en particular espero poder compartir con ustedes informacion sobre esos sucesos y en particular sobre las acciones militares
saludos

La primera es la escuadra Anglo-Alemana en el puerto de la Guaira.
la otra el Caza Torpedero Bolivar.

en 1902 Venezuela sufrio un Bloqueo militar por parte de Alemania, Inglaterra, Francia, Holanda y otros paises bloquearon e invadieron Venezuela, Hubo diferentes acciones de combate En las que marinos, sobre todo Alemanes y Holandeses bombardearon las costas ( Puerto Cabello Y la Guaira )
Luisfer escribió::shock: ¿Como se soluciono el problema durante y después de dicha invasión?
Saludos
Luisfer escribió::shock: ¿Como se soluciono el problema durante y después de dicha invasión?
Saludos
La planta insolente del extranjero
Luis Britto García
Muchos codician la incómoda silla del Presidente de la República.
La posición de quien la ocupa es poco envidiable. Los cadáveres insepultos de los partidos tradicionales hacen feroz oposición. Los caudillos regionales quieren autonomizarse como señores de horca y cuchillo. Los banqueros anhelan coronarse en Palacio. Los acreedores presionan el cobro de la Deuda Pública. Todos conspiran con docenas de generales y una compañía asfaltera para desatar la Guerra Civil. Financistas, patronos e inversionistas extranjeros tienen ya candidato: Manuel Matos, un banquero que asoma al campo de batalla con guantes de cabritilla y sombrilla blanca a ver morir a los demás. Truenan los máuseres.
Caen los venezolanos.
El presidente Cipriano Castro va derrotando esa extraña coalición de caudillos y usureros llamada irónicamente “Libertadora”.
Corre el año de 1902.
Esperanza de la oposición.
Es la intervención extranjera.
La oligarquía del Partido Liberal ha pedido empréstitos y cedido concesiones de servicios públicos en condiciones feroces.
Gracias a ello, en 1902 acreedores foráneos reclaman a Venezuela 119.300.000 bolívares, más 46 millones de intereses y 186.500.000 por reparaciones.
Es una deuda impagable para un pequeño país cuyo ingreso fiscal promedia los 30 millones de bolívares anuales.
Los acreedores. Ingleses, alemanes e italianos cobran con medios persuasivos. El 9 de diciembre de 1902 el almirante Douglas ordena el ataque conjunto de 15 cañoneras acorazadas de las flotas inglesa y alemana.
Sin declaratoria de guerra abordan en el puerto de La Guaira a las naves venezolanas “General Crespo”, “Margarita”, “Totumo”, “Zamora”, “Zumbador” y “23 de Mayo”.
El acorazado “Panther” rinde bajo la amenaza de sus cañones al “General Crespo” y al “Totumo”, luego hundidos en alta mar. El crucero “Caribdis” se apodera del “Bolívar” en Trinidad.
El “Miranda” escapa internándose en el Orinoco.
Hombres del a c o r a z a d o “Retribution” abordan el “Ossun” y el “Margarita” y les destruyen las máquinas.
Dos buques de guerra italianos abastecen y apoyan las operaciones.
Multitudes de venezolanos.
El pueblo protesta. El bloqueo pasa a invasión. El 12 de diciembre el acorazado “Viñeta” bombardea Puerto Cabello.
El jefe de una batería contesta una solitaria salva antes de que una andanada la desintegre.
Fusileros desembarcados destruyen la capilla, queman documentos históricos y roban las campanas. El 17 de enero de 1903, acorazados alemanes e ingleses cañonean el castillo de San Carlos en la Barra del Lago de Maracaibo. El coronel Manuel Quevedo responde con cañoncitos que se cargan por la boca y piezas que se salen de posición a cada disparo. Caen murallas y víctimas. El acorazado “Panther” embiste hacia el interior del Lago y encalla. Los acorazados alemanes bloquean desde La Guaira hasta Maracaibo, territorio antiguamente arrendado por Carlos V a los banqueros Welser para pagarles un soborno electoral.
La flota inglesa cubre desde La Guaira hasta las bocas del Orinoco, escenario de las correrías de sir Walter Raleigh en 1595 y 1617. Una vez más aquellos que olvidan la historia se ven obligados a repetirla.
La prensa. Ésta cubre con marejadas de insultos al Presidente de la nación agredida. “Dictador” lo llama el Tribune de Nueva York. “Transgresor de la ley y el orden internacional” y “hombre sin patria” lo llama Life. El Harper’s Weekly lo trata de “mínimo bobito”, el Daily Eagle de Brooklyn lo apoda “bombástico furioso”, el Journal de Minneapolis lo califica de “puercoespín”, el Jugend de Munich de “gato salvaje”; el Inquirer de Filadelfia lo moteja de “lloroncito”, el Tribune de Minneapolis de “mosquito” y The American Monthly Review de “invasor de EEUU”. Mientras que el Charivari de París lo caricaturiza como “mono salvaje” y el londinense Punch como “mono”. Injuriar al mandatario es descalificar al país. Descalificar al país es sentar el derecho a bloquearlo, bombardearlo, invadirlo y repartírselo.
En la intimidad. Empiringotadas familias brindan íntimamente y formulan felices augurios.
Los marinos extranjeros harán lo que ellas no pudieron: derrocar al Presidente.
Quizá éste ya ha renunciado.
Las copas se alzan. Pero el taciturno Cipriano Castro se reúne con el doctor Eloy G.
González, experto en prodigar metáforas sobre la seca prosa oficial. El mandatario sale con un papelote lleno de tachaduras.
Con voz que cobra fuerzas a cada palabra, lee: “¡Venezolanos! La planta insolente del extranjero ha hollado el sagrado suelo de la Patria...”.
La proclama bombástica. A su compás la nación se unifica en torno de su atrabiliario Presidente.
Castro decreta una amnistía. Enemigos políticos como el Mocho Hernández salen de la cárcel para unírsele contra los invasores. A bordo de las fortalezas flotantes, almirantes y vicealmirantes fruncen el ceño. Una cosa es cañonear una costa con artillería superior, otra es conquistarla palmo a palmo. Salieron de Europa para prevenir posibles conflictos mundiales mediante fáciles repartos. La resistencia venezolana da pie para que Estados Unidos esgrima la Doctrina Monroe.
Tras enrevesadas negociaciones diplomáticas, el 13 de febrero de 1903 se firman los Protocolos de Washington. Venezuela triunfa. Los insolentes cobros por reparaciones son reducidos a la quinta parte. Las constituciones sucesivas incluyen una cláusula que somete las controversias con la República a leyes y tribunales venezolanos: apenas hoy el Tribunal Supremo pretende ignorarla.
El diplomático argentino Drago formula la doctrina que condena cobrar deudas mediante intervenciones armadas.
Las formidables flotas coligadas levan anclas hacia la conflagración mundial en que se destruirán mutuamente once años después.
En Venezuela, la oposición derroca seis años más tarde mediante un golpe de Estado a Cipriano Castro, pero sólo para ser aniquilada por una interminable dictadura que se prolongará 27 años.
Faltaba poco para las 5 de la tarde del fatídico día 13 de diciembre, cuando convencido por Cipriano Castro ya no nos contestaría o que lo haría tarde, pensé ir a San Esteban con el objeto de ver como trasladar mi familia allí. Al efecto le pedí permiso a mi Jefe, el general Mora y partí.
Cuando ya iba acercándome al «Fortín Solano» al extremo de que éste me quedaba solo a dos cuadras, rompieron los fuegos. Más tarde se habló de un disparo salido del Fortín. Muchos negaron dicho disparo; otros dijeron que había sido hecho por el Capitán Meyer y otros, entre ellos el General López Contreras, sostuvieron que fue Antenor Ugueto quien lo hizo. Pero la generalidad afirma que fue un soldado desconocido quien, al oír los primeros disparos del «Charybdis», no quiso correr sin antes, por despecho, pegarle un fósforo encendido al oído del cañón.
Pero el caso es que esa vez pude presenciar y describir la trayectoria de casi cada una de las balas del «Viñeta». Vi primero un fogonazo en la explanada del Fortín, fogonazo que ha debido provenir del cañoncito sin balas. Luego vi los dos primeros disparos del Viñeta que desmontaron los dos cañoncitos que había en el Fortín. Nunca me imaginé una puntería mas certera. Las demás balas se las dirigieron a la base del Mirador Solano, pero sin lograr demolerlo, pues ya sabemos que los españoles construían sus fortalezas con un material más sólido que el mismo granito.
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