Se ha asociado siempre a los que nacimos entre 1960-1970 al entrañable SEAT 600, y es correcto hasta un cierto punto, ya que a muchos de nosotros nos pusieron la quilla en el asiento de atrás de algún “seita”, sin lugar a dudas
Pero no es menos cierto que lo que en verdad identificó a aquellos niños del “Baby-boom” fue la mercromina,( micromina para todo el mundo), hoy en día sustituida por el translucido e incoloro y a la vez insulso e insípido del Betadine ese.
Todo amarillito él.
(Aunque ahora lo hay hasta trasparente, las trasparencias son de lo mas chick)
Esto es un bote de "micromina"
Aquella pócima roja (encarnada o colorada en la época), que chorreaba siempre por mucho cuidado que se tuviera con el cuentagotas, tenía la facultad de mancharlo todo y lo que usabas para limpiarla a sus vez se transformaba en un objeto impregnador de micromina.
No se si curaba las heridas; lo que si hacía era picar, (cómo picaba la joía),
- “Venga que esto no pica, es solo micromina, te decían” -
(Tú pensabas que por qué tu padre no se la ponía cuando se cortaba afeitándose).
Puede ser que picara más al reaccionar con la arena y el meado que nos poníamos en las heridas para poder seguir jugando, era sabido por todos los niños que la arena junto con el pipí, curaba, (los padres no lo sabían por lo visto), cuando eras un poco más grande eras tú el que meabas a los otros, je, je, je
Llevar los codos, rodillas y cachas manchados de micromina daba un estatus social entre los demás críos, significaba que eras alguien en el que se podía confiar, que no ibas a dejar que un amigo cargara con todas las culpas de una travesura, que no te ibas a ir llorando a la primera de cambio.
Si llegabas a casa y le ocasionabas a tu padre un considerable gasto de micromina, significaba para tus progenitores que eras un niño normal y participabas de todos los juegos de los demás niños, y eso quería decir que estabas sano.
Se podía decir que la salud de un niño era directamente proporcional al gasto de micromina que ocasionaba.(se consumía mas que la coca-cola)
Casi todo se curaba con micromina pero para lo que no se podía curar con aquel ungüento colorado existían tres tipos de antidepresivos para niños, aunque al final terminaban usándose en combinación con la micromina:
El Alpargatín suave, La alpargata de mamá, vamos
Era un medicamento arrojadizo, dotado de un excepcional sistema de dirección de tiro, y seguimiento de blancos móviles, algunas eran capaces de describir inverosímiles trayectorias curvas para impactar en el niño.
Se usaba para pequeños ataques de malcriadez y de tocamiento de las pelotas a los mayores con caprichos mimosos impertinentes
También estaba el "Escobasin".
Que era un medicamento intimidatorio que con un gesto te dirigía directamente al baño para no llenar la casa de barro cuando venías de la calle
El cinturonex forte. En pocas palabras el cinturón de papá.
La sola posibilidad de que el cinturón saliera de su sitio habitual en el pantalón causaba terror,
se usaba cuando la gamberrada había causado daños a terceros, o, bien cuando no había manera de memorizar, las tablas de multiplicar, todos los ríos de España, los reyes godos y todas la capitales del mundo
Los niños de antes apenas teníamos depresiones ni cosas raras. y no todo era malo en aquella época en blanco y negro, sin todos esos artilugios que dan stress o depresión, sin ordenadores ,sin MP3, sin móviles ,recuerdo que un móvil no era un teléfono, era una cosa que corría a una velocidad extrañísima ( metros por segundo en lugar de kilómetros por hora como ponía en el cuenta-kilómetros del 600), y que salía del punto “A”,(sigo sin saber dónde está la ciudad llamada punto A) te preguntaban infinidad de cosas sobre él hasta que llegaba por fin al punto “B” nosecuantos segundos mas tarde
Tampoco cambio mi tirachinas fabricado por mí bajo la supervisión de mi abuelo; con una auténtica rama de árbol y con las gomas de la cámara de tractor por la más rápida de las conexiones a internet
Hoy en día, la micromina y su medicación asociada pudiera ser un buen remedio para el tratamiento de todo ese oportuno cuadro clínico de distintas afecciones de difícil diagnostico que se produce cuando de prevé que durante un tiempo se va a escuchar con regularidad esa frasecilla de:
“Preparación del buque para salir a la mar”
Desde a dentro, claro, desde el lado que se mueve
De momento, ese cuadro clínico, se está tratando con la entrega discrecional del “carnet de paralímpico” sin prestar atención a las contraindicaciones de esta receta.
Si cualquiera observa con detenimiento el apartado de contraindicaciones de esta receta podrá comprobar que el que las sufre es el que ya lleva saliendo a la mar muchos años y le toca por derecho dejar de oír la dichosa frase y que no lo frían a comisiones.
¡Cada palo con su vela, cada marinero a su vela y cada artillero a su cañón!
Diccionario naval de la lengua de los mamparos y las sentinas:
Carnet de paralímpico:
def. Documento firmado que generalmente se tramita por teléfono y que exime efectuar navegaciones alegando oportunas enfermedades de difícil diagnóstico o acogiéndose a leyes mal desarrolladas que curiosamente benefician a unos pocos y perjudican a la gran mayoría. Tiene la ventaja de que mientras está en vigor se cumple el tiempo de embarque aunque la plaza no sea cubierta y ese trabajo y esas guardias las tenga que desempeñar otro que no le tocaba pero estaba por allí.
jajajajajajaja, otro cascajo como yo con ataque de añoranza, jajajajaja, pero jandres tiene razón, al area libre.
