entre estas islas danesas e Islandia. Pretendía así esquivar las posibles patrullas enemigas y porque no decirlo, amigas, pues los submarinos alemanes rara vez se aventuraban tan al norte.
El único momento de peligro vino dado precisamente por la llegada de un crucero auxiliar británico, al que identificaron como el RMS Arlanza, uno de los mercantes armados de la Northen Patrol. Una patrulla compuesta por cruceros auxiliares de buen desplazamiento encargada de registrar los mercantes que hacían aquella ruta con el fin de evitar el contrabando con Alemania. El Arlanza disponía de una artillería superior pero según los registros que obraban en su poder, de menor velocidad. Por fortuna había aparecido mediada la tarde y en una ruta que le permitiría interceptarlo, más aun con el SS Springfield lanzado a 20 nudos de velocidad en dirección a la costa canadiense. Por ello se tuvo que conformar con una identificación visual toda vez que Castillo hizo oídos sordos a los mensajes telegráficos y heliográficos del buque inglés prefiriendo ganar ventaja con él, y esperando que su comandante no tuviese demasiado empeño en registrar un buque procedente de Europa y que por lo tanto sin interés. Máxime cuando ya se divisaba una nueva borrasca que llegaba desde Groenlandia y en la que se adentró con decisión. Como esperaba, el buque inglés se limitó a informar del contacto por TSH.
Al caer la noche variaría su rumbo para dirigirse al suroeste durante un par de días alejándose de las rutas del norte para acercarse a las Azores. No llegaría a ellas pues el 5 de noviembre pudo disfrutar de unas horas de descanso en las que aprovecharía la calma del mar para volver a cambiar el nombre de su buque, ahora nombrado como Rio Andiroba, de bandera Brasileña. Había llegado el momento de poner rumbo a España cosa que hizo sin más dilación.

Precisamente al día siguiente se encontraría con el crucero auxiliar germano Kronprinz Wilhem, que operaba desde el estallido de la guerra desde las Canarias al mando de su comandante, el capitán de corbeta Paul Thieldfelder. Este buque al estallar la guerra había sido armado someramente con dos piezas de 88mm, y algunas armas ligeras con las que empezó a operar en septiembre de 1914, logrando capturar y hundir seis presas, antes de enterarse de la entrada en la guerra de España y dirigirse a Canarias, donde recalo en busca de noticias. Allí le serían agregados 6 cañones de 57mm y varias ametralladoras además de recibir dotaciones de presa para los buques que capturase. A partir de ese noviembre empezaría a operar bajo la dirección del almirante Eulate, comandante en aquellas islas y director de la campaña de corso española.
Tras identificarse y evitar así el riesgo de ser objeto de un ataque, ambos buques viajaron hacia el este en dirección a España, viajando el crucero germano a unas 20mn a vanguardia como explorador. Afortunadamente no hubo contratiempos y el 13 de noviembre pudieron avistar uno de los puntos de encuentro situados a 180mn de la costa española. Allí se encontrarían con 3 corbetas que les escoltarían hasta Ferrol con el apoyo de uno de los dirigibles que realizaba uno de sus últimos vuelos antes del invierno.
Unas horas más tarde ambos entraban en Ferrol.