ALMIRANTAZGO BRITÁNICO ITras unos meses de incertidumbre la situación por fin se estaba esclareciendo en el almirantazgo británico. Los datos recabados por diversos medios que iban desde Inteligencia a datos recogidos por parte de mercantes neutrales inspeccionados por los cruceros auxiliares españoles, hablaban de tan solo 14 corsarios originales. Sin lugar a dudas una mejora sobre las previsiones iniciales de casi 20 buques de este tipo, aunque había que añadir los buques alemanes, alguno de los cuales actuaba junto a los corsarios españoles como el mercante armado Kaiser Wilhem der Grosse al que la entrada de España en la guerra había sorprendido en Canarias.
Operando desde la península, Cuba, y Fernando Poo estos buques tenían a su alcance las principales rutas comerciales británicas y estaban lo suficientemente lejos de las bases de la propia RN como para que su bloqueo fuese imposible. Afortunadamente poco a poco se estaba logrando mantener las rutas comerciales alejadas del ámbito de esos corsarios. En el caribe ahora los buques británicos pasaban invariablemente pegados a la costa de los EEUU, dentro de sus aguas territoriales, donde los corsarios españoles no se atrevían a entrar. El coste era alargar la ruta comercial y con ello el gasto, pero ahora podían navegar sin peligro y liberaban preciosas unidades navales para otras misiones. El problema de Fernando Poo era sin embargo diferente y precisaría de un tratamiento más agresivo que debía prepararse.
Sin duda suponía un problema, pero pese al centenar largo de presas logradas por estos corsarios, el verdadero problema lo constituyeron los buques militares. Nada más empezar la guerra la 1ª Escuadra española había cruzado el Atlántico para atacar Jamaica y destruir 4 cruceros acorazados de la escuadra de las Antillas en puerto, regresando a continuación a España con 3 presas logradas durante su viaje. Este era un problema no resuelto que se había repetido a principios de 1915, cuando esa escuadra barrio las rutas del petróleo tejano y mexicano y tejano capturando numerosos petroleros con destino al Reino Unido. Un problema que aun persistía y que no ofrecía una fácil solución pues bloquear a esa escuadra en aguas tan alejadas era todo un problema.
Mejor habían ido las cosas frente a los buques alemanes. El Emden había sido destruido en la isla de Cocos acabando así su fructífera carrera como corsario en el Índico. Identico destino que el que sufrirían el Scharnhorts y el Gneisenau cuando fueron hundidos cerca de Somalia, acabando así con el apoyo que habían ofrecido a las fuerzas de Von Lettow en el África Oriental Alemana. Pero sobre todo la flota de alta mar alemana seguía encerrada en el Baltico, y el bloqueo total impuesto a Alemania sin duda estaría causando estragos en su economía.
España en cambio no podía ser bloqueada mientras la atención de la Royal Navy siguiese centrada en Alemania, pues a causa de encontrarse en mares abiertos y lejos de las bases británicas se precisaría un numero de buques desproporcionadamente alto con respecto a la amenaza real que suponía. De todas formas también frente a España se habían logrado algunos éxitos, así el crucero acorazado español Almirante Oquendo fue hundido en aguas cercanas a Cabo Verde, donde se enfrentó a por el Minotaur. Sin embargo el mayor golpe que recibieron los españoles fue la destrucción de una de sus escuadras en el puerto de Cádiz, donde perderían dos acorazados y dos cruceros acorazados en el interior del puerto, devolviendo así la visita que estos hicieran a Jamaica.
De forma lenta pero inexorable la época en la que los buques españoles actuaban a su antojo en los mares quedaba atrás, y empezaba a verse cómo eran acosados una y otra vez produciéndose los primeros hundimientos de sus corsarios. Así el Miramar sería hundido cerca de la costa argentina, el Ponce de León en aguas caribeñas y el Cienguegos, dañado por su enfrentamiento con el crucero auxiliar City of London
(1) se tuvo que refugiar en Fernando Poo. Las perdidas sin embargo también habían resultado dolorosas. Aproximadamente 400 mercantes, la mayoría de ellos británicos, habían caído en manos españolas.
Peor había resultado en buques de guerra, donde habían perdido los cruceros acorazados Suffolk, Good Hope, y Monmouth en Kingston, el Minotaur
(2) cerca de Freetown, y el Carnovon en el ataque a Cádiz. Eso eran 5 cruceros acorazados perdidos frente a España, que había perdido por su parte dos acorazados y tres cruceros acorazados. Afortunadamente, el potencial industrial del Reino Unido parecía capaz de reponer las perdidas sin mayores contratiempos, al menos de momento, y nuevas unidades de submarinos, corbetas, destructores, y monitores eran botadas cada semana.
- El City of London también se retiraría seriamente dañado y sería dado de baja.
- El Minotaur fue en realidad hundido por el U-31.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.