Según la revista Infodefensa la FAH retomará reparar todos sus F-5 Tiger II para tenerlos en condiciones para labores de interdicción aérea.
No obstante, los F-5 Tiger II no precisamente son para esa labor en nuestra FAH. ¿Por qué? Por al menos estas dos razones:
- Velocidad. Si bien, los F-5 son veloces (Mach 1.6), capaces de alcanzar sin ningún inconveniente cualquier avión narcotraficante típico, sí tendría problemas de escoltarlo a velocidades típicas de estas aeronaves, las cuales son muy bajas. Un F-5 tendría problemas de sustentabilidad al volar a velocidades por debajo de los 300-350 km/h. Un Cessna 172 posee una velocidad máxima de 300 km/h, por lo que definitivamente sería toda una proeza escoltar un avión tan lento a aterrizaje. Otros aviones como los C-101-Aviojets y los AT-27 Tucano son más apropiados para estas labores por temas de velocidad.
- Costo de operación. Volar un F-5E es más caro que sacar a pasear a un AT-27 y esto es suficiente peso para no usar los F-5E para labores de interdicción aérea de trazas de narcotraficantes. Ya en este mismo foro se ha expuesto los costos de vuelo que podrían considerarse para cada aeronave.
Para esas labores típicas, en donde se intercepta un avión mono-motor de velocidad entre 200 km/h a 550 km/h, una flota de turbo-props o aviones como los C-101-Aviojets son más adecuados para tal labor.
Pienso que Honduras en lugar de gastar tanto dinero en los F-5, debería de redestinar esos recursos para migrar a una plataforma nueva, más versátil y moderna y no precisamente supersónica, ya que aviones subsónicos son más propios para las necesidades catrachas y sus amenazas actuales.
Además, tener F-5 por sí solos, no son garantía de nada, ya que se requiere de más y mejores bases, tecnología, comunicación, radares, logística, etc.
¿Qué opinian ustedes foristas? - Saludos.