reytuerto escribió: ↑25 Dic 2023, 17:02
Estimado Mopy:
Feliz Navidad!
"...La traición de Leguía no tiene nombre..."
Eso tiene sus bemoles. Si en el Perú se hubiese preguntado que preferían, Tacna o Leticia, abrumadoramente se inclinarían por la provincia cautiva. Fueron 50 años de pugna constante, desde una posición de franca inferioridad militar, con el agravante que la hábil diplomacia chilena, abría constantes frentes en las fronteras del norte (Ecuador en 1910 y con Colombia aún más tiempo de tensión, llegando al clímax con el incidente de la Pedrera: recuerda que la influencia prusiana en los ejércitos de Colombia y Ecuador, fueron vía misión militar chilena inicialmente), debilitando aún más la menguada posición peruana.
El problema es que el Salomón-Lozano, fue hasta cierto punto "pasado por debajo de la mesa" a la población, y sólo con la caída de Leguía, este tratado llegó al gran público. Esto generó gran indignación en Iquitos, en donde el director del CNI, un funcionario de la administración civil y unas decenas de civiles armados con Winchester, sin apoyo (y posiblemente sin conocimiento) militar, transportados en un vapor comercial (creo que el "Adolfo" aunque puedo estar perfectamente equivocado), se apoderaron de Leticia, sin resistencia de las autoridades colombianas.
Esto debió haber terminado ahí. Pero 1932 fue como bien Guillermo Thorndike señala, "el año de la barbarie": fresca en la memoria del país estaban los acontecimientos de Trujillo, la sublevación aprista y la represión militar subsecuente: los fusilamientos de Chan-Chan. Sánchez Cerro, un dictador populista de indudable arraigo popular, intentó distraer la atención creando un enemigo externo.
Pero la guerra con Colombia fue extremadamente impopular. No existía un particular sentimiento de animadversión contra ese país, es más, ni siquiera había un término despectivo para su gentilicio. Además de ser un infierno logístico. En esa época, no había carretera que llegase hasta Pucallpa, apenas una trocha desde el Boquerón del Padre Abad; y la vía por el Huallaga y Yurimaguas era igualmente casi intransitable. Tanto es así, que el principal esfuerzo bélico peruano fue el intento de impedir la entrada de los refuerzos colombianos en la boca del Amazonas (objetivo evidentemente lejos del alcance de la fuerza peruana enviada, que en realidad era toda la MGP de alta mar -de hecho, los restos del crucero Lima se oxidan en Santa Clotilde- además de los 2 destroyers ex-imperiales rusos y el petrolero noruego comprados para la ocasión: Colombia se reforzó con 2 bonitos destroyers portugueses de diseño británico). Pero los combates fueron relativamente poco cruentos: la guarnición peruana de Guepi estaba comandada por un sargento. El asesinato de Sanchez Cerro, rápidamente hizo retornar la situación a su cauce anterior (es decir, anterior a la toma de Leticia, cosa que ponía al Perú en la incómoda situación de país agresor, de acuerdo a la Sociedad de las Naciones) restableciéndose la normalidad diplomática casi de inmediato. Por eso, desde la perspectiva del peruano promedio de los años 30s, la elección de Leguía bien valió la pena, Tacna por Leticia... aunque nunca se lo preguntaron a los loretanos. Saludos cordiales.
Estimado tuerto
Feliz año nuevo
Discrepo completamente con tu comentario. Lo de la preferencia por Tacna por Leticia es una suposición muy personal tuya, a más de 100 años de firmado el nefasto tratado Salomón Lozano, con la cual no estoy de acuerdo.
Es cierto que chile se esforzó en crear o reforzar otros frentes al Perú, de modo de aliviar su tensión por el incumplimiento del plebiscito prescrito por el Tratado de Ancón, por eso las misiones militares chilenas en Ecuador y Colombia. Pero el deber de un presidente es defender la integridad y la soberanía nacional. No disponer del territorio peruano como si fuera su propiedad particular. Y el mismo Leguía es una contradicción, al haber dispuesto el desalojo de las tropas colombianas de La Pedrera, como correspondía, por haber invadido territorio ajeno. Y si embargo, 11 años después firmaba un tratado entregándole a Colombia muchísimo más que La Pedrera, contra todo el derecho que tenía el Perú sobre esos territorios. Leticia fue fundada para contener el avance brasileño en Tabatinga, un fuerte peruano llamado inicialmente San Antonio, frente a la avanzada brasileña de Tabatinga. Inicuamente Leguía lo cede a Colombia, sin importarle los peruanos residentes que con su esfuerzo habían llevado el desarrollo a toda esa región. Y es una absurda ironía, que digas que la población hubiera preferido el rescate de la cautiva a cambio de Leticia. No era necesario el sacrificio de una por la otra. Con la absurda cesión territorial se cedieron también Tarapacá, Arica y Tacna, fundadas por peruanos justamente desarraigados de sus ciudades de origen por chile, emigrados al otro extremo de la patria, y ahora despojados de su suelo patrio, ya no por tropas enemigas sino por su propio presidente, un traidor a todas luces, que tristemente no ha sido el único en la historia peruana.
No es necesario que haya existido "animadversión" al pueblo colombiano. Quién no se sentiría contento si el presidente del vecino le obsequia un inmenso territorio. Pero a ningún peruano digno de ser llamado así le agrada el despojo territorial. Y tanto Colombia como Ecuador han ambicionado territorio peruano, incluso firmando un tratado entre ellos en el que se lo repartía, claro que no pudieron ejecutarlo en su totalidad. Ecuador no logró su soñada salida al Amazonas, pero Colombia sí, gracias al único medio que tenía para ello, contar con la colaboración de un traidor. No lo había logrado ni militar ni diplomáticamente, pero sí a través de ese medio. Y eso contribuyó a que en el caso de Ecuador, el ánimo nacional ya no tolerara más sacrificios territoriales "por la paz de América", para que el vecino no se sintiera "herido" u ofendido.
El tratado Salomón Lozano fue conocido por la publicación en un periódico de Manaos, a raíz de las observaciones que hizo el gobierno de Brasil. Y desde ese momento se trató de impedir su aprobación por el congreso, un congreso plagado de adictos al dictador Leguía. Los pocos patriotas intentaron convencer a Leguía de no aprobarlo. La población loretana evidentemente que se opuso. NO es que se haya conocido recién con la caída de Leguía. La guerra no fue impopular. No sé de dónde sacas eso. Lo que sí es cierto es que previamente se vivió una conflagración interna por la rebelión aprista. Pero hay que recordar que la población llegó a asaltar la casa de la legación colombiana en Lima.
Los combates fueron cruentos, y la guarnición de Guepí estaba al mando de un Capitán (Tenorio). No de un Sargento. Lo que sí es cierto es que el gobierno peruano no tuvo una posición contundente al inicio, un concepto de operación claro decalara en los objetivos militares inferiores. Las disposiciones fueron defender Leticia y evitar su reconquista. No se utilizó todo el poderío militar peruano. Recién con Guepí el gobierno se decidió a entrar en guerra total, enviando a la Marina de Guerra a la costa atlántica para hostilizarla y a remontar el Amazonas para atacar por retaguardia a la flota colombiana. En Lima se dispuso el envío de 30,000 soldados, pero justamente allí fue asesinado el presidente Sánchez Cerro.
Así que no puedes suponer la perspectiva del "peruano promedio", porque siempre se opuso a la cesión territorial, cual mínima fuese. Recuerda la tremenda revuelta que causó el "Acuerdo de Paz" con Ecuador, por las pequeñas concesiones (incluso no territoriales) a ese país. El peruano promedio defiende la soberanía nacional. Así que la "elección" de Leguía fue innecesaria, injusta, destructora, y completamente contraria al interés nacional. Nadie propugna la reducción del territorio nacional sin ser traidor. Y las consecuencias del nefasto tratado se pueden ver hasta hoy, con la posesión colombiana de un punto de extraordinario valor estratégico, que forma sinergias con Tabatinga, constituyendo un polo de desarrollo que genera desestabilización en su alrededor, impidiendo el progreso peruano por ser imposible competir, y con la "lengua" que le quedó al Perú no se puede desarrollar la zona con facilidad.
Saludos.