Yo dire muy sencillamente que mi batalla preferida es y seguira siendo la de Maipu el 5 de mayo de 1818 (aunque esto les disguste a los españoles jeje) cuando las huestes patriotas se cubrieron de gloria comandadas por Jose de San Martin frente a las realistas de Maroto. Paradojicamente fue una de las batallas mas sangrientas de la emancipacion de Sudamerica( alrededor de 1000 patriotas y 2000 realistas fueron muertos) algo inusual en este tipo de contiendas. Es obvio que naci en la Argentina y por tanto pienso y actuo como tal. Saludos a nuestros hermanos de Hispania.
PD: Dicho sea de paso admiro mucho a su comandante mas destacado de este conflicto: El marques de Viluma, Brigadier Joaquin de la Pezuela, futuro Virrey del Alto Peru, seria intersante encender un debate respecto de las batallas que libro este con Castelli y Belgrano.
¿Cuál es vuestra batalla preferida?
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Nicolas Cuestas
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Hell_from_Above
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mohicans
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Por lo que significo, Lepanto:
1571 Lepanto: Juan de Austria de los Cristianos vs Alí Pachá de los Turcos: Las fuerzas bélicas estaban mas o menos equilibradas. Eran de unas 240 galeras, mas 6 galeazas, de los cristianos y 260 embarcaciones musulmanas. El triunfo se lo llevaron los cristianos, favorecidos por la presencia de las galeazas, y de cristianos como remeros esclavos en las embarcaciones turcas.
fuente:http://webs.sinectis.com.ar/mcagliani/batarela.htm
1571 Lepanto: Juan de Austria de los Cristianos vs Alí Pachá de los Turcos: Las fuerzas bélicas estaban mas o menos equilibradas. Eran de unas 240 galeras, mas 6 galeazas, de los cristianos y 260 embarcaciones musulmanas. El triunfo se lo llevaron los cristianos, favorecidos por la presencia de las galeazas, y de cristianos como remeros esclavos en las embarcaciones turcas.
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Glavin_de_Glamoc
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Pavia
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Pavia desde su base operacional de Ciaño.
Por mi parte, además de la gloriosa batalla de la que mi nick procede, la batalla que más ha espoleado mi imaginición es Waterloo, epitafio del Imperio Napoleónico.
No se a ustedes, pero para mi hay momentos en ella que forman parte de la leyenda y que, cuando los cotejamos con el riguroso estudio histórico, adquieren mayor relevancia.
¿Se han leido el capítulo de Los Miserables donde se narra esta batalla? Pues háganlo, aunque su rigor histórico sea un tanto (no mucho) discutible.
¿Y que me dicen de los distintos momentos de la batalla?.
La denodada lucha de los Guardias Británicos frente al ala izquierda francesa, en una encarnizada pelea por la posesión de un granja, cuando todo había empezado por una mera maniobra de distracción francesa.
El Duque de Welinton, sopesando el valor de sus hombres, y tenuiendo que diseminar a sus valiosas unidades británicas y de la Legión Alemana, para sostener el dudoso valor de las unidades aliadas.
La carga de la cabellaría británica contra la infantería del General D'Arlon, clavada a causa del fuego artillero inglés y de los mosquetes de sus hombres... carga suicida que termina con la práctica aniquilación de un regimiento de dragones al ser cargados a su vez por el flanco por los franceses.
El retumbar lejano de la cabellería francesa (cuyo nombre aún hacia temblar media Europa) mientras se preparaba para su última carga, mientras en los cuadros los escoceses grises calaban bayonetas y ponían en el centro banderas y gaitas dispuestos a no dejarse amilanar frente a la tormenta de músculos y acero afilado que se les venía encima.
La mirada torva y preocupada del viejo zorro Corso mientras echaba mano de su última reserva, la que nunca le había falllado, La Vieja Guardia Imperial, para en un último esfuerzo romper las que parecían maltrecha líneas británicas. Los gritos de Vive L'Emperadeur mientras los valientes veteranos iban a su trágica cita con el destino al ser detenidos por la repentina aparición de la "delgada línea roja", que hizo que por primera vez huyeran.
Las calaveras de los ulanos, húsares y lanceros prusianos, extendiéndose como una mareas imparable desde el ala derecha francés una vez revasada la desesperada resitencia de la Joven Guardia. La muerte dibujada en sus ojos y en el filo de sus espadas.
La búsqueda infructuosa de una muerta digna de un soldado del más valiente de cuántos generales y mariscales han poblado la historia francesa: Ney... a pecho descubierto sin encontrar el digno final que se merecía.
Esos cuadros de guardias franceses, cercados sin esperanza, enfrentándose a una muerte más que segura, declinando las ofertas de rendición...
No lo sé... algo extraño se conjugó en aquel día. Más que real parece una leyenda, un mito... Tal vez la útima batalla de toda una época.
Sin más se despide Pavia desde Asturias.
Por mi parte, además de la gloriosa batalla de la que mi nick procede, la batalla que más ha espoleado mi imaginición es Waterloo, epitafio del Imperio Napoleónico.
No se a ustedes, pero para mi hay momentos en ella que forman parte de la leyenda y que, cuando los cotejamos con el riguroso estudio histórico, adquieren mayor relevancia.
¿Se han leido el capítulo de Los Miserables donde se narra esta batalla? Pues háganlo, aunque su rigor histórico sea un tanto (no mucho) discutible.
¿Y que me dicen de los distintos momentos de la batalla?.
La denodada lucha de los Guardias Británicos frente al ala izquierda francesa, en una encarnizada pelea por la posesión de un granja, cuando todo había empezado por una mera maniobra de distracción francesa.
El Duque de Welinton, sopesando el valor de sus hombres, y tenuiendo que diseminar a sus valiosas unidades británicas y de la Legión Alemana, para sostener el dudoso valor de las unidades aliadas.
La carga de la cabellaría británica contra la infantería del General D'Arlon, clavada a causa del fuego artillero inglés y de los mosquetes de sus hombres... carga suicida que termina con la práctica aniquilación de un regimiento de dragones al ser cargados a su vez por el flanco por los franceses.
El retumbar lejano de la cabellería francesa (cuyo nombre aún hacia temblar media Europa) mientras se preparaba para su última carga, mientras en los cuadros los escoceses grises calaban bayonetas y ponían en el centro banderas y gaitas dispuestos a no dejarse amilanar frente a la tormenta de músculos y acero afilado que se les venía encima.
La mirada torva y preocupada del viejo zorro Corso mientras echaba mano de su última reserva, la que nunca le había falllado, La Vieja Guardia Imperial, para en un último esfuerzo romper las que parecían maltrecha líneas británicas. Los gritos de Vive L'Emperadeur mientras los valientes veteranos iban a su trágica cita con el destino al ser detenidos por la repentina aparición de la "delgada línea roja", que hizo que por primera vez huyeran.
Las calaveras de los ulanos, húsares y lanceros prusianos, extendiéndose como una mareas imparable desde el ala derecha francés una vez revasada la desesperada resitencia de la Joven Guardia. La muerte dibujada en sus ojos y en el filo de sus espadas.
La búsqueda infructuosa de una muerta digna de un soldado del más valiente de cuántos generales y mariscales han poblado la historia francesa: Ney... a pecho descubierto sin encontrar el digno final que se merecía.
Esos cuadros de guardias franceses, cercados sin esperanza, enfrentándose a una muerte más que segura, declinando las ofertas de rendición...
No lo sé... algo extraño se conjugó en aquel día. Más que real parece una leyenda, un mito... Tal vez la útima batalla de toda una época.
Sin más se despide Pavia desde Asturias.
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EA33-TABANO
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shomer
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La batalla de Las Piedras.
18 de mayo de 1811
Antecedentes
Los sucesos de Mayo de 1810 en Buenos Aires, habían iniciado el proceso revolucionario en el Río de la Plata, cuyo objetivo era la eliminación del dominio imperial español en esta parte de América. En buena medida, ese proceso estuvo originado por las guerras napoleónicas que se desarrollaban en Europa, cuando España fue ocupada por los franceses. También influyó la política de Inglaterra, que estaba comprometida en la guerra contra Napoleón; y a la que interesaba además obtener una buena posición comercial y marítima en el área del Río de la Plata, como lo habían demostrado las Invasiones Inglesas.
Jose G.Artigas, Fundador de la Nacionalidad Oriental, Prócer de la Democracia americana
Cuando en Buenos Aires la Junta de Mayo declaró la independencia de España, la ciudad de Montevideo se mantuvo fiel al trono español; pero algunos criollos importantes no estuvieron de acuerdo. Entre ellos, José Gervasio Artigas, que era Capitán del principal cuerpo militar de la ciudad y del territorio uruguayo entonces conocido como la Banda Oriental. Destacado en la ciudad de Colonia como Capitán de una compañía de Blandengues, desertó el 15 de febrero de 1811 y viajó a Buenos Aires, donde se unió al movimiento revolucionario, quedando a las órdenes de la Junta de Buenos Aires.
Con Libertad, ni ofendo, ni temo ! ... Yo no soy vendible, ni quiero más premio por mí empeño que ver libre mi nación del poderío español, ... Sólo aspiro al bien de mi Patria en la justa causa que sigo, ... Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos, ... La causa de los pueblos no admite la menor demora, ... Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana, ... (Jose Artigas)
Artigas, tenía una influencia muy grande en el territorio interior de la Banda Oriental, porque desde 1797 se había incorporado como Oficial al Cuerpo de Blandengues, con el cual había recorrido por varios años todo ese territorio persiguiendo a los ladrones de ganado que provenían del sur del Brasil, entonces bajo el dominio portugués. También había tenido a su cargo otras actividades, como propiciar la colonización del territorio, haciendo repartos de tierras y fundando nuevas poblaciones. Esa actividad lo había hecho conocido y apreciado por los principales pobladores del territorio rural; por lo cual tenía gran ascendiente sobre ellos.
Artigas, que a su retorno de Buenos Aires había constituído su cuartel general en la ciudad de Mercedes, situada sobre el Río Negro cerca de su desembocadura en el Río Uruguay; se había dedicado a reclutar un ejército revolucionario.
Las condiciones del Ejército Artiguista eran muy precarias. Los soldados carecían de preparación militar, porque eran principalmente paisanos que vivian en el territorio en forma casi nómade haciendo trabajos de campo ocasionales, y peones de los establecimientos ganaderos, principalmente dirigidos por sus patrones, que las más de las veces eran los que actuaban como Oficiales.
El armamento era totalmente improvisado, apenas tenian algunas armas de fuego rudimentarias que habían sido utilizadas para defensa contra los indigenas y los bandoleros portugueses; y sobre todo disponםan de armas improvisadas, como cuchillos, lanzas construídas con hojas de tijeras de esquilar atadas a las cañas tacuaras o ramas de árboles que empleaban como “picanas” (garrocha) para dirigir el ganado, y otros utensilios propios de las tareas ganaderas, como las conocidas como “boleadoras”.
Desde su cuartel general de Mercedes, Artigas emitió un mensaje dirigido a la población de la Banda Oriental, instando a la revolución; documento que es conocido como “La proclama de Mercedes”. El 28 de febrero de 1811, dos influyentes caudillos criollos, Pedro Viera y Venancio Benavídez habían proclamado la Independencia de la Banda Oriental de la corona española, en el conocido como “Grito de Asencio”. Ello produjo una inmediata respuesta de los pobladores de la campaña oriental, en la cual de hecho dejó de ejercerse la autoridad colonial; y muchos se unieron al ejército de milicianos que Artigas estaba formando.
Desarrollo de la batalla.
El objetivo de Artigas, era avanzar con sus fuerzas sobre la plaza fortificada de Montevideo, para ponerle sitio; es decir, cercarla y tratar de penetrar sus defensas, para desalojar a las autoridades que respondían al trono español.
Con ese propósito, Artigas desplazó sus fuerzas desde Mercedes en dirección al sur, llegando a ocupar la población de Nuestra Señora de Guadalupe; actual ciudad de Canelones y capital del mismo Departamento, distante de Montevideo alrededor de 40 Kms.
El gobernador español de Montevido, envió al encuentro de Artigas un contingente militar de unos 1.200 hombres al mando del Capitán José de Posadas.
Los soldados españoles, eran militares profesionales, dotados de 6 cañones de artillería, 2 obuses lanzadores de granadas explosivas, y buen armamento de fuego, fusiles que eran de los más modernos de su época. La milicia revolucionaria estaba compuesta de unos 400 soldados de a pié y 600 jinetes. Los españoles estaban instruídos en la realización de maniobras militares y en el empleo eficiente de su armamento; por su parte, los criollos eran hombres de campo, hábiles jinetes, y expertos en el manejo de sus utensilios para picanear y “bolear” el ganado cerril.
El enfrentamiento tuvo lugar el 18 de mayo de 1811 en campos próximos al pueblo de Las Piedras, hacia las 11 de la mañana.
Los espanioles, que habían llegado por el camino desde Montevideo, adoptaron su posición de batalla sobre una zona de altura, muy cerca del Arroyo de Las Piedras que quedó a sus espaldas.
Artigas, que había ubicado su fuerza al frente, destacó en línea directa a la posición española un grupo de infantería al mando de Antonio Pérez, que amagó un ataque acercándose a la distancia de alcance de tiro de los trabucos españoles, pero cuando éstos abrieron fuego simuló una retirada en derrota. Eso provocó que los españoles salieran de su ventajosa posición para perseguirlos; circunstancia en la que el grupo de caballería artiguista, al mando de Manuel Artigas, logró infiltrarse por el flanco izquierdo del contingente español en un movimiento envolvente, y llevó a cabo su ataque, quedando los españoles entre dos fuerzas atacantes.
La batalla duró varias horas. Hacia las 5 de la tarde las tropas españolas habían quedado derrotadas; y los revolucionarios americanos habían obtenido la primer victoria sobre los españoles. Posadas izó la bandera blanca y se rindió ante Artigas; en uno de los episodios que fueron luego tema de una de las pinturas patrióticas de Juan Manuel Blanes.
Principales consecuencias del triunfo oriental en Las Piedras.
La batalla de Las Piedras fué el primer gran triunfo militar de la revolución libertadora del Río de la Plata. Como tal, significó un episodio de gran trascendencia histórica, que tonificó el espíritu revolucionario americano.
Su principal consecuencia militar fue que Artigas pudo poner el primer sitio a Montevideo, en cuyas afueras acamparon sus fuerzas; recibiendo la asistencia de un ejército porteño enviado desde Buenos Aires al mando del Gral. José Rondeau. Todo el territorio de la Banda Oriental quedó fuera de la autoridad de los españoles.
Por una parte, la fuerza militar española en el Río de la Plata quedó practicamente eliminada, al haberse apoderado Artigas de buena parte de su mejor armamento. Eso movió al Virrey Elío, sitiado en Montevideo, a recurrir a la ayuda del gobierno de Portugal mediante la invasión de la Banda Oriental por el norte, desde el sur del Brasil. Ello comenzó un largo período de intervención portuguesa primero, y brasileña después, que de alguna forma pautó el desarrollo de la historia revolucionaria hasta la Independencia del Uruguay.
Salu2
18 de mayo de 1811
Antecedentes
Los sucesos de Mayo de 1810 en Buenos Aires, habían iniciado el proceso revolucionario en el Río de la Plata, cuyo objetivo era la eliminación del dominio imperial español en esta parte de América. En buena medida, ese proceso estuvo originado por las guerras napoleónicas que se desarrollaban en Europa, cuando España fue ocupada por los franceses. También influyó la política de Inglaterra, que estaba comprometida en la guerra contra Napoleón; y a la que interesaba además obtener una buena posición comercial y marítima en el área del Río de la Plata, como lo habían demostrado las Invasiones Inglesas.
Jose G.Artigas, Fundador de la Nacionalidad Oriental, Prócer de la Democracia americana
Cuando en Buenos Aires la Junta de Mayo declaró la independencia de España, la ciudad de Montevideo se mantuvo fiel al trono español; pero algunos criollos importantes no estuvieron de acuerdo. Entre ellos, José Gervasio Artigas, que era Capitán del principal cuerpo militar de la ciudad y del territorio uruguayo entonces conocido como la Banda Oriental. Destacado en la ciudad de Colonia como Capitán de una compañía de Blandengues, desertó el 15 de febrero de 1811 y viajó a Buenos Aires, donde se unió al movimiento revolucionario, quedando a las órdenes de la Junta de Buenos Aires.
Con Libertad, ni ofendo, ni temo ! ... Yo no soy vendible, ni quiero más premio por mí empeño que ver libre mi nación del poderío español, ... Sólo aspiro al bien de mi Patria en la justa causa que sigo, ... Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos, ... La causa de los pueblos no admite la menor demora, ... Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana, ... (Jose Artigas)
Artigas, tenía una influencia muy grande en el territorio interior de la Banda Oriental, porque desde 1797 se había incorporado como Oficial al Cuerpo de Blandengues, con el cual había recorrido por varios años todo ese territorio persiguiendo a los ladrones de ganado que provenían del sur del Brasil, entonces bajo el dominio portugués. También había tenido a su cargo otras actividades, como propiciar la colonización del territorio, haciendo repartos de tierras y fundando nuevas poblaciones. Esa actividad lo había hecho conocido y apreciado por los principales pobladores del territorio rural; por lo cual tenía gran ascendiente sobre ellos.
Artigas, que a su retorno de Buenos Aires había constituído su cuartel general en la ciudad de Mercedes, situada sobre el Río Negro cerca de su desembocadura en el Río Uruguay; se había dedicado a reclutar un ejército revolucionario.
Las condiciones del Ejército Artiguista eran muy precarias. Los soldados carecían de preparación militar, porque eran principalmente paisanos que vivian en el territorio en forma casi nómade haciendo trabajos de campo ocasionales, y peones de los establecimientos ganaderos, principalmente dirigidos por sus patrones, que las más de las veces eran los que actuaban como Oficiales.
El armamento era totalmente improvisado, apenas tenian algunas armas de fuego rudimentarias que habían sido utilizadas para defensa contra los indigenas y los bandoleros portugueses; y sobre todo disponםan de armas improvisadas, como cuchillos, lanzas construídas con hojas de tijeras de esquilar atadas a las cañas tacuaras o ramas de árboles que empleaban como “picanas” (garrocha) para dirigir el ganado, y otros utensilios propios de las tareas ganaderas, como las conocidas como “boleadoras”.
Desde su cuartel general de Mercedes, Artigas emitió un mensaje dirigido a la población de la Banda Oriental, instando a la revolución; documento que es conocido como “La proclama de Mercedes”. El 28 de febrero de 1811, dos influyentes caudillos criollos, Pedro Viera y Venancio Benavídez habían proclamado la Independencia de la Banda Oriental de la corona española, en el conocido como “Grito de Asencio”. Ello produjo una inmediata respuesta de los pobladores de la campaña oriental, en la cual de hecho dejó de ejercerse la autoridad colonial; y muchos se unieron al ejército de milicianos que Artigas estaba formando.
Desarrollo de la batalla.
El objetivo de Artigas, era avanzar con sus fuerzas sobre la plaza fortificada de Montevideo, para ponerle sitio; es decir, cercarla y tratar de penetrar sus defensas, para desalojar a las autoridades que respondían al trono español.
Con ese propósito, Artigas desplazó sus fuerzas desde Mercedes en dirección al sur, llegando a ocupar la población de Nuestra Señora de Guadalupe; actual ciudad de Canelones y capital del mismo Departamento, distante de Montevideo alrededor de 40 Kms.
El gobernador español de Montevido, envió al encuentro de Artigas un contingente militar de unos 1.200 hombres al mando del Capitán José de Posadas.
Los soldados españoles, eran militares profesionales, dotados de 6 cañones de artillería, 2 obuses lanzadores de granadas explosivas, y buen armamento de fuego, fusiles que eran de los más modernos de su época. La milicia revolucionaria estaba compuesta de unos 400 soldados de a pié y 600 jinetes. Los españoles estaban instruídos en la realización de maniobras militares y en el empleo eficiente de su armamento; por su parte, los criollos eran hombres de campo, hábiles jinetes, y expertos en el manejo de sus utensilios para picanear y “bolear” el ganado cerril.
El enfrentamiento tuvo lugar el 18 de mayo de 1811 en campos próximos al pueblo de Las Piedras, hacia las 11 de la mañana.
Los espanioles, que habían llegado por el camino desde Montevideo, adoptaron su posición de batalla sobre una zona de altura, muy cerca del Arroyo de Las Piedras que quedó a sus espaldas.
Artigas, que había ubicado su fuerza al frente, destacó en línea directa a la posición española un grupo de infantería al mando de Antonio Pérez, que amagó un ataque acercándose a la distancia de alcance de tiro de los trabucos españoles, pero cuando éstos abrieron fuego simuló una retirada en derrota. Eso provocó que los españoles salieran de su ventajosa posición para perseguirlos; circunstancia en la que el grupo de caballería artiguista, al mando de Manuel Artigas, logró infiltrarse por el flanco izquierdo del contingente español en un movimiento envolvente, y llevó a cabo su ataque, quedando los españoles entre dos fuerzas atacantes.
La batalla duró varias horas. Hacia las 5 de la tarde las tropas españolas habían quedado derrotadas; y los revolucionarios americanos habían obtenido la primer victoria sobre los españoles. Posadas izó la bandera blanca y se rindió ante Artigas; en uno de los episodios que fueron luego tema de una de las pinturas patrióticas de Juan Manuel Blanes.
Principales consecuencias del triunfo oriental en Las Piedras.
La batalla de Las Piedras fué el primer gran triunfo militar de la revolución libertadora del Río de la Plata. Como tal, significó un episodio de gran trascendencia histórica, que tonificó el espíritu revolucionario americano.
Su principal consecuencia militar fue que Artigas pudo poner el primer sitio a Montevideo, en cuyas afueras acamparon sus fuerzas; recibiendo la asistencia de un ejército porteño enviado desde Buenos Aires al mando del Gral. José Rondeau. Todo el territorio de la Banda Oriental quedó fuera de la autoridad de los españoles.
Por una parte, la fuerza militar española en el Río de la Plata quedó practicamente eliminada, al haberse apoderado Artigas de buena parte de su mejor armamento. Eso movió al Virrey Elío, sitiado en Montevideo, a recurrir a la ayuda del gobierno de Portugal mediante la invasión de la Banda Oriental por el norte, desde el sur del Brasil. Ello comenzó un largo período de intervención portuguesa primero, y brasileña después, que de alguna forma pautó el desarrollo de la historia revolucionaria hasta la Independencia del Uruguay.
Salu2
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Vass
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Spinola
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Ahí van las mías:
Antigüedad y Edad media: Maratón, Cannas, Cinoscéfalos (el mayor enfrentamiento entre legión y falange), Adrianópolis, Poitiers y el 2º gran sitio de Constantinopla (717-718) donde le pararon los pies a los árabes.
De la época moderna Pavía y Gembloux (1578) ésta última fué la victoria mas aplastante de los Tercios en Flandes, destruyendo a un enemigo muy superior en numero con unas perdidas mínimas.
De la II Guerra Mundial una victoria muy brillante fué la obtenida por los ingleses en el Norte de Africa en Beda Fomm (Cirenaica) en febrero de 1941. El General Wavell con sólo 2 divisiones (1 acorazada) dejó fuera de combate al ejército italiano en Libia, forzando la llegada de Rommel y su Afrika Korps.
Antigüedad y Edad media: Maratón, Cannas, Cinoscéfalos (el mayor enfrentamiento entre legión y falange), Adrianópolis, Poitiers y el 2º gran sitio de Constantinopla (717-718) donde le pararon los pies a los árabes.
De la época moderna Pavía y Gembloux (1578) ésta última fué la victoria mas aplastante de los Tercios en Flandes, destruyendo a un enemigo muy superior en numero con unas perdidas mínimas.
De la II Guerra Mundial una victoria muy brillante fué la obtenida por los ingleses en el Norte de Africa en Beda Fomm (Cirenaica) en febrero de 1941. El General Wavell con sólo 2 divisiones (1 acorazada) dejó fuera de combate al ejército italiano en Libia, forzando la llegada de Rommel y su Afrika Korps.
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blücher
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Ahi van las mías
Mis batallas preferidas (suena a novela negra):
-Jena: las banderas del Emperador ondearon ese dia con gloria
-Normandía: nunca se ha repetido tal desembarco de efectivos
-Rocroi: el final del Imperio español en Europa. El fin de los tercios, aunque murieron con las botas puestas.
-la toma de Gibraltar: aunque no fue una batalla de un día, resultó vital para la mal llamada "Reconquista"
-Jena: las banderas del Emperador ondearon ese dia con gloria
-Normandía: nunca se ha repetido tal desembarco de efectivos
-Rocroi: el final del Imperio español en Europa. El fin de los tercios, aunque murieron con las botas puestas.
-la toma de Gibraltar: aunque no fue una batalla de un día, resultó vital para la mal llamada "Reconquista"
"Nunca tantos debieron tanto a tan pocos" (Winston)
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Apónez
- General de Ejército
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- Registrado: 20 Jul 2003, 17:29
Re: Ahi van las mías
blücher escribió:Mis batallas preferidas (suena a novela negra):
-Rocroi: el final del Imperio español en Europa. El fin de los tercios, aunque murieron con las botas puestas.
Tanto fue el final Blücher, que un año más tarde volvieron a enfrentarse al ejército francés derrotandolo. El final habría que buscarlo casi al final de la guerra contra Francia no en la guerra de los Treinta Años.
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HEISHIRO_TOGO_
- Soldado Primero
- Mensajes: 71
- Registrado: 03 Abr 2005, 22:22
Para mi cualquier batalla japonesa es un ejemplo de honor valentía y obediencia. La guerra ruso-japonesa donde los nipones iban cargados de bombas hacia las trincheras rusas arrojando las bombas antes de caer muertos, y también sus grandes ataques a bayoneta cargas suicidas al grito de Tenno heika banzai!" ("Diez mil años de vida por el Emperador!") y con dos cojo*** caían ,muertos unos sobre otros, y los capitanes de los barcos japoneses que preferían hundirse con los barcos pese a que lo tenían prohibido por sus superiores ya que escaseaban las mentes brillantes hacia el final de la guerra. Es difícil decidirme por alguna batalla aunque una de mis favoritas es la de estalingrado casi al final cuando ya la mayoría de alemanes se habían rendido un grupo de unos 30.000 escondidos en las alcantarillas y en escombros decidieron resistir asta el final por la gloria del reich milenario.
Y también durante la guerra en china donde los japoneses hicieron una masacre terrible decapitando a miles y miles de civiles chinos violaciones y todo tipo de matanzas en Nankim, esta batalla la pongo como la mas terrible de todas, un ejercito frente a civiles desarmados e leído miles de cosas sobre esta matanza , uno se imagina a un soldado japonés arrancando de los brazos de su madre a un bebe y lanzándolo al aire para ensártalo en la bayoneta, así fueron muertos miles de bebes y también una fila de chinos arrodillados frente a una zanja mientras un soldado nipón los decapitaba uno a uno con la katana.
Saludos cordiales
Y también durante la guerra en china donde los japoneses hicieron una masacre terrible decapitando a miles y miles de civiles chinos violaciones y todo tipo de matanzas en Nankim, esta batalla la pongo como la mas terrible de todas, un ejercito frente a civiles desarmados e leído miles de cosas sobre esta matanza , uno se imagina a un soldado japonés arrancando de los brazos de su madre a un bebe y lanzándolo al aire para ensártalo en la bayoneta, así fueron muertos miles de bebes y también una fila de chinos arrodillados frente a una zanja mientras un soldado nipón los decapitaba uno a uno con la katana.
Saludos cordiales
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