Silver_Dragon escribió: ↑12 Ene 2021, 00:56Cada vez que hay una nevada la gente se pasa por el arco del triunfo las previsiones y el gobierno del signo que sea "siempre" lo coge en bragas..... Como si no hubiese tormentas o nevadas que cogió a mas de uno cambiado. A mi me cogió en Barcelona la famosa tormenta de nieve de marzo de 2010 y paralizó la ciudad con solo unos centimetros de nieve, aunque fuese media tarde y la gente a coger el coche. No aprendemos.
Uno que yo me sé, además de subir a esquiar (ahí aprende uo el truco de aparcar con el morro apuntando hacia abajo), ha vivido en una capital norteña en la que nieva con cierta frecuencia. Lo del otro día no fue habitual, cierto, pero yo ya he visto alguna parecida. No pasaba nada: se sacaban las cadenas del maletero (adminículo habitual por esos lares hasta que la gente empezó a comprar ruedas de invierno), se tiraba de pala si se necesitaba (venden unas plegables monísimas), se ponía alguna rama bajo las ruedas, y adelante, evitando las cuestas por si acaso. Más de una vez llegué al laboro con cadenas puestas. Siempre había algún imbécil que bloqueaba alguna avenida, pero más o menos se circulaba.
Eso sí, el dueño de mis zapatos recuerda cierta ocasión, ya viviendo en otro clima, en la que tenía una cita inexorable (una oposición) y cayó una nevada aparente. Ya se sabe, despacito, que prisa no hay, y si se va a treinta, mejor que a cuarenta. Pero al lado pasaban como flechas camionazos de ni sé de ejes, de esos que condicen tipos que dicen que en Alemania no pasa nada cuando nieva. Que se metan a ochenta por una autopista nevada sin ruedas de invierno, a ver qué les dice la polizei.
Esta vez tuve la suerte de tener libre el sábado de compromisos, pero aun así tuve que sacar el coche. Lo dicho, ruedas de invierno, tirar de pala, y a aparcarlo junto a casa que ahí estaba más guapo. Pero siempre hay listillos que pasan riéndose, a ver si se llevan por delante algún que esté aparcado
Eso entra en la misma línea que los cretinos cruzan las barranqueras en medio de una tormenta, o de los estúpidos que abarrotan las barras de los bares; total, los que se mueren son los abuelos, no ellos.
Saludos