Batallas Históricas en Sudamérica

Las guerras y conflictos en la región latinoamericana, desde la Conquista hasta las Malvinas y el Cénepa. Personajes y sucesos históricos militares.
mcp
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Mensaje por mcp »

comando_pachacutec escribió:
Dany Jimenez escribió:En serio no veo por que siguen declarándose ganadores uno o los otros, la guerra no cambio nada y por ello seria algo demasiado patriótico decir que x o y nación gano solo por que se quedo en cierta parte o por que hizo firmar la paz; ademas me parece una exageración decir que la gran Colombia se disolvió por esta guerra, desde antes la situación en esta era critica, a Bolívar lo querían matar y tenia una fuerte oposición por su dictadura vitalicia, las cosas ya estaban mal, que la guerra pudo haber ayudado tal vez, pero que esto fue la causa no lo creo en mi opinión personal.


Estimado Daby, es que algunos se sienten vencedores de la guerra por Tarqui. cuando las cosas son diferentes. Si acaba una guerra con tropas invasoras, pues ese pais invadido no gano la guerra. Y esta guerra no disolvio la GC, lee bien dice "la GC ya estaba condenada a desaparecer".

Saludos


Saludos estimado Comando, la verdad, no me gusta mucho meterme con vuestro Karma "Bolivariano" :D:, sin embargo, leyendo rápidamente vuestras palabras, quieres decir que la guerra no la perdió el Perú porque al termino de la misma aun se encontraban las tropas de este ocupando territorios de Colombeia (el libertador no copio bien el nombre :D: )... Ese es tu punto?... Saludos.


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comando_pachacutec
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Mensaje por comando_pachacutec »

Hola mcp

Saludos estimado Comando, la verdad, no me gusta mucho meterme con vuestro Karma "Bolivariano" :D:, sin embargo, leyendo rápidamente vuestras palabras, quieres decir que la guerra no la perdió el Perú porque al termino de la misma aun se encontraban las tropas de este ocupando territorios de Colombeia (el libertador no copio bien el nombre :D: )... Ese es tu punto?... Saludos.


Y Jaen y Maynas

Saludos


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Mensaje por giovazzi »

comando_pachacutec escribió:Hola mcp

Saludos estimado Comando, la verdad, no me gusta mucho meterme con vuestro Karma "Bolivariano" :D:, sin embargo, leyendo rápidamente vuestras palabras, quieres decir que la guerra no la perdió el Perú porque al termino de la misma aun se encontraban las tropas de este ocupando territorios de Colombeia (el libertador no copio bien el nombre :D: )... Ese es tu punto?... Saludos.


Y Jaen y Maynas

Saludos


Minuta de Bases para un tratado definitivo de paz, que propone el General Presidente de la República del Perú, a fin de terminar la presente guerra.
1° El gobierno de Colombia devolverá, todos los peruanos que S. E. él General Bolívar transportó fuera del Perú después de la batalla de Ayacucho, en reemplazo de las bajas del ejército colombiano, que estuvo de auxiliar; y se obliga a dar una indemnización por aquellos que no puedan devolverse, bien por haber muerto, bien por otros motivos justos.

2° El gobierno de Colombia se comprometerá a pagar al Perú todos los gastos extraordinarios causados en la presente guerra, hasta que se firme el tratado definitivo de paz.

3° El departamento de Guayaquil quedará en el estado en que se hallaba antes de que S. E. el General Bolívar lo agregase a Colombia; y en el tratado definitivo se arreglarán las precauciones que deban tomarse para que se pronuncie con toda libertad, sin que pueda haber la menor sospecha de coacción, por ninguna de las dos partes contratantes.

4° Se nombrarán comisionados por ambas partes, para que liquiden las cuentas pendientes, y convengan en los términos, en que deba hacerse el pago del alcance que resulte.

5° Igualmente se nombrarán comisionados, para que establezcan los limites de las dos Repúblicas.

6° Los demás puntos se arreglarán en el tratado definitivo, conforme a estas bases, en cuanto tenga relación con ellas.

7° Se admite por parte del Perú la garantía de una potencia extranjera, que se ha propuesto, eligiéndose los Estados Unidos de Norte América; cuyo allanamiento será del cargo del Gobierno de Colombia solicitar y conseguir.

8° Estas bases serán ratificadas por los gobiernos del Perú y Colombia.

Cuartel General en Saraguro a 7 de Febrero de 1829.

José de La Mar.

Es copia sacada del pliego que se devolvió. O' Leary.



:confuso: :confuso: :confuso: :confuso: :confuso: :confuso:


Dany Jimenez
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Mensaje por Dany Jimenez »

http://www.youtube.com/watch?v=kXqFLu8Vy4E

Gente, un vídeo de la guerra colombo-peruana, que encontré por causalidad el día de hoy.


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Feliuzz
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Mensaje por Feliuzz »

saludos
Otra vez aprendi bastante sobre la historia militar de suramerica,gracias a los foristas que comparten su conocimiento con quienes somos apenas aficionados. Me convenzo mas que muchas de las batallas historicas y epopeicas,y tambien otros hechos que nada tienen que ver con la guerra, son castillos de arena con que los politicos construyen su "gloria" y por supuesto, su fortuna. es que la historia es una disciplina tan sensible, que hacerse uno con la idea de cual haya podido ser la "verdad" sobre tal o cual hecho historico, supone el gran esfuerzo de atender a varias y contradictoria fuentes.
este tema de la batalla de tarqui, yo ni recuerdo haberla estudiado, mas aun ni recuerdo alguna guerra con gran colombia sino aquella reclamacion de jaen y maynas, y luego tumbes, como el origen del conflicto con ecuador. la manipulacion de la historia es una cana al aire que todos los paises se han echado, si bien unos mas que otros, y veces muy grosera y desvergonzadamente.


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Mensaje por Gabriel31 »

veo que nadie nombro la victoria brasilera sobre bolivia en la guerra del acre.

en guerra del parana entre argentina y la armada anglo francesa, se encuentra la victoria decisiva del combate de quebracho el 4 de junio de 1846 donde de los 12 buques de guerra invasores 6 fueron undidos y tuvieron 60 muertos del lado argentino solo un muerto.

despues de esta batalla los ingeleses y francesas reconocieron la soberania argentina de sus rios interiores.


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Re: Batallas Históricas en Sudamérica

Mensaje por mopy »

giovazzi escribió:
Maquillaje para los Gran Colombinos, que es la "justificacion" de Bolivar (Jaen y Maynas). Ciertamente, La Mar, Guayaquileño como otros querian libre a Guayaquil de la GC, incluyendo a los propios del lugar (no digo con esto, que querian ser parte del Pe).

Pe contra la GC? si hubiera resistido y ganado ya que la GC ya estaba condenada a desaparecer... habra pensado el Libertador que una guerra contra el Pe impediria esto? mas que seguro los traeria nuevamente bajo su "ala protectora" pero no fue asi. Ademas tu pregunta se contesta sola con el desenlace de esa guerra. La GC no pudo con Peru que invadio su territorio y no lo pudieron expulsar. Y eso, todavia con las rencillas politicas entre Gamarra y La Mar


algunos poblados fueron quemados por sucre por ayudar a los "peruanos" (habian guayaquileños y cuencanos y peruanos por supuesto) habia un cariño especial por GUAYAQUIL por sus sacrificios para la independencia del PERU,

si bien como dices tal vez BOLIVAR quizo poner una tela de humo con una guerra pero de haberse concretado a mas de una boconada del "libertador" hubiera invadido este al PERU en hechos no solo palabras como lo hizo.

a esto LA MAR encontró la excusa mas estúpida .,,,,, mejor me adelanto!!!!

y sobre que no los saco estas equivocado

esto pide LA MAR....

Minuta de Bases para un tratado definitivo de paz, que propone el General Presidente de la República del Perú, a fin de terminar la presente guerra.
1° El gobierno de Colombia devolverá, todos los peruanos que S. E. él General Bolívar transportó fuera del Perú después de la batalla de Ayacucho, en reemplazo de las bajas del ejército colombiano, que estuvo de auxiliar; y se obliga a dar una indemnización por aquellos que no puedan devolverse, bien por haber muerto, bien por otros motivos justos.

2° El gobierno de Colombia se comprometerá a pagar al Perú todos los gastos extraordinarios causados en la presente guerra, hasta que se firme el tratado definitivo de paz.

3° El departamento de Guayaquil quedará en el estado en que se hallaba antes de que S. E. el General Bolívar lo agregase a Colombia; y en el tratado definitivo se arreglarán las precauciones que deban tomarse para que se pronuncie con toda libertad, sin que pueda haber la menor sospecha de coacción, por ninguna de las dos partes contratantes.

4° Se nombrarán comisionados por ambas partes, para que liquiden las cuentas pendientes, y convengan en los términos, en que deba hacerse el pago del alcance que resulte.

5° Igualmente se nombrarán comisionados, para que establezcan los limites de las dos Repúblicas.

6° Los demás puntos se arreglarán en el tratado definitivo, conforme a estas bases, en cuanto tenga relación con ellas.

7° Se admite por parte del Perú la garantía de una potencia extranjera, que se ha propuesto, eligiéndose los Estados Unidos de Norte América; cuyo allanamiento será del cargo del Gobierno de Colombia solicitar y conseguir.

8° Estas bases serán ratificadas por los gobiernos del Perú y Colombia.

Cuartel General en Saraguro a 7 de Febrero de 1829.

José de La Mar.

Es copia sacada del pliego que se devolvió. O' Leary.



Interesante ver las bases que propone La Mar, porque ellas reflejan los objetivos que tuvo para emprender la guerra declarada por Colombia. Es muy interesante que entre los objetivos esté dejar a Guayaquil en libertad para que se pronuncie sobre su destino sin imposiciones. Esto es revelador porque muchos han repetido la falsa idea de que La Mar, y el Perú, pretendía anexar Guayaquil al Perú en un afán expansionista que jamás existió. Ya está visto que quien anexó Guayaquil fue Bolívar en contra de que defina su propio destino.


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Mensaje por Midheridoc »

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mopy escribió:Interesante ver las bases que propone La Mar, porque ellas reflejan los objetivos que tuvo para emprender la guerra declarada por Colombia. Es muy interesante que entre los objetivos esté dejar a Guayaquil en libertad para que se pronuncie sobre su destino sin imposiciones. Esto es revelador porque muchos han repetido la falsa idea de que La Mar, y el Perú, pretendía anexar Guayaquil al Perú en un afán expansionista que jamás existió. Ya está visto que quien anexó Guayaquil fue Bolívar en contra de que defina su propio destino.

No solo Guayaquil, sino que tampoco forzó la anexión de Cuenca, y eso que La Mar (presidente del Perú) era cuencano.

Por cierto, preciosa ciudad Cuenca, antiguamente Tumibamba, en su momento engrandecida por los incas hasta llegar a conocerla como la segunda Cuzco.

Saludos
Midherídoc


orinoco_man
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Mensaje por orinoco_man »

Libros sobre historia y temas navales.


CF. LEOPOLDO VICENTE PELLICER
Ingresó a la Escuela Naval que funcionaba en el vapor “Centenario” en 1883. Se graduó el 15 de agosto de 1885. Estuvo destinado al vapor “Reivindicador”. En 1891 le encontramos como segundo del vapor “Centenario” .

Oficial de recordada memoria. De destacadísima actuación durante la Revolución Libertadora y en las acciones navales sobre Rio Hacha.

El “Miranda”, antiguo cañonero español “Diego Velásquez” fue incorporado a la escuadra venezolana en 1899. Entre 1900 y 1901, había caído en manos de comandantes irresponsables, dados presuntamente a vicios y corruptelas, lo que influyó en el descuido de la nave. Alejandro Ibarra, Comandante General de la Armada y de la Escuadra, destinó a Pellicer a ese buque, con el fin de corregir todo aquello en marzo del último año .

LA INVASIÓN DEL EJÉRCITO COLOMBIANO
La Guerra de los Mil Días fue un importante episodio bélico ocurrido en Colombia entre 1899 y 1902, originado por el enfrentamiento entre el Partido Liberal y una fracción del Partido Conservador en funciones de Gobierno (Nacional). Tuvo como causas principales, la sustitución de la Constitución de Rio Negro (1863) de esencia federal, por la Constitución de 1886 de sistema centralista, los intentos de cooptación de los conservadores y las ambiciones liberales de tomar el poder, entre otras.

Gobernaba el octogenario Manuel Antonio Sanclemente. En un movimiento de un sector del Partido Conservador, su vicepresidente, un conocido académico y literato, José Manuel Marroquín, se hizo con el poder.

La enemistad entre el Presidente Cipriano Castro hacia José Manuel Marroquín era de naturaleza ideológica, como contraparte, el presidente Marroquín se movía por consideraciones de recursos, puesto que el petróleo y el asfalto se proyectaban como riquezas de gran provecho.

Jorge Barco, apoderado de la señora Edelmira Maldonado de Barco, traspasó el 10 de abril de 1905 a la “Carib Royalties Corporation” el 15% de la explotación denominada “Concesión Barco”, cerca del Rio de Oro, de una extensión de un millón quinientos mil acres . Se decía que era la más rica del mundo, “un lago de petróleo y de la mejor calidad posible” . Una respuesta posible del por qué la insistencia del gobierno colombiano por delimitar en aquel momento, aquellas zonas con la mayor ventaja posible.

La necesidad de buscar una salida al Caribe por el eje Catatumbo-Lago de Maracaibo, y la sostenida insistencia de la libre navegación, complementaban aquella vecindad en crisis.

Marroquín intentó establecer un sistema conservador en Venezuela con un trasfondo econocéntrico, para lo que se valió del general venezolano Rangel Gárbiras, brillante médico y antiguo presidente del Gran Estado los Andes, enemistado con Castro desde la invasión de los 60. El general Rangel, sostuvo continuas conversaciones con Castro en el exilio (1892-1898). Mantenía la idea de que debían separarse las jefaturas civil y militar, en todo caso él se proponía para la primera. Castro pensaba en el mando único, de ser necesario, cedería ambas a Gárbiras y entraría como su subalterno. Gárbiras declinó. Acordaron hacer invasiones separadas, y el primero que lo hiciera sería apoyado por el otro. Este acuerdo no se materializó, y terminó en un gran encono de Gárbiras contra el triunfante Restaurador .

En el Consejo de Ministros en Bogotá, se discutió acaloradamente el apoyo a Rangel Gárbiras. Tanto el Ministro de Relaciones Exteriores como el Ministro de la Defensa, Pedro Nel Espina se opusieron a tal aventura .

Millares de nuestros buenos soldados fueron lanzados sin nuestra bandera clandestinamente a órdenes de extranjeros en el territorio venezolano. Los jefes de esa fuerza no avanzaron ni siquiera al frente de ella…todo paró en un robo bochornoso, pues dicho territorio fue arrasado en provecho de unos cuantos, y en la humillante derrota inflingida a nuestro ejército .

Un jueves 26 de julio de 1901, a las 11:00 de la mañana, 6.000 hombres del Ejército regular de Colombia, al mando de Rangel Gárbiras, el venezolano Emilio Fernández, y otros jefes tachirenses y colombianos, ocupaban San Antonio y se dirigían hacia San Cristóbal. Los telegrafistas alertaban con desesperación una noticia esperada desde hacía tiempo: “¡Invasión! ¡Invasión! ¡Dios mío invasión!”. Violaciones, robos y saqueos, muerte y tortura, dejaron a su paso, mientras iban desacelerando su marcha entretenidos en estos menesteres .

El alcance político y estratégico operacional del gobierno colombiano sobre Venezuela al propiciar la invasión de Gárbiras, es digno de detalles. La invasión, anunciada desde hacía un año, tuvo dos frentes. El eje Táchira- San Cristóbal y el eje Encontrados-Maracaibo. El objetivo principal objetivo fue reeditar la marcha de Castro hacia Caracas para establecer un gobierno conservador. Su segundo objetivo estratégico operacional era el apoderamiento del parque que tenía Castro guardado en San Cristóbal para ser usado por el gobierno colombiano. El tercer objetivo estratégico operacional fue marchar sobre Maracaibo para separar esa cuenca hidrográfica del resto del país, lo que permitiría el control de la salida al Caribe a través de la conexión Catatumbo-Encontrados-Lago de Maracaibo-Golfo de Venezuela; tal ventaja concedería una salida natural de los productos de Santander, así como el acceso a las potencialidades bituminosas de las inmediaciones del Rio de Oro. El cuarto objetivo estratégico operacional: la liberación del “Mocho Hernández”, preso en el castillo de San Carlos, para abrir un nuevo frente contra Castro. El último y no menos importante objetivo, consistía en crear un tercer frente de ataque contra los liberales desde la Guajira.

Estos movimientos estarían complementados con la invasión de Nicolás Rolando desde Trinidad. Segundo Riera y Luís Loreto Lima harían lo propio desde Apure para levantar los estados Cojedes y Falcón entre otros. Se esperaban otros movimientos en Carabobo y Barquisimeto .

Esta formidable invasión causó horribles daños en Rubio, San Antonio, Capacho y Táriba. Celestino Castro, quien recibía indicaciones por telégrafo de su hermano, concentró 1.500 hombres en San Cristóbal para esperar a Rangel que había establecido su cuartel en Táriba. Los combates se desarrollaron hasta el 29 de julio. Terminaron con la batalla de la Parada. Celestino Castro, asesorado por el general colombiano Uribe Uribe, puso en derrota a los invasores .

El segundo frente hizo efectivo el ataque el 28 de julio. Las fuerzas del general colombiano Juan Márquez habían salido de Cúcuta, donde se encontraba el general González Valencia con 7.000 efectivos, tomaron el tren en Alto Viento. Navegaron por el Rio Catatumbo, y en el curso del mismo, encontraron a la comisión de demarcación de límites. Tomaron la estación de ferrocarril en Boca de la Grita, donde se encontraba el funcionario de Cancillería M. León Quintero, miembro de la referida comisión .

La comisión colombo-venezolana había realizado sus trabajos topográficos en el Rio de Oro, San Faustino, Tarra y Sardinata, la China, Guarumito y la Grita. Cerca del Rio de Oro, fueron apresadas las lanchas “La Colombia” (donde viajaba la comisión colombiana) y la “América” (llevaba a bordo a los funcionarios de la Cancillería venezolana, Carlos Monagas entre otros). Poco después, las tropas de Márquez se dirigieron a Encontrados, que tomaron sin mayores contratiempos. Efectuada la operación, las tropas del general Jesús Morales Berti, acantonadas en Villamizar, deberían marchar sobre Maracaibo. El general venezolano Régulo Olivares avanzó sobre Encontrados y la retomó, empujando a los invasores por el rio. Con el vapor “Progreso” hicieron tal labor y rescataron a los comisionados de límites .

EL BOMBARDEO A RIO HACHA
El general Cipriano Castro se había dejado seducir por el buen verbo del general Uribe Uribe, refugiado en Venezuela, después del fracaso en la batalla de Palo Negro (25-26 de mayo de 1900). Esperaba reeditar el sueño gran colombiano, estableciendo un gobierno liberal con el apoyo de Nicaragua y Ecuador y, desde adentro, por las masas liberales opuestas a la facción nacionalista del conservadurismo. Todo obraría para el derrocamiento de Marroquín. El Ministro de Guerra y Marina, el viejo general Pulido, le recriminaba amargamente a Castro la carencia de jefes para derrocar gobiernos extranjeros, mucho menos de dinero para tales fines. Presentó la renuncia. El ambiente periodístico y general, atizado por los agresivos artículos de Vicente Dávila llamando a las armas, hizo el resto .

A principios de 1901, el general Liberal colombiano Clodomiro Castillo, quien peleaba en Tolima, navegó por el Orinoco hasta llegar a Trinidad. Transportaba gran cantidad de mercancías que en aquella isla cambió por armas y municiones. Su llegada a Trinidad coincidió con la visita del general Rafael Uribe Uribe a Cipriano Castro. Huésped de honor, trasladado en buques de la Armada a los lugares que tenía en agenda. Otros líderes liberales de aquel país, como el general Benjamín Ruiz, tuvieron entrevista con Castro, con promesas de apoyo político y militar, y posiblemente el reconocimiento de aquellas tropas como beligerantes .

La Guajira tenía presencia venezolana que apoyaba a los Conservadores. Unos 80 jinetes “mochistas” bajo las órdenes del coronel venezolano Eliseo Marques, junto al Cacique José Dolores con sus bravos guajiros, dependían del Comando de Rio Hacha y dominaban aquellas áridas tierras .

LOS VAPORES “RAYO” Y “AUGUSTO”
El general Augusto Lutowski Pérez , ingeniero, político y militar, tuvo una exitosa carrera durante los gobiernos de Antonio Guzmán Blanco, y luego bajo el mando del general Joaquín Crespo. Cuando ejerció la comandancia de la fortaleza de San Carlos (1880-1882), realizó una exploración a la barra de Maracaibo para el trazado de un nuevo canal de navegación. En la coyuntura, adquirió un pequeño remolcador en la ciudad de Filadelfia, al que bautizó “Augusto” y sirvió varios años para el abrir el camino de los barcos que entraban a puerto. Los sucesivos destinos al Zulia y como jefe de la Armada Nacional (1895-1897), le permitieron mantener a este buque en el servicio público de practicaje. Triunfante la Revolución Restauradora y habiéndose unido a ella, vendió al Estado el vapor “Augusto”.

Las consideraciones de orden estratégico de los liberales establecían como objetivo operacional principal, el dominio marítimo de la costa Atlántica y del Rio Magdalena, anulando a las fuerzas navales conservadoras, y el transporte de tropas y municiones. La culminación en feliz término, permitiría al ejército del Magdalena unirse al que operaba en Bolívar. Lograda la convergencia de ambos en el rio que dividía al país en dos, marcharían sobre la capital. Los liberales estimaban que el alma de la revolución eran los barcos .

Dentro del apoyo materializado por el presidente de Venezuela, se encontraba la asignación de buques. A principios de 1900 les facilitó el “Augusto” para los fines mencionados. El general mexicano Francisco Ruiz Sandoval recibió esta unidad de la Armada venezolana. Se dirigió a Trinidad con patente de guerra expedido por el gobierno y el título de general al servicio de Venezuela. En Puerto España y por intermediación del Consulado General de Venezuela en aquel país, se obtuvo el armamento que los ingleses habían decomisado a los liberales colombianos .

El “Augusto” trasladó armas y municiones de los liberales colombianos a las fortalezas de Puerto Cabello y del Zulia. En Puerto Cabello, el general Ruiz recogió un segundo buque que la Revolución liberal había comprado en Inglaterra con apoyo del gobierno venezolano, llamada el “Rayo”. Las fortalezas venezolanas sirvieron de soporte logístico para las operaciones navales revolucionarias durante la Guerra de los Mil Días .

El vapor colombiano “Rayo” o “Peralonso” fue utilizado en la guerra del Atlántico por el general liberal colombiano Siervo Sarmiento para el dominio de aquellas costas. El 8 de mayo de 1900, Sarmiento desembarcó del “Rayo” y el “Augusto” en las costas de Rio Hacha, hombres, 1.800 fusiles “Marlincher” y 200.000 cartuchos. En el mes de mayo, Sarmiento murió. Era comandante del “Augusto” o “Gaitán”, Francisco Ruiz Sandoval. El “Rayo” y el “Augusto” fueron empleados en un ataque combinado de los liberales al mando de los generales Aníbal Ruiz, Plácido Camacho y Adán Franco, sobre las costas de Zapote, Departamento de Bolívar (8 de mayo de 1900 aproximadamente). Entre las acciones operacionales realizadas tenemos el bombardeo a Boca Chica, el hundimiento del “Nelly Bazán”, el apresamiento en las bocas del Sinú del “María Hanaberg”, entre otras . Las operaciones continuaron por tierra hasta Santa Marta. Los buques esperaban en el Morro. La colisión de ambos y la falta de coordinación entre los jefes liberales, convirtieron en fracaso el éxito inicial. De camino a Rio Hacha, el comandante Ruiz, al parecer apresó la tripulación del “Rayo” y lo remolcó hasta Venezuela .

Por algunos hechos subsidiarios, las quejas del gobernador de Maracaibo, la desintegración de las fuerzas liberales y la muerte del jefe de operaciones del Atlántico, al llegar a la Guaira a finales de 1900, ambos buques fueron decomisados por el Ministerio de Hacienda y su comandante puesto a buen resguardo por cuatro meses . Los buques pasaron a la Escuadra venezolana. El “Rayo” o “Gaitán” se denominó “23 de Mayo”, y el “Augusto”, fue llamado el “Zumbador”.

Dueño el gobierno del Rio Magdalena, la revolución había quedado dividida en dos ejércitos separados. Ante tales circunstancias, primaba restablecer el control del mar. Por ello, el líder liberal M.S. Algandona se dirigió a Encontrados en donde se entrevistó con un enviado del Presidente Castro. Algandona solicitaba buques bajo cualquier modalidad (compra, destino en comisión), lo que ayudaría a cambiar el curso de la guerra. Se acordó realizar tales tratos en forma verbal para evitar futuros reclamos diplomáticos .

EL EJÉRCITO AUXILIAR RESTAURADOR
Alentado por la invasión colombiana al Táchira, Castro envió al general venezolano Rufo Nieves a las órdenes del general Castillo (nombrado Jefe de las Fuerzas del Magdalena por Uribe Uribe). Se inició el avance por la Guajira saliendo por Paraguaipoa, hasta que se produjo el combate de Garapasera (22 de agosto de 1901) .

Terminada la batalla de Garapasera, las fuerzas del general Clodomiro Castillo que se encontraban en la laguna de Pirure (Península Guajira), marcharon a Guayumana donde se reunieron con el denominado “Ejército Auxiliar Restaurador”, enviado por Cipriano Castro, el Comandante en Jefe: el general José María Dávila.

El ejército venezolano estaba compuesto por 1.400 hombres. Jefe de Estado Mayor: general Vicente Sánchez; Comisario de Guerra; coronel Arturo Uslar; y Jefe de Parque, luego comandante de una compañía de “Sagrada”, coronel Carmelo Castro. Jefe de la Escuadra de Operaciones sobre Rio Hacha: TN Leopoldo Vicente Pellicer.

Así las cosas, el Ejército Auxiliar Restaurador salió de Maracaibo el 28 de agosto de 1901.

LAS ACCIONES TERRESTRES Y NAVALES
El general Carlos Albán, Jefe Civil y Militar del Istmo (Panamá) había sido nombrado por el gobierno de Marroquín, Comandante en Jefe de las Fuerzas Fluviales y Ribereñas del Bajo Magdalena y de las Marítimas y Terrestres de los Departamentos de Panamá, Bolívar y Magdalena. Hombre vigoroso, militar de destacada actuación, tenía en su haber los títulos de médico, abogado e ingeniero. Dominaba varios idiomas .

El general Albán había ordenado al general Arjona que saliera de Rio Hacha a encontrarse con el Ejército que marchaba por la Guajira y evitar que cercaran aquella ciudad. Intimidado por el número del ejército invasor y por la presencia de la Escuadra venezolana, no pudo verificarlo. Ante la inferioridad numérica de los Conservadores, el general Albán contrató a un exorbitante precio en Puerto Colombia y por 48 horas, los servicios del vapor mercante francés “Alexander Bixio” para transportar 1.700 hombres de la División “Briceño”. Como parte del contrato, un crucero de la misma nacionalidad, el “Suchet” tendría la misión de escolta, no sólo al primero sino también del vapor mercante armado en guerra “Próspero Pinzón” que llevaba a bordo al general Albán, su estado mayor y 300 hombres. Acompañaba el buque inglés “Penélope”. El día 8 salieron hacia Rio Hacha .

La escuadra venezolana conformada por los vapores “Miranda”, “Zumbador” y “Crespo” salió de Maracaibo el 3 de septiembre de 1901 . Tenía como misión impedir el desembarco de tropas conservadoras en Rio Hacha, aprovisionar al Ejército con armas, municiones y transporte de ser necesario, y bombardear los lugares que se le indicaran en apoyo al ataque a la ciudad. Asistieron también, el “Restaurador”, “Bolívar” y “Totumo”.

Uno de los principales problemas de Pellicer era el abastecimiento de carbón. La escuadra se detuvo cerca del Castillo de San Carlos, donde tomó la goleta “Augusta Victoria” para llevarla llena de carbón para los buques. Al desistir del intento la dejó en libertad y siguió hacia Rio Hacha .

La escuadra llegó a Rio Hacha el 6 de septiembre. Hizo un recorrido entre aquella ciudad y Cabo de la Vela en busca de algún mensajero del general Dávila. El día 9 a las once de la mañana, se acercaban por el oeste el “Alexander Bixio”, el “Pinzón”, escoltados por el “Suchet”. La Escuadra venezolana avistó el convoy y se aprestaron a perseguir al “Pinzón”. Este se colocó entre tierra y el “Suchet”. El general Albán en conferencia con el comandante del buque de guerra francés, y a sabiendas que se encontraba en Rio Hacha el vicecónsul de aquel país como representante de importantes intereses que tenía su gobierno en aquella ciudad, le preguntó cuál sería la actitud que tomaría si la escuadra venezolana atacaba al “Alexander Bixio”. El comandante respondió que se defendería .

El combate estaba servido. El “Penélope” atacó al “Totumo”. El Comandante W. H. Taylor contestó con la mayor prontitud. El “Penélope fue repelido y perseguido por el “Totumo” y el “Crespo”. El buque inglés fue echado a pique.

El “Suchet”, con su enorme humanidad de acero y un tonelaje y calibre 3 veces superiores, disparó sus cañones de 6,4 pulgadas sobre el “Crespo”. Nuestros tripulantes no se amedrentaron. Por un costado le atacaba el “Bolívar” con dos torpedos. El comandante del “Suchet” no se arriesgaría a ser vencido por la jauría de tiburones que empleaba como táctica la escuadra venezolana. Se retiró a dos kilómetros y comenzó a disparar sin dar en blanco alguno .

Por su parte, el “Restaurador” (al mando del CN y G/D Manuel Monteverde) se encontró con el “Ban Righ” que estaba fondeado en Rio Hacha. El zafarrancho de combate no se hizo esperar. Pero el “Suchet” comenzó a disparar al “Restaurador” impidiendo el encuentro.

Pellicer se dirigió en un bote a bordo del “Suchet” y conferenció largamente con su comandante. No hubo acuerdo. Terminada la entrevista, sin noticias del general Dávila, el carbón escaso y con el “Miranda” averiado, la escuadra se trasladó hasta Cabo de la Vela, sirviendo el “Zumbador” como remolque.

A la altura de Punta de Pájaro, se encontraron con un bote que llevaba la posta del general Dávila. Le informaba que el día 9 estaría a tres leguas de Rio Hacha. Las reparaciones resultaron inútiles, el combustible escaseaba .

El día 9 de septiembre las fuerzas de Castillo y Dávila llegaron al caserío de Carazúa, a un kilómetro al este de Rio Hacha, separado por el Rio Ranchería. Tenía una laguna algo seca por la estación. Dos caminos conducían a Rio Hacha: la vía de Pautaña, y otra que atraviesa el Rio Ranchería pasando por las sabanas de Jurpunal. En el extremo noreste, acamparon en semicírculo, las tropas de los generales colombianos Aníbal Ruiz, Agustín Bernier y José Dolores Daza. Seguían los batallones venezolanos: La “Sagrada” de Carmelo Castro; el comandando por el colombiano Peralta; el “Barquisimeto” al mando del general Gutiérrez, además de los batallones “Coro” y “Táchira” .

Las tropas del general Juan de Jesús Arjona se encontraban en Pautaña. Básicamente, los movimientos tácticos acordados por las tropas de Dávila y Castillo consistían en esperar el ataque de Arjona. Consumado el movimiento conservador, el ejército liberal tomaría la vía de Jurpunal por el rio, atravesando un puente de indios ya acondicionado por un ingeniero venezolano, dejando a Arjona a la espalda, para ocupar Rio Hacha. Era un problema garantizar agua y recursos. El día 13, reforzadas por el ”Briceño”, las tropas de Arjona se movilizaron desde Pautaña a Carazúa. Medio batallón venezolano y la artillería atravesaron el rio. Se esperaban los avisos de la avanzada sobre el movimiento de Arjona. Nada sucedió. Al parecer Dávila inopinadamente ordenó la contramarcha. El día anterior, sus desavenencias con el general Castillo sobre los mejores movimientos tácticos a utilizar, casi terminaron en disparos. El general Ramón Amaya, quien era el nuevo e inesperado jefe del ejército atacante, no cayó en el ardid y se desvió por la vía de Juaín para hacer un movimiento de flanco y caer sobre la retaguardia liberal, llena de matorrales. Fueron sorprendidos por tiro raso .
Las fuerzas de Amaya atacaron el centro, donde se encontraba el batallón “Barquisimeto” que fue puesto en derrota. Tuvo una destacada actuación del bando conservador, el general venezolano Eliseo Marques .

Dávila se fue a Torremazón y de allí siguió por la vía de Paraguaipoa. En pequeños grupos huyeron las tropas, algunos cayeron bajo las flechas guajiras, los muertos que nadie reclamó. Los heridos y prisioneros de Carazúa fueron rematados por el ejército conservador.
Según algunos cronistas colombianos, Dávila era reacio a la utilización efectiva de la escuadra, sobre todo de la movilización a Rio Hacha, así como al traslado a bordo del general de Rio Hacha, Gerardo Gómez y otros prácticos para ayudar en la navegación.

La Escuadra permaneció entre Punta La Cruz y Cabo de la Vela hasta el día 13. Subió a bordo el Dr. César Mármol, con instrucciones de Dávila para fondear en la Pedrera. Sólo le quedaba hasta el día 15 el preciso combustible y aceite para el regreso. El día 14 de septiembre, una carta del general Anibal Ruiz, de la mano del general Belisario Martínez, solicitaba buscarles en Punta de Pájaro. Fue enviado el “Zumbador” y trajo al general Ruiz con 18 individuos. En ese momento, Pellicer se enteró del desastre que había sufrido el Ejército Auxiliar Restaurador en Carazúa y del movimiento de Dávila hasta el sitio llamado Los Treinta para reagruparse con las tropas de Castillo .

El desastre de Carazúa fue originado por varias causas. La gran cantidad de tropas prometidas por Uribe llegaron a 300. Las provisiones prometidas para el Ejército venezolano, se limitaron a cargas de papelón y sal, que fueron entregadas luego de varios días de hambre, sed, y la disentería ocasionada por beber agua pútrida de una casimba que albergaba tres cadáveres de mujeres, finalmente, el calzado inadecuado o inexistente para enfrentar los inmensos desiertos de la Guajira,
Reunidas las tropas de Dávila y Castillo, el conflicto entre jefes no se hizo esperar. Carmelo Castro, medio hermano del Presidente, ásperamente tratado por éste, y quien había estudiado en una academia militar en Nueva York, había sugerido un ataque directo sobre Rio Hacha. Igual sugerencia le habían hecho distinguidos oficiales como el ingeniero Tomás Llamosas y Juan Uslar. Las tropas estaban desmotivadas, pues veían todo aquello como una gran farsa.

Los señalamientos y las culpas ajenas entraron en juego. Dávila arrojaría su responsabilidad sobre los generales colombianos que no estaban frente a Castro para defenderse, y menos Pellicer que estaba embarcado.

Castro hizo poco caso sobre la responsabilidad que señalaba Dávila a Pellicer.
Pellicer y su escuadra arribaron a Maracaibo el 18 de septiembre de ese año. Poco tardaría en seguir en combate.

EN LA REVOLUCIÓN LIBERTADORA
En octubre de 1901 el “Miranda” junto al “Crespo” realizó cruceros entre Güiria y Trinidad, para evitar el desembarque de armas para Rolando. En enero de 1902, fue destinado con la misma escuadrilla a las cercanías de Boca de Uchire en búsqueda del “Ban Righ . Una vez allí, bombardearon la posición y desembarcaron tropas que incautaron las armas y municiones dejadas en la playa. En febrero, el crucero se trasladó entre las costas de Coro y Maracaibo.

En marzo de ese año, se conformó una nueva escuadrilla, con el “Miranda" y el “Restaurador” para el desembarco de tropas en Tucacas y Chichriviche a órdenes del general Juan Vicente Gómez. En esta oportunidad Pellicer navegó con el TF Román Delgado Chalbaud . Delgado y Pellicer, apoyaron con fuego de artillería los desembarcos de las tropas transportadas. Varias anécdotas refieren los terribles daños que causaron las acciones de estos oficiales sobre las poblaciones de Tucacas y Cumarebo.

La capacidad de Pellicer era tan conocida, que se le asignaban hasta dos buques a la vez. Sobre Pellicer, el Comandante General Alejandro Ibarra dirá lo siguiente:
Ayer estuvo por aquí el "Miranda" con su Comandante Pellicer a bordo del cual estoy muy contento, pues él cuida mucho su barco y es un hombre muy competente en todo sentido.

INSPECTOR GENERAL DE LA ARMADA
El cargo de Inspector General de la Armada no tenía las responsabilidades de la actualidad, ni aún las correspondientes a la década de los 40. El inspector era especialista en máquinas, conocedor de la nomenclatura inglesa, la más usada en nuestros buques. Debía embarcarse constantemente para inspeccionar las máquinas, el control de aceite, presión de las calderas, etc. Este cargo era especialmente importante por la carencia de buenos ingenieros.

A mediados de 1901, el Inspector de la Armada renunció para iniciar un negocio privado en Trinidad. El 27 de enero de 1902, Pellicer fue nombrado Inspector General de la Armada, de acuerdo con el Decreto publicado en Gaceta Oficial Nº 8460 del 11 de febrero de 1902.

LA INVASIÓN A CUMANÁ
Poco conocemos del desempeño del Leopoldo Pellicer en los años siguientes, salvo algunos hechos concretos. Acompañó a Delgado Chalbaud en la conspiración que derrocó a Cipriano Castro en diciembre de 1908. Posteriormente, pasó a la Compañía Anónima de Navegación Fluvial y Costanera con su antiguo jefe.

Estuvo implicado en el intento de derrocar a Juan Vicente Gómez en abril de 1913. Permaneció exiliado.

Se incorporó a la expedición liderada por el CN Román Delgado Chalbaud en agosto de 1929. Paralelamente al ataque de Cumaná, Güiria sería levantada por el general Francisco Gutiérrez. A los efectos, Egea Mier, Pellicer y David López llevaron 200 máuseres y 50.000 cartuchos para aquellos combatientes .

Finalizadas las acciones en Cumaná. Pellicer viajó a Trinidad. No tenemos más datos sobre su vida.

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Mensaje por orinoco_man »

Este 31 de julio
Venezuela recuerda con hidalguía la Batalla de Matasiete
ARTÍCULO | JULIO 30, 2008 - 11:12AM | POR HÉCTOR ESCALANTE


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La isla de Margarita y toda Venezuela recordaran este jueves 31 de julio la histórica batalla que tuvo lugar hace 191 años en las faldas, bosques, lomas y cocaleros del cerro Matasiete, y que enfrentó a patriotas y realistas siendo determinante para el proceso de independencia de Venezuela.

El 31 de julio de 1817, los patriotas margariteños se enfrentaron a los realistas, dirigidos por el general Pablo Morillo y fue tal el valor mostrado que ese día fueron nombrados neoespartanos, para recordar el coraje de los griegos.

“Esta es la batalla de más trascendencia para la historia de Margarita”, asegura el cronista Luis Marcano Boadas. “Matasiete es la lección, es el valor y la hidalguía; es la gloria que viene a complementar el triunfo de la campaña de Guayana y que se cristaliza luego con la Batalla de Carabobo”, refirió.

El objetivo de Morillo era tomar el Portachuelo que se encuentra entre La Asunción y Tacarigua, ya que de esta manera garantizaba las movilizaciones en la zona.

El acceso al lugar era difícil. Además de los obstáculos naturales opuestos por los bosques de tunales, los patriotas habían construido reducto, zanjas, parapetos y fosos alrededor de la ciudad. Morillo cubre sus espaldas con el cerro de Matasiete, esperando un ataque frontal.

Para lograr su objetivo se sitúa con sus tropas en el Cerro Matasiete y espera avanzar para la batalla frontal, pero los patriotas impiden la marcha y alrededor de las 8:30 de la mañana de aquel día se desata una lucha sangrienta. Los patriotas, dirigidos por Francisco Esteban Gómez, pelean durante todo el día y pasadas las 4:00 de la tarde Morillo ordena la retirada a sus hombres.

En torno a estos hechos, el cronista Marcano Boadas asegura que aún nadie se explica como los 3 mil hombres de Morillo pudieron ser derrotados por los 300 patriotas que comandaba Francisco Esteban Gómez.

Luis Marcano Boadas también recuerda estas historias, que se han repetido por años en los pueblos de Margarita y que hablan de una ayuda divina en los campos de batalla, siempre a favor de los patriotas. El lugar en el que tuvo lugar la Batalla de Matasiete fue declarado monumento natural el 27 de febrero de 1974.

Hubo hasta quienes creyeron ver una bella mujer en lo mas encarnizado de la lucha y cuando se creía que podía flaquear los animaba corriendo de un lado y socorriendo a los heridos y según, esa mujer no era otra que la Virgen del Valle, que desde entonces ganó el cognomento de la Virgen Patriota.

También se repite la historia, en los pueblos de Nueva Esparta, de una mujer que durante aquel día de dura pelea atendió y socorrió a los heridos y luego no pudo ser localizada.

Las tropas margariteñas saldrían de la isla a pelear al lado de sus hermanos de Tierra Firme. La historia nos los muestra en Apure, con el comandante Antonio Díaz al lado de Páez; en Carabobo, con su coterráneo el general en jefe Santiago Mariño; En Ayacucho, al lado del Mariscal Antonio José de Sucre y en El Callao, último reducto de los españoles en este continente, murieron por la libertad americana los margariteños: José González, Francisco Guzmán, Juan Ortega, Juan Cosme y Rafael Alvarado.

http://www.radiomundial.com.ve/node/216954


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Mensaje por Xenophonte »

Por parecerme este Hilo el mas adecuado y ante la falta en el Foro de información sobre una de las primeras y mas importantes Batallas de la Independencia LatinoAmericana : La Batalla de Las Piedras


A principios de 1811 llegó Elío de España a Montevideo con el título de Virrey del Río de la Plata. Días después declaró la guerra a Buenos Aires, al no ser reconocido por la Junta revolucionaria. Los habitantes de nuestra campaña estaban descontentos con las autoridades de Montevideo. Cuando Montevideo declaró la guerra a Buenos Aires, iniciaron la revolución. En un principio los caudillos del ejército patriota fueron estancieros, que lucharon con capataces y peones, contrabandistas, matreros, indios, gauchos y negros esclavos. Artigas desertó del Cuerpo de Blandengues y fue a ofrecer sus servicios a Buenos Aires.

En los primeros días del mes de abril de 1811, se incorporó a la revolución, estableciendo su cuartel general en Mercedes. Desde allí, el 11 de abril se dirigió a sus compatriotas en lo que se conoce con el nombre de Proclama de Mercedes. Este documento termina con las siguientes palabras:

"A la empresa, compatriotas, que el triunfo es nuestro: vencer o morir es nuestra cifra y tiemblen, tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo, sin advertir que los americanos del Sur están dispuestos a defender su patria y a morir antes con honor que vivir con ignonimia en afrentoso cautiverio".

El 12 de mayo, Artigas llegó a Canelones con unos mil hombres. Allí se enteró de que habían enviado un ejército para combatirlo, al mando de José de Posadas. Los dos grupos se encontraron en la localidad de Las Piedras el 18 de mayo, y luego de un combate que se prolongó desde poco antes del mediodía hasta las cuatro de la tarde, según se lee en el parte que envió Artigas a Rondeau, los Orientales lograron la victoria.


''Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana" J. Artigas.
''El ladrón piensa que todos son de su condición'':refrán popular Castellano.
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Mensaje por Xenophonte »

Parte de la Batalla de Las Piedras de José Artigas a José Rondeau.

José G. Artigas

Habiendome acampado en la villa de Canelones con el objeto de molestar a los
enemigos, que se hallaban cituados en las Piedras y privarles las introducciones de
Ganados y demas comestibles para Montevideo; y advirtiendo ser insuficientes todas las
providencias y vigilancia de las Partidas, que continuamente destacaba á este fin;
dispuse con anúencia de los S.S. Capitanes, el atacarlos, en atención á que aun quando
las fuerzas enemigas ascendian al número de 600 hombres, según las mas noticias que
por algunos pasados havía adquirido. Contaba con mucha parte adicta á nosotros.

Pasé inmediatamente el correspondiente oficio á mi hermano Don Man. Artigas,
indicandole el punto donde devia reunirse conmigo; y á las pocas horas de haver
marchado el chasque, recibi oficio de dho. Mi Hermano, en que me avisaba hallarse
atacado por los ene-/migos, pidiendo 300 hombres de refuerzo. Con esto llegó la nota
que Otra Columna enemiga se dirigia á Canelones, con el objeto de atacarme; al
momento acordé con los S.S oficiales que era combeniente dirigirnos al Sauce á dar
auxilio á los enemigos entre dos fuegos; y rendidos estos, cortar la retirada á los que se
havian dirigido á Canelones.

En efecto dispuse mi salida á puestas del sol, y marché con el abrigo de la Noche,
pasando á la vista de los fogones enemigos. La noche se puso sumamente obscura, y al
Día amanecio lloviendo, cuya llubia continuó hasta el siguiente Con el mal Tpo. Se
imposibilitó la marcha, y me acampé en las Puntas del Canelon Chico, desde donde
pase orden á mi hermano, para que se reuniera en dicho punto, en virtud de haver savido
que la noche de mi salida, havia regresado la Tropa enemiga al Campamento de las
Piedras. Mi hermano se incorporó en el citado Destino, la/Noche del 17, segunda de mi
salida, y por la incapacidad del Tiempo, no pude determinar el albaso que tenia
proyectado. El tiempo mejoró y mis Partidas de descubierta empezaron sus guerrillas,
con dos columnas que en el mejor orden marchaban para mi campamento. Al instante
destaqué una Partida de 200 hombres montados, de la Gente Patriota voluntaria, para
que los fueran sacando de su campamento; y mandé que la Tropa tomara caballos para
salir á batirlos. Los enemigos abanzaron sobre los de cavalleria y Yo con el resto del
Exto. Marché sobre ellos. De la Gente armada de cavalleria, sáqué 150 hombres para
reforzar la Infantería; y ordené dos columnas de cavalleria, una al mando de Don
Antonio Pérez que ocu(pa)ba la derecha con la demas Gente de mi hermano Don
Manuel for/me otra columna (como de 250 hombres) con el objeto, de cortar la retirada
á los enemigos.

En este orden abanzé, y puesto á la frente de los enemigos, desplegué en Batalla con la
Infanteria y mandé á mi Ayudante mayor Don Eusevio Valdenegro, pasase orden que la
una Columna de cavalleria de la derecha abanzara amenazando picar la retaguardia
enemiga; y echando pie á Tierra la infanteria, hizo su demostración de avanze con
bastante rapidez; pero los enemigos aparentaron retirarse, sin hacer mayor fuego,
siempre con el mejor orden.
Esta aparente retirada, la hizieron con el interez de cituarse en una loma, lugar
dominante á todos quatro frentes de su posicion; y en este presentaron la Batalla.

La fuerza enemiga constaria de 400 á 500 hombres de Infanteria con quatro piezas de
Artilleria dos obuces de á 32,, y dos cañones de á 4,, con /64 artilleros buenos: de á 16
hombres de dotacion en cada cañon, y 459 qye componian la Cavalleria.
La fuerza de mi divicion, se componia de 600 hombres de cavalleria (mal armados), y
400 infantes, con los dos cañoncitos de á 2.

El combate empezó á las onze y media de la mañana y terminó á las 4 de la tarde. A este
se dio principio en los terminos ante-dichos: pero como la Tropa estaba anciosa de
abanzar, sufrió un tiro de Granada que me llebó seis patricios, para hallarlos en peloton,
que todo mi esfuerzo y el de los oficiales no era bastante á contenerlos en abanzar, por
que no sufirieran el ventajoso fuego de los enemigos; en un luagr donde el Terreno era
dominado por ellos, tanto como las municiones de Artilleria superaban á las nuestras.
Los enemigos se recistieron vigorosamente en este punto; tanto que fue necesaria toda
la constancia de nuestra heroyca Tropa, para echarlos de alli; de donde salieron
retirandose con el mejor orden. La Tropa cargó vigorosamente sobre ellos, y aqui se les
tomó un cañón; pero como los fuegos de Artilleria superaban á los nuestros contenian
sumamente á /nuestra Tropa, que solo su mucho valor podia recistirlos.
Con su retirada, consegui cituarme en mejor terreno, y de aquí hize abanzar á la
columna de cavalleria de la derecha, y mi Ayudante mayor á la izquierda, mandando
entrar para la retaguardia enemiga á la columna que mandaba mi hermano Don manuel
Francisco Artigas.
Aquí fue bastante activo el fuego. Que duraria mas de una hora; y
con la energia que disputaba la accion nuestra Tropa, se intimidaron los enemigos, y
pusieron bandera Paralementa á que yó mismo en persona contexté se rindieran a
discreccion, librando vidas de todos, con lo que se rindieron, y quedó por nosotros la
victoria, y todo el campo de batalla, que era á distancia de un quarto de legua de la
Capilla de las Piedras. En la misma Capilla, donde tenían su Campamento, havia
quedado una Guardia de 30 hombres, (según declaracion del Ayudante mayor de
ordenes, Subteniente de cavalleria Don Juan Rosales), con un cañon de á 4. La
rendicion de dha Gua la encargué á mi Ayudante Mayor Don Eusevio Valdenegro;
quien para conceguirla (evitando en lo posible toda efucion de sangre) mandó pasase
con parlamento el expresado Ayudante /Mayor de ordenes Don juan Rosales, á que con
el respecto de su Tropa, hiciera se rindiese a discrecion; lo que asi berificaron; y fueron
pricioneros mas de 100 hombres que alli habian replegado con provistos de caxones de
municiones; y con 16 artilleros mas, en el cañon que tenian.

Entre tanto disponia yó la reunion dela Tropa, y conducion segura de los pricioneros,
pasó mi Ayudante el referido Don Eusevio Valdenegro, á la operación antedicha,
tomando el Parque de Artilleria, que lo tenian bien provisto de municiones de todos los
calibres inidicados, y de todas las claces, las que con mi orden hizo extraer, con mas tres
carros capuchinos: y como llegó nota de que salia refuerzo de Montevideo, fue
necesario apostarme en lugar ventajoso para esperar al enemigo, que hasta ahora, (que
son las 6 de la mañana) no se ha dejado ver.
Tengo varias Partidas hacia los Migueletes para que estén á la observación de los
enemigos, y en todo caso/ apuro, dispongo mi retirada á Canelones. El Ayudante mayor
de ordenes, Don juan Rosales, me asegura haver de fuerza en la Plaza de Montevideo,
de (5 á 600) (500 á 600) hombres, inclusos los que estaban en la Colonia, y que (según
este) han regresado á Montevideo.

Combiene pues que VS., en vista de lo expuesto, acelere sus marchas, y me mande tropa
á la mayor brevedad, entre la qual, es indispensable venga una dotación suficiente de
Artilleros, para el manejo de las 5 piezas de artilleria que hé tomado á los enemigos:
mandandome bastantes piedras de chispa, que las necesito mucho, que las necesito
mucho, y no las havia en el Parque enemigo.

La perdida, que hemos tenido en esta gloriosa accion, será como unos diez y ocho ó
veinte hombres muertos, y unos 14 heridos. No tengo entero conocimiento de esto,
hasta despues que noticiaré á V S con mas propiedad. Los enemigos muertos seran
como 30,, y según el primer conocimiento que tengo de los heridos ascienden á 46, ó
50, y prisioneros como 420,, inclusos 22 oficiales, con el Comandante Gral. Don José
Posadas.

No puedo ocultar á VS. Quan dignos son todos los S.S oficiales que he tenido el honor,
de tener á mis ordenes, en tan gloriosa accion; por que todos, todos se han portado con
todo el honor y entusiasmo que los caracterisa, y hace dignamente acreedores á la alta
consideración de la Excma. Junta, y á la eterna gratitud de sus compatriotas.
Las Tropas todas, me merecen igual atencion, y estoy seguramente persuadido, que á no
ser tanto su valor, no era capaz de haverse conceguido una accion con tantas ventajas
para los enemigos; tan heroyca para sus triunfadores y que en todas sus partes justifica
el honor de las armas de nuestra Patria.
Por ahora me hallo sumamente ocupado, y con la atención puesta en los enemigos; por
lo que no puedo subtansiar un parte completo, con estado de armas municiones, y todo
lo demas relativo á los enemigos, que lo haré á primera oportunidad.
En este momento acabo de recibir el adjunto parte, que dá Don Pedro G. Perez, de lo
que ha ocurrido en Santa Tereza; y todo, está pronosticando el inmediato extrago y
ruyna de los Tiranos, y la alta gloria de nuestra dulce Patria, que se hara eterna la
memoria de sus dignos hijos.
Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años
Campamento de las Piedras 19 de Mayo de 1811 - José Artigas.
Última edición por Xenophonte el 28 May 2015, 19:24, editado 1 vez en total.


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Mensaje por Xenophonte »

Con esta Victoria, Artigas culminaba las operaciones de su primera campaña militar, que, a juicio de los expertos lo revelan como un consumado general.
Su estrategia, de carácter netamente ofensivo que toma por objetivo fundamental la destrucción de las fuerzas enemigas, queda de manifiesto en su accionar: frente a dos grupos, uno que amenazaba Canelones, donde se encontraba él mismo y otro que se dirigía al Sauce para atacar a Manuel Francisco que venía de Maldonado, concibe de inmediato la maniobra por líneas interiores que ya había hecho famosos a Federico de Prusia y a Napoleón; ordena marchar en dirección a Manuel Francisco a fin de tomar por retaguardia a las fuerzas que estuvieran combatiendo contra este; derrotados los "regentistas" volverse con todas sus fuerzas reunidas hacia las tropas que se dirigían a Canelones y atacarlas por su retaguardia, cortándoles así toda posibilidad de retirada. En cuanto a lo táctico, es decir, para la batalla misma, organiza un dispositivo buscando la derrota completa del enemigo y es así que despliega su fuerza de manera de atacar no sólo el frente de Posadas, sino también su flanco y su retaguardia para que no tenga ninguna posibilidad de retirada y deba rendirse.

El tipo de batalla empleado por Artigas repite, por lo tanto, el tipo concebido y empleado por Napoleón, siendo su ejemplo más preciso la batalla de Castiglioni, librada contra los austríacos al borde del lago de Garda el 5 de agosto de 1796.


Los "empecinados" regentistas, perdido el único ejército con que podían contar quedaron encerrados en Montevideo y Colonia. Muy pocos días después –el 27– esta última plaza se rindió a las fuerzas patriotas al mando de Venancio Benavídez.
Por lo demás el triunfo de Las Piedras dio a las milicias artiguistas el dominio total de la campaña oriental. El Comandante del Apostadero Naval de Montevideo, Capitán de Fragata José María de Salazar dirá, refiriéndose al resultado de la batalla, que era una "pérdida irreparable" y una "cruel catástrofe" pues en ella se perdió "toda la Marina" que es el "principal apoyo de la plaza". Y agregaba:

"La sola noticia de que las tropas de Buenos Aires tenían sitiado el baluarte de la América, a la que sus papeles públicos añadían tomado, reanimó el entusiasmo de las Provincias en favor de la independencia, el de Chile, y no dudaré en afirmar que hasta el mismo reino de Lima se ha resentido de tan funesta nueva, pero lo que no puede dudarse es que ella ocasionó el que el Paraguay adoptase unirse al de Buenos Aires, como lo hizo. Si por de fuera consiguieron los enemigos estas grandes ventajas, en esta Banda lograron atraer a su partido a todos los pueblos, y quitándonos cuantos auxilios sacábamos de ellos, reducirnos a sólo el recinto de la Plaza y a la mayor miseria y pobreza por mucho tiempo".

No fue menor la repercusión en Buenos Aires, en donde la victoriosa acción contribuyó a establecer el fervor revolucionario, muy decaído por el fracaso de Manuel Belgrano en el Paraguay y por la lentitud del avance en el frente altoperuano. Al desbaratar el baluarte más sólido del regentismo español en el Plata, se anulaban las combinaciones posibles con el Paraguay de Velasco.
La Junta bonaerense confirió a Artigas el "empleo de coronel del Cuerpo de Blandengues de la frontera de Montevideo"; y decretó ascensos a los oficiales que tan valientemente se habían comportado en las acciones de San José y Las Piedras.


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